LESVAC 287

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La Emperatriz se volvió a casar 287

SS6: Hermanas (5)



Hay ciertos individuos con los que no puedes permitirte el lujo de meterte. Los Bandidos Mil Eternos los llamaban colmenas. Eran una molestia, pero era mejor dejarlos en paz. Patear a uno, podría conducir a una guerra total.

El condenado de Koshar era uno de ellos.

"Vinsel."

Keldrick golpeó su hacha,

"¿Crees que disfrutamos huyendo de Koshar? Huimos porque esa rata siempre nos vence. Puede que 'Manos Sangrientas' no sea tan formidable como el 'Caballero Loco', pero también es cercana a la Emperatriz Navier. No podemos meternos con una colmena como ella."

"Si no me acompaña, Jefe, entonces iré sola. Mastas cree que Dartha es una espía, por lo que la ha perseguido hasta aquí. Finalmente debe haber descubierto la conexión de Dartha con nosotros."

Keldrick entrelazó las manos, reflexionando. Si Mastas atrapaba a Dartha, podría matarla, independientemente de que fuera una maga sanadora. De no hacerlo, Mastas podría convertir a la hija de Vinsel en una esclava muy útil.

"Hmm."

Keldrick sacudió la cabeza, sumido en sus pensamientos. Mastas viajaba sola. Tal vez podrían acorralarla y acabar con ella en secreto.

Vinsel recogió su hacha.

Él entrecerró los ojos y se puso de pie,

"Bueno, vamos a intentarlo."

***

'Dijo que no tiene identidad, pero logró cruzar la frontera.'

Mastas chasqueó la lengua. Cuanto más pensaba en Dartha, menos entendía a la chica. ¿Por qué no buscar aprender magia en su propio país? ¿Por qué arriesgarse a levantar sospechas viniendo al Imperio Occidental?

Mastas cabalgó durante un rato, antes de detenerse junto a un pequeño estanque en un campo. 

'Es por aquí.'

Mastas se detuvo para dar de beber a su caballo. Luego se sacó la carta del bolsillo y comprobó la dirección.

Casi se le cae al suelo del asombro. 

'¡Lord Koshar!'

Había olvidado que también traía una segunda carta, que Navier le había dado justo antes de partir. Tenía tanta prisa que no la había leído.

Tras dudar un poco, abrió la carta de Koshar. 

— Mi corazón se siente vacío sin alguien con quien cabalgar.

Las mejillas de Mastas se enrojecieron al leer la primera línea.

— Cada vez que sopla el viento y hace ondear las solapas de la tienda de campaña, te busco al otro lado...

Mastas volvió a meterse la carta en el bolsillo. Debería dejar el resto para más tarde. Era demasiada distracción. Aun así, las bonitas palabras le aceleraron el corazón.

De repente, oyó un ruido sordo. El caballo saltó, sobresaltado, y pateó agua por todas partes. Mastas agarró las riendas, justo cuando un hacha de mano pasó volando junto a ella, clavándose en el árbol a escasos centímetros de su cabeza.

Mastas sacó su lanza y se limpió su mejilla ardiente con el dorso de la mano. Un hilo de sangre manaba del lugar donde el hacha le había rozado la piel. Se dio la vuelta y vio que se acercaba un grupo.

"Otra vez esos bastardos."

Con una sonrisa despiadada, levantó su lanza,

"No me dejan en paz."

***

El feroz vendaval sacudió las tiendas de campaña, obligando a todos a meterse dentro. Refunfuñaban, temblando. 

"Hace mucho frío afuera. Pero dentro hace aún más frío."

Koshar los observaba inexpresivo.

"¿Qué le preocupa, señor?"

Preguntó su teniente.

"El viento..."

"Es muy fuerte. ¿Deberíamos mover la base un poco más atrás, por si llueve?" 

El teniente miró al cielo. 

Koshar echó un vistazo a las tiendas de campaña, ahora vacías, y a la multitud que había a su alrededor.

No dejaba de imaginar a alguien que no estaba allí. Pensando en lo que ella haría si hicieran contacto visual ahora,

"Sí, deberíamos."

El viento le produjo una sensación extraña. Koshar reprimió su aprensión y se dio la vuelta,

"¿Dónde están los Caballeros Transnacionales?"

"Van en dirección contraria."

Koshar frunció el ceño,

"Han estado merodeando a nuestro alrededor como hienas. ¿Por qué marcharse de repente?"

