LESVAC 50

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La Emperatriz se volvió a casar 50

¡No puede ser de la Familia Real!



Rashta parecía ajena a la reacción que habían causado sus palabras. Bajó la cabeza y observó débilmente el suelo, pero no fueron sus accidentales palabras las que causaron su tristeza.

Sovieshu le lanzó una reprensión silenciosa a la Vizcondesa Verdi quien se encontraba cerca. No obstante, ella negó con la cabeza. No hablaba con Rashta a menudo, mucho menos tenía conversaciones en profundidad con ella, por lo tanto, no tuvo oportunidad de decirle que su bebé no podía ser de la realeza, e incluso si se lo hubiera dicho, considerarían que estaba provocando a Rashta.

Ese era el caso para la dama de compañía. Sin embargo, Sovieshu, no tenía tal excusa.

Reacio a seguir tratando ese tema frente a los nobles, Sovieshu intentó llevarse a Rashta lejos del sofá.

"Rashta, ponte de pie."

Ella fue traída de vuelta a la realidad, y lo miró con los ojos llenos de lágrimas.

"Su Majestad..."

"Volvamos."

"Oh, Rashta está bien, Su Majestad. Puedo manejarlo."

"Vámonos."

"No quiero huir, Su Majestad. Rashta puede superarlo."

Sovieshu estaba en un aprieto. Lo primero que aprendían los jóvenes nobles al hacer su debut en la sociedad era a tragarse su orgullo y retroceder. Podrían estar en lo más alto de su jerarquía en sus casas y propiedades, pero al entrar en la alta sociedad, eran lanzados a una situación en la que todos los demás eran más ricos, de posición más alta, y más poderosos. Lo mismo ocurría incluso con la descendencia de un duque, y solo la familia imperial era la excepción a esta cadena alimenticia.

Sin embargo, Rashta no sabía nada de la aristocracia, y como resultado, testarudamente intentó preservar su orgullo, dejando a Sovieshu en un dilema.

Él caminó delante de ella, con una mirada firme indicándole que debía seguirlo. Solo entonces se dio cuenta de que él no iba a apaciguarla. Parecía querer decirle algo que no podía expresar en público.

Así que lo siguió apurada.

















***















"... ¿por qué haría eso?"

Mientras murmuraba para mi misma, Laura me miró con curiosidad y luego giró su cabeza en la dirección que yo estaba mirando. El Duque Elgy estaba sentado junto a Rashta en el sofá, inclinándose hacia ella y hablando.

"Increíble. ¿Pueden sentarse así de cerca?"

Laura chasqueó la lengua. Mientras observaba, la distancia entre el Duque Elgy y Rashta que era casi inexistente. Laura no era la única; otros nobles echaban miradas curiosas al par sentado en el sofá. Sovieshu los había mirado de reojo, pero dirigió su mirada hacia su secretario en jefe y continuó su conversación.

"El Duque Elgy debe tener los ojos en los pies si sigue socializando con ella."

Laura refunfuñó en voz baja y se giró hacia su amiga, reacia a seguir mirando. Casi al mismo tiempo, el Duque me miró, y sonrió ligeramente cuando nuestros ojos se encontraron. Era una sonrisa amistosa, pero no logró engañarme. Hablaban mientras tocaban el regalo que le di a Rashta.

Elgy dijo algo, y el sonriente rostro de Rashta se endureció rápidamente. No sé lo que dijo, pero ciertamente le provocó una reacción.

¿Ese hombre acababa de sonreírme? Ridículo, puede sonreír todo lo que quiera.

Sonreí gentilmente a modo de respuesta.

El Duque Elgy se notó sobresaltado por un momento, pero pronto sonrió y miró hacia otra parte.

















***















Sovieshu llevó a Rashta a su dormitorio para explicarle, con calma, algunas cosas.

"Rashta. Tu bebé no puede ser un príncipe o una princesa."

"¿Qué?"

Lo observó sorprendida.

