PSUF 225

¿Podemos ser una Familia? 225

SS3: Camila (7)

Traducción Coreano - Español: Asure

Raws: Asure

Camila tarareó una melodía y esta vez hizo un anillo de flores.

Era tan mala que rompió el tallo cinco veces seguidas.

"Dámelo"

Lark le arrebató la flor con frustración y, en un instante, había creado un convincente anillo de flores.

"Dios mío"

Camila aplaudió entusiasmada en señal de admiración.

Sacudió la cabeza satisfecha mientras colocaba el anillo y se volvió hacia Lark.

"¿Quieres que te haga uno a ti también?"

"¿Te acuerdas siquiera de quién hizo ese anillo?"

"¿Sabes qué? ¿Te gusta alguna de estas flores?"

"......."

Hablar no ayudaba a la conversación, así que Lark optó por el silencio.

Camila, como si no necesitara respuesta, se sentó a su lado izquierdo y empezó a trabajar en el anillo.

Con gran esfuerzo, al décimo intento, consiguió un anillo con forma de flor que apenas cabía en su dedo.

Camila lo levantó a la luz del sol y sonrió con orgullo.

"Déjame que te lo ponga"

Levantó el brazo y cogió la mano de Lark entre las suyas.

Lark la dejó hacer y dijo:

"Como quieras"

"¿Eh? Este anillo es un poco pequeño"

Intentó ponérselo en el dedo índice, pero no le cabía. Ni siquiera le cabía en el dedo corazón, así que se lo probó en el anular.

"¡Encaja justo aquí!"

Era el dedo anular de la mano izquierda.

Lark observó la expresión de Camila, atónita.

Camila no le dio importancia.

Lark fue la única que se fijó en el anillo que llevaba en el dedo anular izquierdo.

Eso volvió a herir su orgullo. Pero no se lo quitó.

Se quedó mirando el anillo de flores y lo movió con cuidado para no romperlo.

Camila volvió a trabajar en el anillo de flores, diciendo que también haría uno para Margaret, Suleiman y Minerva.

Lark se sintió más en paz en este momento, con ella a la vista.

Crack.

El suave ruido del plumín resonó en la cámara.

Lark había estado trabajando últimamente en un nuevo proyecto de investigación. No la muerte, sino una forma de seguir vivo un poco más.

Fue entonces cuando sintió que algo le rozaba la pierna. Miró hacia abajo y vio a Camila profundamente dormida, con la cabeza apoyada en su pierna.

"......."

Lark la dejó donde estaba y volvió a mirar el papel.

Crack, Crack, Crack.

Garabateó una palabra y le puso el papel en la cabeza.

"Idiota"

Sonrió satisfecho.

* * *

Mayo, en pleno esplendor de la primavera.

Camila salía de la mansión casi todos los días y regresaba con prisas.

Desde que Lark no podía abandonar la mansión, se había convertido en rutina para él preguntar a sus vasallos por su paradero.

"¿Dónde está?"

dijo Suleiman mientras publicaba su informe habitual.

"Señorita Camilla salió esta mañana y aún no ha regresado. Dice que volverá sobre las tres de la tarde"

"......Sí"

Asintió como si no hubiera oído nada importante y pidió a Suleiman que se marchara.

En cuanto se quedó solo en el dormitorio, frunció el ceño.

"¿Adónde demonios crees que vas?"

Corrió nerviosamente las cortinas y miró hacia la puerta principal.

La mujer estaba a salvo. El nuevo hechizo protector que le había lanzado estaba más allá del poder humano.

Aun así, se sentía inquieto y nervioso.

No sabía por qué debía sentir esa irritación.

"Maldición"

Pensar que no poder salir de la mansión era tan inconveniente.

Lark se pasó los dedos por el pelo, nervioso, chasqueó los dedos. Su visión se desvió hacia la puerta principal.

Sabía muy bien lo que pasaría si salía por allí.

Así que no pudo salir, sólo esperarla fuera, en la puerta principal más cercana a la calle.

Pasó el tiempo, hacia las tres de la tarde, la hora que había dicho la mujer, sintió una agitación.

La mujer que había roto el hechizo de invisibilidad entraba por la puerta principal.

Cuando vio a Lark, dio un respingo excitada.

"¿Eh? ¡Lark! ¡Lark! ¡Lark!"

Aquel comportamiento descerebrado le relajó los nervios. El mal humor que había estado creando todo el tiempo, como si fuera a destrozar a alguien, se evaporó.

"¿Me estabas esperando?"

El ceño de Lark se crispó en cuanto oyó las palabras.

"¿A quién?"

Era una pregunta brusca, pero Camila sonrió como si lo supiera.

