LHANHT 88

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Sábado 24 de Febrero del 2024






LA HISTORIA AUN NO HA TERMINADO

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Quiso asentir con la cabeza para no ir, pero Azela sabía bien que el duque Ferial no podía hacer eso.

Desde que llegó a la capital, había rechazado varias fiestas con el pretexto de tomarse un descanso. Si incluso esta vez rechazaba la fiesta del Príncipe Heredero, su reputación en el mundo social caería por los suelos.

Para él, que regentaba una boutique para nobles y tenía un negocio, la reputación y el boca a boca eran importantes.

"Si tú no vas, yo tampoco".

Zagnac sonrió mientras arrojaba ligeramente la invitación que tenía en la mano sobre el escritorio. Parecía gustarle que Azela quisiera algo de él y le gustaba mucho hacerle favores. Azela, que lo observaba, abrió y cerró los labios.

Después de recuperar el aliento, dijo con calma.

"Soy tu caballero escolta. Te seguiré a donde vayas. Tú decides, no yo".

"Tch".

Zagnac chasqueó la lengua con tono aburrido ante su tranquila respuesta. Luego, dirigió una mirada aburrida a la invitación que había arrojado sobre el escritorio.

"No quiero ir por ti, pero...".

"¿No hay ninguna razón para reclinarse más? Además, es una fiesta organizada por el mismísimo Príncipe Heredero, y sólo invita a un pequeño número de personas."

"Sí, es cierto."

"Entonces, estoy bien. Ya he conocido al Príncipe Heredero Chises y a Su Majestad en el Palacio Imperial".

Zagnac frunció el ceño al oír su voz tranquila. La verdad era que no quería volver a verle aunque muriera aunque no podía vivir sólo con cosas buenas.

Sonrió a Azela como si no pudiera evitarlo.

"El príncipe Chises no es el único problema... ¿Sabes por qué he estado evitando las fiestas todo este tiempo?".

"...."

Ella lo sabía. Si Azela hubiera aparecido como caballero escolta de Zagnac, muchos de los nobles cotillearían sobre ella. Pretendiendo ser amistosos, se acercarían a ella y escucharían todo en lo que había estado, asegurándose de que los rumores fueran ciertos.

Y al final, iban a masticar sobre ella, llamándola 'una mujer sin integridad'.

"Pero, sabes bien que no puedes evitarlo por el resto de tu vida, ¿verdad? El humano 'Duque Ferial'."

"...."

Zagnac se frotó la barbilla, escuchando a Azela mientras ponía cara de preocupación. No quería oír de ella semejante desprecio. Mientras golpeaba el escritorio con los dedos, se levantó de un salto ya que había decidido algo.

"Vámonos".

Agarrandola de la muñeca y sacandola del estudio, le dijo a un criado que pasaba por el pasillo con la ropa sucia que "preparara el carruaje".

"¿Adónde vamos?"

"A mi tienda boutique en la Capital, ¿no la has visto?".

"¿Qué?"

"Te la enseñaré, vamos"




















* * *
 
















Al llegar a la tienda boutique, Azela se quedó con la boca abierta.

La tienda boutique de la capital era lo suficientemente espléndida como para hacer caso omiso de las palabras de Zagnac, que alababa que la segunda tienda que había abierto en las afueras fuera única y buena. Era un edificio de cinco plantas que se veía desde lejos, y en la entrada había un personal amable que recibía a los clientes.

Todo estaba perfectamente equipado. Al ver este lugar se dio cuenta de lo mal que estaba su negocio. Mientras agachaba la cabeza avergonzada, Zagnac agarró la muñeca de Azela y entró.

"Oh, Duque Ferial".

Al entrar, una mujer, que se erguía con gracia entre las muchas damas, corrió hacia ellos.

"Dejad que os presente. Este es Findar, un diseñador graduado en la Academia Imperial. Este es mi caballero escolta..."

"Eres Azela Vellista, ¿verdad?"

"¿Cómo lo supiste?"

"Oí rumores. Muchos nobles vienen aquí a hablar".

Findar sonrió a Zagnac y le dio la espalda para escanear a Azela de arriba abajo. Era como si dijera: "Tú eres la del rumor". Aquella mirada, como la de una serpiente que mira de arriba abajo, no la hizo sentirse bien.

Entonces, extendió ligeramente la mano y le dedicó una sonrisa comercial a Azela.

"Encantada de conocerte. Soy Findar, que actualmente está a cargo de esta tienda boutique".

Azela miró la mano extendida y, en lugar de responder, asintió levemente. Pensó que no tenía por qué importarle ser descortés porque Findar empezó primero escaneándola de arriba abajo.