"¿De qué estás hablando? ¿Por qué?"

"Los hijos de las concubinas no reciben ese título."

"¿Qué?"

Continuó observándolo desconcertada.

"Pero son los hijos del emperador, ¿no es así? ¿No cuentan todos los hijos del emperador como parte de la realeza?"

"Solamente los hijos con la emperatriz tienen ese título."

"¿Q-Qué?"

Incluso después de escuchar su explicación, aún no podía comprenderlo. ¿El hijo del emperador podía no ser considerado un príncipe o una princesa?

"¿Entonces como llamarás a mi hijo? ¿No será parte de la familia imperial?"

Sovieshu estaba consternado. Había disfrutado contándole a Rashta historias de los nobles y la familia imperial, pero no podía hacerlo ahora, mucho menos decirle que sus hijos podían intentar hacerles daño a los hijos de la Emperatriz.

"Se convertirán en parte de la alta nobleza. No serán de la realeza, pero serán bien tratados."

A pesar de sus esfuerzos, Rashta comenzó a llorar.

"Esto no está bien, Su Majestad."

"Rashta."

"Mi bebé y el bebé de la Emperatriz llevarán tu sangre. Ella se convirtió en Emperatriz solo a través del matrimonio de todos modos, y la emperatriz no es el emperador. Entonces, ¿por qué solo los bebés de la emperatriz son considerados de la realeza?"

Rashta continuó aferrándose a esa idea obstinadamente.

"Así es la ley."

"Es una ley falsa. Tú puedes cambiarla."

"Rashta."

"El emperador es la ley. Puedes hacer lo que desees."

Sovieshu fue forzado a ahondar en una extensa explicación acerca de la razón y la historia de la ley, pero Rashta permaneció impasible.

"Mi bebé será privado de su identidad debido a otro bebé que todavía no ha nacido y que podría nunca nacer. Rashta jamás podrá entenderlo. No tiene sentido."

Al final, Sovieshu se vio obligado a trazar una línea.

"Incluso si no lo entiendes, es una ley que está escrita en la gran iglesia, e incluso el emperador no puede cambiarla por sí mismo. Así que, de ahora en adelante, no hables de príncipes o princesas en frente de los demás. ¿Entiendes?"

"Su Majestad..."

Se atragantó a causa del impacto.

"El bebé de Su Majestad..."

"Lo amaré y le daré una vasta riqueza y poder. Incluso si no es llamado príncipe o princesa, todos sabrán que es mi hijo. Lo único que no tendrá es sucesión legal, así que no hay razón para decepcionarse. ¿Está bien?"

"..."

Rashta apretó sus labios y no respondió. Le dio la espalda a Sovieshu y él suspiró.

"Si la emperatriz es estéril y no puede tener hijos, entonces la historia sería diferente."

"... ¿Cómo?"

"Quizá el bebé sea adoptado por la Emperatriz, y entonces sería reconocido como parte de la realeza."

Sovieshu no podía quedarse mucho tiempo más porque tenía que regresar al banquete. Después de haberse ido, Rashta se acurrucó en un rincón, abrazando sus piernas y dejando caer su frente sobre sus rodillas.

Ella llevaría el hijo del Emperador, pero no sería considerado de la realeza. Era demasiado injusto. Todo porque ella no era una emperatriz.

Rashta estalló en lágrimas. Sandry, una sirvienta que había estado esperando y escuchando la conversación, se acercó para consolarla.

"No llore, Señorita Rashta."

Sandry había reemplazado a Cherily, quien había renunciado después del escándalo con el Príncipe Heinley.

"Pero las lágrimas siguen saliendo."

Habló con tristeza, limpiándose las lágrimas con sus mangas.

"Rashta es una plebeya, y estoy agradecida de ser amada por Su Majestad. Pero el bebé... Este es el bebé de Su Majestad. ¿Qué tan molesta estarías si tu hijo no fuese tratado como si fuera suyo?"

