La Princesa Monstruosa 32
La presa de la Princesa Monstruosa (2)
"Primera Princesa, he oÃdo que tuvo una discusión con la emperatriz en el concurso de caza de hace unos dÃas"
A la mañana siguiente, durante el desayuno, Su Majestad el Emperador apareció por primera vez en los titulares.
Algunas de las demás reinas, princesas y prÃncipes estaban presentes en la sesión. Sin embargo, la emperatriz y Miriam no estaban allÃ. HabrÃa sido normal que no asistiera a la reunión del desayuno de hoy, ya que era imposible que la emperatriz fuera excluida de la mesa a la que estaban invitadas las reinas.
Me limpié la boca con una servilleta y dije.
"¿Qué quieres decir con una discusión? Sólo tuvimos una pequeña conversación porque hubo un pequeño malentendido entre madre e hija"
La razón por la que mi madre no ha venido a desayunar hoy ha sido probablemente por mÃ. DebÃa de estar muy enfadada conmigo por defender a Marina, que la bloqueó durante la competición de caza y se enfrentó a ella.
Por eso querÃa que yo entrara, con la cabeza gacha, disculpándome primero.
"SÃ, tienes razón. Si hay un malentendido, hay que aclararlo bien"
Como era de esperar, como si hubiera escuchado algo de mi madre, mi padre, el emperador, levantó un vaso de agua para humedecer su garganta mientras hablaba.
"Ya no eres una niña, asà que no seas egoÃsta, Primera Princesa"
Le dije indirectamente, pero al fin y al cabo, él querÃa que perdiera primero con mi madre.
Me reà interiormente.
'No importa que estés cansada de que mi madre te atormente últimamente, aun asÃ, no puedo creer que digas algo tan poco comunicativo'
ConocÃa bien mi personalidad.
"SÃ, como dijo padre, ya no soy un niño, asà que lo haré por mi cuenta"
Seguà el ejemplo de mi padre y respondà con agua.
Las cejas de mi padre se fruncieron al decirle indirectamente que no se metiera en los asuntos de mi madre y en los mÃos.
"Su Majestad, ya que es entre madre e hija, quizás la Primera Princesa lo haga bien por su cuenta"
En ese momento, la 2ª Reina Katarina me interrumpió en medio de mi discurso.
"Más que eso, nuestro Primer PrÃncipe ha sido..."
No le gustó que el emperador sólo me hablara a mà y trató descaradamente de cambiar de tema.
Quizá entendió el mensaje, pero mi padre dejó de hablarme de mi madre.
Como si no hubiera oÃdo nada, seguà comiendo de nuevo sin importarme nada.
"Pero, padre"
Tiempo después, esta vez hablé primero con mi padre.
"El palacio de Judith lleva bastante tiempo descuidado, asà que necesita algunas reparaciones aquà y allá"
¡Clang!
En ese momento, se escuchó el sonido de la vajilla cayendo desde un lado.
"¡Chloe! ¿Qué haces sin dignidad?"
La 2ª Reina Katarina regañó a su hija.
Al oÃr el sonido, supe que era Cloe la que acababa de dejar caer los platos. En cualquier caso, no tenÃa nada que ver conmigo, asà que la ignoré y le contesté a mi padre.
"SerÃa mejor renovar todo el palacio, pero como sabes, no hay nadie en el palacio que se preocupe por esas cosas"
"¿Judith, la Cuarta Princesa?"
"SÃ"
Mi padre me miró como si se hubiera perdido un bocado.
No habÃa prestado la más mÃnima atención a la princesa del Palacio del FrÃo hasta ahora, y me parecÃa extraño que de repente mencionara el nombre de Judith asÃ.
No sólo mi padre me miraba con extrañeza. Todos los presentes me miraban como si no supieran en qué estaba pensando.
"Asà que querÃa preguntarte si está bien que yo, como princesa, toque el palacio del niño"
Mi padre me miró con el ceño ligeramente fruncido, pero después de un momento, se apartó de mÃ.
"Estás preguntando cosas inútiles"
"Entonces, ¿puedo hacerlo yo misma?"
"Haz lo que quieras"
No fue difÃcil obtener la aprobación del emperador, que era, como se esperaba, un padre indiferente.
"Lo haré, entonces. Padre"
Sonreà como si fuera un cuadro y le di las gracias amablemente.
***
"¡Hermana! ¡Hermana Bella!"
Después de desayunar, salà del comedor con Cloe corriendo detrás de mÃ.
Me detuve y la miré.
Cloe llevaba un vestido azul similar al que yo habÃa llevado el primer dÃa de la competición de caza. Su peluquÃn era similar al que yo habÃa llevado ayer.
Pero no se habÃa atrevido a cortarse el pelo como yo, asà que lo habÃa doblado de medio lado hacia adentro, dejándolo para imitar un corte de pelo similar.
"¿Qué fue eso? ¿Por qué está la hermana tan preocupada por esa chica, Judith?"
Al cabo de un rato, Cloe llegó frente a mà y me interrogó de repente sobre lo que acababa de decir.
"¿Y qué es eso del palacio? No me digas que es verdad que la hermana fue ayer al palacio de Judith"
HabÃa estado parpadeando afanosamente como si tuviera algo que decirme durante toda la comida, ¿era por esto?
Afirmé brevemente sus palabras.
"¿Y?"
"¿Es... es real? ¿No es sólo un rumor?"
