Domingo, 03 de Octubre del 2021 |
La Falsa Esposa del Archiduque Monstruoso 68
El Archiduque no perdió la sonrisa hasta el final, incluso después de haber envuelto la mano de Alexia con cariño antes de soltarla lentamente. Alexia, que estuvo observando al Archiduque hasta que desapareció en la distancia, hizo inmediatamente un mohín con los labios.
"¿Eh? Es más decente de lo que pensaba"
Recordó la forma de sus labios que habían sonreído con gracia. Las manos, que dirigían el baile, tampoco estaban tan mal.
"Hmmm..."
"¡Alexia!"
De repente, un espectador de lejos se había acercado rápidamente a ella. La apariencia roja y sonrojada de esa persona parecía estar llena de curiosidad.
"¿Quién era ese? ¿Es tu prometido? Es completamente diferente a lo que dices"
Los ojos de Alexia se dirigieron a su amiga, que parecía estar mucho más emocionada que la propia Alexia. Y antes de que se diera cuenta, el Archiduque ya se había borrado de su mente. Cuando la atención de los demás se dirigió en cascada hacia ella, se llenó inmediatamente de vanidad, mientras se cubría la boca con la mano y sonreía.
Por fin llegó el día en que el breve pero largo evento había llegado a su fin.
La gente acabó por marcharse con un remanente de la fiesta de la noche anterior antes de subir al tren con lentitud. A continuación, el trabajo de los sirvientes fue terminar de organizar todo ese equipaje.
Sin embargo, también hubo algunas excepciones entre ellos.
En un principio, se suponía que iba a sufrir del todo en medio de aquella gente tan ocupada, pero entonces, el color de su pelo había alterado un poco el futuro.
Su voz ya había regresado, pero como Alexia le había ordenado antes; aún debía evitar la posibilidad de ser descubierta por otras personas. Cuando estaba a punto de subir al carruaje que se había preparado para las doncellas, Vivian miró la pequeña jaula que estaba cubierta con tela blanca en sus brazos.
En cuanto la mostró, Alexia le dijo que la tirara. Sin embargo, cuando Vivian le informó de que el conejo había sido regalado por el Archiduque, enseguida puso una expresión de desagrado.
¿Será que no puede ignorar los ojos de la gente sobre ella? Al final, gracias al permiso que le dio Alexia, que seguía albergando esa mirada detestable, el conejo pudo entonces permanecer tranquilamente en el abrazo de Vivian.
Alexia ya no deseaba decir nada más, puesto que, de todas formas, no sería ella quien se ocupara de él, sino las propias criadas.
Entonces, Vivian pensaba pedirle al señor Hans, que era el encargado del jardín, que le ayudara a hacer una jaula específica para conejos. Hasta entonces, no tenía más remedio que quedarse en aquella jaula para pollos de la cocina.
"Espera un poco más, ¿vale? Pronto te pondré en una jaula más amplia"
Entonces decidió poner un montón de tela sin usar dentro de esa pequeña jaula, en caso de que algo pudiera pasar. Como no podía incomodar a los demás que habían subido al mismo vagón, dejó un montón de tela allí dentro.
Entonces, Vivian abrazó la jaula con cariño.
***
Por el momento, Vivian ya no tenía la oportunidad de visitar la residencia del Archiduque.
Una vez que llegaba a la comarca, lo único que la esperaba eran los montones de trabajo. Los montones de ropa sucia que se añadieron mientras ella acudía a la competición de caza y las toneladas de trabajo aún mayores habían empezado a aplastar el frágil aliento de Vivian.
El conde no desaprovechó este momento cuando los esponsales de Alexia acabaron por atraer toda la atención de la sociedad. El Conde y su familia empezaron a ampliar su estatus aceptando todas y cada una de las invitaciones sociales de todos los lugares.
Y por supuesto, simultáneamente, los sirvientes también se habían puesto a trabajar, y no la propia Alexia.
Tenían que recibir a los invitados que visitaban constantemente la residencia y, además, tenían que limpiar a fondo la habitación de invitados, incluso cuando no se había utilizado. Después de levantarse temprano por la mañana y de trabajar duro durante todo el día, por fin llegó la hora de acostarse.
Cuando se estaba preguntando si estos últimos momentos eran realmente el final de su encuentro con el Archiduque, de repente había entrado una llamada urgente de Alexia.
En un momento tan ajetreado, Vivian se apresuró a acercarse mientras se limpiaba la mano mojada con el delantal, y se encontró con Alexia, que echaba humo.
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