LHANHT 126

Martes 05 de Marzo del 2024

LA HISTORIA AUN NO HA TERMINADO

126

Incluso a altas horas de la noche, Zagnac no se dejó ver ni una sola vez. Mientras miraba por la ventana abierta, Azela se sentó en la cama con un suspiro. Aunque era medianoche, no podía dormir porque las palabras de Lane sonaban en su cabeza una y otra vez.

"Si no se come mi alma...".

Ahora que lo pensaba, su vida significaba más que cuando era la condesa Todd... gracias a Zagnac.

'Gracias a Zagnac, mi vida empezó a tener sentido, y por eso tiene que llevarse mi alma'.

Era gracioso.

De repente, le vinieron a la mente las cosas que él había hecho por ella hasta entonces. Mientras se incorporaba y se ponía la rebeca, no tardó en salir del dormitorio. El pasillo, donde las luces estaban apagadas y sólo había velas encendidas, estaba en silencio.

Si muero ahora...

Azela bajó la cabeza y pensó mientras se dirigía al dormitorio donde estaba Zagnac. Intentaba recordar lo que tenía que hacer aunque no tenía nada en mente.

Su divorcio de Daniel había finalizado con éxito y su negocio era estable. A pesar de que su vida no había sido tan corta, no tenía nada que hacer. Ni siquiera tenía a quien acudir para dejar sus últimas palabras de despedida.

Al sentir la soledad, Azela bajó la cabeza y se echó a reír. Se le ocurrió que su vida era tan inútil... y era Zagnac quien le daba sentido a vivir una vida tan inútil.

"...Zagnac."

Entonces, ella no podía evitar amarlo.

Cuando detuvo sus pasos frente a la puerta de la habitación de Zagnac y lo llamó por su nombre, pudo sentir su presencia a través de la puerta cerrada. Estaba claro que a él también le costaba dormir como a ella.

Azela levantó la mano con cuidado y llamó a la puerta cerrada. Seguía como si lo ocultara en el aire. Estaba borrando desesperadamente su presencia.

"Soy yo".

Cuando terminó de hablar, se oyeron pasos a izquierda y derecha más allá de la puerta. Sus pasos, contemplando si abrir la puerta o no, no se detuvieron. Sin embargo, se detuvo y contuvo la respiración, probablemente decidiendo no abrir la puerta.

"Sé que no estás durmiendo, ábrela".

A pesar de su voz decidida, no se oía ningún sonido del otro lado de la puerta. Parecía insistir en que estaba dormido.

"Sabes que no es un problema que puedas evitar para siempre, ¿verdad?".

Después, se oyó un fuerte suspiro desde el otro lado de la puerta por parte de Zagnac, que quería evitar esta situación. Cuando por fin agarró el pomo y abrió la puerta, dio fuertes muestras de no querer enfrentarse a ella aunque Azela no dio muestras de echarse atrás.

"No viniste a mí, así que yo vine a ti".

"...."

"No puedo pasar por la ventana".

Sonrió con amargura.

Zagnac frunció el ceño mientras se levantaba con el brazo para impedir que Azela entrara en ella. Cuando ella deslizó su mano en el brazo que la bloqueaba, el brazo de él se crispó visiblemente.

"Entremos y hablemos".

"...Ahora dormiré".

"¿No parece que puedas dormir?"

"Hoy estoy cansado".

Incluso mientras decía eso, Zagnac no se quitó de encima la mano de ella, que estaba apoyada en su brazo. No hablemos de eso", se mostraba con fuerza a través de cada una de sus acciones y su tono.

Azela movió lentamente la mano que había colocado sobre el brazo de él. Pasó por su brazo y su hombro antes de posar tranquilamente la mano en su pecho. Mientras tanto, él no pronunció ni una sola palabra mientras ella hacía eso.

"Está bien, entremos".

Ella habló brevemente y le empujó con fuerza sobre la mano que tenía apoyada en el pecho. Con un poco de fuerza, él retrocedió como si estuviera bajo su hechizo. Azela cerró la puerta y sonrió al entrar en el dormitorio.

Dirigió su tímida mirada al suelo.

"No creo que hables de ello cuando te lo pida".

"...."

"Pero, te preguntaré".

Ella seguía con la mano en el pecho de él. Zagnac seguía sin quitarle la mano.

"Si no hubiera preguntado, y si Lane no me lo hubiera dicho..."

"Huh."

"...¿Cuándo ibas a decírmelo?"

"...."

