Hombres del Harén 447
Noche con Ranamoon
Asure: No es por ser malo, pero no se ilusionen :v
Latil miró entumecida a Ranamoon en un silencio atónito. Él seguía desabrochándose la camisa, una a una. Él mantenía los ojos fijos en ella, ella tampoco podía apartar la mirada.
Por fin terminó de desabrocharse los botones y se quitó la camisa para dejarla a un lado. Se oyó un sonido sordo cuando la camisa cayó al suelo, dejando al descubierto la piel suave y firme de Ranamoon. Latil tragó saliva.
«¿No te gusta lo que ves?»
«No estoy apartando la mirada, ¿verdad?»
murmuró Latil aturdida.
«¿Qué te parece?»
Latil levantó la mirada y miró a Ranamoon a los ojos. Sus acciones eran audaces, pero había un atisbo de nerviosismo en sus ojos.
Latil se levantó lentamente y caminó hacia él. Al verlo de cerca, se dio cuenta de que aún tenía marcas en la piel, aunque ligeramente difuminadas desde ayer.
Latil presionó los labios sobre las marcas y Ranamoon la rodeó con los brazos. Apoyó la frente en su pecho un rato antes de responder a su pregunta.
«Ranamoon. Los consortes que elegí son...»
«...»
«Los elegí a todos yo misma. No hay ningún consorte que no me guste»
Cuando Latil levantó la vista, se dio cuenta de que Ranamoon parecía más descontento que antes. Latil levantó las cejas, confundida, forzó una sonrisa.
«Majestad. Creo que no te das cuenta...»
«¿De qué?»
«Quizá sea mejor no decir consortes, en plural, en esta situación»
«Oh»
Latil no pensó que se centraría en eso específicamente. Suspiró. Pero entonces, Ranamoon la agarró de las manos y empezó a caminar lentamente hacia atrás mientras la conducía a la cama. Su mirada ansiosa seguía fija en ella mientras se sentaba.
Latil se lo pensó un segundo y luego se subió lentamente encima de él. Miró hacia abajo y habló en un tono casi burlón.
«Tienes que decirme que me quieres. Aunque no me quieras»
El nerviosismo en los ojos grises de Ranamoon era menos perceptible ahora que seguían los movimientos de Latil. Latil le pasó los pulgares por los hermosos ojos y le ahuecó la cara entre las manos. Sonrió.
«Dilo»
le ordenó.
«Te quiero...»
Latil mantuvo los ojos fijos en Ranamoon mientras empezaba a desabrocharle la camisa con una mano. Uno a uno, como había hecho antes.
Cuando llegó al tercer botón, Ranamoon besó su piel por encima de la camisa y la miró.
Latil se sintió mareada al ver su mirada hambrienta. Volvió a sentir náuseas, como si volviera la resaca de ayer. Pero al mismo tiempo sintió un cosquilleo en el corazón.
«Majestad... ¿Me... amas?»
preguntó Ranamoon lánguidamente mientras le besaba la piel.
Su pregunta se alargó mientras hablaba a través de los besos. Latil sintió como si su tímido pero hambriento deseo floreciera sobre su piel y se filtrara en ella donde él la besaba.
Era vertiginoso. Por un breve instante, Latil se preguntó qué estaba haciendo. Pero una cosa era segura. El rostro y la voz de Ranamoon eran embriagadores como el licor.
«¿En qué estás pensando? No respondes a mi pregunta»
«Estaba pensando en lo embriagadora que eres»
«¿Eso es un cumplido?»
Latil tiró su camisa a un lado. Miró hacia ella y vio que había caído encima de la de Ranamoon.
Giró lentamente la cabeza hacia él y lo vio tumbado en la cama, con el pelo esparcido por las sábanas como si fueran olas. Latil lo miraba como en trance.
«Me... intoxico con facilidad»
Su voz sonó más grave, se preguntó si sería por las mariposas que tenía en el estómago.
Ranamoon frunció el ceño cuando Latil siguió negándose a decirle que lo amaba. Pero se rió a su pesar ante su comentario.
Se oyó otro ruido de ropa cayendo al suelo.
El pantalón de Latil fue arrojado encima de sus camisas. El pantalón de Ranamoon pronto acabó también en el montón.
Poco a poco, Latil se dio cuenta de que todas sus ropas estaban enredadas en el suelo y de que estaba a horcajadas sobre Ranamoon en la cama. De repente sintió una sacudida de excitación. Era vertiginoso pensar que Ranamoon era su némesis predestinado.
