Domingo 17 de Marzo del 2024 |
La heroÃna tuvo una aventura con mi prometido 183
Por un momento, la expresión de Rublet se congeló antes de volver a la normalidad.
"No he pensado en ello".
"¿No te interesan las mujeres, tal vez?".
"¿Qué?"
"Parece que no te interesa en absoluto el sexo opuesto".
Con su aspecto excepcional, su riqueza y su poder, podÃa atraer a las mujeres sin esfuerzo y sin ni siquiera intentarlo.
Aparte de un pequeño escándalo hace tres años, Rublet nunca se habÃa visto envuelto en ningún asunto.
Ni siquiera tenÃa una amante.
En la obra original -no, incluso en el pasado-, aparte de su fijación por Tyriel durante el incidente de Estalroot, no se mencionaba que estuviera cerca de ninguna mujer.
¿Era posible que simplemente no le interesaran las mujeres en general?
En respuesta a mi pregunta, Rublet soltó un suspiro casi incrédulo.
"Yo también soy un hombre".
"Bueno, no hay ninguna regla que diga que te tiene que gustar el sexo opuesto, ¿verdad?".
"... A mà sà me gusta una mujer".
"¿Quién es?"
"No quiero decÃrtelo".
"Vale, como quieras".
Si no piensas llevar una vida solitaria el resto de tus dÃas, lo más probable es que el matrimonio te encuentre en algún momento.
Me encogà de hombros y, por alguna razón inexplicable, Rublet me lanzó una mirada irritada.
Tras revisar los nuevos libros de historia que estaban a punto de escribirse, unos dÃas después decidà acompañar a Reynos a la Torre Mágica.
Los magos que habÃan estudiado los relatos históricos nos habÃan invitado a observar y estudiar a Knox, el demonio encarcelado en el laberinto.
"Dicen que la magia y los demonios son inseparables".
Reynos parecÃa bastante intrigado por la palabra "demonio", hasta el punto de que la utilizaba para referirse a la gente corriente como si fuera algo especial. Por eso le disgustaban los templos, y a menudo tachaba sus milagros de hechizos tramposos.
Los demás se escandalizarÃan y no pisarÃan ni mi sombra si se enteraran de que hay demonios atrapados en el Laberinto".
ParecÃa que los magos eran intrépidos o simplemente muy excéntricos, o quizá un poco de ambas cosas. En cualquier caso, su comportamiento era bastante peculiar.
Además, si hubiera retrasado mi respuesta un solo dÃa, los magos se habrÃan impacientado y habrÃan decidido visitar mi casa.
Estaba seguro de que si hubiera pospuesto mi respuesta un solo dÃa más, una horda de magos habrÃa descendido sobre nuestra residencia, rodeándome para celebrar una cumbre improvisada.
Es un alivio que haya respondido con rapidez".
Los magos, aparentemente imperturbables ante los demonios, nos proporcionaron montones de pergaminos de teletransporte, cada uno valorado en varios cientos de millones de oro, que nos permitieron llegar a la Torre Mágica en un santiamén.
DeberÃa guardar los pergaminos restantes y utilizarlos sabiamente en el futuro".
"No te esfuerces en exceso".
Antes de romper los pergaminos de teletransporte, Reynos, con expresión preocupada, me aconsejó severamente.
"Si vuelves a quedarte atrapada en el Laberinto, yo...".
"No volveré a quedar atrapado en el Laberinto. En aquel entonces, se fusionó con el Laberinto del Segundo PrÃncipe, pero ahora me limito a abrirlo".
Le cogà la mano con fuerza para tranquilizarle.
Sin embargo, Reynos no parecÃa del todo tranquilizado.
Pensé que su preocupación era excesiva, pero no del todo injustificada, asà que repetà mis palabras tranquilizadoras varias veces.
Desde la batalla final, Reynos se habÃa opuesto rotundamente a que abriera el Laberinto.
Estaba dispuesto a rechazar las exigencias del Laberinto si yo lo deseaba, pero...
'Sólo con mostrarles el Laberinto durante un dÃa obtendrÃamos algunos objetos mágicos únicos que no se pueden encontrar en ningún otro lugar'.
Aunque disponÃamos de algunos objetos mágicos gracias a nuestra conexión con Apple bajo el nombre de Luminous, eso era todo a lo que tenÃamos acceso.
Apple mantenÃa sus últimas creaciones en el más absoluto secreto, y no querÃan compartir ningún detalle conmigo.
Sin embargo, el mero hecho de presentarles demonios a cambio de un suministro parcial de objetos mágicos me pareció una oportunidad demasiado buena para dejarla pasar.
En esencia, era dinero gratis caÃdo del cielo con un esfuerzo mÃnimo por nuestra parte.
Ya me habÃa asegurado de que firmaran acuerdos, prometiendo el suministro de objetos mágicos independientemente del resultado. Jejeje.
"Si se pone aunque sea un poco difÃcil, no te presiones y ciérralo inmediatamente".
"Entendido. Gracias por preocuparte".
Reconforté a Reynos, que se sentÃa inquieto, mientras le cogÃa de la mano. En cuanto llegamos a la Torre Mágica, la escena que nos encontramos fue-
"¡Vaya! ¡Demonio!"
"¡Mira, los demonios están aquÃ!"
"¡Demonio!!"
"¡¡¡Demooooon!!!"
Una multitud de magos se asomaba a las ventanas, dándonos la bienvenida con entusiasmo.
No me hacÃa especial ilusión que me etiquetaran como demonio, pero algo en aquel lugar me hacÃa sentir que no debÃa estar allÃ.
