LESVAC 84

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La Emperatriz se volvió a casar 84

El shock se Sovieshu



¿Qué iba a decirme? ¿Me diría palabras de enojo, o me desearía lo mejor? Ciertamente no diría que estaba feliz de que me volviera a casar. Las chispas parecían volar de sus ojos, así que no podía ser bueno.

"Emperatriz. No, Navier. ¿Qué te pasa?"

Sorprendentemente, su voz era relativamente tranquila. Si bien el fuego en sus ojos era innegable, su tono era tan firme que no parecía enojado en absoluto.

"Esta propuesta de matrimonio, explícamela."

Me relajé frente a él, y luego respondí con un asentimiento.

"Sé la respuesta que quieres."

Quería saber por qué me casé justo después de nuestro divorcio, y por qué fue con Heinley. Sin embargo...

"Lo sé, pero no voy a responder."

Mantuve mi voz lo más nivelada posible.

"No es asunto de mi exesposo."

Sovieshu casi se tambalea ante mi respuesta.

"¿Exesposo?"

Me miró con una mirada incrédula.

"¿Exesposo?"

Abrió la boca y una aguda carcajada se escapó de sus labios.

"Sí, exesposo. Soy tu exesposo..."

La compostura de Sovieshu se rompió. Una vena azul palpitaba en su frente y sonrió desafiantemente. Dio un paso más cerca de mí, su voz era peligrosamente baja mientras hablaba.

"Sigo siendo tu emperador. Y no permitiré que mi exesposa se case."

Entonces llegó a esto. Sospeché que esto sucedería, así que hice bien en lograr que el Sumo Sacerdote aprobara el nuevo matrimonio frente a él...

El Sumo Sacerdote se metió de nuevo en la conversación y chasqueó la lengua con desaprobación.

"Emperador Sovieshu. Esto cae bajo mi autoridad."

Alguien cercano se rió. Fue bastante ruidoso, la cara de Sovieshu se endureció y sus orejas se pusieron aún más rojas. ¿No parecía esta situación una obra ridícula ahora?

La mirada de Sovieshu se interpuso entre Heinley y yo, luego giró sobre sus talones y salió furioso por una puerta lateral. Quería agradecerle al Sumo Sacerdote, pero también se dio la vuelta para seguir a Sovieshu por la salida.

Al irse tanto el Emperador como el Sumo Sacerdote, la sala estalló repentinamente en una cacofonía de ruido, como un montón de instrumentos siendo tocados a la vez. Mis padres, las damas de compañía y el Marqués Farang corrieron hacia mí y me bombardearon con preguntas.

"Navier, ¿qué está pasando?"

"Navier, te volviste a casar repentinamente—"

"¿Qué pasó, Navier—?"

Notaron a Heinley, pero no era solo un príncipe extranjero, sino un rey ahora, así que apuntaron a mí en su lugar.

"Lamento no habérselos dicho antes."

Me disculpé con ellos avergonzada. El plan tenía que mantenerse en secreto para eliminar cualquier posibilidad de que saliera mal. Estas personas que estaban preocupadas por mí debían estar molestas... pero afortunadamente, las damas de compañía no me culparon. Más bien, me abrazaron y lloraron alegremente.

"No, esto es maravilloso."

"No sabe lo gratificante que es esto."

"¡Casi me rompo los dientes rechinándolos cuando se aprobó el divorcio!"

Laura apretó los puños e hizo un juramento.

"¡Acabo de tomar una decisión! ¡Iré al extranjero y seguiré a Navier!"

"Laura, eso es—"

"¡Necesitarás una dama de compañía después de convertirte en reina allí de todos modos!"

Laura, a diferencia de las otras mujeres, inicialmente se convirtió en mi dama de compañía para aprender la etiqueta de la corte. Sin embargo, dudaba en llevar a Laura a un país extranjero. En ese momento, la Condesa Jubel habló.

"Entonces Laura y yo te seguiremos, Navier."

"¿Condesa Jubel?"

Laura no esperaba que la Condesa Jubel se ofreciera como voluntaria, y levantó la vista sorprendida. La Condesa Jubel continuó hablando.

