Llora Hermosamente 64
Louise lo sabÃa.
Después de haber contado todo lo que sabÃa, probablemente tendrÃa que abandonar el Norte. Era imposible permanecer en el Norte incluso después de traicionar la Gran Guerra.
Sin embargo...... no pareció importarle.
Estoy tan contenta de no haber muerto ese dÃa.
Louise estaba profundamente agradecida de estar viva. Asà que fue su turno de devolver algo a los que la protegieron.
"En primer lugar, permÃtanme concluir...... es cierto que la Gran Guerra quiere más poder Por eso dejamos la 'contaminación' desarraigarla a propósito. AsÃ, podemos tomar el Sur como rehén y seguir ganando poder e influencia"
Nadie se sorprendió. Damia también conocÃa bien este hecho, por no hablar de Lesid, que era sacerdote.
"¿Puedo hacerle una pregunta, señorita Louise? ¿Por qué querÃa drogar a Cecil? No tiene nada que ver con la 'contaminación'"
"...¿También lo sabÃas? No es de extrañar"
Louise parecÃa un poco sorprendida. Ella finalmente se dio cuenta de por qué Cesare canceló repentinamente su Plan de Adicción a Cecil.
Lo escuchaste, Damia.
Eso es mejor. Como Damia sabÃa, a Louise le resulto más fácil decir la verdad.
"De hecho, la Gran Guerra ha estado trasladando periódicamente ciertas 'cosas'. Tal vez era algo relacionado con la 'contaminación'.... todo se ha estado enviando al sur"
Esta era la primera vez que oÃa hablar de ello. Las orejas de Damia se agudizaron naturalmente.
"Originalmente era un objeto que se llevaba con mucho cuidado a través de los hombres de confianza de los sacerdotes. Pero como el volumen ha aumentado, resultó difÃcil enviarlo en persona"
"Ah, por eso necesitaban un nuevo medio de transporte"
Damia se convenció poco después de escuchar esto.
La familia de Cecil dirigÃa un proyecto de transporte de minerales desde el norte hasta la capital. Por lo tanto, tenÃa su propio sistema de transporte.
"Una vez que hayan reclutado a Cecil......."
"Correcto, se podrá trasladar las 'cosas' de la Gran Guerra en cualquier momento. Sin temor que se filtre"
Hubo un momento de silencio. Después de escuchar la respuesta de Louise, Damia, que estaba perdida en sus pensamientos, preguntó.
"¿Asà que por eso eligieron a mi padre antes que a Cecil?"
"Supongo que sÃ"
Afirmó Louise con presteza.
"El negocio de la familia Primula es más bien un negocio de suministro que de transporte, pero... De todos modos, ustedes tienen los medios para transportar cosas, ¿no? Por eso se eligió al Conde Primula como 'segunda opción'.
'La segunda opción era la mejor'
Se sintió muy extraño describir a su familia con una palabra, su padre. Recientemente, el rostro de Damia se ensombreció de preocupación al recordar a su padre, recientemente demacrado.
"En realidad, no entiendo, señorita Louise"
"¿Qué cosa?"
"¿Era necesario drogar a mi padre? Quiero decir... mi familia, ha estado trabajando para la Gran Guerra"
"......."
"Asà que si fuera mi padre, no tendrÃan que haber usado ninguna droga, podrÃan haber transportado las 'cosas' de la Gran Guerra las veces que quisieran. Pero por qué...."
"¿Segura que no lo sabes?"
En respuesta, Damia parpadeó porque no sabÃa. Al ver esto, Louise resopló y añadió con severidad.
"Como dijiste, no habÃa necesidad de usar drogas. Siempre que se trate de las 'cosas'"
"No sé a lo que te refieres"
"¡Idiota! Piensa en lo que hizo Cesare después de drogar al Conde Primula"
Sólo entonces la cara de Damia mostró signos de sorpresa. No drogó a su padre por esas 'cosas'.
"¡SÃ! Drogó al conde por tu culpa. Estaba nervioso porque seguÃas saliendo con Akkard Valerian, ese hombre peligroso. TemÃa perderte"
La voz de Louise era amarga al pronunciar el hecho que no querÃa admitir.
El propósito de Cesare era extremadamente privado e inferior. Por lo tanto, no habÃa ninguna razón para que la Gran Guerra lo aprobara.
Pero Cesare asoció astutamente su propio interés con el trabajo, pensó en un truco para ganar ambos.
"Primero, drogar al Conde Primula y tomarlo como rehén....... Después de chantajearte para que hagas lo que él quisiera, finalmente era el turno de Cecil Evergreen. Dado que el plan original ya ha sido revelado, ¿Por qué no deberÃa eludirlo?"
Cuando se enteró del plan bien tramado de Cesare, a Damia se le puso la piel de gallina. Sin embargo, el recuerdo de haber estado a punto de comprometerse con Klaus Hwairi era vertiginoso.
No podÃa creer que todo fuera un truco para alejarla de Akkard. Cesare estaba realmente loco.
"Pero, ¿cómo huiste de Klaus aquel dÃa? Siempre me lo he preguntado"
Preguntó Louise mientras estaba en ello. Damia se sorprendió y volvió a preguntar.
