LESVAC 85

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La Emperatriz se volvió a casar 85

En shock junto con Heinley



"Por favor, quédese aquí un momento."

El Marqués Farang salió y habló con un guardia, pero este no dio señales de reconocerlo. El marqués se subió a una gran roca cerca de la pared y miró por encima. Volvió a entrar, chasqueando la lengua.

"No solo los caballeros han rodeado la puerta principal, sino también toda la mansión."

No, no. Sovieshu, ¿intenta encerrarme? Me apresuré a la puerta principal. Cuando los caballeros me vieron, intercambiaron miradas avergonzadas entre ellos. Parecían compadecerse de mí, pero no se hicieron a un lado.

"¿Por qué están aquí?"

"Lo siento, Su Ma—Navier."

"¿Cuánto tiempo permanecerán ahí parados?"

"Hasta que Su Majestad el Emperador lo ordene."

La voz del caballero era firme.

"Me reuniré con él en persona. Apártense del camino."

Intenté pasar enojada, pero los caballeros me bloquearon el camino.

"¡!"

Los miré con asombro, pero mantuvieron sus posiciones mientras rechazaban el contacto visual conmigo. Estaba a punto de volver a entrar, cuando escuché la fría voz de Heinley.

"Manteniendo al Rey y a la Reina del Reino Occidental bajo custodia. ¿No sabes que esto podría convertirse en un incidente internacional?"

Al principio pensé que estaba hablando consigo mismo, pero parecía que estaba haciendo una amenaza. Los caballeros apretaron los labios, pero fue una persona diferente la que respondió.

"¿A quién le importa los incidentes internacionales cuando alguien toma a la esposa de otra persona?"

Fue Sovieshu. No lo vi llegar en su carruaje detrás de la línea de caballeros, pero pronto caminó hacia nosotros, y los caballeros se separaron para permitirle el acceso. Las barras blancas de la puerta de hierro sirvieron como una barrera entre ambos. Sovieshu nos miró a Heinley y a mí.

"Nunca he tomado a 'la esposa de otra persona'."

"Dios mío, Rey Heinley. No debiste haber causado tal alboroto ayer si ibas a mentir de esta manera."

"En el momento en que te divorciaste, dejaste de tener algo que ver con Navier. Y ella no es solo 'la esposa de otra persona'."

La mirada de Sovieshu se agudizó ante las palabras de Heinley.

¿Sovieshu no ha dormido lo suficiente? Noté bolsas oscuras debajo de sus ojos. Se mantuvo con dignidad como de costumbre, pero se veía cansado. Pensé que celebraría con champán el haberse divorciado. ¿Quizá no quería hacer un brindis luego de que me volví a casar? Tenía ganas de regocijarme, pero mantuve una cara tranquila para evitar prestar demasiada atención.

Sin embargo, en cuanto a Sovieshu, perdió el control por la fatiga. Agarró una barra de la puerta con una mano y la sacudió amenazadoramente mientras se burlaba de Heinley.

"Rey Heinley, el rey playboy. Sedujiste a la inocente Navier, ¿no es así?"

Eso fue injusto para Heinley, ya que fui yo quien le propuso matrimonio. Sin embargo, probablemente por mi bien, Heinley mantuvo la calma y no respondió. Finalmente di un paso al frente y dije, "Yo le propuse matrimonio." Sovieshu me miró como si acabara de darle una bofetada.

"¿Tanto deseas ponerte de su lado?"

A pesar de mi confesión, parecía seguir creyendo que Heinley me había seducido.

"Sí."

Hubo una pausa, y luego Sovieshu soltó una risa delirante.

"¿Estás haciendo esto para vengarte de mí?"

"¿Venganza?"

"¿Lo elegiste para hacerme enojar?"

"No."

"¿No sabes que es un mujeriego inmaduro? No tienes que arruinar tu vida para vengarte."

"No la estoy arruinando."

"Navier. Él solo te está usando."

"Nos usamos el uno al otro."

"¡!"

"¡!"



Sovieshu pareció sorprendido por mi respuesta. Lo extraño fue que Heinley, quien había estado sonriendo a mi lado, abrió sus ojos en shock al mismo tiempo.

