LESVAC 45

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La Emperatriz se volvió a casar 45

Es más oscuro Antes del amanecer



Pensé que estaría sola después de que se fueran todos mis buenos amigos. La realidad era más bien lo contrario; Sovieshu decidió celebrar un banquete en celebración de su primer bebé, y yo estaba más ocupada que antes.

"No debe ir."

Laura tembló de ira.

"Incluso si es con un grupo, o amigos cercanos, no debería asistir."

Había diferentes obligaciones entre asistir a un banquete y asistir a un gran baile, pero si no iba a celebrar la llegada del bebé de Sovieshu, podría terminar lastimando a Sovieshu. No quería pedirle a mis amigos que me hicieran sentir mejor.

"Lo sé."

Mi rostro estaba en una calma forzada, pero la irritación burbujeaba debajo de la superficie. No quería sonreír mientras todos celebraban por Rashta y el Emperador, ni quería fingir ignorancia cuando la gente me miraba. Sin embargo, el banquete ya estaba programado y no podía dar marcha atrás.

Cuatro días después de que Sovieshu decidiera el banquete, caminaba por el palacio mecánicamente, dando instrucciones. Finalmente me escabullí y me escondí en un banco apartado. Me senté allí, reprimiendo la ira que se estaba acumulando en mí.

Hace cuatro días, fue el secretario de Sovieshu quien me dijo que habría un banquete para su primer hijo. Sovieshu tuvo la sabiduría de hacer que su secretario me diera la noticia, y luego se fue en un viaje de inspección a otra provincia. No lo había visto desde entonces. Con mi estado de ánimo actual, había una posibilidad de que pisara su pie tan pronto como lo viera.

Me senté allí sola, cuando me di cuenta del sonido de pisadas acercándose. No quería levantar la cabeza, así que simplemente levanté la mano para que mis ojos recibieran sombra. Probablemente sería un funcionario del gobierno, un funcionario de la corte o un caballero de todos modos. Se daría la vuelta o pasaría.

"..."

Sin embargo, los pasos se detuvieron frente a mí. Bajé la mano y levanté la mirada.

Era Sovieshu. Debió haber regresado de su inspección, ya que llevaba una capa de viaje marrón oscuro y su cabello estaba despeinado. Nuestros ojos se encontraron y él habló con el ceño fruncido.

"¿Te sientes mal?"

Podía escuchar voces que indicaban a los sirvientes que descargaran el equipaje no muy lejos. También había una mezcla de otras voces que eran difíciles de distinguir.

"Estoy bien. ¿Acabas de llegar?"

"Sí... pero ¿estás realmente bien?"

"Sí."

Me había imaginado pisando su pie antes de que él viniera aquí. Ahora me preguntaba qué hacer ahora que estaba justo frente a mí. Me resultaba difícil permanecer en su presencia, así que me levanté del banco y alisé la falda arrugada de mi vestido.

"Debes estar cansado, así que ve a descansar un poco hoy."

Le di una sonrisa superficial y me di la vuelta. Sin embargo, Sovieshu repitió una vez más.

"¿Estás realmente bien?"

La pregunta era la misma, pero esta vez los matices eran extraños. Cuando me di la vuelta, me estaba enviando una mirada oscura como si estuviera tratando de entender mis pensamientos. Lo miré con suspicacia. No sentía que me estuviera haciendo esta pregunta porque vio mi figura caída en el banco.

"Estoy bien."

Sonreí, fingiendo no saber. Sin embargo, Sovieshu decidió ser franco.

"Por casualidad, ¿le disgusta que celebre un banquete para dar la bienvenida al bebé?"

Era una pregunta vergonzosamente directa. Me miró fijo a los ojos.



Si preguntaba esto tan pronto al llegar, ¿realmente necesitaba molestarse en hacerlo? En cualquier caso, respondí honestamente.

"No quiero asistir, pero dado que soy la anfitriona, seguramente me desagrade incluso más."

"La Emperatriz sigue siendo tan fría. No tiene afecto alguno."

"Lo mismo se aplica para usted, Su Majestad, sabe que odiaría organizar el banquete, pero aún así me indicó que lo hiciera."

Sovieshu suspiró y presionó sus sienes. Estaba claro qué tipo de mujer pensaba que era. Estoy segura de que me consideraba fría y cruel.

"... ¿Tienes alguna idea de por qué hago este banquete?"

"¿Necesito saberlo?"

Era fácil adivinar por qué. Quería presumir de Rashta o estaba feliz de tener a su primer hijo o quería herir mis sentimientos. O tal vez fueron las tres.

"Lo dijiste antes. El bebé de Rashta no es oficialmente parte de la familia imperial."

"..."

