Reina de las Sombras 52
El salón de L (1)
"¿Cómo estás?"
"¡...!"
El hombre de mediana edad que mantenÃa la boca cerrada le preguntó a Elena cómo estaba. En el tono más afectuoso.
"Te ves muy femenina con tu uniforme escolar"
"..."
"Si tu madre en el cielo te hubiera visto, se habrÃa alegrado mucho. Mi hija ha crecido bien"
'¿Mamá? ¿Hija?'
Por un momento, los ojos de Elena se abrieron y recobraron el sentido. La cabeza, que no daba vueltas como si estuviera obstruida, giró rápidamente. Basándose en el tono amistoso, la historia solitaria que habÃa detrás, los ojos cálidos... y varias circunstancias, pudo adivinar la identidad de este hombre.
'Emilio, el jefe de la Corporación Castol'
Y.
'El padre biológico de LucÃa'
Elena comprendió la situación de inmediato. Al mismo tiempo, no pudo evitar sorprenderse. Era sorprendente que LucÃa, que está sufriendo de fiebre y estaba recibiendo tratamiento no estuviera aquÃ. Sin embargo, mencionó la relación delante de Elena, a quien nunca habÃa visto antes, y reveló su identidad.
'¿Por qué me ayudas?'
Se preguntó de repente, pero Elena dejó de pensar.
'No pensemos'
Elena juzgó que era más urgente evitar la situación actual, aunque no sabe qué pasó.
"P-padre"
La palabra padre salió en una sola pronunciación.
"SÃ, hija mÃa. ¿Sabes lo preocupado que estaba?"
Emilio se acercó y abrazó a Elena. Susurró al oÃdo de Elena, desconcertado.
"Él sospecha"
"¡...!"
Emilio no tardó en quitarse el abrazo y retroceder. Sus ojos cálidos eran los mismos que los de su padre, que estaba realmente preocupado por la seguridad de su hija. Elena actuó con naturalidad, ocultando su vergüenza.
"¿Cómo has llegado hasta aqu� Sin decir nada"
"Me enteré de que te habÃa pasado algo urgente, asà que dejé el trabajo de arriba y salà corriendo"
"¿A m�"
Emilio asintió y miró a Ren. La cara de Ren estaba distorsionada en el buen sentido. La imagen que querÃa no era ésta, y estaba claramente disgustado. De cualquier manera, Elena y Emilio se concentraron en crear una relación padre-hija de buen ver.
"Me va bien..."
"Ya veo. Se trata de tus asuntos personales, asà que fui corriendo de un lado a otro"
"..."
Los ojos de Elena se volvieron frÃos. Una situación difÃcil se ha identificado de alguna manera. Ren incluso llamó a Emilio en el norte para revelar la identidad de LucÃa.
'Oh, esto es ridÃculo. ¿Son padre e hija biológicos?'
Ren fue testigo de ello y se preguntó si podÃa creerlo. Se sintió un poco incómodo al llamarlo un reencuentro conmovedor, pero era ambiguo señalarlo.
"Señor, ¿puede decirme ahora? ¿Cuál es el sketch al que tengo que venir a discutir?"
El tono de Emilio era educado. Pero el matiz de las palabras se acercaba a la interrogación.
"Su hija nunca ha asistido a una conferencia"
"Y"
"¿Deshizo su equipaje en la residencia pero nadie la vio? Asà que estás preocupado por ella, ¿no?"
Los ojos de Ren brillaron con fuerza, aunque se hacÃa el simpático. Sus ojos estaban llenos de sospecha.
"¿Sólo me llamaste para eso?"
"¿Sólo? ¿Para eso?"
preguntó Ren por reflejo sin darse cuenta de que era un reflejo. Y es que la actitud de Emilio de aceptar la vida académica que no es normal no es comprensible.
"SÃ, ¿hay algo particularmente extraño en ello?"
"¡...!"
Los ojos de Ren temblaban. Las cosas estaban siendo muy diferentes a lo que él habÃa pensado.
