LESVAC 69

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La Emperatriz se volvió a casar 69

¿Realmente Quieres Que Sea La Reina?



Las palabras de Heinley fueron divertidas y dignas de risa. Sovieshu— mi esposo— quería dejarme y yo estaba atrapada esperando el inevitable divorcio. Sovieshu me había acusado de ser insensible y sin compasión.

Sin embargo, el rey de otro país me elogió diciendo que la gente me amaría... Qué cosa tan extraña.

"Gracias por el cumplido."

Sonreí para ocultar la amargura en mí, pero Heinley notó mi inquietud de inmediato.

"¿Reina? No te ves bien. ¿Paso algo?"

"No."

"¿No? ¿Entonces—?"

"..."

"¿Reina?"

Me miró con seriedad, pero no le respondí. Independientemente de lo buen amigo que era, no quería mostrarme humillada. Hablar con él sobre el inminente divorcio de Sovieshu conmigo me afligiría sin fin.

Heinley me estudió cuidadosamente, y aunque me negué a decir una palabra, no se entrometió. En cambio, dudó por un momento, luego continuó con una expresión seria en su rostro.

"Mis palabras no fueron un elogio vacío. Lo dije en serio."

"¿De Verdad?"

"No quiero una reina a menos que sea como tú."

"¡!"

"No, desearía que tú fueras mi reina. Solo hay una reina."

Su voz era firme. No estaba bromeando.

Lo miré y sus mejillas se sonrojaron, pero no apartó su mirada. Podía sentir el calor en sus ojos. Heinley solo estaba siendo halagador cuando dijo que quería una reina como yo, pero esas palabras...

Avergonzada, tomé una cucharada de sopa. Aún podía sentir los ojos de Heinley sobre mí, y le sonreí medio en broma.

"¿Y si acepto?"

La sopa todavía estaba caliente. Tomé otra cucharada y miré a Heinley. Esperaba que se riera de mi broma, pero no hizo ningún sonido.

"¡!"

Mis ojos se abrieron de par en par en sorpresa cuando vi su rostro. Su expresión se iluminó como el sol.

"Eso sería increíble."

"Estaba bromeando."

"Yo habló en serio. Si vienes a mi lado, serás mi reina de inmediato."

"..."

"Lo juro por mi vida."

Habíamos estado hablando de que Heinley tomara una reina, entonces, ¿cómo demonios la conversación se convirtió en un juramento por su vida? Guardé silencio en lugar de responder. No sabía si lo decía en serio, o si estaba diciendo palabras para consolarme. Pero no estaba descontenta con lo que dijo.

'Así es como se siente poner miel en un corazón herido.'

Era amargo, pero dulce.

"Gracias por tus palabras, Heinley."

De verdad.

"Solo digo la verdad sobre lo que veo."

Ambos dejamos de hablar por un rato y continuamos comiendo. No quería decir nada debido a la mezcla de tristeza y gratitud en mí, y Heinley tampoco habló, por lo que la mesa permaneció en silencio. Luego, al final de la comida, habló.

¿Por qué estás aquí, Reina? No creo que esta sea una visita oficial."

"Uno de mis estudiantes patrocinados asiste a la academia mágica."

"¿Está en la academia? Eso es genial."

"Es una niña superdotada. Vine a visitarla."

"Ah. ¿Estás aquí para apoyarla?"

"Estoy aquí para consolarla."

"¿Por…?"

"Escuché que está perdiendo su maná."

"¡!"

El hecho de que el poder de los magos estaba disminuyendo no era algo que pudiera ocultar. Heinley, en particular, ya era un mago y había asistido a la academia, por lo que probablemente sabía del fenómeno. Como era de esperar, la sorpresa de Heinley solo duró un momento.

"Lo siento."

Ambos terminamos de comer, así que nos pusimos de pie. Sin embargo, Heinley, estaba callado. Cuando le hablé por primera vez sobre la disminución de la magia, no parecía en absoluto sorprendido. Su rostro era serio, como si algo le molestara. Debido a esto, no le pregunté si quería venir conmigo, y nos separamos en la entrada del restaurante.

Fui a la oficina del decano, pero para mi sorpresa, Heinley ya estaba ahí. Me sorprendió la vista, Heinley levantó la mirada y bebió un poco de su taza de café. Una sonrisa se extendió en mi rostro.

"¿Me estás siguiendo?"

Heinley se rió y me refutó.

"Reina, usted me siguió. Yo llegué aquí primero."