"Quizás algún día, será olvidado en la historia, como dijiste. Pero al menos cuando estemos vivos, la gente pensará en el bebé como el primogénito del emperador."

"¿Y me pediste que preparara un banquete para reconocerlo?"

"Lo reconozcas o no, es lo que es."

Apreté los labios con fuerza y miré de reojo, evitando sus ojos. Tenía miedo de perder si no miraba hacia otro lado. Mi cuello estaba estirado y mi mandíbula apretada para mantener mi rostro impasible.

"El bebé... tal vez pueda ser tu bebé también. Espero que no lo odies incluso antes de que nazca."

Mi frente se arrugó ante las palabras de Sovieshu. ¿Por qué estaba hablando de esto? ¿Por qué el bebé de Rashta sería mi bebé? Lo miré con incredulidad y él me devolvió la mirada con sus ojos oscuros.

"¿Entiendes lo que quiero decir?"

"Me estás pidiendo demasiado."

Tan pronto como hablé, Sovieshu suspiró y se alejó de mí con pasos pesados, pero después de dar unos pasos, abrió cuidadosamente la boca para hablar.

"Hemos estado casados por mucho tiempo."

¿Por qué estaba hablando de eso ahora? Lo miré con cautela. No sabía lo que diría, pero tenía un sentimiento ominoso.

"Todavía no tenemos un bebé."

"¿?"

"Por supuesto que los dos somos jóvenes, por lo que podríamos tener uno algún día. Pero…"

Su rostro se oscureció.

"Puede que no suceda."

"¡!"

"No sucedió cuando eras más joven y saludable que ahora."

Lo miré en estado de shock. Sovieshu parecía más incómodo al hablar. La vista hizo que mi corazón latiera más fuerte en mi pecho.

"Entonces, lo que quieres decir es..."

Traté de mantener mi voz tan nivelada como pude, pero tembló.

"Si no tenemos un bebé, ¿el bebé de Rashta puede ser reconocido como parte de la Familia Imperial?"

Él frunció el ceño.

"Estoy hablando del peor de los casos. Y si es así, no odies a un bebé que aún no ha nacido."

"Cuanto más lo dices, más me desagrada."

"Podría ser un buen niño."

"¿Y de quien lo heredaría?"

"... ¿Estás insinuando que Rashta o yo tenemos malas personalidades?"

"Sin importar como sea después, al bebé no le agradaré. Y él no me gustará."

Después de decir esas palabras, hice una rápida reverencia, giré sobre mis talones y me fui. Sovieshu me llamó, pero no miré atrás. En algún lugar de mi corazón, un humo se desató en mí, me quemó la nariz y me hizo sentir los ojos entumecidos. Había una sensación de zumbido en mi cerebro.

Cuando regresé al palacio central, volví a trabajar lo más mecánicamente posible. Necesitaba el calor de Reina. Necesitaba a Reina más que nunca.

"…Estoy preocupado."

Sovieshu murmuró para sí mismo mientras se sentaba en su escritorio y estudiaba sus papeles. El Conde Pirnu levantó la vista de un informe sobre la distribución de libros.

"¿Si?"

Sovieshu estaba sentado rígidamente con la barbilla apoyada en su mano. Un fuerte suspiro salió de su boca.

"¿Su Majestad? ¿Está bien?"

Sovieshu dudó al principio, pero al final respondió.

"Me preocupa que la emperatriz sea hostil con el bebé."

"Ah... ¿Ella lo odia?"

"Eso creo."

El Conde asintió.

"No se puede evitar. En casos raros, los niños ilegítimos favorecidos pueden ser una amenaza para un sucesor."

La boca de Sovieshu se torció.

"¿No es demasiado temprano para preocuparse cuando ni siquiera tenemos un sucesor?"

"Por supuesto."

"Ella es como una espada fría. Como emperatriz es notable, pero..."

Cerró los ojos dando un profundo suspiro.

"Si tiene malos sentimientos hacia el bebé, me temo que lo tratará con esa naturaleza fría y parecida a un cuchillo."

Pirnu pensó que era demasiado pronto para preocuparse, pero aceptó las palabras del Emperador. Sovieshu esperaba ser padre y el bebé sería el primogénito del emperador. Era natural que se preocupara.

"¿Qué le parece, Conde?"

"Bueno... en realidad estoy más preocupado por Lord Koshar que por la Emperatriz."

"¿Koshar? ¿No se fue a Palme?"

"El Duque Troby parece haber dado permiso a su hijo para regresar ahora."

La expresión de Sovieshu se endureció al recordar a ese hombre.

Koshar Troby era el hermano mayor de Navier. Como Sovieshu había sido su prometido desde la infancia, estaba familiarizado con él.