Oh... desafortunadamente.

Bajo estas circunstancias, probablemente era mejor que no anunciara que nuestro matrimonio era de conveniencia política. Sería incómodo rectificar aquí, así que decidí disculparme con Heinley más tarde, luego me dirigí de nuevo a Sovieshu.

Sus ojos negros ardían con furia. La mirada en su rostro hizo que pareciera que yo le había quitado el trono.

"Con el camino que estabas tomando, y con quién lo estabas recorriendo, no deberías sorprenderte, Su Majestad."

"¡Quiero estar contigo, Navier!"

"Sin embargo, ayer anulaste nuestra relación en la corte de divorcio."

"Eso fue..."

Sovieshu abrió y cerró la boca un par de veces, luego volvió a mirar fulminantemente a Heinley.

"No quise enviarte a los brazos de este principiante que no sabe nada de ti."

Heinley todavía parecía entumecido después de escuchar mi anterior respuesta. No respondió inmediatamente, aunque Sovieshu le estaba disparando flechas.

'¿Sigue en estado de shock?'

Suavemente tiré del dobladillo de su manga y agité mi mano frente a él, entonces pareció percatarse y sonrió.

"Pero ahora tengo mucho tiempo para aprender sobre Navier, Su Majestad."

"¡Rey Heinley...!"

Sovieshu se lanzó hacia delante y agarró las barras con ambas manos. Sin embargo, esta vez no tuvo la oportunidad de hablar más.

"Su Majestad."

El Marqués Karl, que había estado de pie junto a Sovieshu, se dirigió a él en voz baja.

"Hay demasiados ojos por aquí."

Sovieshu parpadeó y finalmente miró a su alrededor.

'Esto.'

De hecho, había muchos ojos. Muchas personas se habían reunido para mirar, curiosas acerca de los caballeros que rodeaban la mansión y por la fuerte discusión que tenía lugar en la puerta principal.

Sovieshu apretó los dientes y lanzó una mirada fulminante a Heinley y a mí, pero rápidamente se dio la vuelta y subió nuevamente a su carruaje. Pronto desapareció. Sin embargo, los caballeros permanecieron, y no se movieron ni un centímetro.

Ya no había razón para quedarse aquí, así que Heinley y yo volvimos al interior de la mansión. Les expliqué la situación a mis padres, y mi madre me juró que el Emperador no podría contener a toda la familia. Ella me preguntó si me disfrazaría de sirvienta. Realmente estaría atrapada aquí si me quedara durante quince días.

Enviamos a una sirvienta como prueba, y pronto descubrimos que ese plan sería completamente inútil. Aunque a las sirvientas se les permitió entrar y salir del recinto, fueron revisadas minuciosamente. Cuando un sirviente trepó por una pared, fue arrojado de vuelta. Mi familia salió uno por uno para ver exactamente quién estaba confinado, y pronto se hizo evidente que los guardias solo tenían dos objetivos— Heinley y yo.

Al día siguiente, mis padres trataron de reunirse con Sovieshu para suplicar mi liberación, pero él se negó a verlos. En este punto me puse nerviosa.

'Mientras más tiempo esté aquí, peor será para Heinley...'

Era un rey solitario en una nación extranjera, y se había casado con la exemperatriz. Me preocupaba que la reputación de Heinley se viera empañada, incluso en el Reino Occidental.

"No hay problema."

¿Mis sentimientos se reflejaron en mi rostro? Heinley se quedó conmigo junto a la ventana y miró hacia la barrera de caballeros. Me tomó la mano con cuidado.

"Es mejor irse en silencio y sin crear disturbios. Sin embargo, me preparé para lo peor."

"¿Te refieres a Sir McKenna?"

"Sí. En unos días, el Reino Occidental presentará una protesta formal."

La esquina de la boca de Heinley se inclinó hacia arriba.

"Tu exesposo es un hombre cobarde, pero es un buen emperador. Se verá obligado a retirar sus guardias."

"Sí..."

Me alegró escuchar eso...

