Mo Yan en un Libro 207-208

Miércoles, 31 de Marzo del 2021

Mo Yan en un Libro 207

Ayúdame a masajearla

“¿Nos abandonas ahora que estás cómodo?” preguntó Zeyuan mientras se quitaba las gafas y las dejaba sobre la mesita de noche. Con una sonrisa en los ojos, tiró de su mano y presionó el suave apéndice contra la parte delantera de su pantalón hinchado,

"Ayúdame a masajearla"

"Hm..."

"¿Por qué no chupas esto también? Acabas de tener sed. Te recompensaré si lo lames". Muchen miró a Zeyuan al otro lado de Mo Yan, éste le devolvió la mirada con una sonrisa astuta.

Mo Yan los miró aturdidamente, pensó que si hacía un buen trabajo ahora, le darían una recompensa.

Zeyuan se desabrochó la parte delantera del pantalón, dejando al descubierto el magnífico paquete que había bajo su ropa interior negra. Y apretó su mano contra su masa caliente. Al otro lado, Muchen la engatusó,

“Vamos, sácalo con tu manita, es asfixiante ahí dentro”

Ella bajó débilmente el calzoncillo para revelar la masa endurecida. Lo sostuvo en la mano y sintió que se expandía aún más. Bajo su estímulo, se inclinó para lamer tímidamente la cabeza,

“Hn, no te detengas. Chúpala en tu boquita”

“Hm, me pica~ quiero~” se agitó.

Aunque había llegado al clímax muchas veces, los efectos de la droga seguían siendo fuertes. Su cuerpo todavía estaba necesitado.

"No, lame primero a A Chen, luego tendrás tu recompensa"  Yi dijo sujetándola.

Aunque su cuerpo clamaba, no tuvo más remedio que llevarse la cabeza bulbosa a la boca. Chupó y lamió la cabeza, antes de recorrer el tronco y recorrer las venas con la lengua. El aroma de su almizcle llenó su nariz haciendo que su tarro de miel rezumara su líquido. Empezó a gemir alrededor de la polla de Muchen mientras Zeyuan le cogía la mano y la utilizaba para acariciar su propia cosa.

No supo cuánto tiempo estuvo lamiendo y chupando, pero le empezó a doler la boca. Se apartó y miró a Muchen. Él parecía saber lo que ella quería y le apretó la cabeza contra su polla,

"Buena chica, necesito ser más rápido. Abre más la boca para que no te duela” Dijo metiendo el pulgar en la boca de ella para empujar el palo de carne hasta la garganta. Ella gimió. 

La boca de Mo Yan se abrió todo lo que pudo, a medida que los empujes de Muchen se hacían más feroces, se aferró con más fuerza a la polla de Zeyuan y su pelvis se balanceó. Su cuerpo sensible fue burlado a fondo por los tres hombres y se estremeció. La anticipación y el placer dominaban por completo su mente.

Mo Yan en un Libro 208

Acaba de empezar

La puerta se abrió, y los tres hombres se pusieron nerviosos, sus ojos se agudizaron al volverse para mirar. Cuando vieron que era Gong Qiye, se relajaron.

“¿Cómo está Yan'er? ¿Está mejorando?” Preguntó mientras entraba y cerraba la puerta. El aire estaba lleno de olor a sexo.

"Apenas comienza a hacerlo” respondió Yi mientras miraba fijamente los ojos aturdidos de Mo Yan. La lechita colgaba de los labios de ella y él recogió el líquido y le puso el dedo en la boca. Ella abrió la boca para lamerle el dedo, antes de chuparlo, con los dientes rozando su piel.

"¿Qué quieres, cariño?" 

Preguntó Zeyuan acercándose suavemente para sujetarle la barbilla antes de frotar su nariz contra la de ella. Sus ojos verdes eran como profundos estanques insondables.

"Quiero que... me hagas más daño"

Gimió ella mientras le mordía el labio y chupaba. Le rodeó el cuello con los brazos y le besó la mandíbula hasta la garganta para lamerle la manzana de Adán, encendiendo sus deseos.

La levantó y le dio la vuelta para que su espalda quedara presionada contra él y en cuanto se hundió, envió su polla a su cálida cueva. Las estrechas paredes de carne de ella se abrieron y cerraron a su alrededor mientras él entraba profundamente. Sus nalgas se apretaron mientras el pistón entraba en ella golpeando la boca interior de la flor. El cuerpo de Mo Yan se arqueó con la boca abierta, gimiendo. Sus manos se aferraban a las sábanas con fuerza, dejando que su cuerpo recibiera las embestidas.

Zeyuan se acostó sobre ella, besó su hermosa espalda dejando chupetones. De repente, se volvió loco, empujando con todas sus fuerzas. Agarró sus níveos pechos y pellizcó las puntas de las flores de ciruelo.

“Ah~ ah~ A yuan~ más profundo~” 

Gritó ella, el placer-dolor hizo que su agujero se apretara más, pero Zeyuan no cedió.

Su furiosa salida la hizo gritar. Su fuerza la hizo chocar contra las sábanas, y ella mordió la tela para soportar el placer. Su cintura se retorció para adaptarse a él, haciéndole penetrar más profundamente. El placer adormecedor la hizo morder el puño mientras las lágrimas de felicidad caían de sus ojos.

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