MAAQDM 83

Mi Amado, A Quien Deseo Matar 83

Eres cruel conmigo, pero con una huérfana que se aferra a ti como yo, eres infinitamente generoso. Es frustrante.

Quería mostrarle al mundo, que te considera un filántropo que ama por igual a los desamparados, cuán estrecho y cruel eres en realidad.

¿Cómo podría mostrárselo? Tenía muchas dudas.

Pero, inesperadamente, conocer a Giselle Bishop resolvió todo limpiamente.

Giselle Bishop. La prueba más simbólica y ampliamente conocida de que Edwin Eccleston es una buena persona. Si uso a esa niña para exponer tu cruel verdad al mundo, todo estará resuelto.

Envuelves en un manto de caridad sublime el hecho de haber criado a una huérfana de guerra, pero en realidad estás saciando tus sucios deseos en una pobre niña sin padres. Solo necesito convertir las sospechas sucias del mundo en realidad.

Naturalmente, mancharé ese cuerpo noble del que tanto te enorgulleces, así corromperé tu pura buena voluntad. Esa niña, el afecto que le tienes. Entonces no te quedará nada puro. Era un plan perfecto.

Siempre y que tú, sin mi intervención, cumplieras mi último objetivo.

Honestamente, hasta este punto, solo estoy incriminándote. El pecado lo cometo yo, no tú. Ese no es mi objetivo.

Para lograr mi objetivo de exponer tu cruel verdad, tú debes cometer actos crueles por tu propia voluntad.

Por ejemplo...

¿Matar a Giselle Bishop?

Estoy de acuerdo.

De hecho, ya quería matarla. Mientras estaba encerrado en el campo de concentración, me obligaba a recordar el rostro de esa mocosa, me harté tanto que llegué a odiar a una niña que ni siquiera había visto en persona. Así que lo juré.

El día que me enfrente a esa cara de leche agria, la mancharé con olor a sangre.

Pero la Giselle Bishop que conocí no era la niña de tus recuerdos.

Sin embargo, mi determinación de torcer el cuello de tu "perrito malcriado" y arrojarlo a tus pies no cambió. Solo se modificó un poco quién torcería ese cuello.

Incluso en la caridad hay límites. No hay nadie que, perdiendo todo lo que tiene, lo reparta a los demás. Si Giselle Bishop ya no te beneficia y solo te causa daño, ¿te quitarías la máscara de filántropo altruista y te convertirías en un asesino egoísta?

Como cuando disparaste sin dudar a un traidor que pasó de ser tu aliado a tu enemigo.

Intenté llevarte a esa situación. Primero, al menos en tu subconsciente.

Pero, ¿por qué no la matas? Aunque ella está destruyendo todo lo que has construido, convirtiendo tus preciadas creencias en pedazos de papel y arruinándote.

Violador. Es una sentencia de muerte social para ti. ¿Por qué no la matas?

Además, fue un sueño. Un sueño donde cualquier deseo puede liberarse sin pasar por la razón.

Aunque los perros y cerdos miserables te muerdan y te llamen violador, tú, que eres perfecto desde el nacimiento, no tendrás ni un rasguño, pero el resentimiento de una huérfana miserable te aterra. Qué romántico eres.

Ver que ni siquiera en el momento en que la razón se duerme la matas me hizo dudar de si lo harías en la realidad. Qué aburrido.

En ese callejón sin salida, afortunadamente, alguien apareció y me mostró el camino. Tu tía.

Hazlo bien. Aunque he querido tapar su boca más de una o dos veces por sus constantes regaños, esa boca también me ha ayudado en ocasiones.

Cientos de bocas matan a una persona más dolorosamente que una espada. Es un dicho famoso.

Tú, aunque cientos te muerdan, eres un perro de pura raza, así que no te dolerá. ¿Pero Giselle Bishop, siendo una mestiza, será igual?

Hasta ese momento, creía que el sexo era un acto sucio. Piel contra piel, mezclando fluidos. Qué asco. No sabía nada en ese entonces.

Así que, ¿por qué me conseguías mujeres si solo necesitabas comprarme condones? Esto es vergonzoso y abrumador, ¿qué debo hacer? Aunque lo diga así, en realidad lo disfruté.

Ver cómo te atormentabas al decidir convertirte en el perro de los Eccleston, cómo solo el pensamiento de ello te causaba dolor, era increíblemente emocionante. Si te angustiabas tanto por perder tu virginidad con una prostituta, ¿cómo sería cuando supieras que habías violado a una niña inocente? Tenía grandes expectativas, pero superaste mis expectativas. Como siempre, Edwin Eccleston nunca decepciona.

