LHANHT 186

Sábado 16 de Marzo del 2024

LA HISTORIA AUN NO HA TERMINADO

186

"Pero en esa medida, también me odio a mí misma. De no conocer a Benjamin tan bien como debería, y de dejarme sacudir por alguien que dice que ella mató a Benjamin".

"N, no. YO, YO..."

"No digas que lo sientes o que te equivocaste. No tiene derecho a decirme eso, señora".

Findar abrió la puerta cerrada. Había estado pensando en abandonar este lugar.

Entonces, esbozó una sonrisa amarga.

"Yo tampoco tengo derecho a oírlo".

Después de que Findar saliera de la habitación, Azela no se atrevió a marcharse durante mucho tiempo. No podía decirle nada a Findar, teniendo en cuenta cómo había perdido a Irene. Antes de irse, le dijo que olvidara que había matado a Benjamin, no por su bien, sino por el de Benjamin.

Benjamin no quería que Azela estuviera atada por la culpa.

"Vive tu vida de todo corazón, lo suficiente para olvidar que mataste a Benjamín. Es una expiación para mí y para Benjamin".

Tras esas palabras, Findar se marchó.

* * *

"Decidimos construir un nuevo edificio aquí".

murmuró Zagnac en voz baja mientras miraba la Panadería Ratchata cerrada. Era una voz llena de pesar. Ahora, mientras contemplaba la tienda vacía que ya nadie visitaba, Azela recordó el pasado. Extrañamente, el aroma del pan, que antaño había sido tan reconfortante, parecía perdurar en el aire.

"¿Qué tipo de tienda vas a construir?".

"Panadería Ratchata".

Con una sonrisa anhelante y pronunciando el apreciado nombre, Zagnac se echó a reír.

"Voy a abrir Panaderías Ratchata por todo el imperio, empezando por este lugar".

"Zagnac".

"Para que nadie en el Imperio desconozca ese pan. Quiero conseguir que no haya nadie que no conozca la Panadería Ratchata.... Si eso puede ser mi expiación".

"Es una buena idea. A Benjamín seguro que le habría encantado".

Zagnac y Azela se cogieron de la mano, mirando el letrero de la tienda cerrada.

En aquel momento.

"¿Mamá, señora?"

Les llegó una voz familiar, pero era una voz que no debería oírse en este lugar. Sobresaltada, Azela giró la cabeza y vio a una chica conocida de pie con una cesta.

"¿Lina?"

"¡Tú, tú eres realmente la Señora!"

"¿Por qué estás aquí?"

Ciertamente, antes de abandonar la mansión de Todd, Lina había sido enviada a otro lugar, así que no había motivo para que Lina estuviera en estas afueras. Con expresión perpleja, Azela ladeó la cabeza, y Lina corrió hacia ella con cara de alegría.

"¡Mas, el Maestro me ha llamado y he vuelto! ¡No me lo puedo creer! Vuelvo a ver a la Señora aquí".

"... Ya no es tu Señora. Ahora es la Duquesa".

"¡Ah! Lo, lo siento".

Ante el comentario de Zagnac, Lina se disculpó rápidamente con cara de sorpresa, tapándose la boca. Seguía siendo algo inmadura. ¿Había crecido un poco? Eso parecía. Quizá se debiera a su edad en pleno crecimiento, aunque su rostro también parecía haber cambiado ligeramente.

Solía ver a Lina siempre acobardada por el miedo, pero quizá porque estaba fuera, la chica parecía más brillante.

"¿Te ha llamado Daniel? ¿Por qué?"

¿Podría ser que Silvia la estuviera llamando para que volviera a hacer algo malo? preguntó Azela con tono preocupado, y Lina respondió como para calmar su inquietud, negando con la cabeza.

"Me necesitaban para trabajar en la mansión. Como antes trabajábamos juntos, me pidió que viniera a ayudar. No me estaba adaptando bien al nuevo lugar al que había ido, así que volví".

"¿Trabajar en la mansión?"

¿Qué clase de trabajo podría haber? preguntó Azela con cara de sorpresa, y Lina se rascó la cabeza con aire perplejo.

"Oh... No te has enterado. Bueno, últimamente han pasado varias cosas".

"¿Qué tipo de cosas?"

"Desde que la Señora... Quiero decir, la Duquesa abandonó la mansión, mucha gente renunció. No podían enfrentarse a la tiranía de Silvia, y el Maestro tampoco les prestaba mucha atención. Y..."

Lina dejó de hablar y miró a Zagnac junto a Azela. Aunque antes no parecía tener mucha conciencia, parecía que ahora sí la había desarrollado. Aun así, Azela la instó a seguir hablando sin prestarle atención.