"A la Condesa Eliza le puede resultar difícil seguirte al extranjero, ya que está en buenos términos con su esposo. Sin embargo, mi esposo y yo hemos estado separados durante mucho tiempo. Le tomará un año darse cuenta de que no he vuelto a casa."

"..."

Miré a la Condesa Jubel, y ella se rió astutamente.

"Ni siquiera sabe si estuve en casa anoche."

Su comportamiento humorístico me hizo sonreír.

"Me gustaría que me acompañara, Condesa Jubel..."

Todavía estaba un poco indecisa. Heinley, que había estado observando en silencio desde un lado, intervino y asintió saludando a Laura y a la Condesa Jubel.

"En nombre de mi esposa, gracias. Serán tratadas mejor allí, así que por favor siéntanse libres de venir con ella."

Laura hizo un sonido de asfixia ante la palabra "esposa", y mis padres parpadearon aturdidos. Todavía parecían tener dificultades para aceptar esta nueva situación.

"Ah, suegra, suegro."

Cuando Heinley se dirigió a mis padres, parecieron aún más desconcertados, y se miraron el uno al otro con incertidumbre. Sintiendo su vacilación, Heinley inclinó la cabeza hacia ellos y dijo en voz baja, "Su hijo está en el Reino Occidental." Los ojos de mis padres se abrieron de par en par por la sorpresa, y mi padre estalló en lágrimas. Mi madre no lloró, pero parecía muy aliviada. Se habría sentido lo suficientemente feliz de que no me hayan abandonado como exemperatriz, pero estaba aún más agradecida de que su hijo exiliado estuviera bien.

Mientras observaba la escena, me paré un poco más recta. Mi corazón ya no se sentía vacío, ni enojado, ni afligido. A pesar de que sufrí la vergüenza del divorcio y la destitución, todos los que me rodeaban sonreían y se regocijaban por mi aprobación para volver a casarme. La felicidad creció dentro de mi pecho, apartando la tristeza y la ira que me habían perseguido durante mucho tiempo.

Estaba especialmente agradecida con Heinley.

Sin él... estaría aquí escuchando a las damas de compañía intentando consolarme. Mis padres se culparían por enviarme a ser la princesa heredera, y todos me mirarían con lástima.

Sin embargo, incluso si me encontraba en una ocasión propicia para llorar de alegría, tampoco quería derramar lágrimas delante de la gente. Respiré hondo y le sonreí a Heinley para calmar mis ojos.

***

Rashta siguió a Sovieshu, pensando en lo cruel que fue la Emperatriz.

'Ah. Pero ahora yo soy la emperatriz.'

Rashta pensaba que Navier solo estaba junto a Sovieshu por el puesto de emperatriz, y que la mujer no amaba a su esposo. Eso era suficiente para considerar a Navier como esnob y hambrienta de poder. Pero, ¿que se casara con otro rey tan pronto como se divorciara? ¡Ella realmente codiciaba el poder! En el proceso, Navier nunca pensó en el ridículo que Sovieshu enfrentaría.

<< Nota: Esnob; persona que acepta e imita de manera exagerada comportamientos e ideas nuevos que considera distinguidos, elegantes o de moda. >>

'No. Él es un hombre fuerte.'

Rashta chasqueó la lengua con simpatía y siguió a Sovieshu mientras se dirigía directamente a sus aposentos. Cuando entró en su habitación, lo vio apoyado en una mesa con un brazo y respirando con dificultad. Sus ojos parecían sin vida, como si todavía estuviera completamente conmocionado por lo que sucedió antes.

"Su Majestad..."

La vista trajo lágrimas a los ojos de Rashta.

'Pobrecito.'

Presionó una mano contra su boca y se acercó a Sovieshu. Todavía respiraba con dificultad, y su ceño se frunció cuando miró a Rashta. Una rígida sonrisa se extendió en sus labios.

"Lo siento, Rashta. Quiero estar solo por ahora."

"Su Majestad..."

Ella reprimió un sollozo, luego cubrió su mano sobre la mesa con las suyas. Su voz tembló mientras hablaba.