«Su Majestad»
La voz de Ranamoon era más ronca que de costumbre. Latil apretó los labios contra los suyos en lugar de responder. Ranamoon le devolvió el beso, pero cuando se separaron unos segundos, la instó de nuevo a que respondiera.
«Majestad, ¿me amas?»
Latil volvió a besarle para evitar una respuesta. Pero entonces se dio cuenta de que Ranamoon parecía bastante decepcionado.
Siempre era hermoso incluso cuando estaba inexpresivo, pero ahora Latil estaba descubriendo varios matices de su belleza a medida que su rostro se teñía de emoción.
Ella sonrió, complacida de verle mostrar sus sentimientos.
«Sigues sin responderme»
Estaba realmente decepcionado a pesar del deleite de Latil.
«Y sin embargo le dices constantemente a Tasir que lo amas y todo eso»
se enfurruñó.
Pero Latil no podía evitarlo. Tasir siempre le decía despreocupadamente que la quería. Ella le devolvía las mismas palabras sin pensárselo mucho.
Pero Ranamoon no era de los que decían eso habitualmente. Esta era su rara excepción. Latil sabía que sólo lo decía porque estaba atrapado en el momento y porque ella era su Emperador.
No quería decirlo ahora, porque entonces lo estaría diciendo mientras estaba hechizada por Ranamoon. Y lo había dicho sólo porque ella se lo había dicho.
Ranamoon estaría incrédulo si pudiera leer sus pensamientos ahora. Diría que esto no era una especie de competición. Pero así se sentía Latil.
No le importaba si era inmaduro de su parte. No quería decir esas palabras a la ligera. Y no tenía nada que ver con su afecto por Ranamoon.
«En otra ocasión»
«¿Otra vez?»
preguntó Ranamoon, entrecerrando los ojos.
«Sí, en otra ocasión. Cuando me lo digas no porque yo te lo haya dicho... Te lo diré entonces»
«¿Soy sólo un medio para intoxicarme hasta entonces?»
Latil rió. En un instante, Ranamoon la volteó sobre la cama y se subió encima de ella.
Latil sintió que le dolían todos los músculos del cuerpo antes de abrir los ojos a la mañana siguiente.
'Me duele todo... Uf'
Abrió los ojos, todavía medio dormida. Pero se sentía como si hubiera corrido diez vueltas alrededor del campo de entrenamiento por primera vez el día anterior.
Latil gimió y se giró sobre su otro lado para mirar a Ranamoon. Seguía dormido.
Latil estudió cada centímetro de su rostro. Entonces, una oleada de recuerdos de la noche anterior la invadió y volvió a cerrar los ojos. Sintió un cosquilleo en el corazón cuando recordó las numerosas expresiones que se dibujaron en el rostro de Ranamoon durante la noche.
'Parece que, al menos, no tiene frío en la cama'
Latil rió en voz baja para sí misma. No había venido a Ranamoon anoche para esto. Sólo había venido a consolarlo.
Pero cuando empezó a desabrocharse la camisa, parecía que iba a caer inconsciente si ella lo rechazaba. Y en el momento en que tiró la camisa a un lado, Latil se enfrentó a una inminente decisión que tomar.
Hace unos meses, antes de cambiar de opinión, habría rechazado la tentación y lo habría puesto a dormir o habría vuelto a su habitación.
Pero tras su cambio de opinión, el deseo carnal encerrado en el interior de Latil aullaba prácticamente como un lobo cuando vio a Ranamoon la noche anterior.
La voz dentro de su cabeza se quejaba y preguntaba por qué tenía que practicar la abstinencia cuando tenía ocho consortes. Al final, la voz ganó.
En ese momento, Ranamoon gimió y atrajo a Latil hacia sí. Latil se sobresaltó, creyendo que estaba despierto. Pero seguía dormido. Se había movido mientras dormía.
En cuanto Latil pensó que Ranamoon podría estar despierto, empezó a recordar con detalle los sucesos de la noche anterior. Sonrió para sí misma, avergonzada.
En cierto modo era vergonzoso, pero sentía que se había acercado mucho más a Ranamoon en una noche. Y...
Al mirarlo ahora, se dio cuenta de lo guapo que era.
Durante un rato, Latil examinó el rostro de Ranamoon con satisfacción.
Pero cuando él abrió los ojos de repente, ella los cerró rápidamente.
