La heroÃna tuvo una aventura con mi prometido 9
Hoy fue el dÃa en que decidà ir a la boutique para combinar la ropa de Reynos. Estaba esperando a Reynos, lista para salir.
May, que me habÃa estado mirando asà con cara de curiosidad durante los últimos dÃas, preguntó cuidadosamente.
"¿Qué clase de persona es?"
"¿Hm? ¿Quién?"
"Me refiero a ese hombre"
Aha. Se refiere a Reynos.
Nunca le he hablado a May de Reynos.
Sólo delante de las damas nobles mencionaba al hermano del templo para proteger la imagen de la "pura y suave Ciella Lavirins", pero no habÃa necesidad de hacerlo con May.
Pensé que debÃa decÃrselo en ese momento, asà que susurré después de hacerle un gesto para que se acercara.
"Alguien que está teniendo un asunto de venganza conmigo"
"¿Perdón?"
"Asà como eso, también engaña, y no tengo nada que no pueda engañar"
"Señora"
May, que puso las manos en ambas caderas, frunció el ceño.
May era una criada, pero era como una verdadera hermana para Ciella. Como la madre de May era la niñera de Ciella, habÃan crecido en la misma leche al mismo tiempo.
Eso no la ofendÃa en absoluto, aunque no era el tipo de comportamiento que una criada harÃa con su amo.
Me quedé mirando a May espontáneamente, esperando la continuación de la pequeña charla.
Tal vez hablara de que engañar está mal, o de que no puedo hacer eso, o algo asÃ.
"Estoy sinceramente de acuerdo con que tengas una aventura de venganza"
No. May incluso aplaudió solemnemente.
"Pero ya que vas a tener una aventura, creo que tienes que hacerlo con una persona realmente genial"
"¿Una persona guay?"
"SÃ. Por ejemplo"
May, que buscaba un ejemplo estrechando la frente, escogió sus dedos uno a uno.
"Una persona guapa, poderosa y rica"
"No hay ninguna persona asà en el mundo"
"No, hay una. Por ejemplo, el PrÃncipe Heredero"
May afirmó que nunca habÃa visto a Su Alteza, pero que seguramente serÃa guapo.
Se admitió.
"EstarÃa bien que te conformaras con los tres, pero tienes que conformarte con al menos dos. Es tan guapo como Su Alteza. Si es tan poderoso como Su Alteza, o más rico que Su Alteza"
"¿Por qué el grupo de comparación es el PrÃncipe Heredero?"
"Su Majestad es un hombre casado"
Eso es cierto.
"En ese sentido, ese hombre está descalificado. Es guapo, pero no parece tener dinero y poder. Tengo buen ojo para la gente. Me doy cuenta cuando lo veo"
No, no lo creo. ¿No sabes lo caras que son las rosas de Lilstein?
... Hyuk.
"May, espera"
"De todos modos, estoy en contra. De hecho, no me gustan todos los hombres de este mundo. Al menos cuando se trata de Su Alteza Imperial el PrÃncipe Heredero, ¡él y mi dama son una pareja perfecta!"
"Gracias por decir eso"
"¿Verdad? Entonces será mejor que no te lleves bien con él"
"No estoy agradecida por eso"
May, que estaba a punto de decir: "¿Por qué?", se sobresaltó.
Se dio cuenta de que no era yo quien respondÃa.
Ah, ¿por qué ahora? Bajé la mirada, ignorando mi rostro ardiente.
***
"Por favor, perdónala por ser grosera"
Nos dirigÃamos a la ciudad en un coche de caballos.
Incliné la cabeza hacia Reynos, que se sentó frente a mÃ.
¿Cómo se atreve a criticar a la familia real? Si me llevara a la cárcel ahora mismo, no tendrÃa ni una palabra que decir.
"En absoluto"
Afortunadamente, Reynos sonrió maravillosamente, diciendo que estaba bien.
"Su criada tiene un gran ojo para la gente"
"¿Perdón?"
"Como dijo tu doncella, no hay nadie en este imperio aparte de mà que reúna todas las condiciones"
"..."
"¿Usted también lo cree, señora?"
"..."
Parpadeé porque no podÃa saber si esto era una broma o una verdad.
Por el ambiente, no creo que intente llevarnos a mà y a May a la cárcel por desprecio a la familia imperial.
Preguntó Reynos con decepción cuando no respondà inmediatamente para averiguar la situación.
"¿Cree que no, señora?"
"¡N-no!"
No sabÃa qué era, pero no habrÃa nadie que odiara los cumplidos. Hmm, empecé a elogiarlo con todo mi corazón.
"La persona más guapa que he visto te dirá lo mismo. Que Su Alteza es el hombre más guapo del imperio... no, del mundo"
La cara de Reynos se puso roja.
Pensé que le habÃa gustado el cumplido lo suficiente como para evitar mi mirada, asà que decidà hacer más comentarios tontos.
"Es tan deslumbrante mirar a Su Alteza que mis ojos están cegados. Temo que pueda contraer una enfermedad ocular en un futuro próximo. Si escuchas el rumor de que tengo una enfermedad ocular..."
"Basta"
Ocultó su cara roja con las manos y me cortó de una vez por todas. Me avergonzó ver que hasta su cuello se habÃa puesto rojo.