"LucÃa tiene una enfermedad crónica congénita. Ahora está mucho mejor, pero cuando vuelve a aparecer, tiene que hacer reposo durante uno o dos meses. Probablemente sea por eso"
"Asà que se ha saltado las clases, ¿no se ha metido en la residencia?"
Ren preguntó como si estuviera aturdido. HabÃa reglas estrictas en las instituciones académicas. Estaba prohibido permanecer fuera del dormitorio y asistir a las clases.
"SÃ, he notificado a la academia e incluso he recibido permiso para recibir tratamiento externo si su salud se deteriora"
"¿No te creo?"
Ren siguió sospechando hasta el final. Fue a la academia para informarse sobre LucÃa, pero nunca habÃa oÃdo hablar de esto.
"Probablemente lo mantuvieron en secreto por el tema de la equidad. Va en contra de las normas de la academia"
"Vaya, eso es una locura. ¿La academia dándole un respiro?"
Ren se echó el pelo ondulado hacia atrás con brusquedad. ParecÃa muy enfadado porque las cosas no iban como él querÃa.
"¿Habéis escarbado los dos?"
"Sabes, no llegué a la capital hasta anoche después de recibir una llamada del joven señor. ¿Tienes algo que decir entre padres e hijos?"
Elena no podÃa apartar los ojos de Emilio con el rostro inexpresivo. Su voz y su expresión eran lo suficientemente persuasivas como para convencer a cualquiera de creer una mentira. La expresión rÃgida de Emilio se deshizo al ver a Elena.
"Estaba nervioso, pero me alegro de ver a mi hija. No tuve oportunidad de hacerlo porque estaba ocupado trabajando en la cima"
"Yo también. Te has descuidado mucho"
Elena respondió adecuadamente para crear un buen ambiente entre padre e hija.
"Lo siento, pero por favor, perdóname por venir"
"Pft, está bien"
Ren miró de un lado a otro a Elena y a Emilio con una cara todavÃa increÃble. Abrió los ojos uno a uno y expresó su duda.
"¿No os parecéis en nada?"
"Porque me parezco a mi madre"
Elena sonrió y respondió hábilmente. Entonces Emilio dijo una palabra.
"No se quedó corta con la apariencia de mi esposa. ¿No es una niña bonita y encantadora?"
"No hay manera de comprobarlo, me estoy volviendo loco"
Emilio, que miraba a Elena con cariño, preguntó a Ren con sarcasmo.
"¿Te queda alguna pregunta? Te contestaré lo que quieras, porque estás muy preocupada por LucÃa"
"A mà también. Gracias a ti, quiero pagarte por permitirme ver a mi padre"
Elena sonrió ampliamente y se unió a los brazos de Emilio como si le estuviera tomando el pelo. No importa quién lo vea, los sentimientos de Ren se distorsionaron porque eran como un padre y una hija amistosos.
"La comida aquà es deliciosa, pero no puedo digerirla"
"¿Te vas?"
Ren, que iba a salir de la habitación sujetando la perilla de la puerta, se dio la vuelta.
"Creo que no tengo dónde ir para la conmovedora reunión"
"Sabes que todo es gracias a mÃ, ¿verdad?"
"He vuelto a hacer algo tan bueno por los demás. Acaba tú con el resto. Serás castigado si lo dejas"
Ren le estrechó la mano y salió de la habitación tal cual. Elena se relajó sólo después de confirmar que Ren salÃa del restaurante por la terraza.
"Gracias. Si no te hubieras dado cuenta, me habrÃa quedado atrapada"
Elena finalmente expresó su gratitud. Era embarazoso encontrarse de repente, pero no habÃa ninguna situación porque ocurrió en un momento para jugar un padre y una hija amistosos.
"Es justo que te dé las gracias"
Emilio se enderezó la ropa desaliñada e inclinó la cabeza como si tuviera la cintura doblada.
"Sólo quiero dar las gracias a mi benefactor. Gracias por salvar a mi hija"
"¡...!"
Elena se sorprendió. Incluso sin especificar el remitente, Emilio parecÃa saber que Elena era quien habÃa enviado la cura para la fiebre.
"¿Cómo podrÃa ser yo?"