"¡Jajaja!"

Findar retiró las manos, avergonzada por su aspecto agresivo, antes de reír a carcajadas. Al oír el sonido de esa risa, los otros nobles que estaban dentro miraron, pero no era asunto suyo, así que pronto apartaron la mirada.

"Oh, lo siento. No es de buena educación reírse así a carcajadas..."

Secándose las lágrimas de las comisuras de los ojos, Findar luchó por contener la risa que no podía parar. Realmente lo era. Reírse tan alto delante de la gente... Cuando Azela hizo una mueca por su falta de respeto, añadió apresuradamente.

"No me malinterpretes. No pretendía ofenderte".

"...."

"Admitiré que fue increíble conocer en persona a la parte del rumor. Pero, eso es todo, no pretendía menospreciarte. Además, no te tengo tan mala opinión como dicen los rumores".

"Para tal cosa, tu actitud fue muy mala... No es adecuada para alguien que dirige una tienda boutique como ésta".

"En realidad, estaba pensando en la clase de persona que eres porque trabajas con el Duque Ferial. Lo admito. El Duque Ferial es como un benefactor para mí. Puede llamarse auspicioso, pero como dicen los rumores, si Lady Vellista realmente se está aprovechando del Duque Ferial, o si se quedó sólo por el poder o la riqueza del Duque, quería removerte."

Findar levantó ligeramente las manos como gritándole a Azela: "¡No soy tu enemigo!" Parecía sincera. Al ver esa actitud, Azela suavizó su expresión y asintió con la cabeza.

"Findar, te dije que arreglaras ese comportamiento. Además, yo elijo a mi propia gente. No te corresponde a ti interferir".

"Lo sé, pero me preocupa. El duque es como un padre y un maestro para mí".

Azela, que había estado escuchando a los dos, se volvió hacia Zagnac con aire insatisfecho.

"¿Por qué estamos aquí? Si realmente estamos aquí sólo para enseñarme el lugar, volvamos porque ya lo he visto bien".

"Vamos a la fiesta. Necesito tu vestido para eso".

"Soy tu caballero escolta. Ni siquiera llevo vestido".

Mientras escuchaba la conversación de Azela y Zagnac, Findar se tapó la boca con la palma de la mano y abrió los ojos sorprendida.

"Wa, espera un momento. Perdonad que os interrumpa, pero...".

"Findar, ¿por qué otra vez?"

"Dios mío, ¿cómo? ¿Cómo puedes hablar tan a la ligera con el duque Ferial?".

Cuando Azela asintió con la cabeza, Findar le dio la espalda a Zagnac esta vez y volvió a preguntar.

"...¿El duque Ferial permitió eso?".

"Era mi caballero escolta, mi amiga y mi socia. No es gran cosa..."

"Oh, Dios mío."

Ella cortó sus palabras con los labios crispados mientras los señalaba con los dedos. Findar dejó entonces el abanico a su lado y rodeó con su brazo el de Azela.

"Necesitas ropa para ir a la fiesta, ¿verdad? Vamos, señorita".

"Soy un caballero escolta...".

"Aunque seas un caballero escolta, vas a llevar uniforme de caballero, ¿verdad? Si no te gustan los vestidos, pruébate un traje de caballero chulo. Te llevaré a la sala VIP del quinto piso. Duque Ferial, por favor espere aquí".

Parpadeando levemente a Zagnac, arrastró a Azela, que seguía negándose, y entró. Findar, que se trasladó a la quinta planta, corrió las cortinas y gritó varias veces al personal que trajeran vestidos y uniformes de caballero.

"Eh, yo..."

"Tranquilízate. No tengo título y soy un semi-noble que se gana la vida sólo con destreza".

Agitó las manos y sonrió. Azela no la odiaba, pero eso no significaba que Findar le cayera del todo bien. Aun así, era alguien que tenía un rincón que no se podía odiar.

Mientras Azela suspiraba, el personal se apresuró a traer vestidos y trajes de caballero.

"Parece que tienes una gran responsabilidad como caballero escolta, así que parece difícil llevar un vestido elegante y pesado... ¿Qué tal un vestido como este, ligero y fácil de mover?".

"No necesito..."

"Será precioso, y al duque Ferial le gustará".

Dijo Findar con una pequeña sonrisa en la cara.

¿Qué sabía ella? Hizo una pausa y la miró, pero Findar no avanzó más. Al final, Azela suspiró y giró la cabeza para mirar el vestido que le había recomendado. No había corsé que le oprimiera la respiración ni una pesada enagua.

"Al duque Ferial le encantará, confía en mí"

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