Mo Yan en un Libro 203-204

Mo Yan en un Libro 203-204

Miércoles, 31 de Marzo del 2021



Mo Yan en un Libro 203

Antídoto


"¿Una mujer? No tengo ni idea de quién podría ser. Esos rumores son perjudiciales para el honor de nuestro hotel”  El hombre de las gafas doradas  miró al jefe de la oficina.   

El jefe sonrió: "Parece que nos hemos equivocado de información. Siento haberle molestado”  Dijo solícito.

"Pueden marcharse"  dijo Hanyu.

Hanyu miró alrededor de la multitud antes de marcharse con Qiye llegando a su lado.

Se llevó el teléfono a la oreja:  "Investiga a la gente de la fiesta de esta noche"

“Vamos, Yan'er nos está esperando”  Dijo Qiye dándole una palmadita en el hombro.



***

 

"¿Qué es H1BS?" Mu Zeyuan preguntó a Yi a través del espejo retrovisor. Pudo ver a Mo Yan en los brazos de Yi con un aspecto sonrojado y con lágrimas corriendo por su cara. En sus ojos verdes brillaba una mezcla de dolor y rabia.

“Es una droga del mercado negro que se utiliza para entrenar a las mujeres desobedientes. Una mujer casta puede convertirse en una zorra desvergonzada, perdiendo su capacidad de pensar o resistir bajo la influencia de la droga. Destruye su ego y se convierten en criaturas impulsadas por la lujuria"

"¿Cuál es el antídoto?"

"Un hombre" dijo Yi.

“Ah~ un~ tan caliente~” dijo ella tirando de su chaqueta. Sus ojos no estaban enfocados, y su cuerpo se retorcía.

Los ojos de Situ Yi se llenaron de lujuria, pero le agarró las manos y le sujetó la cintura con la otra  “Yan'er, por favor no te muevas”

“Dame”  sollozó ella “quiero...”  Se frotó la cabeza contra su pecho y su cuello.

“No es capaz de aguantar más. Se va a desmayar por el shock. ¡Maldita sea!

Le acarició la cara y ella sacó la lengua para lamerle la palma. Un escalofrío le recorrió la espalda y se inclinó para besarla. La agarró por la nuca, envolviendo su sedoso pelo con la mano y obligándola a echar la cabeza hacia atrás para poder despojarla de su dulzura.

De repente, ella empezó a luchar contra él, apartando la cabeza: "¡No! ¡Para! ¡No me toques! Te mataré" 

Las drogas le habían hecho perder la cabeza y no podía distinguir quién era quién. Sólo podía confiar en su voluntad para detenerlo.






Mo Yan en un Libro 204

Hao Yang


Mo Yan respiró y un aroma familiar llenó su nariz, calmando su asustado corazón.

"Yi"  sollozó  "dame" Sus manos recorrieron el cuerpo de él hasta la bragueta del pantalón. Podía sentir su dureza, pero no podía llegar a ella debido al cinturón. Lloró con lágrimas de agravio.

Yi le besó la cara sonrojada mientras se apresuraba a abrir el cinturón del pantalón y la cremallera para revelar su abultado hierro caliente. Mo Yan se levantó sobre su polla y se sentó a la fuerza enviando la suya a lo más profundo de su estrecho agujero floral. La sensación de su cuerpo casi le hizo entrar en erupción.

“Ha~ ah~ tan bueno Yi~” gritó ella.

“Hn, tan apretada”. Él gimió.

Su cerebro consciente se desvaneció y sólo quedó la búsqueda de la lujuria. Ella se agarró a sus hombros y a su cuello mientras lo montaba. El espacioso coche pronto se llenó del aroma del sexo y del sonido de los gemidos lujuriosos.

Su cara roja era una mezcla de dolor y felicidad.

“Yi~ más profundo~ pica tanto por dentro~”

“Maldita sea. El efecto es demasiado fuerte, Yan'er casi está perdiendo la cabeza”

Muchen estaba lleno de ira, si llegaban demasiado tarde, se arrepentirían toda la vida. Iban a descubrir quién estaba detrás de esto y se lo iban a hacer pagar.

Yi agarró su esbelta cintura y la folló con violencia. El sudor rezumaba por sus poros mientras veía cómo se agitaban ante sus ojos sus rollizos pechos, cuyas puntas rojas pedían ser chupadas. Se llevó un pezón a la boca y ella gimió de satisfacción.

"Empuja un poco más" gritó ella.

"Como quieras" gimió él antes de agarrar sus nalgas níveas y penetrar más profundamente. Su glande irrumpió en su tierna cueva. Era como si miles de bocas estuvieran chupando el eje enviando señales de placer. Yi apretó los dientes contra el deseo mientras sacaba y se introducía una y otra vez. Cada empujón traía un diluvio de miel que mojaba sus pantalones.

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