"Lo has escrito en la carta. Aunque se mejore, necesita descansar durante un año o más"
Elena definitivamente escribió eso. Esto es porque si una LucÃa totalmente recuperada vuelve a la academia en medio del camino, dificultarÃa el comportamiento de LucÃa.
"Pero, ella no tuvo que hacerlo. Malone, de la tribu de las praderas, dijo que cuando se curó, la tasa de recurrencia fue baja y no hubo ningún problema con la vida diaria en un mes. ¿Alguien que sepa cómo tratar la enfermedad conoce la duración del tratamiento? No lo creo"
"..."
"Personalmente, incluso descubrà que el primer origen de la carta estaba cerca de la academia. Mientras tanto, el hombre que me envió la carta. Algo está mal con mi hija. Estaba seguro entonces. podrÃa conocer al benefactor que me envió la carta y salvó a mi hija"
Elena se sintió obligada a admirar su agudeza de corazón. No podÃa creer que él hubiera analizado esas circunstancias y deducido que eran casi perfectas. No en vano la reputación de Emilio estaba en la cúpula de la Cámara de Comercio de Castol, que habÃa cruzado la alianza trilateral y viajado al imperio del sur del continente.
"No lo voy a negar ya que lo has reconocido. SÃ, lo hice"
Elena lo admitió sin dudar. Aunque no era su hija, se hizo pasar por padre e hija y ayudó a Elena a no ser descubierta. Era lo suficientemente digno de confianza.
"Pensé que podrÃas ser una estudiante de una academia, pero es aún más sorprendente verte en persona. Es tarde, pero querÃa darte las gracias. Muchas gracias por salvar a mi hija"
"A mà también. Muchas gracias por lo de hoy"
Elena también inclinó la cabeza para expresar su gratitud. Sin el sabio manejo de Emilio, ella ya habrÃa estado en problemas.
"Esto es el destino, ¿te gustarÃa cenar conmigo? El curso aquà es bastante bueno"
"Es un honor"
Emilio aceptó de manera educada. El plato recién ordenado salió y lentamente los saboreó. Tal vez porque Ren se fue, era el mismo plato que tenÃa antes, pero el sabor y la textura eran muy diferentes.
"Pero nunca lo pediste"
"¿Qué quieres decir?"
Elena dejó el tenedor y el cuchillo.
"Quién soy, qué hago, por qué me hice pasar por LucÃa"
"No tengo por qué saberlo"
Emilio se limpió la boca con una servilleta y continuó con calma.
"Eres un benefactor que ha salvado a mi hija, que lo es todo para mÃ. Si quieres, me gustarÃa ofrecerte la compañÃa de castol. No, puedo dársela ahora"
Elena levantó la vista y le miró a los ojos. Su sinceridad salÃa de sus ojos y expresiones tanto como su discurso sincero. Efectivamente, era el hombre que tiró toda su vida para curar a LucÃa en su vida pasada.
"Sólo aceptaré tu corazón. Ya me has pagado bastante por lo que ha pasado hoy"
"No, no podrÃa pagarte"
La expresión decidida de Emilio mostraba una terquedad inescrutable.
"Si me permites decir unas palabras más, ¿te importarÃa?"
"Todo lo que quieras"
Se trata de dos personas cuya edad es bastante diferente como para creer que en realidad son padre e hija. Sin embargo, al observar la conversación real, Elena parecÃa tratarle con naturalidad como un subordinado, y Emilio era respetuoso.
"Te he estado mirando desde que te conocÃ. No me malinterpretes. Es un hábito para mà cuidar de la gente, ya que la base del comercio entre comerciantes son las personas"
"No he entendido mal"
"El habla, los gestos, la forma de comer, la elección de palabras... Es trivial, pero juzgamos a la gente a través de todas esas cosas. No podemos cambiar el comportamiento de nuestro cuerpo con nuestra conciencia. Hay otro ambiente. Están hechos para ser adquiridos, y nacen para serlo"
Emilio se humedeció la garganta con agua y preguntó con cuidado.
"¿No eres parte de la familia imperial?"
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