LESVAC 95

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La Emperatriz se volvió a casar 95

Es Incómodo



No se podía escuchar la conversación, pero ambos tenían caras serias.

'¿De qué están hablando?'

Rashta observaba la escena en silencio. Aunque le gustaría acercarse más para poder escuchar. El suelo estaba cubierto de hierbas, por lo que estaba claro que haría ruido cuando se acercara.

Rashta entrecerró los ojos.

El Duque Elgy es una persona conocida de la alta sociedad, pero se rumoreaba que era un playboy, y solía pasar el tiempo principalmente con mujeres.

Ya sea que causara o no un escándalo, sus amigos eran todas mujeres.

Al menos hasta donde Rashta sabía.

Ella pensaba que solo había estado hablando con las jóvenes damas en la fiesta de té. Sin embargo, la persona con la que estaba conversando ahora era un hombre noble.

¿Tenía que venir hasta aquí para tener una conversación seria con un hombre de la nobleza?

Si fuera un día normal, aunque le habría parecido extraño, no le hubiera dado importancia. Pero, debido a lo que sucedió antes, sintió un peso en su corazón.

...

Pero esa noche.

Cuando el noble, que sacó a relucir la historia de las hijas perdidas frente a sus padres falsos, fue a visitarla y se disculpó, los sentimientos de Rashta se aclararon inmediatamente.

Fue porque él mismo mencionó al Duque Elgy cuando se disculpó.

"El Duque Elgy está muy enojado."

"¿El Duque Elgy?"

"Sí. Decir eso en la fiesta de té fue una falta de respeto no solo a su madre, sino también a la Señorita Rashta."

"... No fue tan grosero. Simplemente, fue desgarrador sacar a relucir una historia tan dolorosa de repente."

"Me disculpo, Señorita Rashta."

'Así que por eso estaban conversando seriamente.'

Rashta se sintió aliviada y suspiró. Estaba feliz de que el malentendido se hubiera aclarado.

La única persona en la que podía confiar completamente era el Duque Elgy. Estuvo ansiosa durante unas horas, preguntándose si debía dudar del Duque Elgy, a quien le había confiado todos sus secretos.

Mirando a la hermosa Rashta suspirar, el aristócrata que hizo el comentario inapropiado habló.

"Por cierto, ¿al Duque Elgy parece gustarle mucho la Señorita Rashta?"

Rashta preguntó hoscamente.

"¿Qué quieres decir?"

"Nada, solo me dijo que viniera a disculparme con usted sin pensárselo dos veces..."

El aristócrata sonrió curiosamente.

"Bueno, no es difícil para una encantadora belleza como la Señorita Rashta cautivar el corazón de cualquier hombre."

"..."

Rashta no respondió. Sin embargo, después de que el aristócrata se fue, su cara se puso roja y bajó la cabeza.

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 188


¿No tenía el Duque Elgy una relación con el Rey Heinley? 

¿No es así? ¿Esa carta era solo una broma entre amigos?

Bueno, ahora que lo pienso, el Duque Elgy ha causado todo tipo de escándalos al estar envuelto con toda clase de mujeres.

Si estuviera en una relación con el Rey Heinley, no habría causado escándalos tan frecuentes.

Además... Pensándolo bien, el Duque Elgy ha sido muy bueno conmigo desde que nos conocimos. Incluso me dijo que le gustaba. Lo había dicho en broma, por eso no le presté atención.

Rashta miró al suelo avergonzada mientras murmuraba para sí misma.

Las palabras que el aristócrata le había dicho antes le hicieron cosquillas en el oído.

'No, no lo creo.'

Mientras reflexionaba, Rashta se puso roja y se abanicó con sus manos.

'Por cierto, ¿cuándo se celebrará la boda?'

***

"Dijo que él mismo lo haría lo más pronto posible."

Al día siguiente, Rose, que vino tan pronto como amaneció, le trajo la comida y le contó la historia que escuchó de su hermano.

La comida que trajo consistía en sopa de calabaza, huevos revueltos y tres tipos de mermelada con un baguette sin cortar.

Me fijé en el tazón pequeño en la bandeja y le pregunté.