Zagnac no respondió. No, no podía contestar.

De hecho, lo había olvidado por completo. Se dio cuenta de que debía consumir su alma. Incluso al oler el dulce aroma del espíritu brillante de Azela, lo pospuso. Así que, por supuesto, no tenía intención de decir nada.

...La razón que él mismo desconocía.

"Zagnac".

"...."

"No sé en qué estado se encuentra mi alma".

Azela cerró los ojos en silencio. Recordó el día y las emociones por las que había pasado.

"El día no es tan malo como solía ser".

"Azela".

"Ni siquiera pensé en morir, y hacía mucho tiempo que no soñaba con Irene. A diferencia de los días en los que vivía decidida a vengarme, hay bastantes días en los que sonrío."

"...."

"Esto debe ser el 'apego persistente por la vida' que mencionaste. Debo de haber desarrollado un apego persistente por la vida".

Cuando Zagnac apartó la cabeza y apretó los labios, Azela levantó la mano que había puesto sobre su pecho y le tocó la mejilla. Luego le giró la cabeza para mirarla.

"Mantén el contrato".

"...¿Morirías?"

"Es un contrato que hice con determinación por Irene... Venderte mi cuerpo y mi alma fue mi elección, estaba preparada para este desenlace".

Pronunció con voz firme por miedo a que si hablaba con voz suave, su mente se debilitara. Sí, esta fue su propia elección, así que él no tenía que lidiar con las decisiones que ella tomaba. Esta carga era compartida por ella.

Azela, frunciendo el ceño, continuó con sus palabras.

"Es un pacto con el diablo. Si no cumples... No puedo creer que la próxima vida de Irene sea feliz".

"Tu doncella ya está encaminada hacia su próxima vida y se está preparando para vivir su nueva vida. No tienes que preocuparte".

"No, las palabras lo pueden todo, así que tienes que demostrarme que nuestro contrato funciona... Comiéndome el alma".

"Azela".

Azela bajó la mano que había estado tocando su mejilla y retrocedió unos pasos.

"¿Y?"

"...."

"¿Es hora de comer?"

Zagnac levantó la mirada ante la pregunta de Azela. Sus ojos violetas brillaban con intensidad.

Al momento siguiente, levantó la mano y se cubrió los ojos para responder a su pregunta mientras sus largos dedos temblaban suavemente. Azela dejó escapar una respiración temblorosa, esperando una respuesta que saliera de sus labios rojos.

"...Todavía no".

Soltando el aliento, escupió palabras cortas. Todavía había un suave temblor en los dedos que le cubrían los ojos.

"Todavía no. Todavía no es hora de comerte".

Ella dejó escapar un suspiro de alivio ante la respuesta de Zagnac. En esta noche, ella estaba pensando que no importaba si su alma era comida por él y ella moría, pero parte de su corazón no parecía sentir de esa manera. Azela pronto levantó la cabeza y miró a Zagnac con cara dura.

...¿Podría confiar en él? ¿Sería mentira lo que acababa de decir?

"...¿De verdad?"

"...Sí."

"¿De verdad?"

"De verdad."

"¿Puedo confiar en ti?"

Zagnac bajó la mano temblorosa que cubría sus ojos cuando ella preguntó eso. Azela se reflejó en los hermosos ojos púrpura que parecían haber contenido el cielo nocturno, como una estrella flotando en el cielo nocturno.

"Puedes confiar en mí".

"No puedo hacer otra cosa que confiar en ti".

"...Así es."

"Entonces, no debes engañarme".

Su resolución le deprimió. Al ver que Zagnac negaba con la cabeza, Azela suspiró aliviada y volvió a hablar.

"Prométemelo otra vez. Si llega el momento de comerme el alma".

Asegúrate de comerme.

Azela no pudo soportar pronunciar el resto de las palabras y se mordió los labios. Aunque vino a decirle esto, extrañamente, no le salió nada.

Aun así, quería que Zagnac se la comiera.

Mientras ella le miraba fijamente, incapaz de dejar salir las palabras que se arremolinaban en su boca, él abrió lentamente la boca. Ella vio cómo sus labios rojos se abrían mientras tragaba las palabras que permanecían en su boca.

"Definitivamente te comeré entonces".

Ella miró a Zagnac, que continuaba lo que ella quería decir, y asintió con la cabeza. Al ver sus pupilas aún temblorosas, tocó cariñosamente la mejilla de Azela con su gran palma y pronunció.

"Te lo prometo".

"...."

"Entonces, no te preocupes"

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