Jueves, 25 de Marzo del 2021

Mi Esposa Oculta es Dulce 231

Bastardo

Las manos de Gu Weiwei que sostenían el cuchillo y el tenedor temblaban ligeramente. Sin embargo, una sonrisa apacible seguía planeando sobre su rostro.

"Parece que el señor Gu no me ha invitado a cenar, sino que me ha traído aquí para tocar el piano"

Gu Siting señaló el piano clásico no muy lejano y dijo: "Liebestraume de Franz Liszt".

"¿Podemos elegir otra canción, ésta es una que no toco muy bien?"

Era una canción que ella solía tocar para él cuando estaban juntos... pero ahora, aunque estaba con Ling Yan, seguía pidiéndole que tocara esta canción para ellos.

"La partitura está en el piano"

Sosteniendo su copa de vino en la mano, Gu Siting esperó a que ella empezara.

Ling Yan miró a Gu Siting y dijo: "Hermano Siting, ese piano..."

Ese piano era algo que nunca había permitido tocar a nadie y siempre lo desempolvaba él mismo.

Gu Siting echó un vistazo al vino tinto de su copa y dijo con calma: "Hace mucho tiempo que no oigo el sonido del piano en esta casa"

La expresión de Ling Yan cambió, mientras tomaba su copa y daba un sorbo.

Gu Weiwei era la única que tocaba el piano en la casa antes.

Él había quitado todo lo suyo cuando ella se había ido, excepto este piano.

Gu Weiwei dejó el cuchillo y el tenedor y estaba a punto de levantarse cuando Fu Shiyi la agarró del brazo.

"¡No toques nada para él!"

Ella no había tocado nada para su hermano, así que ¿por qué debía tocar algo para este hombre?

Maldito sea el Liebestraum, ¡deja que siga soñando despierto!

"Nos iremos cuando termine de tocar"

Una vez dicho esto, Gu Weiwei se levantó y se dirigió al piano blanco con el que estaba tan familiarizada.

Abrió la partitura, probó un poco la melodía para entrar en calor y empezó a tocar la canción.

La primera sección de Liebestraum era dulce y suave, romántica y llena de amor, mientras que la segunda sección tenía una melodía intensa, activa y emocionante; igual que lo que sentía la doncella al confesarse con su amante. La tercera sección estaba llena de sueños persistentes.

Era una canción sobre cómo una persona confesaba su amor a la otra y ella la había tocado numerosas veces a Gu Siting, pero esta vez, sentía algo diferente.

Ling Yan observó a la chica, que se había puesto a tocar el piano, sentada y escuchó la familiar melodía que resonaba en la habitación.

La observó y le pareció vislumbrar una silueta, la de aquella chica que conocía tan bien, de nuevo.

Entonces, la mano que sostenía su vaso se agitó y la copa se le escapó de la mano y cayó al suelo.

Gu Siting miró de reojo y dijo: "¿Qué pasa?"

Con las manos sobre el corazón, Ling Yan dijo con el rostro pálido: "Me duele un poco el corazón... Quizá sea porque estoy pensando en Weiwei"

Sintiéndose nervioso, Gu Siting la ayudó a levantarse y dijo: "Mayordomo, llame al médico"

Un toque de burla brilló en los ojos de Gu Weiwei, que dejó de jugar.

Le había sacado el corazón, así que, por supuesto, se sentía mal mientras la veía tocar la canción que solía interpretar.

"Señor Gu, es bastante tarde, ¿podemos irnos ya?"

Gu Siting le pidió al mayordomo que ayudara a Ling Yan a subir las escalera y que evaluara discretamente a Gu Weiwei.

"Así que la srta. Mu no está pensando en venir a nuestra empresa?"

"No" Gu Weiwei dijo con frialdad.

No estaba segura de lo que quería de ella, pero ya tenía a Ling Yan. ¿Todavía estaba buscando una sustituta para Gu Weiwei?

Gu Siting, ¡eres un bastardo!

Sin preguntar más, Gu Siting dijo: "Si alguna vez cambias de opinión, contacta con nosotros cuando quieras"

Fu Shiyi puso los ojos en blanco. Con su hermano presente, este hombre nunca iba a ver realizado su sueño.

Gu Weiwei sonrió y no dijo nada a cambio.

"Despídelos"

Gu Siting se dio la vuelta y subió a ver cómo estaba Ling Yan.

Kuroda Shio llegó y les abrió la puerta.

"Por favor, señorita Mu"

Gu Weiwei salió de la casa de la familia Gu y echó un vistazo a la habitación del segundo piso, mientras estaba en el coche.

La habitación que solía pertenecerle a ella era ahora donde residía Ling Yan.

Tenía una mala costumbre: no le gustaba que otra persona tocara sus cosas.

Por lo tanto, el hombre que había sido tocado por Ling Yan, no era alguien que ella apreciaría más.

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