"¿Realmente dijo que iba a organizar la boda personalmente?"

Él me había dicho que la boda debería celebrarse lo antes posible y yo también estuve de acuerdo con eso. Sin embargo, fue un poco sorprendente escuchar que Heinley iba a organizar la boda personalmente.

"Sí."

Rose dejó la bandeja y preguntó, mirándome.

"Acaso... ¿le gustaría organizarla usted misma?"

"No es eso."

"Entonces, ¿por qué está tan sorprendida?"

"Su Majestad está muy ocupado en estos momentos."

"Oh, sí. Es verdad."

Sin embargo, si le dejara los preparativos de la boda a Christa, esto podría fortalecer su posición. Una risa espontánea estalló en mi interior cuando me lo imaginé dando vueltas para llegar a esta conclusión.

Pero lo que vino a mi mente después de esa risa fue la escena de anoche otra vez, e inmediatamente puse una cara seria.

"¿Su Majestad? ¿Realmente no quiere organizarla usted misma...?"

"No."

Respondí con una sonrisa y levanté la cuchara.

Pero la imagen de Heinley— que ya había llegado— no desapareció de mi mente.

Ya que Heinley se encargaría de los preparativos de la boda, debería reunirme con él para saber más al respecto.

¿Sería incómodo tener una conversación adecuada?

Primero, traté de hacer desaparecer su figura mientras comía, pero el pensamiento no desapareció, por el contrario, se hizo más fuerte.

Bajé la cuchara y me levanté.

"¿Eso es todo lo que va a comer?"

"Tengo algo en que pensar."

"No es por la comida del Reino Occidental, ¿verdad?"

"Por supuesto que no."

Deliberadamente le sonreí a Rose, y le pedí que me llamara a la hora exacta que le indique, ya que hoy iría a ver a Heinley.

***

Pasé unas dos horas en mi habitación, y luego salí a tiempo para reunirme con Heinley. Todavía me avergonzaba ver su cara, pero no podía evitarlo.

Caminé, contando repetidamente en mi mente del 1 al 100 y del 100 al 1.

Sin embargo, cuando llegué frente a la oficina de Heinley, no me sentí avergonzada en absoluto. Esto se debió a que me encontré con una persona inesperada delante de la puerta.

"Navier tiempo sin verte. ¿Cómo has estado?"

Era Christa, la anterior reina. Me miró, luego miró a Rose que estaba de pie detrás de mí, y sonrió.

Pero yo no contesté nada en particular. 

Probablemente la puerta fue abierta antes de que ella hablara, así que ambas entramos en la oficina sin más conversación.

Heinley se levantó de su escritorio y abrió los ojos de par en par, al ver que Christa y yo entramos juntas.

"¿Por qué están juntas...?"

"Me encontré con ella casualmente en la puerta."

Tras una breve explicación, Heinley rápidamente entendió la situación "¡Ah!"

Christa se quedó quieta y dijo lo que tenía que decir tan pronto como Heinley salió de la parte de atrás del escritorio.

"Su Majestad, he oído que usted piensa organizar su propia boda. ¿Es cierto?"

Heinley se detuvo al lado de su escritorio y la miró con una cara seria.

"Sí."

Yo también miré a Christa.

"Has venido por el mismo asunto que yo."

Christa parecía un poco nerviosa.

Cuando se encontró con la mirada de Heinley y la mía, sonrió torpemente y habló con cautela.

"Su Majestad, si no le importa. Me gustaría que me dejara los preparativos de la boda."

Las cejas de Heinley se levantaron.

"¿A ti?"

"Es raro que organices tu propia boda. Soy tu cuñada y la anterior reina, así que soy la persona ideal para organizar la boda en nombre de ambos. Eso sería lo mejor."

Heinley sonrió avergonzado y abrió la boca.

Parecía querer decir que no...

Antes de que Heinley pudiera hablar, yo lo dije primero.

"Es un matrimonio que comenzó de forma diferente, así que es mejor hacer las cosas de forma diferente. Haz lo que decidiste hacer en un principio, Heinley."

Le habría dicho un no rotundo, pero para él, Christa era la esposa de su hermano que murió tempranamente.