"¿Has sabido algo de Klaus? Sir Akkard me ayudó"
Explicando brevemente lo sucedido aquel dÃa, Louise se agarró inesperadamente el estómago y se rió. Ella odiaba a Klaus Hwari, que siempre presumÃa ser muy guapo.
"Un tonto que solo critica las apariencias para simpatizar con las mujeres que conoce"
Asà que no habÃa manera de lamentar por la desgracia de Klaus. Después de una carcajada, Louise se alegró de anunciar lo que pasó después.
"¿Sabes qué? La condesa Hwary envió a Klaus al monasterio"
"¿Qué? ¿Al monasterio?"
"SÃ, lo envió al Monasterio de la Redención"
Damia se sorprendió ante la primera noticia. El Monasterio de la Redención era un lugar muy duro, un centro de rehabilitación principalmente para los hijos problemáticos de la aristocracia.
"La condesa es del Continente Oriental, por lo que es muy conservadora ¿No es asÃ?. Dijo que su hijo parecÃa tener algún tipo de enfermedad mental. Le preguntó de qué diablos estaba hablando, pero resultó ser un malentendido con la homosexualidad"
Después de explicarlo, Louise volvió a reÃrse. Su alegrÃa por las desgracias ajenas no habÃa cambiado.
Mientras tanto, Damia sonrió con amargura. SeguÃa enfadada por lo que iba a hacer Klaus, pero estaba turbada al saber que se habÃa ido al Monasterio de la Redención.
'¿Qué demonios habÃa en la carta que me envió?'
Recordó Damia el dÃa en que no dejó de preguntar: '¿De verdad no has recibido mi carta?'. TenÃa mucha curiosidad por el contenido, pero no habÃa forma de preguntar ahora.
"Por cierto, si Sir Akkard te ayudó, realmente debe haber algo entre ustedes. ¿Por casualidad te vas a casar con él?"
Louise, que abrió mucho los ojos, preguntó esta vez por curiosidad. Entonces, por primera vez, Lesid, que habÃa estado escuchando con la boca cerrada, hizo un fuerte ruido.
"¡Louise! "
"Me has asustado. ¿Por qué gritas?"
Louise miró a su hermano con los ojos en blanco. Justo cuando Lesid estaba a punto de darle un cocacho, Damia abrió la boca.
"...Sir Akkard y yo no tenemos nada"
Era una voz siempre frÃa para una gentil Damia. La fuerte Louise casi se estremeció sin darse cuenta.
HabrÃa mantenido la boca cerrada si fuera necesario. Pero le molestó que la cara de Lesid se iluminara de repente, asà que Louise volvió a preguntar.
"¿Estás segura de que no tienes ninguna relación? Pero para Sir Akkard no parece"
"Una relación no es para estar solo ¿verdad? Ambas partes deben estar de acuerdo"
Incluso ante el interrogatorio de Louise, Damia no se estremeció. Más bien, clavó con tanta fuerza que respondió friamente.
"No me importa lo que piense Sir Akkard. De todos modos, no tengo nada que ver con él"
Damia sonreÃa tan bellamente como una flor, sus palabras era tan sangrientas como la punta de una lanza congelada. Gracias a esto, el ambiente en la habitación se calmó rápidamente.
Louise se arrepintió en silencio. Afortunadamente, habÃa una forma de escapar de esta vergüenza, asà que decidió usarla rápidamente.
"Oh, mi cuerpo...... Supongo que no me he recuperado todavÃa"
Louise les dirigió la mirada, diciendo que estaba cansada porque habÃa hablado demasiado. Les estaba pidiendo que se fueran.
No habÃa manera que Damia no se diera cuenta de esto. De todos modos, el tema de conversación era incómodo, asà que Damia estaba dispuesta a levantarse.
"Entonces descanse, señorita Louise"
Damia, que se estaba girando para salir como está, dudó. Y añadió con cautela.
"...Espero se recupere pronto"
Como suele decir, era una voz sincera. Louise parpadeó ante la dulzura que contenÃa.
Ella ha atacado a Damia y la ha calumniado innumerables veces, pero no pudo evitar admitirlo ahora. Era esencialmente un ser humano mejor que ella.
¿Lo era?
Louise llamó a Damia por impulso.
"¡Espera un momento!"
La vacilante Louise le hizo una seña. Entonces acercó su boca al oÃdo de Damia, que se acercó.
"No querÃa decÃrtelo porque era sólo una suposición mÃa, pero tal vez... el conde Primula......."
Mientras seguÃa hablando de su padre, el rostro de Damia fue palideciendo. Lesid, que observaba desde lejos, estaba un poco preocupado, pero no pudo escuchar la conversación privada.
"...Lo tengo. Lo comprobaré cuando llegue a casa"
Damia inclinó la cabeza, diciendo: "Gracias por avisarme"
Y ahora le dijo que descanse, asà que agarró ligeramente la mano de Louise y salió.
Después de avanzar hasta Lesid, Louise se quedó realmente sola. Tratando de agarrar una sábana para acostarse de nuevo, ella miró casualmente su mano.
Cuando recordó el calor que sintió antes en la mano de Damia, se preguntó de repente.
Este tipo de calidez..... ¿Qué demonios le ha hecho Akkard Valerian? ¿Es por el pañuelo?
Bueno, no era de su incumbencia. Louise, que lo confesó todo, se durmió cómodamente después de un largo rato.
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