"Su Majestad. La amiga por cartas del Príncipe Heinley... es en realidad la emperatriz depuesta."

Sovieshu dirigió sus ojos hacia Rashta. Él ya lo sabía. También sabía que Rashta fingió ser la amiga por cartas. Sin embargo, no pudo evitar preguntarse por qué sacaría a relucir este tema.

Rashta bajó sus grandes ojos, como un ángel triste.

"Desde entonces, la emperatriz depuesta ha estado teniendo una aventura con el Príncipe Heinley."

"¡!"



"Rashta quería proteger a la emperatriz... así que Rashta fingió ser la amiga por cartas."

Sovieshu la miró fijamente. Ella lo miró con ojos claros, secándose las lágrimas con el dorso de su mano.

"Pero si hubiese sabido que ella te apuñalaría por la espalda de esa manera... te lo habría dicho antes. Rashta tomó la decisión equivocada, Su Majestad."

Mientras Sovieshu la miraba llorar, su expresión se volvió extraña.

Las noticias de la Familia Imperial barrieron el país como un incendio forestal. La gente estaba asombrada por este escándalo nacional, y hablar de 'Qué Harías En La Familia Imperial' pronto se convirtió en una moda.

Naturalmente, todas las revistas cubrieron la historia con alegría. Sin embargo, la mayoría tenía un grado de error o falsedad. La revista de mayor credibilidad era Lorudin, una publicación oficial que tenía acceso exclusivo al palacio. Cuando Lorudin informó sobre el divorcio y el nuevo matrimonio de la emperatriz, todos quedaron sorprendidos. La historia era tan escandalosa que nadie la creyó hasta que vino de ellos.

¡Nuevo matrimonio de una emperatriz depuesta! - El titular resonó.

Aunque no estaba prohibido volver a casarse, ninguna emperatriz divorciada en la historia lo había hecho. Independientemente de quién fuera la exemperatriz, el emperador todavía tenía una posición visible, y no había razón para complicar aún más la política. Si bien algunas tomaron amantes más jóvenes, ninguna se volvió a casar. Los círculos sociales eran un mundo pequeño, y los ojos de muchas personas seguían la vida de la exemperatriz después del divorcio. Reclamar el puesto más alto para una mujer en el imperio y luego reaparecer en los rangos inferiores también era un motivo de orgullo para una exemperatriz.

Pero no para la Emperatriz Navier. No para la emperatriz famosa por su comportamiento frío y su aguda inteligencia. ¡No solo se volvió a casar, sino que se volvió a casar con el Rey de Occidente! Todos quedaron atónitos por este movimiento sin precedentes.

"Bien por ella. En lugar de vivir en este país como una emperatriz depuesta, irá al Reino Occidental y se convertirá en reina."

"Sí, puede vivir libremente allí, pero los ojos de las personas la seguirán por el resto de su vida. ¿Crees que es tan fácil?"

"Si el Emperador vive con su concubina, ¿por qué la Emperatriz no puede volver a casarse?"

"Pero es una cuestión de cortesía. ¿Cómo puede volver a casarse en cuestión de segundos?"

"Está bien. Entonces, ¿en qué se convierte ella? Otros países nos mirarán con desprecio."

"Si la Emperatriz del Gran Imperio Oriental se convierte en Reina del Reino Occidental, entonces es una traición a nuestro país."

Después de que la sorpresa desapareció, las opiniones de las personas pronto se dividieron. Algunos estaban a favor del nuevo matrimonio de Navier, y otros declararon que estaba loca. Otros simpatizaron con ella, pero dijeron que no era bueno para el país. Considerando el poder que tenía la exemperatriz, algunos querían evitar el nuevo matrimonio y sugirieron que se aferraran a su carruaje para que ella no pudiera irse.

Al día siguiente, durante el almuerzo, Navier tenía una sonrisa amarga en su rostro cuando se enteró de las reacciones.

***

"Es una historia que puede tener muchas opiniones."

Mi cara estaba tranquila. Ya estaba preparada para esto.

"Solo soy una emperatriz para ellos."