Sería inconveniente para mí confrontar a Christa abiertamente. Sin embargo, debía dar un paso al frente.

Christa no sabía que me le opondría, levantó las cejas y me miró. No parecía enfadada, pero si un poco sorprendida. 

Pero en lugar de discutir conmigo, bajó la mirada en silencio y murmuró, "Bueno..." Luego, se disculpó.

"Vine aquí porque pensé que era lo correcto al ser su cuñada y la anterior reina. Por lo que veo, no supe leer la situación. Lo siento."

Con la mirada baja, parecía indefensa y abatida.

Cuando se disculpó en voz baja, se sintió extraño.

En lugar de decir más, salió en silencio.

Fruncí el ceño al verla salir y cerrar la puerta.

Sentí como si la hubiera intimidado. Era como si hubiera empujado a un animal débil que estaba mostrando sus dientes, pero que no tenía fuerza.

Fue extraño, ya que nunca me sentí así por Rashta, que estaba en una posición más lamentable que Christa.

Por alguna razón, después de confrontar a Christa, me sentí particularmente incómoda y fruncí el ceño.

Reflexionando sobre ello, me pareció que se debía a la diferencia en la etiqueta.

Rashta a menudo hacía y decía cosas que no tenían ningún sentido para mí. Incluso, hubo momentos en los que me imitó tan abiertamente que se me puso la piel de gallina.

Pero el lado débil de Christa estaba dentro de mi línea de sentido común.

¿No es por eso que fue tan incómodo?

Por supuesto, la mente humana es compleja, así que es difícil de decir, pero...

"¿Reina?"

Supongo que estaba demasiado perdida en mis pensamientos. Cuando Heinley me llamó acercándose a mi lado, lo miré rápidamente, sorprendida.

Heinley me miraba con cara de preocupación.

"Te ves apagada. ¿Estás bien?"

"Estoy bien."

Heinley frunció el ceño ante mis palabras, como si no me viera bien en absoluto.

"Me dijiste que me mantuviera al margen tanto como fuera posible, pero... Reina en mi opinión. Lo mejor sería que le dijera a mi cuñada que se abstenga de acercarse a mi oficina. ¿Puedo hacerlo?"

Heinley me lo preguntó con cautela.

"No tienes que preocuparte por eso." Sacudí la cabeza.

No sería bueno para él meterse en este asunto de ninguna manera.

En vez de hablar de Christa, saqué a relucir el tema por el que había venido.

"Oh, yo también estoy aquí por eso."
´
"Reina, ¿le gustaría organizar su propia boda?"

"No es eso. Pero si hay algo en lo que pueda ayudar, me gustaría hacerlo."

"Bueno, es para Reina, así que me gustaría hacerlo yo mismo."

"Está bien..."

"Por supuesto tendrás que ayudarme con tu vestido de novia. No puedo hacerlo de acuerdo a mis medidas."

Heinley añadió juguetonamente y me sonrió dulcemente.

Pero en el momento en que dijo 'medidas'. Recordé su cuerpo desnudo nuevamente, y mi cara se calentó.

Bajé rápidamente la cabeza, pero el ángulo era aún peor. Finalmente, giré la cabeza hacia un lado.

"Reina, ¿estás enfadada?"

Solo necesito quedarme así por un momento.

Heinley se movió hacia el lado que giré la cabeza, flexionando las rodillas. Luego me miró cuidadosamente, haciendo contacto visual conmigo.

Al mirar de frente sus ojos púrpuras, el calor en mi cara se elevó aún más.

Tan pronto como me mordí los labios y me giré hacia el otro lado, Heinley se sintió avergonzado y me siguió de nuevo.

"¿Reina? ¿Realmente estás enfadada?"

"..."

"¿Reina?"

Después de dar una vuelta así, no creo que esta sea la forma correcta de hacerlo. 

No es algo de lo que deba sentirme avergonzada para siempre. Lo adecuado sería darle la oportunidad para que sea honesto. Es embarazoso, pero eso no quiere decir que dejaría que este engaño continuara para toda la vida. Seguir así sería molesto e inconveniente para el propio Heinley.