El teniente se encogió de hombros,

"¿Quién sabe? Probablemente fue por orden de ese extraño zorro."

***

"¿Qué ocurre?"

Preguntó la Condesa Jubel.

"La cuerda del violín..."

Se la mostré. Había estado frotándola con resina cuando la cuerda se soltó.

"Yo me encargo."

La Condesa Jubel agarró el violín y se dispuso a cambiar la cuerda rota.

Devolví la resina a la caja y me levanté,

"¿Aún no ha vuelto Mastas?"

Lo último que supe es que se había marchado tras interceptar una carta de Dartha a Evely.

'¿Ha ido a buscar a Dartha? ¿Por qué?'

Podría haber esperado a que Dartha volviera de su viaje. Si Crow estuviera aquí, le preguntaría qué estaba pasando. 

'Pero tampoco lo veo por ningún lado...'

***

'¿Cómo puedo contarle a la Señorita Dartha sobre sus verdaderos padres sin asustarla?'

Evely se balanceaba con el movimiento del carruaje, pensativa. No sabía si Dartha conocía a Rashta o sus planes. Quizá se escandalizaría menos si nunca hubiera oído hablar de Rashta.

De repente, el cochero gritó,

"¡No puede ser!"

En el momento en que el carruaje se sacudió y empezó a aminorar la marcha, Evely sacó la cabeza por la ventanilla, asustada. 

"¡¿Qué pasa?!"

"¡Hay un cadáver! Un caballo. Y un cuervo."

"¿Un cadáver?"

Evely saltó del carruaje antes de que incluso dejara de moverse.

"¡Señorita, tenga cuidado!"

Cuando vio la escena, se quedó paralizada, jadeando.

Un caballo avanzaba con dificultad hacia ellos, con una figura inerte tendida sobre su montura, presumiblemente muerta. Un cuervo negro se posaba sobre la cabeza del caballo.

Evely corrió hacia el trío. El cuervo levantó el vuelo, como si se hubiera asustado.

"Calma, calma. Para."

Evely agarró las riendas del caballo e intentó bajar el cadáver de su lomo. El cochero se apresuró a ayudar. Cuando finalmente consiguieron poner a la persona en el suelo, Evely volvió a jadear,

"¡Lady Mastas!"

"¿Conoces a esta persona?"

Preguntó el cochero. Sin responder, Evely pasó su mano por debajo de la nariz de Mastas. La chica parecía muerta, pero Evely sintió un soplo de aliento haciéndole cosquillas en la piel. 

"Está viva. Gracias a Dios."

Agradeció al cielo mientras se subía las mangas. Pero justo cuando estaba a punto de empezar, se dio cuenta de que el cochero estaba a su lado.

"Tráeme alcohol, ahora. Sus heridas son graves."

"¿Eres médico?"

"Sí. Tráeme alcohol de un pueblo cercano. Cualquiera que encuentres."

"No hay pueblos cerca—"

"¡Date prisa!"

Finalmente, el cochero se puso de pie a trompicones y subió al carruaje. Evely esperó a que se marchara antes de concentrar todas sus fuerzas en Mastas.

Le llevó un buen tiempo curar a Mastas. Después de unas horas, Mastas al fin se movió un poco. Tan pronto sus párpados se abrieron, se levantó como un rayo y agarró a Evely por el cuello.

"¡Soy yo!" 

Gritó Evely. Mastas la soltó inmediatamente.

"Lo siento. Estaba en medio de una batalla."

Mastas se disculpó y se frotó la frente, mirando a su alrededor,

"¿Adónde han ido?"

"¿Quiénes? Sólo te encontré a ti, a tu caballo y a un cuervo, el cual se marchó. Tú estabas gravemente herida. Si no te hubiera tratado, habrías muerto."

"Los Bandidos Mil Eternos me atacaron. Esa maga en formación, Dartha..."

Evely, que estaba mojando su pañuelo para limpiar la cara de Mastas, se quedó helada,

"¿Qué pasa con Dartha?"

"Está con los Bandidos Mil Eternos."

"¿Qué...?"

"Pensé que estaba espiando para la Alianza Wol. Pero me equivoqué. En realidad es una bandida."

El rostro de Evely palideció por completo,

"No entiendo."

Mastas le explicó todo: cómo había atrapado a Dartha espiando y cómo luego había descubierto que las notas que enviaba eran falsas. Había venido aquí para resolver el malentendido, pero los Bandidos Mil Eternos le tendieron una emboscada.