No era algo que pudiera controlar. Para la gente, yo era parte de la nación y de la identidad nacional. Serían más generosos si fuera simplemente una amiga o un familiar que encontró una nueva vida después de un divorcio, pero ver a su emperatriz marcharse a otro país era humillante para ellos.

El Marqués Farang me miró a los ojos y sonrió brillantemente.

"No, pero eres meticulosa. ¿Cómo pudiste usarme como un chico de los recados y no decirme ni una palabra?"

"Lo siento."

"No hay de qué disculparse."

El Marqués Farang levantó su dedo meñique.

"Por favor, recuerde que el Marqués Farang contribuyó enormemente a que se volviera a casar."

Sonreí a su buen humor. El administrador de bienes, que había estado ocupado escribiendo una lista durante media hora, dejó la pluma y levantó la parte superior de su cuerpo. Él era el administrador de la riqueza de la Familia Troby, y compiló una lista de mis bienes personales.

"¿Está hecho?"

El administrador se frotó el cuello y se rió brevemente.

"Está hecho. No se preocupe, mi señora. Me encargaré de todo, hasta el último cepillo de pelo."

"Gracias."

El Marqués Farang dirigió sus ojos hacia mí.

"¿Sacarás todas tus cosas del palacio de la emperatriz?"

También parecía estar preguntando si eso incluía dinero y joyas, y yo asentí.

"Eso creo."

Puede ser barato, sin embargo... sabía exactamente quién iba a residir en ese palacio después de mí, y no quería dejar ninguna de mis cosas. Después de todo, una vez que te conviertes en emperatriz, puedes decorar el lugar como quieras y tirar cualquier artículo viejo.

No me gustaba la idea de que Rashta tirara mis cosas viejas, así que decidí llevármelas. Los administradores de bienes solían inclinarse a chasquear la lengua y decir que los nobles gastaban demasiado, pero este parecía satisfecho con mi decisión.

Mientras tarareaba y revisaba la lista nuevamente, miré hacia el arco de la puerta. Allí, Heinley estaba de pie con mis padres, trabajando duro para ganárselos. No era fácil permanecer hosco por mucho tiempo en presencia de Heinley.

'Eso es lindo.'

Anoche, Heinley le sugirió a mis padres que se mudaran al Reino Occidental, pero se negaron. No podían evitar que yo o mi hermano mayor fuéramos allí, pero ellos eran nobles de alto rango aquí en el Imperio Oriental...

Quizá Heinley todavía intentaba convencerlos. De repente, Heinley se giró hacia mí con una sonrisa, él y mis padres caminaron en mi dirección. El administrador dijo, "Es incómodo estar tan cerca del rey", se levantó y se dirigió al piso de arriba.

Mi madre se me acercó y habló de inmediato.

"Navier. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Cuánto tiempo te quedarás aquí?"

Ah, tal vez de eso hablaban los tres. Respondí rápidamente.

"Puedo irme en cualquier momento, incluso ahora. Ya he hecho los arreglos."

No era oficial, pero no era bueno para el Rey Heinley quedarse aquí demasiado tiempo.

Sin embargo, inesperadamente, Heinley hizo la sugerencia opuesta.

"Tengo un carruaje listo... ¿por qué no quedarnos otros quince días y luego irnos?"

Lo miré con preocupación, y él habló con un brillo en sus ojos.

"Tendré más tiempo para ganar puntos con los padres de Reina."

Mis padres, que estaban más acostumbrados a Sovieshu, encontraron el discurso de Heinley incómodo y se miraron el uno al otro. El Marqués Farang fue el único que pareció encontrar la situación divertida, pero mi padre lo fulminó con la mirada y de repente el marqués levantó la mano.

"Oh, acabo de recordar algo."

Corrió hacia la puerta principal y la abrió, pero de repente se congeló. Lo miré inquisitivamente y me acerqué. Vi que su expresión era como piedra mientras miraba a través de la puerta abierta. Cuando desvié la mirada para ver lo que estaba observando, vi una extraña escena ante mí.

Una línea de guardias rodeaba la puerta principal como una pared.

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