"Este hombre siente curiosidad por mis pensamientos"
"Me pregunto qué clase de capricho vas a tener otra vez"
Pff. Una risita le rozó el oÃdo.
"¿Tú?"
Grace giró la cabeza hacia el hombre. TenÃa la cara tan cerca que podÃa verla claramente reflejada en sus ojos azul claro.
"¿En qué estás pensando?"
Preguntó el hombre, mirándola largo rato con ojos sin emoción.
"Siento curiosidad por lo que estás pensando"
Un escalofrÃo le recorrió la espalda. Sólo podÃa esperar que el cuello de la camisa que él le habÃa subido amablemente ocultara su evidente reacción.
Al mirar aquellos ojos sin emociones, comprendió el verdadero significado de la pregunta.
Al principio, habÃa pensado que él estaba realmente interesado en sus pensamientos, lleno de afecto y preocupación. Pero ahora, la pregunta "¿Qué estás pensando?" sonaba más como un interrogatorio, indagando en algún plan oculto.
"En otras palabras, ambos tenÃamos la idea de que no podÃamos confiar el uno en el otro"
Mientras Grace se defendÃa una vez más, el hombre sonrió débilmente, como no se lo esperaba.
"Supongo que es el destino. Incluso estando en extremos opuestos, tenemos los mismos pensamientos"
Sus labios se apretaron mientras murmuraba las abominables palabras.
"¿Me crees cuando te digo que te amo?"
Preguntó con los labios apretados. Ella le miró fijamente antes de responder.
"No"
El hombre separó los labios y soltó una leve risita.
"No puedo fiarme de ti, asà que ¿por qué iba a creérmelo? Y normalmente, la gente no insiste en que sacarme una vez después de tenerme encerrada es prueba de amor"
No, Winston. Lo estás haciendo bien. Asà que, ábrete aún más que ahora.
Tanto si su provocación era efectiva como si no, el rostro del hombre se tornó ligeramente molesto antes de preguntar con firmeza.
"Entonces, ¿qué tengo que hacer para que confÃes en mÃ?"
"Quiéreme como lo harÃa cualquier otro hombre, normalmente"
La mirada del hombre se volvió gélida.
Grace sabÃa por qué le molestaba esta simple petición.
En su retorcida relación, nada era normal: comienzos, separaciones y reencuentros. Para los amantes normales, nunca caminarÃan por el pantano de la muerte, la traición, la conspiración y el odio. En una relación en la que todo estaba distorsionado, el amor distorsionado era quizá lo único normal.
Paradójicamente, el amor ordinario era brutalmente retorcido.
El hombre, que habÃa permanecido en silencio durante un momento, comenzó a decir con una expresión sarcástica verdaderamente retorcida.
"Ah, ¿Cómo Jimmy? ¿Me creerÃas si te dijera que te amo con veneno como él?"
Incluso el juicio de Grace parecÃa estar distorsionado ahora.
"¿Por qué sigues sacando historias del pasado?"
"Tengo curiosidad por saber si realmente todo está en el pasado"
"Incluso tú, también, tienes una prometida..."
"Es sólo una transacción comercial basada en un minucioso análisis de costes y beneficios, asà que no intentes convertir mi compromiso en algo fundamentalmente diferente del tuyo, más que el de nadie"
Grace no pudo contener un suspiro cansado. Estaba tratando con una persona meticulosa, sensible e incluso testaruda. Era obvio desde el principio que no se saldrÃa fácilmente con la suya utilizando tácticas psicológicas con él.
Al final, renunció a cambiar de tema y se frotó el estómago, que hasta ahora le habÃa parecido horrible incluso de tocar.
"Lo has convertido todo en pasado, ¿verdad?"
Intentó no llorar. Si incluso un poco de humedad se aferraba a sus ojos, aquel hombre pensarÃa sin duda que aún sentÃa algo profundo por Jimmy. Entonces, todos sus esfuerzos serÃan en vano.
Su mano, que habÃa estado bajando a lo largo de una suave curva, tocó la mano del hombre. Él superpuso sus manos y entrelazó sus dedos uno a uno. La mano de ella, encajada entre el vientre hinchado y la gran mano de él, parecÃa incapaz de moverse como una niña abrazada a él.
"No me conformo con que te rindas"
"Eres codicioso. Te has asegurado de que ahora no tenga ningún otro lugar en el que confiar..."
"¿De verdad piensas as� Tengo curiosidad"
Por supuesto, ella no pensaba de esa manera en absoluto. En su mente, repasó los rostros de aquellos que con gusto la ayudarÃan.
"Piénsalo bien, querida"
El hombre le susurró al oÃdo.
"Un hombre que te dice que mueras sólo porque una vez te atrapa el enemigo. Y un hombre que lo sacrifica todo para protegerte a pesar de haber sido traicionado innumerables veces"
"...."
"¿Cuál parece amarte?"
Sacrificar todo. Proteger...
Todas estas eran palabras equivocadas. Aun asÃ, Grace fingió dejarse llevar por sus palabras, cerró los ojos con fuerza y suspiró profundamente.
