Sábado, 15 de Junio del 2024

La Emperatriz se volvió a casar 309

SS13: Ambición (1)

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Nos besamos ayer, pero la sensación aún perdura en mis labios.

Cada vez que me miro al espejo, imagino que puedo ver una marca.

Si la mujer de la canícula se da cuenta, ¿se enfadará?

No es que eso vaya a ocurrir nunca. En realidad, no hay ninguna marca. Aunque la hubiera, no le importaría a quién besara.

Ayer al amanecer, hice mi prueba final.

No me uní a esta búsqueda con la determinación de un guerrero. Pero ayer, reuní mi espíritu de lucha. Las otras pruebas fueron más fáciles de lo que esperaba, así que supuse que ésta sería más difícil.

Por desgracia, tenía razón.

"Para tu prueba final, descenderás a las cuevas que hay debajo de nosotros y recuperarás allí el cristal", dijo el gigante.

Señaló una corriente de lava en las rocas debajo de nuestro campamento.

¿Qué demonios le pasa? ¿Cómo iba a recuperar un cristal de un río de lava? Ni siquiera podía ver una cueva.

Muchos de los otros retadores se rindieron en este punto. Cuando yo no lo hice, allí de pie deliberando, algunos se acercaron a mí, preocupados. "Esto es imposible. Ríndete"

"A veces hay que dejarse llevar", dijo otro competidor. "Valora tu vida. Si mueres, no podrás convertirte en guerrero".

Me dijeron que la prueba se realiza cada dos años. Si quería, podía volver a intentarlo. Los desafíos serían diferentes, así que tal vez tendría más suerte.

De repente, entendí por qué algunos de ellos parecían tan cómodos en este lugar. Debían de haber intentado el reto con anterioridad.

Pero yo no era como ellos. No podía rendirme. Soy el ayudante más cercano del emperador. La nación debe estar alborotada buscándome ahora. ¿Cómo podría intentarlo de nuevo otro año?

No. Necesitaba completar esto ahora o renunciar a ella para siempre.

Justo entonces, se me ocurrió una idea. Lady Navier una vez hizo una presa de gemas para apaciguar al dragón de agua. ¿Y si yo intentaba la misma idea?

Una vez tomada la decisión, visité a la dragón de fuego. La había estado evitando durante unos días, pero ahora...

"Si te ofrezco un enorme montón de joyas ¿podrías atravesar la lava y recuperar el cristal por mí?".

Pero el dragón de fuego rechazó mi oferta.

¿Qué? ¡Es una dragón! ¿No están todos los dragones locos por las joyas? Estaba a punto de protestar cuando me pidió otra recompensa.

Un beso.

Ya que este es mi diario, seré honesto. Para ser una dragón que evitó las citas durante 300 años, no se está haciendo la difícil. Sé que soy guapo, pero ¿realmente quiere renunciar a 300 años de castidad por una confesión equivocada?

Pero después de meditarlo un momento, acepté. Después de todo, no estaba saliendo con la mujer de la ola de calor.

Probablemente tampoco lo haría después de la prueba.

"Asegúrate de cumplir tu promesa", me advirtió el dragón de fuego. Luego salió, se transformó y se zambulló en el río de lava.

Unos minutos después, regresó con el cristal. No tardé ni diez minutos, aunque sentí que había perdido años de mi vida.

A cambio del cristal, le planté un beso en la mejilla.

Ella resopló y me preguntó si estaba bromeando. Me dijo que dejara de picotear y tiró de mí...

¿Y si la mujer ola de calor acepta ahora mi confesión?

Debo guardar el secreto.

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He superado todas las pruebas. Ahora soy un guerrero, aparentemente. Pero no siento que haya cambiado.

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Estaba haciendo pan en mi cabaña cuando me visitó la abuelita del primer día. Me regañó y me preguntó qué creía que estaba haciendo.

Le dije que estaba haciendo pan porque tenía hambre. Me dijo que debería pedir mi deseo. Me dijo que tenía 30 minutos para prepararme. Mientras escribo esto, me estoy comiendo el pan. Le explicaré lo que pasa cuando vuelva.

... He vuelto. Pero han pasado tantas cosas que no puedo dejar de llorar. Escribiré mañana.

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Al ver las manchas de mis lágrimas de ayer me dan ganas de llorar otra vez. Me duelen tanto los huesos de las alas que temo que se me caigan. Los labios también.

Me explico. Ayer, seguí a la abuelita hasta una inmensa cueva dentro del acantilado. Dentro, los dragones colgaban por todas partes como murciélagos.

Unos pocos se acurrucaban allí en forma humana, también. Reconocí a uno de ellos. Dorsey. Pero no vi a la mujer ola de calor por ninguna parte.