"Señorita Rashta..."

"Incluso si la Emperatriz tiene un bebé, será más joven que el mío. Su hijo será tratado como un príncipe o princesa, y mi hijo estará triste de vivir a su sombra..."

"No se preocupe demasiado, Rashta. Muchos años han pasado desde que la Emperatriz se convirtió en adulta, y aún no le ha dado un hijo al Emperador."

"Pero Rashta tiene un bebé, ¿cierto?"

"Bueno, se ha demostrado que no hay nada malo con el Emperador, así que es muy probable que la Emperatriz sea estéril. Como el Emperador dijo, el bebé de Rashta podría, eventualmente, ser adoptado por la Emperatriz."

Al mismo tiempo que la sirvienta consolaba a Rashta, Alan derramaba lágrimas en asombro de haberse cruzado con su anterior amor.

Había oído hablar de la concubina del emperador llamada Rashta en una reunión social después de su llegada a la capital, pero en aquel momento no creyó que fuese la misma que conocía. Ahora él se encontraba en un lugar diferente, y un esclavo no podía conocer al emperador. No obstante, asistió a la fiesta cuando escuchó las similitudes de color de ojos y de cabello. Cuando descubrió que la concubina del Emperador era de hecho su anterior amor, su corazón latió violentamente.

"Padre, ¿lo sabías?"

Tan pronto como Alan logró recomponerse, regresó a la mansión para hablar con el Vizconde Roteschu, encontrándolo inspeccionando el interior de la mansión con las manos detrás de la espalda. Cuando su hijo lo confrontó con la pregunta, él murmuró "¿De qué estás hablando?" Pero sus ojos no se apartaron del magnífico mural.

"La concubina del Emperador, Rashta, es la Rashta que conocemos."

El Vizconde frunció el ceño y miró a su hijo. Vio los labios temblorosos de Alan, y chasqueó la lengua inmediatamente.

"¿Fuiste al banquete del palacio? Cuando vi que la tarjeta de invitación había desaparecido pensé que había sido Rivetti."

Roteschu no se veía para nada sorprendido del hecho de que Rashta fuera la concubina del Emperador y los ojos de Alan se agrandaron.

"¿Lo sabías?"

Alan creyó que su padre estaría tan impactado como él, pero portaba un aire de total despreocupación. Su padre se acarició la barba con una mano y apuntó a un sillón con otra mano.

"Siéntate."

Cuando Alan se sentó en el sillón indicado, el Vizconde Roteschu continuó.

"La verdad, fuimos capaces de venir aquí a la capital debido a Rashta."

"¿Qué?"

Miró a su padre estupefacto.

"¿Por qué Rashta? Ah, es porque..."

Debe haberla impactado enterarse que su hijo sobrevivió. Alan asintió ante su propia conclusión, pero el vizconde habló con severidad.

"No puedo darte los detalles."

"¿Qué? ¿Por qué?"

"Actúa como si no la conocieras."

"Pero Padre. Si Rashta está a salvo, tienes que contarme todo sobre ella."

Alan intentó protestar, pero el Vizconde Roteschu se mostró indiferente.

"Como habrás oído, el Emperador está profundamente enamorado de Rashta."

"¡!"

"Eso significa que, si te descubren junto a Rashta, podrías ser incriminado. ¿Lo entiendes?"

"..."

"Así que cuida tus palabras. Pretende que no la conoces en absoluto."

"Pero padre..."

"Padre se hará cargo de todo."

















***















Fue el día después de la fiesta, cuando mi hermano y su amigo, el Marqués Farang, vinieron a visitarme.

"¿Salimos a caminar, Navier?"

Estaba atenta esperando que mi hermano causara un incidente en cualquier momento, pero sorpresivamente se mantuvo tranquilo durante nuestro paseo. Aunque anduvimos por uno de los senderos del palacio por más de una hora y media, no mencionó a Rashta ni a su bebé.