Chloe parecÃa terriblemente sorprendida, como si pensara que iba a negarlo.
"¿Por qué? ¿Por qué la hermana fue all�"
Si alguien lo preguntara, podrÃa pensar que habÃa oÃdo hablar de la desaparición de una casa.
Me estaba cansando de lidiar con Chloe demasiado rápido hoy, asà que decidà terminar la conversación con una nota apropiada.
"¿Fue una sorpresa la visita de tu hermana al palacio de su hermanita?"
"¿Hermana pequeña?"
Los ojos de Cloe se abrieron de par en par con incredulidad.
"¡Chloe! ¿Puedes darte prisa y venir aqu�"
En ese momento, la 2ª Reina llamó a Cloe con voz bastante nerviosa. Le disgustaba que su hija, Cloe, estuviera siempre pegada a mÃ.
Su hijo, el Primer PrÃncipe Ramiel, estaba junto a la 2ª Reina. Los ojos del Primer PrÃncipe se encontraron con los mÃos mientras bostezaba, probablemente cansado por haberse levantado temprano esta mañana para asistir a la reunión del desayuno. ParecÃa haber luchado contra los efectos secundarios del retroceso de maná durante un tiempo, y su rostro parecÃa más enfermo que nunca.
Ramiel tenÃa una expresión de lástima en su rostro y hacÃa letras en su cabeza con su poder mágico.
'Dios mÃo, ¿sabÃas que estuve enfermo durante dÃas?'
me reÃ.
Me importaba un bledo. ¿Quién le habÃa dicho que me pusiera una sombra de distracción en los ojos?
Pero las divagaciones de Ramiel no terminaron ahÃ.
'Aun asÃ, está bien. Porque me gustas, Arbella'
Sin ningún signo de vergüenza, me guiñó un ojo desde detrás de su madre y sonrió.
Casi tiré el desayuno que acababa de tomar.
Quiero tirar los ojos. ¿Dónde va a mostrar sus talentos ese paciente narcisista con una belleza que no me llega ni a los pies?
le dije a Ramiel con la mirada.
'Si tu sombra me llama la atención una vez más, la destrozaré por completo entonces'
Aun asÃ, el significado le llegó, y se estremeció de repente.
Torcà los labios ante Ramiel, y le dediqué una sonrisa podrida en lugar de una palabrota, y luego me giré para mirar a Cloe, que seguÃa rÃgida.
"La Segunda Reina quiere verte. Que tengas un buen dÃa, Cloe"
Después de saludar a Cloe, que parecÃa tener mucho que decir de esa manera, me di la vuelta y me fui antes de que pudiera hacerlo.
***
HabÃa muchos ojos y oÃdos puestos aquà y allá en el Palacio Imperial. Esto era cierto incluso en el palacio, que podrÃa llamarse el espacio personal de la familia real, pero no hacÃa falta decirlo en un palacio imperial tan espacioso. Estaba seguro de que uno o dos de los de mi madre debÃan de estar mirándome en algún momento.
Sabiendo esto, acepté el consejo del emperador y en lugar de ir al Palacio de la Emperatriz, me dirigà al Salón de la Noche Blanca.
"¡Su Alteza! Has llegado justo a tiempo"
En cuanto llegué a mi destino y entré, me recibió alguien. Era Levantheon, el mago que habÃa conocido el otro dÃa.
TenÃa poco más de veinte años y, sin embargo, era un joven mago con talento que se habÃa hecho un nombre en la Sala de la Noche Blanca.
Con su pelo largo, nublado y azul cielo recogido en un solo moño, sus ojos rosados y sus gafas de un solo lado, Levantheon era también un joven bastante guapo. Sin embargo, era un auténtico friki de la magia, por usar el término que utilizan los jóvenes del mundo en estos dÃas.
"Apliqué la fórmula como sugirió la princesa, ¡y realmente funcionó!"
"¿De verdad? Eso es un alivio"
"¿Cómo diablos se te ocurrió esa idea? Como era de esperar, fue bueno discutir con la Princesa"
Cómo sabes, lo mucho que busqué en el libro de hechizos durante dÃas para encontrarlo.
La verdad es que era un genio, pero eso no significaba que estuviera todos los dÃas.
Yo era el que pasaba mucho tiempo mejorando, aunque deliberadamente no lo mostraba hacia afuera porque me gustaba tomar estas cosas en público.
Por supuesto, por eso no estaba bien argumentar que "¡también he trabajado mucho!"La promoción era un mal comportamiento.
"Sólo decÃa lo que se me ocurrió cuando escuché la explicación de Levantheon. No era tan difÃcil"
Me puse sobrio y le mostré mi genio.
"¡Oh no, eres el tesoro de nuestra Kamulita!"
Levantheon también fue generoso en sus elogios hacia mÃ, como si se alegrara de que yo avanzara en la investigación que se habÃa estancado para él.
SonreÃmos y hablamos más sobre los métodos mágicos.
"Pero estos dÃas, la Primera Princesa viene mucho a la Sala de la Noche Blanca..."
dijo Levantheon al pasar. Hoy masticaba bocadillos y chocolate, diciendo que habÃa usado demasiado su cerebro y necesitaba reponer calorÃas y azúcar. ParecÃa cansado, como si hubiera estado despierto toda la noche durante dÃas, y tenÃa un aspecto aún más pésimo y salvaje, pero la mirada que me dirigÃa era clara y brillante.
SabÃa que era ingenioso.
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