La Princesa Monstruosa 13
El protagonista masculino de Judith, el caballero de Judith (3)
"Hola, chicos. Ha pasado un tiempo".
¡Piip, piip! ¡Chirp, chirp!
En respuesta a mi saludo, las diminutas formas de vida del invernadero lanzaron un grito cantarÃn.
Era un ecosistema de flores y plantas preciosas, lleno de todo tipo de pájaros hermosos y raros.
Este invernadero era mi espacio personal, donde sólo yo podÃa entrar y salir a mi antojo. Criar pájaros aquà era una de mis aficiones hasta ahora.
En mi sueño, más tarde retorcÃa el cuello de los pájaros para aliviar el estrés".
Especialmente en "El mundo luminoso de la princesa Judith", salvaba e intimidaba habitualmente a los pájaros de plumas negras que se parecÃan a Judith.
Por eso hacÃa tiempo que no pisaba el invernadero.
TenÃa alguna que otra pesadilla.
El fondo era este invernadero en el que me encuentro ahora, y en él, de adulto, mataba pájaros negros.
"Judith... Lo que yo no puedo tener, tú no puedes tenerlo".
Oh. Volvà a recordar.
Incluso ahora, cuando miraba a los pájaros que volaban en el invernadero, la espeluznante escena parecÃa parpadear ante mis ojos.
¿De verdad tenÃa que hacer eso cuando me hiciera mayor y no supiera nada mejor?
Era un poco repugnante ver a todos esos pájaros volando por ahÃ, piando maravillosamente.
"¿Puedes prestarme un poco de atención hoy?"
Alcancé a un pájaro sentado en una rama de un árbol de flores cercano.
¡Chirp, chirp!
Pero de nuevo hoy, el pájaro se alejó de mi mano.
... De hecho, no era una persona popular entre los pájaros.
No sólo con los pájaros, sino también con otros animales.
Pero hoy, los pájaros parecÃan tener tantas ganas de evitarme que se me amargó un poco la boca.
Retiré la mano del pájaro y me quedé mirando el paisaje del invernadero.
En ese momento, sentà lo mismo que habÃa sentido en el comedor donde me habÃa reunido con la familia imperial.
Sentà que era el único extraño aquÃ.
Esta extraña sensación me acompañaba desde aquel sueño.
Observando a los pájaros, usé impulsivamente un poco de magia para abrir todas las ventanas del invernadero.
¡Clang! ¡Clang!
El viento sopló a la vez desde el espacio abierto. Los pájaros alzaron el vuelo, con sus coloridas alas revoloteando.
"SÃ. No hay que forzarlos donde no quieren".
Saqué del invernadero a todos los pájaros que habÃa mantenido a mi manera con mucho cuidado.
"Sólo tienen que ir a donde quieran".
También sentà que debÃan ser libres, y que si no les gustaba tanto, debÃan marcharse.
De hecho, mi mente era tan complicada y contradictoria que ni siquiera podÃa describir con precisión mis sentimientos actuales.
El sonido de las alas de los pájaros, el viento y las plantas del invernadero balanceándose y agitándose unas contra otras chocaban ruidosamente en mis oÃdos.
No, pero... ¿No están yendo demasiado lejos sin mirar atrás?
Aun asÃ, tenÃa la esperanza de que al menos uno de ellos se quedara conmigo, como la princesa y el pájaro del hermoso cuento antiguo.
Sin embargo, la realidad seguÃa siendo amarga.
De alguna manera, con un poco de tristeza, miré débilmente a los pájaros que volaban lejos, dejando sólo sus plumas como huellas.
El batir de las alas de los pájaros y el baile de las hojas verdes se cruzaban constantemente con luces y sombras, confundiendo mis ojos.
Fue entonces cuando divisé un color rojo extraño entre ellos.
Los ojos grises plateados de un vivo brillo bajo el revoloteo del pelo me miraban fijamente, ligeramente abiertos de par en par.
Al principio pensé que me habÃa equivocado. Pero tengo buena vista, y ahora no era el único extraño en el lugar.
Un huésped no invitado apareció entre las verdes plantas. Era el chico hereje que habÃa visto antes.
Cuando lo vi en el bosque, era tan miserable, y la última vez estaba demasiado lejos del camino para verlo con claridad, pero hoy, cuando lo miré asÃ, su rostro era tan hermoso que satisfizo mi sentido estético. Era como una flor roja que crece entre la hierba verde.
Resulta que el Conde Lassner era famoso por su buen aspecto antes de recluirse'.
En fin, me detuve un momento ante el inesperado encuentro y abrà la boca.
"¿Quién eres tú?"
le pregunté al chico, volviendo mi expresión a mi aspecto torrencial e imperial.
"¿Por qué estás aqu� Este no es un lugar donde se pueda entrar y salir sin permiso".
No entendÃa por qué el hereje que debÃa estar en la Sala de la Noche Blanca habÃa salido al exterior e incluso habÃa entrado en mi invernadero.
El muchacho, que habÃa permanecido inmóvil y me observaba sin pestañear como si el tiempo se hubiera detenido, respiró profundamente.
"... La princesa Trébol Blanco".
Otra vez ese nombre.