ParecÃa que Reynos compartÃa mi sentimiento, pues dejó de estar inquieto y se puso tenso.
"¡Bienvenidos!"
"¡Hemos estado esperando ansiosamente tu llegada!"
"¡Entra!"
Instintivamente, mis pies se movieron, no hacia delante, sino hacia atrás, y oà gritar a los magos: "¡No!", mientras lanzaban apresuradamente magia voladora y saltaban por la ventana.
Qué humanos tan locos por los demonios. Saqué en silencio el pergamino de teletransporte que llevaba en el bolsillo.
"¡Uh-uh-uh, espera!"
"¡No!"
"¡Marquesito Lavirins, espera!"
Soy el duque Lavirins, no el marqués Lavirins.
Estaba a punto de devolver el pergamino al Imperio por insolente.
"¡Si esperas un momento, reduciré un 10% el precio de las herramientas mágicas que he prometido entregarte!"
El viejo mago habÃa acudido al banquete oficial de lanzamiento de los pergaminos como representante de la Torre Mágica e insistió en llevarse a Reynos con él.
Por la forma en que hablaba, sonaba bastante alto, pero un 10% no es nada.
"Me llevaré el 20%".
"¿Qué?"
El viejo mago saltó desde la ventana más alta, aterrizando con gracia, y parecÃa que habÃa masticado algo.
"Eres muy avaricioso, pequeño marqués. Es un gran privilegio recibir los objetos mágicos de nuestra torre".
"No es que vaya a regalar al demonio".
"¿Qué has dicho?"
"Si no aceptas el 20%, me marcho".
Teniendo en cuenta lo obsesionados que pueden estar los magos con los demonios, decidà arriesgarme.
"Si no ofreces el 20%, seguiré mi camino y me llevaré estos pergaminos".
El viejo mago hizo un ruido de disgusto cuando le dirigà una mirada desafiante, pero acabó cediendo.
"11%."
"20%."
"...12%."
"20%."
Aunque la irritación cruzó brevemente el rostro del viejo mago, se dio cuenta de que no podÃa rendirse aquÃ, por mucho que quisiera presenciar al demonio.
Tras un breve enfrentamiento a través de la mirada, concedió.
"15%. No puedo subir más".
"Hmm, sigue pareciéndome bastante bajo teniendo en cuenta el valor de mi trabajo, pero está bien, lo aceptaré".
Mantuve una fachada neutral, abanicándome con una floritura, incluso adoptando una pose pomposa.
El anciano mago dejó escapar un profundo suspiro y asintió de mala gana.
"Asà que el demonio está aquÃ".
"¿Están todos aquà para ver a Knox?".
Mientras negociaba el precio, observé a la bulliciosa multitud.
Aparte de Apple, que saludaba tÃmidamente, no reconocà ninguna de las caras.
En medio de la multitud, un mago que sostenÃa una petaca triangular exhaló profundamente antes de hablar.
"No deseamos simplemente observar; estamos interesados en realizar experimentos. Ese demonio de ahà es bastante resistente, ¿verdad? SerÃa inconveniente que muriera demasiado rápido".
"Espera un momento, si tienes intención de hacerlo, permÃteme estudiarlo primero. Prometo no dañarlo y lo haré rápidamente".
"Estoy aquà sólo con fines de observación. ¿Por qué no echo un vistazo primero?"
"No hace falta ninguna táctica solapada. Y ten la amabilidad de dejar ese frasco que llevas en la mano".
"No he traÃdo ningún aparato. Sólo he venido a hacer un examen visual".
"Eh, cuidado con la lengua y lÃmpiate esa baba de los labios".
"¿A quién crees que te diriges como "oye"?".
"628, apártate".
"Soy 627, ¿de verdad me estás diciendo que me aparte como senior?".
"No hables más como senior. Deja que tus acciones hablen más alto".
"Ahora, caballeros, ¿habéis terminado de discutir?"
Su discusión se convirtió rápidamente en una refriega. El mago 627, enfurecido, conjuró una tormenta eléctrica con su magia.
"¡Aaaah!"
"¡Otra vez ese lunático!"
"¡Jajaja, lo preveÃa y preparé hechizos protectores!".
La zona frente a la torre se sumió en el caos.
Cerca de allÃ, un mago anciano se rió entre dientes y comentó: "Los jóvenes son cada vez más débiles. En mis tiempos..." mientras se ponÃa nostálgico, observé cómo los magos se elevaban en el aire como hojas otoñales. Estaba ansioso por volver a casa, con objetos mágicos y todo.
Después de que los magos resolvieran su disputa, a Reynos y a mà nos asignaron una habitación individual.
...¿Por qué sólo una habitación?
pregunté con una mirada interrogante, y el anciano mago respondió con un tono algo sarcástico.
"¿No estáis prometidos? He oÃdo que sÃ. ¿Pensáis casaros?".
No sabe que soy duque, ¿cómo se ha enterado?
Más tarde descubrà que se enteró de nuestro compromiso durante sus esfuerzos por persuadir a Reynos de que se quedara en la torre, ofreciéndole presentarle a un mago encantador.
"No obstante, aún no estamos casados, asà que te ruego que nos proporciones dos habitaciones".
"No tenemos ninguna habitación libre".
Ey, estoy de vuelta ----> Si te gusta mi trabajo, puedes apoyarme comprándome un café o una donación. Ya tu sabes, no te exijo, es de tu bobo aportar o no, no te exijo :p
0 Comentarios