"Más bien, Reina. Me gustaría preguntarte algo."

"Te escucho."

"Sobre... lo que dijiste ayer."

"¿?"

"Yo..."

Ayer dije tantas cosas y no sé de qué estaba hablando. Cuando lo miré, Heinley bajó la mirada y luego sacudió la cabeza con una sonrisa.

"No importa."

'¿Qué está pensando?'

'¡Ah! ¿Por casualidad?'

"¿Se trata de lo que dije sobre el matrimonio político?"

"¿Qué?"

"Lo siento. Lo dije sin pensarlo."

Heinley me miró sin comprender, luego se rascó la mejilla y sonrió.

"Eso no..."

¿No? Heinley suspiro. Me agarró la mano con fuerza y ​​me habló en un tono suave.

"No solo pienso en ti como una pareja política."

"¿?"

"Solo quería decir eso."

"Su Majestad. Aunque confine a Navier, el Rey Heinley debe ser liberado pronto."

El Marqués Karl miró preocupado a Sovieshu mientras le ofrecía su mejor consejo. Ya habían pasado cuatro días desde que la exemperatriz y el Rey Heinley fueron obligados a permanecer en la mansión. Como la residencia era relativamente visible, la gente del Reino Occidental se enteraría que su rey estaba atrapado en la capital del Imperio Oriental. Si esta situación riesgosa continuara, sin duda se convertiría en un problema internacional.

"El poder del Reino Occidental no debe ser tomado a la ligera, Su Majestad."

Sovieshu lo sabía. Había estado sufriendo un dolor de cabeza durante cuatro días completos debido a eso. Cerró los ojos y presionó sus dedos contra su sien. La persistente crítica del Marqués Karl, que repetía todo lo que sabía, solo aumentaba su fatiga.

"No puede permitir que la relación vaya mal."

"..."

Sovieshu esperó a que el Marqués Karl continuara con sus regaños, pero extrañamente terminó en ese punto. Esperaba al menos cinco párrafos más detallando sus errores.

Sovieshu entreabrió los ojos y miró a su secretario. El Marqués Karl lo miraba con una expresión vacilante. Sovieshu suspiró.

"¿Qué es lo que quieres decir?"

Con el permiso del emperador, el Marqués Karl se levantó y habló.

"Su Majestad. Debido a que este es un matrimonio entre dos países, ¿por qué no envía un regalo de felicitación para mostrar su generosidad?"

"¿Regalo de felicitación?"

"Sí, para el aniversario de bodas del Rey Heinley y—"

"¿Regalo?"

Los ojos de Sovieshu se oscurecieron. Su rostro parecía decir "¿Estás loco?"

El Marqués Karl bajó la mirada como si las palabras que había dicho no fueran del todo correctas. En verdad, pensó que la conciliación era lo mejor para el país. Sería mejor que Navier fuera tratada como "estimada hija noble del Imperio Oriental" en lugar de "la emperatriz divorciada". La relación futura entre el Imperio Oriental y el Reino Occidental podría ser tensa, pero mantenerla era el mejor curso de acción.

Sin embargo...

El Marqués Karl, torpemente, juntó las manos. El problema de la vergüenza entre los países era tremendo. Si Sovieshu le diera a su exesposa un regalo de felicitación, algunos podrían verlo como una persona generosa, pero otros podrían pensar que estaba loco.

Sovieshu consideró la idea ridícula, independientemente de sus desagradables sentimientos. No quería dirigirse con dureza a su secretario favorito, pero apretó los dientes.

"Entonces envía un regalo a tu esposa cuando se vuelva a casar con otro. Como lo haría un buen hombre."

Luego, el Marqués Karl se fue. Sovieshu golpeó su escritorio con el puño. A pesar de su ira, sabía que no podía retener más al Rey Heinley, ni a Navier, a quien el Sumo Sacerdote aprobó directamente para que volviera a casarse. Aunque no hubo boda, el Sumo Sacerdote ya dejó la capital, y daría instrucciones para que todos los documentos oficiales registraran a Heinley y Navier como una pareja casada. Como tal, eso también hizo a Navier la reina del Reino Occidental.

