LESVAC 51

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La Emperatriz se volvió a casar 51

Sólo yo puedo protegerme



"¿Qué?"

Me reí asombrada. Le pedí que repitiera sus palabras atónita, pero tan pronto como terminé, alguien más dio un paso al frente.

"¿Qué es lo que acabas de decir?"

Era mi hermano. Su rostro lucía similar al mío, pero se veía aterrador cuando fruncía el ceño. Era un guerrero, endurecido por la batalla en la frontera, y la atmósfera a su alrededor cambió instantáneamente cuando se enojó.

"Su Majestad..."

Rashta dio un vacilante paso atrás, sorprendida por el aura de Koshar. Mientras mi hermano se le acercaba amenazadoramente, ella se tambaleaba hacia atrás.

"¡Oh!"

Cayó sobre sus nalgas, su mano se movió veloz y protectoramente hacia su vientre. Rápidamente me acerqué a mi hermano y lo tomé de su manga.

"Detente."

Casi al mismo tiempo, el Marqués Farang tomó a Koshar por el brazo y tiró de él.

"Déjalo pasar. No te involucres."

En ese momento, Rashta levantó la vista con una expresión de miedo y gritó fuertemente.

"¡Aaaaaah! ¡Mi vientre!"

Se arrastró por el suelo con una mirada de agonía.

"¿Por qué estás fingiendo estar lastimada?"

Koshar parecía listo para explotar. Rashta todavía se estaba agarrando su vientre, y cuando vi esa imagen, mi corazón cayó al suelo y sentí como si me hubieran echado agua helada en la cabeza.

Una multitud comenzó a reunirse mientras el Marqués Farang intentaba alejar a mi hermano.

"¡Me duele el vientre! ¡Aaaaah, me duele el vientre!"

Rashta siguió gritando. Algunos de la multitud sabían de la reputación de mi hermano. Unas pocas personas se apresuraron a ir al palacio central en busca de ayuda, mientras que otros se acercaron a Rashta para examinar su estado. Los guardias, junto al Marqués Farang, intentaban contener la ira de mi hermano.

"¡Tú! ¡Te atreves a decir que Navier es estéril y esperas que crie a tus hijos! ¡Voy a cortarte la lengua!"

Koshar continuó gritando incluso mientras era empujado hacia atrás.

Los ojos de Rashta temblaban de miedo. Era cierto que dijo esas palabras, pero era difícil refutarlo mientras gritaba, así que no le respondió una sola palabra. Koshar estaba agitado y jadeando, los guardias y el Marqués Farang finalmente se las arreglaron para llevárselo.

Rashta me miró y sollozó lastimosamente. Noté que su frente estaba empapada de sudor frío, así que no debía estar fingiendo su dolor.

Parecía estar diciendo algo, como si estuviera pidiéndome ayuda. No sabía qué estaba esperando. Los concejales llegarían pronto. Había muchos oficiales alrededor, y eran guardias que ayudarían a llevársela. No había nada que pudiera hacer por ella.

La miré por un momento más, y después me di la vuelta para ir a buscar a mi hermano.
















***















"¿Se encuentra bien Rashta?"

El doctor del palacio estudiaba a Rashta con una mirada seria en su rostro, y Sovieshu no podía evitar ser impaciente. Rashta miró al doctor, sus ojos estaban húmedos de lágrimas.

"El bebé. ¿Se encuentra bien?"

Sovieshu chasqueó la lengua frustrado.

"¿Le pasó algo al bebé?"

"El bebé es lo más importante para Rashta."

"Tú eres más importante que el bebé que aún no ha nacido."

"Pero Rashta..."

"Basta. No te agites demasiado."

Él, limpió el sudor frío de su frente con una toalla y miró al doctor. Era una señal para que respondiera rápido. El doctor dio un paso atrás y respondió sombríamente.

"La Señorita Rashta necesita estabilizarse, Su Majestad."

"¿Está diciendo que se lastimó?"

Sovieshu respondió bruscamente.

"No es eso."

El doctor del palacio juntó sus manos a modo de disculpa.

"Tiene que ser muy cuidadoso en las primeras etapas del embarazo, y ella no es físicamente fuerte. Intente evitar situaciones como estas en el futuro, de lo contrario podría perder el bebé."