Se parecía a su bella hermana y era experto en artes marciales. Sin embargo, a diferencia de la emperatriz que era como el hielo, Koshar era como un volcán. Su mal genio era útil cuando se le dirigía a otra parte, como la frontera escasamente poblada de Palme donde prosperaban peligrosos bandidos que se autodenominaron los "Mil Eternos". Por eso el Duque Troby envió a su hijo allí, no tanto con el propósito de defender, sino para redirigir su personalidad violenta. En una situación explosiva, podría ser mortal.

"..."

Sovieshu frunció los labios pensando, mientras el Conde Pirnu sonreía torpemente.

"Pero ahora que su hermana ocupa el asiento de la Emperatriz, debería comportarse un poco mejor que antes. No se preocupe demasiado, Su Majestad."

"No estaba preocupado antes de que me dijeras esto."

"…Mis disculpas."

Sovieshu le dirigió una mirada de desaprobación al Conde antes de volver a sus papeles. Sin embargo, las palabras del funcionario dejaron una profunda huella en su mente. Koshar Troby cuidaba terriblemente a su hermana. ¿Estaría dispuesto a dejar intacta a Rashta, el rival romántico de Navier?

El Emperador tenía un dolor de cabeza punzante y finalmente llamó al doctor del palacio.


















***
















Al mismo tiempo .

Koshar, el tema de la preocupación de todos, se detuvo casualmente junto con un amigo en una gran tienda de ropa para mujeres, provocando risas traviesas. Marqués Farang, que lo acompañaba, se detuvo y miró a su alrededor con la cara roja.

"¿Es esto realmente necesario?"

"..."

"¿Koshar?"

No hubo respuesta y el Marqués miró de reojo. El hombre estaba mirando un vestido que usaría una niña.

"Si compro esto para Navier..."

"No encajará."

"¿Es eso así?"

"Tu hermana ya no es una niña."

"Supongo que sí. El tiempo pasa tan rápido..."

"Oye. No distorsiones el pasado. Ella ya era alta cuando te fuiste."

"Todavía es mi hermanita pequeña en mi memoria."

Koshar se rascó la nariz y se echó a reír. El Marqués Farang chasqueó la lengua y preguntó por el sastre.

"Perdone, podría ayudarnos, por favor."

Tan pronto como se acercó el sastre, el Marqués Farang señaló hacia Koshar.

"Mi amigo está buscando un vestido para su hermana."

El sastre habló con voz amable.

"¿Sabe su tamaño, Señor?"

Koshar miró al Marqués Farang, luego se giró y respondió con suavidad.

"Así de alto..."

"Ah, debe ser bastante alta. ¿Cuál es su tipo de cuerpo?"

"¿Un cuerpo encantador...?"

"... No estoy segura de cuál es ese. ¿Puede ser mas específico?"

Koshar sacudió la cabeza y el sastre hizo una mirada perpleja. Ella se giró hacia el marqués, pero él también sacudió la cabeza.

"Es difícil ajustar la ropa si no conoces su talla."

"Igual quiero comprar algo. No la he visto en años. ¿No tienes nada adecuado?"

"Si es algo que puedes comprar sin saber la talla, ¿qué tal un sombrero?"

"Eso mismo."

El sastre les mostró una variedad de sombreros, y Koshar comenzó a mirar cada uno cuidadosamente. Pero incluso eso no fue fácil. El sastre había sacado un total de treinta y cinco sombreros, y todos los demás clientes de la tienda se reunieron para ver la actividad. El Marqués Farang estaba tan avergonzado a causa de todas esas mujeres que rápidamente se pegó a la pared, mientras que Koshar se sumergió por completo en el proceso de selección.

Finalmente, tomó cinco sombreros coloridos y salió de la tienda de ropa. Farang le hizo una mueca a su amigo.

"¿Tanto te agrada tu hermana?"

"Ella es una chica muy encantadora. Y— ah, mira eso."

"¿Qué?"

"Ese pan. Debe ser delicioso si hay tanta gente haciendo cola. Le llevaré uno a Navier."

Koshar se abrió paso entre la multitud y el Marqués volvió a chasquear la lengua mientras seguía a su amigo. Estuvieron en la cola durante diez minutos y al tiempo que la paciencia del Marqués Farang comenzaba a agotarse, sus oídos captaron un fragmento de una conversación.

"¿Y la concubina del Emperador...?"

"Sí, mi prima trabaja como sirvienta en el palacio. La concubina está embarazada."

"Entonces está embarazada antes que la Emperatriz. ¿Qué pasará entonces?"

Koshar, que sostenía las bolsas de compras llenas de encaje y volantes, de repente se dio la vuelta.

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