Sonriendo débilmente en respuesta a su aliento, Lina asintió y continuó.

"Tras oír que el Maestro se aferraba de nuevo a la Duquesa, todos se sintieron bastante mortificados. También hubo cuestiones de lealtad".

"...Ya veo".

"Y ahora parece que Sylvia se ha ido, y la persona que dirige la mansión está sola..."

"¿Qué...?"

"¿Qué?

Sorprendida, Azela volvió a preguntar, y Lina abrió aún más los ojos, asombrada.

¿Quién se ha ido?

"¿Se fue Sylvia?"

"Ah... No lo sabías. Sí, se fue".

"¿Adónde se fue?"

"Eso no lo sé".

"¿Por qué?"

"Eso... no lo sé con seguridad".

"¿No lo sabes?"

"Pero es comprensible".

"¿Comprensible?"

"Incluso después de que ambos regresaran a la mansión, las cosas no iban bien entre ellos. Puede que no sea la forma correcta de decirlo, aunque él parecía ver en Sylvia a la anterior Señora, quiero decir, a la Duquesa".

"¿Yo?"

¿Por qué Sylvia...?

¿Qué ha pasado?

No, espera, Ella parecía saberlo. Daniel la siguió hasta la capital y, delante de todos, la agarró... delante de Sylvia. Delante de todos, Daniel estaba arrodillado ante ella. No estaba cuidando de su propia hija cuando ocurrieron las cosas.

Ahora todo tenía sentido.

"Daniel dejó a Sylvia".

"Sí, es cierto".

Lina estuvo de acuerdo con sus palabras.

Al final, la única persona que no había cambiado... seguía siendo la misma. Igual que la había descartado a ella, había descartado a Silvia. Había cambiado de Azela a Silvia con la misma facilidad con la que había vuelto de Silvia a Azela. A primera vista, podría parecer que perseguía a su verdadero amor, pero no había cambiado.

"Entonces, ¿Sylvia se fue por eso?"

"Sí, así es. Además, se fue llevándose todo, lo que empeoró la situación financiera, y muchos empleados fueron despedidos".

Fue una auténtica ruina. Tras escuchar un rato las palabras de Lina, Azela asintió con la cabeza. Su mirada se desvió hacia la cesta que sostenía Lina. La cesta estaba llena de varias hierbas, relativamente más baratas.

"¿Qué es eso?"

"Esto... ¿Puedo decírtelo?".

"Después de contármelo todo hasta ahora con entusiasmo, ¿te preocupa contarme esto ahora? Adelante".

"Son las hierbas del Maestro".

"¿De Daniel? ¿Daniel está enfermo?"

"Bueno, no es algo que deba sorprenderte demasiado. Es sólo que..."

"¿Sólo?"

"Creo que le sorprendió un poco la marcha de Sylvia. Estaba muy seguro de que ella no podría dejarle".

Qué persona más tonta.

Azela suspiró ante las palabras de Lina y desvió la mirada. Al oír esta conversación, Zagnac también arrugó la frente. Apoyó ligeramente la mano en la cintura de Azela.

"No tienes que preocuparte por eso ahora, Azela".

"...Lo sé".

"No hay de qué preocuparse".

"No."

Ella respondió con firmeza a las palabras de Zagnac. Él pareció sorprendido por su negativa, pues debía de esperar que ella accediera.

Azela sonrió irónicamente mientras lo miraba, y luego se volvió hacia Lina.

"¿Está Daniel en la mansión?"

"...¿Sí?"

"Necesito reunirme con Daniel. Ve y dile a tu Amo que voy a verle".

* * *

Con la repentina noticia de la visita de Azela, Daniel se levantó de la cama por primera vez en mucho tiempo. Mientras muchas noticias y acontecimientos habían pasado por la capital y se habían extendido a las afueras, él no había hecho nada.

Absolutamente nada.

Ni siquiera durante el tiempo en que murió el Emperador y fue asesinado el Príncipe Heredero. Así que, en este momento, Daniel se sentía increíblemente complacido por el hecho de que Azela hubiera venido a buscarle.

"¡Muévete deprisa! ¡No debes dejar que se acumule el polvo! Azela odia las cosas sucias!"

Sí, había esperado su regreso.

Daniel sonrió satisfecho. Al fin y al cabo, sabía que el último lugar al que Azela volvería sería a su lado.

Él era el vencedor. Siempre lo había sido.

Sin embargo, en el momento en que Azela entró en la mansión y Daniel vio a Zagnac a su lado, saboreó la amargura de la derrota.

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