No sabía si realmente me estaba siguiendo o no, pero su visita fue casual mientras yo venía con una cita, así que el decano dirigió su atención hacia mí primero.

"Aquí está la boleta de calificaciones de Evely."

Cuando pregunté por la niña, el decano me mostró su informe académico semanal.

"Como puede ver, se desempeñó bastante bien al principio."

"Sí."

"Bueno, tuvo dificultades para adaptarse a las artes liberales y al conocimiento general, pero es buena con los hechizos, y obtiene altas puntuaciones en las clases de magia."

La chica era inconsistente en algunas asignaturas, pero como el decano señaló, le fue bien en todas las clases relacionadas con la magia. El decano suspiró, y luego hojeó los archivos rápidamente para mostrar el documento más reciente.

"Y este es su último informe."

Heinley, que miraba desde un costado, chasqueó la lengua. Las calificaciones de artes liberales y conocimientos generales subieron a la mitad, pero sus notas en las clases de magia cayeron en picada. Solo sus clases de teoría seguían siendo adecuadas.

El decano suspiró con pesar y cerró el expediente.

"La niña está pasando por un momento difícil, pero no puede seguir el ritmo sin importar cuánto trabaje. Parece estar bajo mucha presión para no decepcionarla, Su Majestad."

"Oh."

"Gracias por su visita, Su Majestad. Ayer se desmayó por el exceso de entrenamiento."

"¿Está bien?"

Miré al decano con sorpresa, pero él negó con la cabeza tristemente.

"No. Después de eso, su maná... desapareció por completo."

¿Evely se sentiría más agobiada si fuera a visitarla? Sin embargo, ella seguiría estando bajo presión incluso cuando yo no estuviera. Me preocupaba causar un efecto peor en ella, pero al final, decidí verla. La niña necesitaba a alguien que la apoyara durante esta dificultad.

Heinley me siguió, pero no entró a ver a la niña, y entré sola en la habitación. Evely caminaba nerviosamente por la misma desde que recibió la noticia de que yo la visitaría, y cuando me vio, inmediatamente se echó a llorar.

"Su Majestad."

Comenzó con un pequeño olfateo, pero luego estalló en un sollozo. La angustia en su voz hizo que mis propios ojos se humedecieran.

Después de que se calmó un poco, me senté con ella en su cama.

"Tu habilidad es valiosa, pero la pérdida de ella no te hace menos. Tu camino fue hacia la derecha, y ahora solo vas a cambiar de rumbo e ir a la izquierda."

"¡!"

"Tanto si te conviertes en una maga como si no, eres mi preciosa Evely, y seguiré apoyándote. Así que no fuerces tu cuerpo, ¿de acuerdo?"

Los hombros de la niña temblaron mientras lloraba.

"Esperaba vivir para Su Majestad."

"Evely..."

"Mi propósito de vida es ser útil a Su Majestad. Lo único que tengo es magia, así que debo ser una maga para la Emperatriz. Pero la desaparición de la magia... es como si mi valor como persona hubiera desaparecido."

Hice todo lo posible para calmar a Evely, pero no se tranquilizó fácilmente. Cuando finalmente salí de la habitación, estaba emocionalmente exhausta.

Heinley estaba apoyado contra la pared al lado de la puerta con los ojos cerrados. Pensé que estaba cansado de esperarme, pero abrió sus ojos púrpuras... y parecía afectado.

'¿Heinley también está preocupado por el progreso de Evely porque es un mago?'

***

Después de terminar mi trabajo en la academia, decidí caminar un rato con Heinley. Quería hablar con él un poco más, ya que no nos habíamos visto en mucho tiempo y puede que no nos veamos por unos años más.

Había caballeros esperándome afuera de la academia. Eran leales a mí y mantendrían mis asuntos aquí en Wirwol confidenciales. Sin embargo, no quería que me vieran pasar demasiado tiempo con otros hombres. Sin embargo, después del divorcio... la idea era tentadora.

"Pueden usar esto."

El decano nos prestó grandes túnicas con capucha a Heinley y a mí, destinadas a estudiantes, y caminamos los dos juntos con el mismo atuendo. Como no parecíamos extraños, nadie nos prestó especial atención. Heinley me preguntó sobre mi encuentro con Evely antes, y le respondí honestamente.

"Era mejor que no viniera en absoluto. No fui un gran consuelo para ella."

"Eso no es cierto."

"Para ella, la magia no era solo una habilidad."