Finalmente tomé una decisión firme y abrí la boca.

"Heinley. Quizá..."

Iba a preguntarle si me estaba engañando en algo.

Pero en el momento en que vi su expresión llena de preocupación.

Lo que salió de mi boca no tenía nada que ver con la pregunta.

"Por favor, invita al Gran Duque Kapmen."

La expresión de Heinley se endureció.

"¿Sí?"

El nombre del Gran Duque Kapmen surgió de repente, y él parecía perplejo.

Yo también estaba perpleja.

Iba a hablarle del Gran Duque Kapmen solo después de la boda.

¿Por qué lo mencioné repentinamente?

Me lo reproché a mí misma por dentro, pero ya lo había hecho.

Fingí estar tranquila, fingí plantear este tema, y ahora le dije lo que tenía previsto decirle dentro de unas semanas.

"¿Recuerdas al Gran Duque Kapmen? Estoy segura de que se conocieron durante las celebraciones de Año Nuevo."

"No puedo recordarlo."

Tal vez porque casi se peleó con él, Heinley murmuró con una extraña sonrisa.

No se molesto ya que estaba delante de mí, pero no pudo evitar que su expresión se distorsionara.

"¿Quieres invitarlo, Reina?"

"Cuando estaba en el Imperio Oriental, trabajé junto a él para establecer relaciones diplomáticas entre ambos países, con el objetivo de llegar a un acuerdo para el comercio intercontinental."

"¿Comercio... intercontinental?"

Sin embargo, su expresión distorsionada rápidamente se volvió seria cuando mencioné el tema del comercio.

"Te escucho."

Continué hablando.

"Pero las cosas terminaron mal cuando el emperador y él se pelearon."

"Oh, escuché sobre eso. Por casualidad..."

La mirada de Heinley se dirigió a su puño.

"¿Es eso cierto?"

Luego se golpeó la mejilla con los nudillos.

Parecía referirse al golpe que le dio el Gran Duque Kapmen a Sovieshu.

"Sí."

"No es que no lo entienda, pero fue muy imprudente."

El Gran Duque Kapmen en ese momento estaba bajo los efectos de la poción de amor. Ahora que lo pienso, ¿se libró con éxito de los efectos?

Mientras estaba pensando en ello, Heinley tomó mi mano.

"Siéntate aquí. No te quedes ahí parada."

Luego me llevó al escritorio y me dejó sentarme en su silla, en ese momento él también se sentó, apoyando su trasero en el escritorio.

No sé si esto fue intencionado, pero naturalmente mi altura hacía que mis ojos se fijaran en la parte inferior de su cuerpo.

"¡!"

Apreté mis puños y giré la silla hacia la ventana.

De nuevo, el ángulo era el problema.

Le pregunté, fingiendo mirar por la ventana a través de las cortinas.

"Quiero continuar con este acuerdo comercial. Si te parece bien, me gustaría cerrar este acuerdo entre Luipt y el Reino Occidental."

Heinley murmuró con una voz ligeramente apagada.

"Si es algo en lo que Reina ha estado trabajando, por supuesto, habrá una gran posibilidad de éxito, pero..."

"Este es el primer intercambio comercial con otro continente, dirigido por un estado. Aunque el comercio directo será beneficioso en sí mismo, si el comercio con este continente se populariza, esto hará que Luipt y el Reino Occidental se conviertan en distribuidores intermediarios."

"..."

"Incluso los comerciantes que no pudieron involucrarse en el comercio por diversas dificultades, podrán participar más fácilmente en un proyecto dirigido por el Estado, así que les resultará conveniente invertir."

"La parte de la viabilidad del comercio fue revisada de muchas formas en el Imperio Oriental, así que puedes estar seguro que es factible," hablé con firmeza hacia la ventana.

Cuando hice una pausa, Heinley murmuró en voz baja.

"Por cierto, Reina, ¿realmente tienes que mirar hacia allá?"

"¡!"

"Por favor, mírame y dímelo."

"..."

"Si no estás enfadada porque sigues evitando mis ojos."

"No estoy... evitando tus ojos."

"¿Entonces?"

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