Al fin y al cabo, era como si hubiera visto un vÃdeo de mà cuando era niña.
Sin embargo, trébol, ¿cuándo fue esa piedra mágica, y pensó en ella precisamente ahora?
De todos modos, al ver al chico asÃ, mi corazón se sintió un poco pesado.
Por supuesto, era mejor que morir, pero aún asÃ, de alguna manera era mi culpa que este niño se revelara como el hijo de un pecador y pareciera haber sido inducido al Salón de la Noche Blanca.
Por casualidad, ¿me guarda rencor por eso?
"Te he preguntado quién eres, pero no has contestado y estás diciendo tonterÃas".
Con esa sensación, volvà a decir, como si no recordara que el chico me miraba incrédulo.
Entonces se encogió y abrió la boca.
"Yo..."
"¡Por aquÃ!"
En ese momento, oà voces procedentes del exterior del invernadero, como si estuvieran buscando a alguien.
No habÃa indicios de que otra persona hubiera entrado aún en el invernadero, pero parecÃa seguro que estaban registrando la zona.
En ese momento, una luz brillante brilló en los ojos del chico. De repente, la atmósfera de su cuerpo también cambió.
Hace un momento, habÃa parecido el apuesto hijo de un noble ordinario, pero ahora, por la forma en que movÃa sus agudos ojos rápidamente de un lado a otro como si buscara una salida, parecÃa un feroz animal salvaje que hubiera entrado accidentalmente en un hábitat humano.
¿No es el hijo del Conde Lassner? Pero por qué su ambiente es tan parecido desde la última vez...'
Me estremecà al ver al chico, que parecÃa haber sobrevivido a una manada de lobos.
Pero no tuve tiempo de seguir pensando en él. Porque el chico, que pareció conflictivo durante un rato, apretó inmediatamente los dientes como si se hubiera decidido y vino hacia mÃ.
Acortó la distancia entre nosotros en un instante.
Justo después, me agarró del brazo.
"GuÃame por la salida del palacio".
¿Ha?
Me sorprendió una situación que nunca habÃa considerado en mi vida.
No habÃa atacado mis puntos vitales ni habÃa atado todos mis miembros, sólo me sujetaba el brazo por la mitad y era vago, pero estaba seguro de que esta situación era...
"¿Me estás amenazando?"
El chico guardó silencio por un momento en respuesta a mi pregunta. Por alguna razón, la mano que me sujetaba el brazo pareció hacer una ligera mueca de dolor.
"Si cooperas honestamente... no saldrás herido. Entonces, ¿dónde está el lugar para salir rápidamente? He oÃdo que hay muchos pasajes secretos en el palacio..."
Vaya, esto suena demasiado bueno para ser verdad.
Hay un tonto aquà que sostiene uno de los brazos de un gran mago como yo y me amenaza.
Además, cuando aspiré para reprimir una risita, pensó que estaba asustado y relajó un poco su mano también.
Vaya... Es la primera vez que hago esto, pero es muy fresco...
Era más que fresco, era escandalosamente estimulante, incluso intrigante.
Viendo la situación, parecÃa que el hereje habÃa intentado escapar de la Sala de la Noche Blanca.
'Entonces, ¿supongo que tuvo que entrar aquà buscando un lugar para esconderse?'
Pero, ¿por qué no funcionó la barrera?
'Tendré que pasar la piedra de maná de monitoreo en el invernadero más tarde'.
De todos modos, acababa de ser introducido en la Sala de la Noche Blanca, y ahora acabo de verle intentando escapar.
Más bien, ¿por qué sigo tropezando con este chico hereje?
¿PodrÃa ser que esto sea algún tipo de alusión a las artes prohibidas? Esto es incómodo.
"No sabes quién soy, ¿verdad?"
De todos modos, este chico me pareció bastante adorable.
Dudaba que supiera a quién tenÃa de rehén ahora.
"Acabas de decir que soy la Princesa del Trébol Blanco. ¿Asà que no sabes quién soy?"
El chico volvió a callarse.
Mirando su cara, frunció el ceño con desconcierto.
Una voz tan pequeña que ni siquiera podÃa oÃrla bien desde sus silenciosos labios.
"Lo sé... Lo siento".
Por cierto, ¿por qué le habla asà a una princesa este tipo?
"¿Ha vivido alguna vez en el campo o algo as�
Bueno, efectivamente. Él y su padre vivieron en la mansión de la finca durante mucho tiempo, asà que supongo que es un paleto.
"Por ahÃ".
Levanté suavemente el brazo y señalé la puerta trasera del invernadero.
Después de todo, este chico no parecÃa guardarme rencor, lo que me hacÃa sentir un poco mejor conmigo misma.
En primer lugar, el chico me siguió mientras caminaba hacia la puerta trasera.
Pero si es un secuestrador, me arrastra como un secuestrador, ¿por qué me sigue como un cachorro que escucha tan obedientemente y bien?
'En la imagen actual, esto es, bueno, nada más que dos de nosotros caminando de la mano de manera amistosa...'
Toda la situación me pareció divertida, pero no dije nada. Iba a hacerle compañÃa durante un rato, ya que, de todas formas, no deberÃa poder escapar.
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