"Ponte ahí", dijo la abuela. Me señaló el centro de la habitación.

Parecía un círculo mágico utilizado para invocar demonios. Me acerqué arrastrando los pies, nervioso, mientras los dragones empezaban a cuchichear.

"¡Qué debilucho! ¿De verdad pasó la prueba?

"He oído que utilizó su buena apariencia. ¿No va eso contra las reglas?"

Miré a mi alrededor, hosco, mientras un dragón anciano se acercaba. Me pidió un deseo. "Estoy enamorada de una dragón. He venido a demostrarle mi sinceridad"

No podía saber si la mujer de la ola de calor estaba allí, aunque esperaba que sí.

Pero entonces el anciano sacudió la cabeza. Me dijo que no.

Exigí saber por qué no. Pasé la prueba.

"Mucha gente finge querernos, sólo para usar nuestro poder"

Le dije que eso invalidaba el propósito de hacer la prueba. Pero el anciano me dijo que si quería amar a una dragón, debía pasar una prueba más.

Ya he hecho diez. ¿Qué era una más? Todo aquello me pareció una estafa, pero acepté, no dispuesto a empezar una pelea en una cueva llena de dragones.

"Quédate aquí"

Temía otra prueba difícil. Pero el anciano me dejó en el círculo mágico. Dijo que revelaría mis sentimientos más íntimos y mi verdadera naturaleza.

"¡Si estás aquí para usar nuestros poderes, que se revele tu corazón malvado!", gritó. Golpeó el borde del círculo mágico con su bastón. "Que se revele la verdad".

Todos los dragones gritaron. Dudé, preguntándome si debía unirme a ellos.

Una luz parpadeó alrededor del círculo. De repente, mi vista cambió. Me encogí sobre mí mismo, mientras mi entorno crecía.

Sobresaltado, miré a mi alrededor. El anciano me miraba.

"¡Mira qué pequeño e inútil es!".

"Qué adorable", arrulló otro dragón. "Es más pequeño que mi uña"

Nervioso, me di cuenta de que me había transformado contra mi voluntad.

De repente, se me puso la carne de gallina en los brazos. Me giré horrorizado y vi a Dorsey con los brazos extendidos.

Chillé e intenté salir volando, pero ya me había capturado. "¡Viniste a mí por tu cuenta, mi pajarito azul! Incluso hiciste la prueba para ganarte mi amor"

No es tuyo, intenté gritar, pero lo único que salió fue un graznido. Agité las alas en la cara de Dorsey.

Sorprendido, Dorsey parpadeó y se transformó en un enorme dragón azul. Sus ojos eran más grandes que todo mi cuerpo.

Mi pico colgaba abierto y Dorsey reía con los ojos cerrados.

Eso fue lo último que recuerdo. Cuando volví a abrir los ojos, estaba tumbado en mi cama de la cabaña.

La mujer ola de calor estaba sentada a mi lado en el borde de la cama. Por alguna razón, me sonreía. Su sonrisa era hechizante.

De repente, recordé lo que había pasado antes de perder el conocimiento. "El dragón que más odio me atrapó", susurré. "Dijo que hice la prueba por él".

La mujer ola de calor tiró de mí para abrazarme. "Yo soy ese dragón. A partir de ahora, no digas que me odias o te coseré ese pico tan mono que tienes"

La miré atónito. La mujer -no, la dragón de agua- me acarició la cabeza. "Vamos a elegir una jaula nueva para ti, mi lindo pajarito azul. Te adoraré hasta el día de tu muerte"

Luego se levantó, diciendo que me traería algo de comer.

Desconcertado, cogí mi diario y huí. Ahora estoy de vuelta en el palacio, escondido.

No puedo dejar de llorar. ¿La mujer ola de calor es ese dragón bastardo? ¿Esto es lo que llaman una relación de amor-odio?

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Laura estaba desconcertada. ¿Por qué este diario sólo habla de peleas? Parecía más un manual de escape que un diario.

Pero McKenna tenía una buena relación con la dragón de agua ahora. ¿Qué había pasado?

'¿A menos que el tío McKenna sólo se quedara con ella por miedo?'

Sacudió la cabeza. Era imposible.

Pero darse cuenta de que los dos tenían una buena relación ahora, a pesar de que habían luchado en el pasado, aumentó su confianza. Mi relación con Coco ya es mucho mejor. Seguro que podremos casarnos.

Entonces cayó en la cuenta. ¿También tendré que hacer esas pruebas para casarme con él?

Alguien

Justo cuando Laura estaba a punto de pasar la página, alguien llamó a la puerta. Cerró el diario y abrió la puerta. Encontró a Kai completamente vestido, incluso con sombrero.

"¿Qué pasa?"