"¿Descansaste bien en casa? Es agradable estar de vuelta después de mucho tiempo, ¿no?"

"Muy cómodo. Hubiera sido mejor si tu hubieras estado ahí."

"Iré a verte cuando pueda."

"No es necesario, estoy aquí para visitarte."

"¿Es así? Ah. ¿Marqués Farang? ¿Cómo se encuentra en estos días?"

"Tu hermano me fastidia cada vez más."

Mi hermano entrecerró los ojos ante la respuesta del Marqués. No obstante, el Marqués Farang sonrió traviesamente y siguió actuando torturado a causa de mi hermano.

"Parecen llevarse bien."

"Koshar tiene cualidades deficientes por todas partes, pero ha tenido la suerte de encontrar buenos amigos. Como yo, o usted, Su Majestad."

Mientras los observaba, recordé mi niñez y sonreí. Había sido de ese modo por mucho tiempo. Era bueno verlo ser tan sincero incluso después de haber crecido.

Justo cuando entrábamos en el camino hacia el palacio del este, vi a Rashta apoyada contra una pared de piedra. Mis pasos se detuvieron, y mi hermano me preguntó qué pasaba.

Tenía dos ideas acerca de cómo lidiar con esto: parte de mí quería seguir avanzando, mientras otra quería darse la vuelta y tomar otro camino. Si me daba la vuelta, se vería como que la estaba evitando y mi orgullo se vería dañado. Sin embargo, me sentía intranquila, sin saber qué haría mi hermano al verla.

Antes de que pudiese decidir, ella nos miró sorprendida y se acercó. Mi hermano no la reconoció al comienzo. Si lo hubiese hecho, la habría identificado como la villana que atormentaba a su hermana, pero era justo decir que en ese momento se veía tan hermosa como un hada.

"Su Majestad, Rashta tiene algo que decirle."

Solo después de que Rashta reveló su nombre, la expresión de mi hermano se convirtió en algo más terrible. Ella miró a Koshar y levantó sus cejas, quizá sorprendida de que mi hermano y yo nos pareciésemos tanto. En lugar de saludarlo individualmente, continuó.

"Escuché que es algo muy malo que le haya dado una espada a Rashta, Su Majestad."

Suspiré, no a causa de sus palabras, sino a causa de la situación. No quería tener una discusión con Rashta frente a mi hermano y el Marqués Farang, pero tampoco quería darme la vuelta por sus acusaciones. Si lo hacía, mi hermano se enojaría incluso más, y los demás pensarían que la influencia de Rashta era mucho más grande de lo que realmente era.

"No es un mal regalo para alguien que no es codicioso, ¿cierto?"

Respondí con una voz fría, pero Rashta me respondió con firmeza.

"No. Sin importar si alguien es codicioso o no, es malo. Y usted se burló de Rashta en frente de todos."

A pesar de su voz clara, se la veía infeliz. Se detuvo y respiró profundamente, y puso una mano sobre su pecho.

"Pero Rashta decidió soportar el insulto de Su Majestad. Incluso si continúa riéndose, odiando e ignorando a Rashta, Rashta lo resistirá."

"¿Te avergüenza de la verdad? Debes tener una muy alta opinión de ti misma."

"Rashta es la mujer que el emperador ama. Si Rashta no se valora a sí misma, sería descortés con Su Majestad."

"¿Tu valor existe solo mientras seas amada por el Emperador?"

"¡!"

Una expresión de melancolía cubrió el rostro de Rashta.

"Sin importar lo que diga, Rashta lo soportará todo. Por el bien del futuro niño, Rashta no desea pelear con la Emperatriz..."

"¿Qué quieres decir?"

¿Pensó que dañaría a su futuro hijo? Un sentimiento desagradable comenzó a surgir en mí, pero las palabras de Rashta me impactaron incluso más.

"El Emperador me lo dijo. Es probable que la Emperatriz sea estéril, así que será la madrastra de los bebés de Rashta."

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