Ranamoon ya la había visto despierta, pero Latil mantenía los ojos cerrados y fingía estar dormida. Ranamoon miró sus párpados temblorosos y se preguntó si debía seguirle el juego o no.
«Anoche te dije que te quería casi cien veces. Pero tú no me lo dijiste ni una sola vez»
Latil mantuvo los ojos cerrados.
«Pero yo... te animé en su lugar»
dijo tímidamente.
Abrió un poco los ojos y vio que Ranamoon tenía una expresión rígida. Se arrepintió un poco de haber hecho aquel comentario, pero no podía retractarse de las palabras que habían salido de su boca.
Ranamoon seguía inmóvil, Latil le mordió ligeramente la barbilla para calmar los ánimos. Pero él seguía inmóvil.
Latil se preguntó qué podría decirle para descongelarlo. Intentó llegar a un compromiso, a pesar del infantil sentimiento de competencia que sentía, de no decirle a Ranamoon lo que él quería oír hasta que la amara de verdad.
«Mis ojos definitivamente te aman»
«¿Sólo tus ojos?»
«Pareces insatisfecho»
Latil le pellizcó ligeramente la mejilla, Ranamoon suspiró.
«Ni siquiera lo dirás insinceramente»
«Tasir es el experto en comentarios insinceros»
«No necesito eso de él»
Latil se rió, Ranamoon le rodeó la cintura con los brazos.
«Ríete todo lo que quieras, Majestad. Al final te oiré decirlo»
«¿Decir qué?»
«Que me amas»
Al oír la determinación de Ranamoon, una parte de Latil quería burlarse de él, mientras que otra quería tomárselo en serio. Estudió a Ranamoon, tratando de elegir qué instinto seguir.
Pero cuando vio la seriedad absoluta en sus ojos grises, no le pareció correcto burlarse de él mientras se mostraba tan sincero. Hundió la cabeza en su hombro sin decir nada más.
***
Latil regresó a su habitación rebosante de felicidad.
Se lavó rápidamente y se cambió antes de ir a trabajar.
Antes, cuando estaba en la cama, le dolía todo el cuerpo y sólo pensar en trabajar era devastador. Pero cuando se lavó y se cambió, se sentía casi bien. Tal vez era el efecto de tener el cuerpo del Lord.
«Su Majestad»
Sonnaught ya estaba en su despacho cuando llegó y la saludó al entrar. El guardia que había escoltado a Latil hasta el estudio se inclinó ante Sonnaught y se marchó.
De repente, Latil sintió recelo al ver la cara de Sonnaught y se sentó apresuradamente en su escritorio en cuanto le saludó.
Antes, cuando paseaba por el vestíbulo, se sentía mareada, pensando en su noche con Ranamoon. Pero al ver ahora el rostro de Sonnaught en su estudio, se sintió dolorosamente consciente de él.
Nos confesamos nuestros sentimientos, después de todo...
A pesar de que Sonnaught era quien se había negado a convertirse oficialmente en amante de Latil debido a sus muchos consortes, no podía evitar robarle miradas.
Sonnaught parecía desconcertado.
«¿Pasa algo?»
preguntó con una sonrisa.
«No. No pasa nada»
Latil desvió rápidamente la mirada hacia el escritorio.
Abrió el frasco de tinta y sacó una pluma que utilizaba a menudo.
Humedeció la pluma con tinta y desenrolló un pergamino que tenía sobre el escritorio para leer los informes que se habían presentado durante la noche.
Parecía ocupada, Sonnaught la miró fijamente preguntándose si habría vuelto a hacer algo mal.
Pero entonces, sus ojos se posaron en su cuello y se puso rígido.
Llevaba el pelo recogido en una coleta alta, como de costumbre, tenía marcas rojas en la nuca.
A Sonnaught se le encogió el corazón. Pero si fingía que no lo había visto, más gente se daría cuenta.
Dudó un segundo antes de decidirse a decírselo a Latil.
«Majestad»
«¿Hm?»
«Tienes picaduras de insectos en el cuello. Será mejor que te sueltes el pelo»
Sonnaught desató el pelo de Latil, que cayó en cascada sobre sus hombros.
¿Picaduras? Latil giró confundida. Entonces, sus ojos se cruzaron con los de Sonnaught y se quedó inmóvil. Rápidamente le arrebató el coletero de la mano y fijó la mirada en el informe que tenía sobre la mesa.
No puedo mirar a Sonnaught a la cara.
Asure: así me sentí, estafado .... y ya me estaba alistando las palabras especiales para incluir en la traducción de este capitulo :v
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