Tan pronto como el doctor se fue, el emperador pateó enojadamente el sofá. Las mejillas de Rashta estaban marcadas con lágrimas mientras apretaba una sábana. Él cerró los ojos y respiró hondo antes de hablar con calma.

"Rashta. Cuida tus palabras frente a Koshar. Es un hombre que se enoja rápidamente. Le pondré una orden de restricción, pero no sé qué hará cuando no esté para vigilarlo."

Rashta lo miró sorprendida.

"¿Cuidar mis palabras?"

"Escuché de otras personas que hablaste mal de la Emperatriz, específicamente, sobre infertilidad."

"¡A-Ah no, Su Majestad!"

Negó vigorosamente con la cabeza, pero recordó a Koshar gritando sus acusaciones hacia ella salvajemente en frente de la multitud. Había demasiados testigos, y Sovieshu no parecía creerle. Se le hizo un nudo en la garganta.

"No es cierto..."

Debió haberse opuesto a las palabras de Koshar en aquel momento, pero al mismo tiempo el vientre le dolía tanto que no pudo defenderse. Ahora tenía claro que las personas creyeron inmediatamente en las palabras de Koshar. Ella lo encontraba muy injusto, pero en vez de negarlo, estalló en lágrimas.

"¡La Emperatriz primero le dijo a Rashta que no tenía valor alguno!"

Sin embargo, Sovieshu, inesperadamente, defendió a Navier.

"La Emperatriz es alguien que cuida de su imagen al extremo."

Rashta se enrojeció ante su respuesta. En vez de ponerse del lado de ella, Sovieshu le creyó a Navier. Un sentimiento de incomodidad se disparó dentro de ella. A este ritmo, parecía haber caído por su cuenta después de llenar de insultos a la Emperatriz.

'Es cierto que me caí sola. Pero si una persona atemorizante se te acerca, no puedes evitar sorprenderte y caerte.'

Mordió su labio inferior. ¿Era a causa del estrés? Su vientre comenzaba a dolerle nuevamente.

El dolor de hace un par de horas reapareció en su memoria, así como la mirada fría de la Emperatriz en aquel momento. Ella la había mirado condescendientemente mientras le pedía ayuda...

"Rashta."

Sovieshu intentó calmarla, pero ella seguía sin atreverse a hablar. Era miserable. No era un perro que podía dejar su enojo de lado después de haber sido regañado. ¿Y si Sovieshu malentendiera que era una mala mujer y la abandonara? La posición de concubina no era una posición estable, y ella podría ser echada o desatendida si a Sovieshu dejara de gustarle.

'Como las concubinas de los emperadores anteriores.'

¿Qué sucedería si fuera expulsada del Palacio Imperial? ¿Cuánto dinero le daría Sovieshu para mantener a su bebé? O quizá le quitarían al bebé, y terminarían echándola a ella.

Ese tampoco era su único problema. El hermano de la Emperatriz o el Vizconde Roteschu podrían intentar encontrarla y matarla en ese momento.

El corazón de Rashta se congeló. Ya había sido abandonada una vez, y su bebé le había sido robado, y casi había muerto. No quería sufrir el mismo destino nuevamente.

'No de este modo.'

La Emperatriz puede ser una figura digna, pero era de sangre fría. Su hermano era violento y rudo. Los nobles la trataban como una tierna figura, pero podían fácilmente darle la espalda. Y aunque ella amaba a Sovieshu, no podía confiar y depender de él. Rashta pronto se dio cuenta que era la única que podía protegerse a sí misma y a su bebé.

Tan pronto terminó de pensar, habló en voz baja.

"Rashta no dijo nada sobre la infertilidad a la Emperatriz. Incluso si las palabras de Rashta fueron malinterpretadas... Rashta lleva el bebé del Emperador. No merezco ser empujada."

Sovieshu frunció el ceño.

"¿Koshar te empujó?"

"Sí. No me empujó con fuerza, pero me empujó."

La mirada de Sovieshu se tornó dura como el acero.

"Ese hombre..."