"La poción de rastreo está funcionando"

Le tendió un frasquito.

"Hice un par de pociones. Esto es un tercio. Si la bebo, puedo rastrear al culpable todo el día. Tú también deberías beber un poco"

Laura aceptó la poción, descorchó el frasco y se lo bebió de un trago. De repente, sintió que alguien se movía en sus entrañas.

"Vayamos juntos a por él"

"De acuerdo"

Pero justo cuando los dos estaban a punto de salir, un guardia les bloqueó la puerta.

"No pueden salir"

"Sólo vamos a salir un rato"

dijo Kai.

El guardia negó con la cabeza.

"Entonces los acompañaremos"

Su seguridad se había reforzado después de que se les escaparan los guardias en el mercado nocturno. Laura y Kai intercambiaron miradas.

El guardia suspiró.

"Altezas, si alguien les hace daño a ustedes dos mientras deambulan solas, podría ser simplemente desagradable para ustedes. Pero para el Imperio del Este, que es el anfitrión de tu cumpleaños, sería una deshonra"

El guardia sabía lo testarudos que eran el Príncipe y la Princesa. A veces, les dejaba salirse con la suya más de lo debido. Por eso, Laura y Kai retrocedieron obedientemente ahora, no acostumbrados a una refutación tan estricta.

Pero la poción de rastreo sólo duraba un día.

"Muy bien"

Laura dijo lentamente.

"Entonces, por favor, llame a Marqués Falhan. ¿Será suficiente?"

***

"Cuando era joven, hacía recados para Koshar. Ahora que Koshar ha crecido, estaré ocupado haciendo recados para su sobrina y su sobrino"

refunfuñó Marqués Falhan.

Pero en cuanto recibió la carta de Laura y Kai, se vistió, montó en su caballo y cabalgó hasta palacio. Cuando encontró al príncipe, Kai le entregó una poción y le explicó lo sucedido en el mercado nocturno.

"Si bebes esto, podrás sentir su ubicación durante un día. Laura y yo no podemos salir, así que tendrás que encontrar al culpable. Probablemente esté fuera del palacio"

"¿Sólo dura un día?"

preguntó el Marqués.

"Dura tres días si te lo bebes todo, pero Laura, tú y yo compartimos una botella"

"Ya veo"

Suspiró.

"Bueno, un día debería ser suficiente"

Falhan bebió la poción.

"Parece que tengo prisa, así que me voy, Alteza"

Tras despedirse de ellos, Falhan se apresuró a salir del palacio. Sin embargo, no tardó en detenerse al ver un rostro inesperado: Keldrick.

A su lado había un joven envuelto en una capa, con un sombrero calado sobre la cara. Pero reconocería a Keldrick en cualquier parte.

Keldrick también lo vio y entrecerró los ojos. Keldrick no podía olvidar lo mucho que lo perseguían Koshar y Marqués Falhan.

"Qué mundo, donde los ladrones pueden entrar en palacio con facilidad. El mundo es un lugar mejor ahora, ¿eh?"

Falhan siguió adelante y pasó junto a su antiguo adversario.

Keldrick echó humo y lo persiguió con la mirada.

"¿Quién se cree que es?"

preguntó Motte, enfadada.

"Un amigo de Koshar"

Motte gruñó, intuyendo que no debía hacer más preguntas. Keldrick se aclaró la garganta y se encaró con ella.

"Ahora vuelvo. No tardaré mucho, pero el palacio es grande. Si te aburres, juega aquí o vuelve a la posada"

"De acuerdo"

Suspiró.

"Debería traerte conmigo. Siento no poder"

"Está bien"

Emperador Sovieshu había solicitado una audiencia con Motte, para agradecerle la recuperación de la gema. Pero Keldrick no podía dejarla ir al palacio, ni siquiera por una buena razón.

Motte seguía diciéndole que estaba bien. Hace unos días, se habría enfadado. Pero eso fue antes de ver a Laura en el mercado nocturno. Antes de que se diera cuenta de que todos sus sueños podían hacerse realidad.

'Sólo necesito probarme a mí misma primero'

Cuando Keldrick entró en el palacio, Motte fue a buscar el almuerzo. Sonriendo, pensó:

"Quizá pronto pueda ser caballero"

Entonces se detuvo en seco, sus ojos se abrieron de par en par. Una cara conocida cruzaba la plaza, vestida de amarillo y con un sombrero a juego. Parecía una joven aristócrata, pero Motte la reconocería en cualquier parte.

Motte la reconocería en cualquier parte.

"¡Cici!"

¡Esta vez no puedo dejarla escapar! Motte corrió hacia su amiga.

Cici se detuvo y se giró al oír su nombre.

Sus ojos se abrieron de par en par.

"¿Motte?"

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