"A ti, que te gusta jugar conmigo"

"¿Estás loca?"

espetó Lark, pero eso no funcionó con Camila.

"Estás de suerte, esto es para ti"

Lark siguió con el ceño fruncido y cogió la caja que le ofrecía.

Camila cogió la caja y le instó a que la abriera, pero él se quedó mirándola.

"Ábrela, rápido"

Lark abrió la caja a regañadientes, pensando que era una molestia, pero secretamente curiosa por ver lo que había dentro.

Dentro había una capa negra. Estaba hecha de un material muy fino y parecía de gran valor.

Encima de la capa negra había una rosa roja.

"¿Qué te parece?"

Camila había salido mucho últimamente, tratando de ganar dinero para poder comprarle un regalo a Lark.

Había ahorrado todo lo que pudo de su trabajo de mercenaria y se había comprado una capa.

También quería comprarle un traje adecuado, pero le llevaría un año de duro trabajo encontrar una prenda de boutique.

Lark no necesitaba que le dijeran para qué habían servido sus salidas para darse cuenta.

"......."

Y le había regalado una rosa roja de mayo, como le había prometido.

El corazón se le apretó en el pecho. Le entraron ganas de suspirar. Le entraron ganas de suspirar.

Lark estaba confusa: ¿era enfado? ¿O estaba contenta?

Camila acercó una rosa a la oreja de Lark, que permaneció tan quieta como un fantasma, sin esperar que le dieran las gracias.

"Es bonita, Lark"

Lark se rió, sólo un poco, sólo un poco juguetona.

"¿Por qué te has comprado esto de ......? De todas formas, ni siquiera salgo"

Camila no le preguntó por qué no salía. En lugar de eso, sonrió con picardía.

"Un Duque con una capa negra te hace sentir como el dueño de una mansión negra, ¿no? Pensé que sería divertido"

¿Quieres decirme que has estado casi un mes por ahí sólo para eso?

acusó agriamente.

"Eres estúpida"

"Tú eres estúpido"

replicó Camilla.

"Tienes razón, soy estúpida"

"......."

No había nada más que decir, porque ella había aceptado que era estúpida, eso le enfurecía.

'Eres una mujer molesta'

Camila se echó a reír y me contó la verdadera razón.

"No me dijiste tu cumpleaños, así que no pude evitarlo. Quería hacerte un regalo de cumpleaños"

Lark volvió a mirar la capa.

"......."

Las palabras gracias no saldrían de su boca aunque estuviera muerto. En lugar de eso, cogió la capa y se la envolvió.

"¡Está genial!"

Camila aplaudió en señal de elogio, Lark no pudo evitar sonreír.

Pero entonces se enderezó rápidamente y dijo.

"Ya estoy guay"

"Sí, supongo que sí"

Ella asintió, luego le agarró la mano.

Sobresaltado, Lark apartó la mano de un tirón.

"¿Qué crees que estás haciendo?"

"No vamos a estar aquí para siempre. Tenemos que movernos"

"¿Entonces por qué pusiste tu mano en .......?"

"¿Qué, no esperarás que entre en la mansión yo solo, verdad?"

preguntó Lark, sin entender muy bien a qué se refería.

Obviamente, iba a llevar a Camilla dentro de la mansión con él, pero ¿por qué iba a necesitar cogerla de la mano para moverse por el espacio?

Oh, no.

Entonces recordó que había sostenido a aquella mujer en sus brazos cuando había viajado por el espacio con ella en una ocasión anterior.

Ese recuerdo le había hecho creer que necesitaba tocarle para teletransportarse con él.

Un mago menor necesitaría tocar a alguien para viajar con él, pero no Lark.

Era una situación extraña explicar que ahora podía viajar sin contacto.

"Entonces, ¿por qué lo hiciste?"

"...... Espera"

Le tendió la mano y Camila la tomó con frialdad, como si la hubiera estado esperando.

Señaló la mansión con el dedo y gritó exultante.

"¡Vamos, Lark!"

Lark negó con la cabeza, con las comisuras de los labios crispadas hacia arriba mientras la señalaba con el dedo.

Cuando su visión se desplazó a su dormitorio, se oyó un crujido repentino.

¡Pajik!

"¡Ugh......!"

Lark soltó la mano de Camila presa del pánico y se tambaleó hacia el cajón donde guardaba el anestésico.

'Bajé la guardia'

No era la época del año en que las grietas son habituales, así que no se había defendido en absoluto.

No, simplemente se había olvidado de ello. Se había estado engañando pensando que era un ser humano normal. El verdadero tonto era él mismo.

"¡Lark!"

El grito de Camila sonó distante.

Lark quiso responder que estaba bien, pero sólo se le escapó un gemido dolorido.

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