Eso solo hizo enojar más a Sovieshu.

Navier se volvió a casar. Ella y Sovieshu habían estado juntos desde la infancia. Pensó que se separarían solo por un tiempo, y luego volverían nuevamente. Pero ese maldito Heinley...

"¡Mierda, Heinley Heinley Heinley!"

Rugió y golpeó el escritorio con cada palabra. El pájaro azul en su oficina se despertó sorprendido y lo miró a través de la jaula. Debe estar pensando que él estaba loco.

Sovieshu finalmente se llevó el brazo a la frente, respiró hondo, y luego tocó la campana del escritorio. Un sirviente entró en la habitación, y Sovieshu le ordenó a gritos.

"¡Tráeme al Duque Elgy!"

Cuando el Duque Elgy fue finalmente llevado a la habitación, Sovieshu inmediatamente fue directo al grano.

"He oído que es usted amigo del Rey Heinley, Duque."

"Sí, Su Majestad. Nos conocemos desde que éramos niños."

"Te enteraste de todo lo que pasó entre el Rey Heinley y yo."

"Bueno..."

El Duque Elgy sonrió vagamente como si le avergonzara responder. Sovieshu lo miró con frialdad.

"No puedo retener al Rey de Occidente por mucho tiempo, así que estoy considerando enviarlo de vuelta."

"Gracias a Dios."

"¿Puedes sacar al Rey Heinley de la mansión Troby?"

'¿Sacar?' El Duque Elgy pensó que la elección de la palabra era extraña. ¿Por qué no 'traer'?

"¿Qué quieres decir?"

"Quiero que vayas a la residencia de los Troby y saques solo al Rey Heinley."

El Duque Elgy se dio cuenta de sus intenciones. Debido a que Heinley y Sovieshu estaban en una amarga disputa, parecería que Sovieshu se echaba para atrás si liberaba a Heinley. Por otro lado, si el Duque Elgy— un amigo del Rey Heinley— rescataba al rey, Sovieshu preservaría su orgullo. El Duque Elgy admiraba interiormente la inteligencia del emperador.

"Muy bien. ¿Qué hay de Navier?"

"Es el Rey Heinley el que se necesita con urgencia en el Reino Occidental ahora, no Navier."

El Duque Elgy dudó por un momento, pero luego sonrió e hizo un ruido de acuerdo. Se puso de pie y salió de la habitación.

Luego, Sovieshu convocó a todos sus secretarios.

"Encuentren una ley que prohíba a una emperatriz volver a casarse. Ya sea historia, código, etiqueta— busquen en todos los registros que encuentren. Háganlo lo más pronto posible."

***

Unas horas más tarde, después de que el Duque Elgy consideró que era tiempo suficiente para que la orden de Sovieshu fuera entregada a los guardias, se subió a un carruaje y viajó a su destino.

Sus pensamientos estaban perturbados. Todavía no podía enfrentarse a Sovieshu de frente, pero esta era una oportunidad para ganar su favor. Si el Duque Elgy manejaba bien esta petición personal, podría ganarse la confianza del Emperador.

Sin embargo, su amistad con Heinley debía ser considerada. Heinley estaba profundamente enamorado de Navier. ¿No se sentiría frustrado de dejar atrás a Navier? Heinley y el Duque Elgy tenían objetivos similares a corto plazo, pero sus propósitos finales eran diferentes. Debido a esto, mantenían una relación de cooperación, intercambiando poder e información cuando era necesario, y no interfiriendo con los planes del otro.

Sin embargo, en este caso, ganar la confianza de Sovieshu significaría lastimar a Heinley. Heinley podría enojarse con el Duque Elgy, pero su asociación no se rompería mientras compartieran objetivos comunes.

Por otro lado, "rescatar" tanto a Heinley como a la exemperatriz causaría que Sovieshu desconfiara de él. Heinley ciertamente estaría agradecido, pero no sería un movimiento útil. Ellos ya eran aliados.

"Hmmm."

El Duque Elgy tarareó y se tocó la mejilla.

"Hay una respuesta. Me pregunto cómo saldrá."

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