Heinley habló con voz pesada.

"No quise espiar, pero... escuché esa parte."

No dije nada por un tiempo. Luego, confesé en voz baja.

"Puedo entender cómo se siente."

"¿Reina?"

Me sonrió de una manera que sugería que no estaba de acuerdo conmigo. Para cualquiera que no supiera que estaba a punto de divorciarme, estoy segura de que mis palabras sonaban extrañas.

Forcé a mi boca a levantarse en una sonrisa. Sí, los detalles eran diferentes, pero yo estaba en una posición similar a Evely. No tenía más remedio que sufrir la decisión de Sovieshu de divorciarse de mí. Podría resistirme con todas mis fuerzas, pero lo único que conseguiría sería retrasar mi inevitable expulsión del trono. Durante un largo proceso de divorcio, mi reputación también caería. La gente puede maldecir a Sovieshu al principio, pero si forzara un juicio largo y agotador, la gente me culparía por aferrarme a mi orgullo.

"Ella cree que no tiene valor a menos que sea una maga."

"Esta…"

"Ella cree que su valor proviene de sus habilidades mágicas... y yo me siento de la misma manera."

Heinley se aclaró la garganta.

"¿Qué?"

Lo entendió mal, pensando que yo estaba de acuerdo con Evely. Sabía que mis palabras sonaban extrañas, así que me reí y continué.

"La magia de Evely, para mí, es equivalente al puesto de emperatriz. Mi valor y utilidad proviene de ser emperatriz."

"¡!"

"Si desapareciera... me sentiría igual de desesperada. Miserable y desolada. Como si el futuro que tengo ante mí hubiera desaparecido."

"¿Reina?"

"..."

Si. Fue doloroso cuando Sovieshu trajo a Rashta y comenzó a despreciarme, pero tenía a otros que simpatizaban conmigo, y fui capaz de aguantar porque era la emperatriz. Lo que aprendí toda mi vida, a lo que me había aferrado, era vivir como una emperatriz, no como la esposa de Sovieshu.


Pero pronto todo se iría. No tenía idea de cómo sería vivir como "Navier" y no como "Navier, la Emperatriz." No podría actuar con mi espíritu normal si todos me trataran embarazosamente. Con mi hermano desterrado también, mi familia sería objeto de burla y ridículo.

Heinley pareció momentáneamente desconcertado e intentó sonreír.

"¿Por qué piensas en cómo te sentirías si perdieras el trono?"

"..."

Su rostro se oscureció cuando no respondí.

"¿Que pasó?"

No respondí de nuevo. Heinley dejó de caminar y se giró hacia mí.

"¿Qué está pasando, Reina?"

Me quedé aturdida y miré a Heinley. Vine aquí para animar a Evely, pero después de hablar con ella, mi conmoción solo aumentó. Y ahora, después de expresar mis temores en voz alta, fue como si se materializara en un verdadero horror y me estrangulara.

"¿Reina?"

¿Qué debo hacer? ¿En qué me convertiría? No iba a ser más la emperatriz... ¿cómo se suponía que iba a vivir?

De repente, mi cuerpo comenzó a temblar.

"¿Reina? ¡Reina!"

Heinley me miró con ojos asustados.

"¿Qué pasa, Reina? ¿Reina?"

Traté de decir que estaba bien, pero mis labios temblaron y mi voz se detuvo. Mi temblor no disminuyó, y él ahuecó mi cara con sus dos manos.

"¡Navier!"



Tan pronto como las grandes manos de Heinley tocaron mi rostro, el calor se extendió por mi cuerpo y la terrible sensación disminuyó un poco.

Pude ver los ojos de Heinley temblar. Para mi sorpresa, parecía tan asustado como yo. Verlo lucir tan temeroso también me tranquilizó.

"¿De verdad quieres que sea tu reina?"

La pregunta salió de mi boca involuntariamente. Las pupilas oscuras de los ojos de Heinley se dilataron y sus labios temblaron.

Esperé la respuesta de Heinley. Sabía que mi propuesta era una locura, pero también sabía que solo podía hacerse realidad por Heinley.

Heinley...

"Lo quiero. Lo quiero."

Heinley respondió con voz temblorosa. Todo en él temblaba, desde su mandíbula hasta sus delicadas pestañas doradas. Sus ojos púrpuras se veían más suaves que nunca. Heinley seguía ahuecando mis mejillas con sus manos, y yo puse las mías sobre las suyas.

"Seré tu reina."

"¡!"

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