Me callé como una almeja. Tras esperar asà un rato, Reynos, cuya tez apenas habÃa vuelto a la normalidad, cambió de tema sin dudarlo.
"¿Has pensado qué tipo de ropa elegirÃas para mÃ?"
"Bueno, a decir verdad, no. Me he levantado tarde"
"Vamos a elegir poco a poco. La agenda de hoy está vacÃa. No estás ocupada, ¿verdad?"
"SÃ, está bien"
Para la cita de hoy, dejé todo el trabajo a Leather.
Leather gimió: "¿Me vas a matar?" Pero no era asunto mÃo. Esta cita era lo más importante para mÃ.
Contemplé con retraso qué diseño le quedarÃa bien a Reynos.
Hmm. Creo que esto irÃa bien con esto, y aquello irÃa bien con aquello- Entonces, de repente, hice una pregunta que me vino a la mente.
"¿Cómo debo llamarlo, Su Alteza?"
Hasta ahora, nunca habÃa llamado a Reynos fuera.
Era porque no tenÃa que llamarlo porque sólo tenÃa una breve reunión para fomentar la imaginación de las damas nobles.
Por otra parte, hoy vamos a la boutique, asà que pensé que serÃa mejor decidirlo de antemano en caso de una situación inesperada.
'No puedo llamarlo abiertamente'
Por comodidad, Reynos a veces se presentaba a los demás como "caballero imperial". La ropa que llevaba hoy era también la ropa normal que llevaban muchos caballeros imperiales.
Reynos se tapó la boca y reflexionó durante un rato, pero pronto contestó sin dudar.
"Ray"
"¿No es demasiado corto?"
"¿Entonces cómo me llamarás?"
Lo sé.
¿Pero no suena Ray como un apodo?
Si lo llamo asÃ, pueden malinterpretar que tenemos una relación sincera. DeberÃa estar alerta para no cruzar la lÃnea.
Mientras pensaba asÃ, el carruaje llegó frente a la boutique. Me bajé del carro bajo la escolta de Reynos.
Al entrar, la señora, la dueña de la boutique, y el personal me saludaron enseguida.
"Bienvenido... Ah".
Entonces me vio a mà y a Reynos y se estremeció.
¿Qué? Oculté mis dudas y dije despreocupadamente.
"Quiero ver la ropa de hombre"
"SÃ, las prepararé pronto"
Cuando los empleados vieron el fÃsico de Reynos, se apresuraron a subir. Seguramente intentaban traerle ropa que le sentara bien.
Reynos y yo fuimos conducidos por la Madame a la sala de espera. Mientras caminábamos por el largo pasillo, vi una sala de espera con una puerta abierta y casualmente dirigà mi mirada hacia ella.
"Tú..."
Una persona de la sala de espera me vio y frunció el ceño.
¿Qué es esto? Fruncà el ceño por reflejo.
Un hombre de pelo azul, ojos celestes y bastante buena cara, aunque no parecÃa estar solo. Era Duval.
ParecÃa haber venido con alguien. En cuanto vi el vestuario con cortinas y los vestidos dispuestos frente a él, intuà que se trataba de Tyriel.
Duval, que estaba ojeando tranquilamente un folleto, se levantó temprano.
Qué pena. Lo estaba evitando a propósito para que se sintiera mejor.
Duval, que estaba a la vuelta de la esquina, preguntó ferozmente.
"¿Es cierto el rumor?"
"¿Qué rumor?"
"Sobre este tipo"
La mirada de Duval alcanzó a Reynos. Reynos fruncÃa el ceño mientras miraba a Duval.
"¿Es realmente tu amante?"
"Oh"
Haces todo tipo de preguntas.
Hubo una risa ante la ridÃcula pregunta. ¿Qué podrÃa decir que se rumoreara como una buena respuesta?
Le guiñé un ojo a Reynos, un buen recordatorio. Luego me crucé suavemente de brazos y me incliné hacia él, para luego esbozar una sonrisa encantadora y no hacer ni un ruido.
"Por supuesto"
Reynos se puso rÃgido al ser golpeado por el encanto.
¿Por qué? ¿Tan malo era mi aegyo?
Mientras tanto, Duval parecÃa haber sido golpeado en la cabeza con un martillo.
Entonces miró al vestuario, bajó la voz y replicó.
"¿Me dejas para conocer a otro hombre?"
"¿Pero querÃas romper nuestro matrimonio?"
"Eso no es realmente lo que querÃa hacer... Ja, sÃ. ¿QuerÃas llamar tanto mi atención?"
"¿De qué estás hablando?"
"Ha, hazlo con moderación. Hay un lÃmite a la atención"
"¿Importante?"
"¿CreÃas que te iba a anhelar si traÃas a este tipo aquÃ?"
"¿Qué tonterÃas estás soltando?"
Mientras entrecerraba los ojos, todavÃa aferrado a Reynos, un enfadado Duval dejó escapar un gruñido.
Luego apretó los dientes, apenas, y mordió lo suficientemente fuerte como para que Tyriel, en el camerino, no pudiera escuchar.
"SÃ, me gustas... Supongo que querÃas oÃr esto, pero no importa qué mujer conozca, tú eres la que más quiero. ¿Estás bien ahora?"
¿Qué? ¿Qué ha dicho?
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