Sovieshu había sido informado después del incidente, pero nadie sabía por qué se había caído Rashta. Para cuando la multitud se reunió a su alrededor, ya estaba en el suelo, mientras el Marqués Farang y Navier intentaban detener a Koshar, así que nadie sabía la secuencia exacta de los eventos.

¿Pero Koshar empujó a Rashta? Si Rashta le hubiera dicho que Navier lo hizo, Sovieshu no le habría creído. Sin embargo, Koshar era el tipo de hombre que hacía esas cosas.

"Descansa un poco por ahora."

Cubrió el cuerpo tembloroso de Rashta con una sábana y salió de la habitación. Su tranquilidad solo duró unos pocos pasos, y cuando regresó a su habitación, mandó llamar a su secretario en jefe, el Marqués Karl.

"Marqués Karl, asegúrate de prohibir completamente la entrada de Koshar Lilder Troby al Palacio Imperial hasta nuevo aviso."

"¿Qué? ¿Una orden de restricción...?"

"Una suspensión no será suficiente."

"Pero Su Majestad, Lord Koshar es el hermano de la Emperatriz y sucesor del Duque Troby."

"Es por eso que solo llegaré hasta este punto. Sin embargo, él estaba decidido a empujar a Rashta."

"¿Lord Koshar empujó a la Señorita Rashta?"

"Según ella."

Había un tono de duda poco característico en las palabras de Sovieshu.

Marqués Karl recordó que Sovieshu guardó el informe del Vizconde Langdel en lugar de desecharlo.

"¿Se me prohíbe entrar al palacio?"

Estaba junto a mi hermano cuando el mensajero del Emperador vino a darle la noticia. El mensajero se echó hacia atrás cuando Koshar le gritó furiosamente.

"Así es. Y si empuja o amenaza a la Señorita Rashta de nuevo, será castigado por amenazar a la Familia Imperial."

"¿¡Quién empujó a quién!?"

Koshar rugió, desgarrando un cojín con sus manos, y el mensajero se escabulló afuera.

"¡Puedes creerlo!"

Koshar no se calmó incluso después de que el mensajero se escapó de la sala.

"¿¡Yo la empujé!? ¿Siquiera estaría sana si yo lo hubiese hecho?"

"Hermano."

"Navier. ¿Ella tiene algún problema en su lengua, o tu esposo en sus oídos?"

"Hermano."

Mis intentos de calmarlo pasaron desapercibidos. Me acerqué a Koshar y lo golpeé en la espalda. Sostenía el cojín destrozado cerca de su pecho y rechinaba los dientes, pero después de un momento se calmó y se disculpó.

"...lo siento por el cojín."

"Está bien. ¿Y tú? ¿Ahora te sientes mejor?"

"Si no hubieras estado aquí, podría haber golpeado al sirviente que trajo el mensaje."

"Calma tu temperamento."

"¡Pero—!"

"Terminarás arrepintiéndote."

Estaba completamente abatida por esta noticia, pero estaba seguro de que mi hermano, quien causó esto, se sentía mucho peor. En esta situación donde las personas que estaban de "nuestro" lado eran muchas, y Rashta estaba sola, mi temperamental hermano podía ser considerado una amenaza por el solo hecho de aproximarse a Rashta. Si ella hubiera hecho que lo sucedido pareciera culpa de mi hermano, eso habría sido mucho más comprensible.

Sin embargo, aseguró que se cayó porque mi hermano la había empujado. ¿No era eso una completa mentira? Sovieshu incluso le creyó y le puso una orden de restricción a mi hermano. Había pasado algo similar cuando el Príncipe Heinley comenzó a preguntar por las cartas. Rashta era una mujer engañosa.

"Tendrás que ser más cuidadoso por el momento, hermano."

"¿Cuidadoso acerca de esa maldita mujer?"

"¿No escuchaste acerca de cómo se divorció la Duquesa Tuania?"

"Algo."

"Rashta tuvo un papel en aquel divorcio. Suscitó viejos rumores acerca de la Duquesa Tuania y los manipuló para que se vieran mucho peores."

"¡!"

"No es una simple concubina. Es inteligente."

Sovieshu creía inequívocamente en las palabras de Rashta, ella tenía la capacidad de manipular la opinión pública y ganarse el favor de la gente. En medio de eso, también llevaba en su vientre al primer hijo del Emperador. Lo mejor era no tener un choque con ella.