"Bueno, de todas formas cambiarás como Jimmy"
Murmuró en un tono que no sonaba provocativo sino más bien lastimero. Sin embargo, en su corazón, repitió un mantra diferente.
No. Jimmy no ha cambiado. No cambiará. De ninguna manera.
Con determinación, Grace abrió los ojos y miró al hombre por el rabillo del ojo. Su mirada suavizada indicaba que habÃa sucumbido a su persuasión.
"Después de todo, no hay hombre que ame a una sola mujer durante toda su vida. Tampoco espero eso de ti"
"Eso me lo dices a mÃ, un hombre que se ha enamorado tres veces de la misma mujer y sigue luchando"
Como Grace rió suavemente, Winston rió con ella. Era una risa despectiva pero ligera. Le susurró al oÃdo y le mordió suavemente la oreja.
"Estábamos destinados a acabar asÃ"
Sus manos entrelazadas acariciaron suavemente el estómago de Grace.
"Sólo corregà lo que salió mal. Aunque el método haya sido drástico, lo entenderás más tarde"
En ese momento, sopló una ráfaga de viento que les despeinó. Grace cerró los ojos con fuerza como si estuviera culpando al viento, reprimiendo su ira que estaba a punto de estallar.
"El viento es frÃo. Entremos ya"
Guiados por la mano del hombre, se dirigieron hacia la puerta trasera del anexo. Grace no podÃa apartar los ojos del cielo despejado sin nubes y del susurro de las hojas al caer.
"¿Puedo llevarme esto?"
Justo antes de entrar en la casa, levantó la hoja amarilla que habÃa estado sosteniendo en la mano todo este tiempo.
Como era de esperar, el hombre enarcó una ceja.
"¿Eres un mendigo o una ardilla? No, ni siquiera los mendigos y las ardillas cogen cosas asÃ"
murmuró Grace, evitando la mano que intentaba arrebatársela y ocultando la hoja tras su espalda.
"Pero quiero conservar un recuerdo de haber salido después de tanto tiempo"
El hombre, aún con cara de incredulidad, la miró con ojos que decÃan que no soportaba que le pegaran y dijo, tras ceder.
"Podemos dar un paseo cuando quieras"
"¿De verdad? Bien"
En cuanto oyó lo que querÃa, Grace tiró sin contemplaciones la hoja. Murmuró que querÃa cacao caliente con muchos malvaviscos y se apresuró a entrar, y se oyó una leve risita desde atrás.
"Siempre has sido rara. Puedo sentirlo incluso cuando eras joven"
Aunque el permiso para salir al exterior sólo le habÃa sido concedido hoy, hacÃa bastante tiempo que no podÃa moverse libremente dentro del edificio.
Por supuesto, seguÃa pegada a él como una sombra cuando salÃa.
Apoyó la barbilla en la mano, se sentó frente al hombre del otro lado de la mesa y lo observó con interés. HabÃa estado mirando el tablero de ajedrez con expresión bastante seria después de perder la reina hacÃa un rato.
Era aburrido.
Además, el calor de la chimenea se sumaba a la calidez, haciendo que la somnolencia la invadiera.
Sin soldados y con sólo una criada muda en el anexo, era tan silencioso como una mansión encantada. No le gustó nada que aquel hombre, que habÃa elegido el pasatiempo más discreto y tranquilo, la mirara ahora asÃ.
Grace habÃa elegido el billar. Pero el hombre, que le habÃa preguntado sarcásticamente a qué clase de billar sabÃa jugar, la llevó en cambio a su estudio.
"¿Qué tiene que ver el embarazo con el billar?"
"No creo que sólo juguemos al billar"
Mientras Winston fijaba la mirada en el tablero de ajedrez y respondÃa en tono sombrÃo, ella recordó lo que habÃa ocurrido en el estudio. Era cierto. HabÃa evitado la mesa de billar porque pensó que estaba a punto de abalanzarse sobre ella de nuevo.
'¿Es porque estoy embarazada? Fingiendo ser considerado...'
Grace, que lo habÃa mirado con el ceño fruncido, estalló en carcajadas al recordar lo que habÃa sucedido después.
"¿Por qué? ¿TenÃas miedo de que no sólo golpeara la bola de billar, sino también tu cabeza? Pues con este cuerpo, puedo golpearte aún más la cabeza"
"Pareces muy seguro de ti mismo"
Torciendo los labios, el hombre levantó un caballo.
Incluso mientras su reina era capturada, Grace se rió entre dientes y se llevó un trozo de chocolate a la boca. El plato de cristal de la mesa estaba repleto de varios tipos de bombones. Cogió un bombón con forma de corazón y recordó una conversación de hacÃa unos dÃas.
"¿Te has comido el chocolate que te di?"
Sacó a relucir viejos recuerdos con una pregunta sobre los bombones que le habÃa regalado en Abbington Beach.
El propósito de mencionarlo era obligarle a admitir que no era la misma chica que le habÃa robado el corazón, se lo habÃa roto y habÃa desaparecido para siempre, sino la mujer que yacÃa en la misma cama y habÃa tenido a su hijo.
...Para derribar el muro que habÃa construido al mentir que Daisy, Sally y Grace eran personas diferentes.
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