Giselle Bishop es decepcionante. Esperaba que actuara como un perrito malcriado y feroz, pero al desenmascararla, solo era un perrito ciegamente obediente.

Puedo leerte como un libro y sé todo sobre ti, pero no había considerado que Giselle Bishop no me conocía bien, o más bien, que tú no la conocías bien.

El plan de convertirte en un violador estaba destinado al fracaso desde el principio, no por ti, sino por esa sanguijuela pura y obediente.

Cuando la abracé y la toqué un poco, intentó alejarse, pero con solo una palabra, volvió a aferrarse a mí. Si hubiera dicho una palabra más, ella misma se habría desnudado y abierto las piernas. Fue entonces cuando supe que su mayor miedo era 'ser abandonada por el Señor'

Incluso descubrí que estaba enamorada de ti. Fue un poco duro. Tú no la veías como una mujer en absoluto.

Por otro lado, fue repugnante. Antes dije que Giselle Bishop ambicionaba el título de duquesa, pero eso era solo un intento de sembrar discordia. Ella no estaba interesada en ser duquesa. Simplemente, el título de tu esposa resultó ser el de duquesa. ¿Te habrías casado con ella incluso si fueras un mendigo? Qué gran amor entre perros.

Lo repugnante no terminaba ahí. Como yo era el 'Señor', aceptaba cualquier cosa que hiciera. Aunque yo mismo me sentía asqueado interpretando a un pervertido sucio, ella tenía un estómago fuerte y decía que me amaba de todos modos.

'Está bien. No, no me gusta, pero si es amor, todo está bien'

Fue repugnante. Yo solo fingía ser repugnante, pero Giselle Bishop era repugnante por sí misma.

Aunque no tengo idea de cómo criar a un niño, al menos sé que no se debe criar a un niño de esa manera.

Recogiste a una niña y la criaste como un perro.

En conclusión, Giselle Bishop no era la niña que te denunciaría. Más bien, era la niña que se dejaría violar por ti obedientemente. ¿Cómo es eso una violación? Es un incesto.

Qué aburrido.

La mejor opción se convirtió en un pedazo de papel. En ese momento, solo me quedaban dos opciones.

Convertirme en el Señor malo que exige que pague su deuda con su cuerpo.

O convertirme en el Señor malo que usa el amor como excusa para desear su cuerpo.

¿Por qué no hay una opción para 'rendirse'? He invertido demasiado esfuerzo en llegar hasta aquí, sería una pena no continuar.

Aunque el camino sería más largo, estaba seguro de que al final alcanzaría mi objetivo. ¿Y si no? ¿Qué me importa? No tengo nada que perder. Porque no tengo nada.

Entonces, ¿qué camino sería mejor?

Mientras la emborrachaba para nublar su juicio, lo pensé detenidamente.

Exigirle que pagara su deuda con su cuerpo. No es propio de un 'Señor Angelical'. Aun así, ella nunca sospecharía de algo como un trastorno de personalidad múltiple, así que probablemente creería que eras un hombre malvado que había estado ocultando su verdadero yo todo este tiempo.

Hasta que descubriera que era obra mía.

La verdad saldría a la luz eventualmente. ¿Qué pensaría ella entonces?

¡Por supuesto! Mi Señor Angelical nunca me haría algo malo. Qué alivio. Te amo, Señor. Lorenz, muérete.

¿Te daría una indulgencia para perdonar todos tus pecados y solo me maldeciría a mí?

Pero, ¿y si no fuera amor lo que ella sentía?

¿Crees que estaría feliz? No.

Se sentiría como si hubiera subido al cielo y luego se hubiera estrellado de cabeza en el infierno. Desearía que la realidad, que antes esperaba que no fuera un sueño, ahora fuera una pesadilla.

Se sentiría tan avergonzada de sí misma por haber estado intoxicada en un juego de amor que ni siquiera sabía que era de un solo lado. Sería como si la hubieran pillado masturbándose desnuda mientras gritaba tu nombre. Aunque ser engañada no fuera su culpa, se odiaría tanto que querría morir.

Por otro lado, todavía estaría atrapada en ese juego de amor y se sentiría miserable. Ahora podría imaginarse vívidamente a otra mujer que no fuera ella escuchando que la amas, besándote y mezclando su cuerpo contigo, no podría soportar que eso se hiciera realidad.

Sería muy fácil tropezar.

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