Mi hermano me miró a la cara, y no pudo contener los insultos en su boca.

"¡Mierda! ¡Maldita cosa podrida!"
















***















Esa noche, Koshar se reunió con su amigo el Marqués Farang para beber.

"Oye, bebe despacio."

El Marqués lo observaba preocupado mientras Koshar bebía como un pez, pero las preocupaciones del marqués fueron rechazadas.

"Quiero estar ebrio. Déjame en paz."

"Estoy preocupado de que te emborraches y cruces la muralla del palacio."

"Puedes detenerme, ¿cierto?"

"¿Lo dices en serio? No puedo detenerte ni siquiera cuando estás sobrio, ¿qué te hace pensar que podré hacerlo cuando estés ebrio?"

Koshar resopló y vertió otra bebida fuerte en su vaso.

"Mi madre y mi padre me regañaron tan pronto llegué a casa. Sería malo para Navier si hiciese cualquier cosa, así que por su bien debo mantener un perfil bajo."

"...Koshar."

"Dije un perfil bajo. Así es como debe ser después de todo."

Koshar vertió más licor en su boca y golpeó el vaso contra la mesa.

"¡Estoy muy enojado, no hice nada para merecer este castigo!"

"Bueno, esta vez fue inmerecido."

"¡Yo no empujé a esa perra!"

"Lo sé. Deberías evitarla."

El Marqués Farang no mencionó el hecho de que las personas ordinarias se tropezaban hacia atrás por miedo a Koshar. Lo que su amigo necesitaba ahora mismo era una voz de consuelo, no de crítica. No obstante, las palabras del Marqués Farang fallaron en aliviar a Koshar.

"Si esa mujer tiene un bebé, algún día devorará a Navier. Hay que atacar primero."

Koshar bebió, y se atragantó con el licor. Tosió secamente para aclararse la garganta.

"¿Vas a atacarla? ¿A la concubina del Emperador?"

"Sí."

"¿Cómo?"

"Encontraré su debilidad."

"¿En serio? Ni siquiera puedes entrar al Palacio Imperial."

"No puedo entrar, pero mi poder y mi dinero pueden."

"Bueno... Eso es cierto."

"Tú puedes entrar."

"¿Qué? ¿Me estás arrastrando a esto?"

El Marqués Farang se veía como si hubiese tragado algo agrio.

"Bueno. Está bien. Te seguiré. Entonces, ¿qué vas a hacer para desenterrar su debilidad?"

"Depende de cuál sea la debilidad."

"Cuando estabas conversando con la Emperatriz antes, hice algunas preguntas por ahí. Había un rumor acerca de que la mujer era una esclava."

"¿Esclava?"

"En las celebraciones de Año Nuevo, alguien llamado Vizconde Roteschu aseguró que Rashta era una esclava fugitiva suya."

"¿De verdad?"

"Pero rectificó sus palabras y dijo que se había equivocado de persona."

"¿Podemos usar eso?"

"Va a ser difícil que el Vizconde Roteschu cambie sus palabras de nuevo. El emperador hizo mucho con tal de enterrar ese rumor."

Koshar respondió en un susurro.

"Decidiremos como vamos a aprovechar esa debilidad más tarde."

Tomó una pequeña bolsa de su bolsillo y se la entregó al Marqués Farang.

"Compremos algunas personas para que resuelvan esto."

El Marqués Farang dio un vistazo adentro de la bolsa y vio brillantes joyas, obtenidas de los bandidos que habían expulsado de Parme.

"Las joyas fueron coleccionadas por los bandidos, por lo que será difícil localizar al dueño aunque sean descubiertos."

"De acuerdo."

El marqués asintió y guardó las joyas en su bolsillo. Koshar golpeó ligeramente la mesa con un dedo.

"Hay una cosa más."

"¿Qué es?"

"Necesito una droga efectiva para inducir el aborto. Algo que dañe a la madre lo menos posible."

Los ojos del Marqués Farang se agrandaron. Si iban a obtener una droga abortiva...

"¿Hablas en serio?"

Una sonrisa peligrosa se extendió por los labios de Koshar.

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