"Tiene que haber otra explicación."

Evely sacudió la cabeza. Tras una breve vacilación, cogió las riendas del caballo de Mastas y lo montó. Su postura era terrible, pero lucía muy seria,

"Quédate aquí y descansa. Cuando vuelva el cochero, ve en el carruaje."

"¿Adónde vas?" 

"A buscar a Dartha."

Evely apretó las riendas.

"Esto debe ser un error. Tengo que hablar con ella."

Mastas extendió un brazo,

"En ese caso, un momento..."

***

Dartha caminaba de un lado a otro de su dormitorio. Desde que su madre vino a contarle lo ocurrido, no podía quedarse tranquila. 

'No sabemos de dónde salió. De repente apareció un hombre desnudo y agarró a Mastas, así que la perdimos.'

Como si no fuera lo suficientemente escandaloso que su familia casi hubiera matado a Mastas, perdieron su cuerpo. Dartha no podía creer que se hubieran metido con una colmena por ella. Peor aún, no habían destruido las pruebas. Si Mastas sobrevivía, el Imperio Occidental pronto buscaría venganza.

'¿Qué hago?'

Dartha no paró de dar vueltas. De repente, oyó un ruido afuera. Se escondió detrás de la cortina y se asomó, esperando enemigos. En vez de eso, vio a Evely acercándose a su casa.

'¿Qué está haciendo aquí?'

Sorprendida, Dartha abrió la ventana y salió, 

"¿Evely?"

Evely le dirigió una sonrisa torpe, casi de dolor. A Dartha le dio un vuelco el corazón,

"¿Estás bien?"

"Recibí tu carta. Quería verte cuanto antes. Te extrañaba."

Dartha no pudo evitar sonreír,

"Pasa."

A pesar de sus preocupaciones por lo de Mastas, primero tenía que atender a Evely. Llevó a Evely a la mesa y le trajo un poco de té.

Evely se quedó un momento mirando el líquido verde. Lentamente, tomó un sorbo,

Dartha se aclaró la garganta,

"Evely. ¿Has visto a alguien de camino hacia aquí?"

Evely se quedó paralizada, con la taza a medio camino de su boca. Evely no quería creer las afirmaciones de Mastas. Pero el hecho de que Dartha preguntara esto le hizo sospechar que ya sabía lo que había pasado. Agarró la taza con más fuerza,

"Sí."

A Dartha se le aceleró el pulso,

"¿Dónde? Umm... ¿cómo se veía?"

La pregunta impactó a Evely con la fuerza de un golpe. 

'Ella sabe que Mastas fue herida. Lo sabe todo.'

¿Qué había sido de la brillante y amable Dartha que creía conocer?

"¿Evely?"

"Me encontré con una chica cerca de un árbol de aspecto extraño junto a un estanque. Pero ya estaba muerta."

"¿Muerta?"

"Sí. No me siento muy bien."

Evely dejó la taza y se levantó,

"Tengo que irme."

"¿Has venido hasta aquí y ya te vas? Quédate a pasar la noche. El pueblo más cercano está lejos."

Evely estaba pálida y nerviosa,

"Acabo de ver un cadáver. Tengo ganas de vomitar."

Dartha hizo una mueca de pesar. Ella había visto muchos cadáveres, pero Evely no. 

"Está bien."

 Una vez que Evely se marchó, Dartha fue a buscar a su madre para que se deshicieran del cadáver.

Vinsel vio acercarse a Dartha y frunció el ceño,

"Aún no la hemos encontrado. No puede haber cruzado ya la frontera, no en su estado."

Entonces se fijó en la pala de Dartha,

"¿Para qué es eso?"

"Mastas murió cerca del estanque con el árbol grande y extraño."

"¿Quién te dijo eso?"

"Una amiga cercana. Vino a visitarme y mencionó que había visto un cadáver."

Vinsel frunció el ceño, 

"¿Dónde está ahora?"

"Se sentía mal. Se marchó rápido."

"No vi a ninguna joven de camino aquí."

Dartha suspiró,

"Eso es porque se fue al pueblo. Quédate aquí, mamá. Yo me ocuparé del cuerpo. No podemos predecir cómo reaccionará la Alianza Imperial si se enteran de que matamos a Mastas. Tenemos que deshacernos de las pruebas."

"¿Estás segura de que está muerta?"

Vinsel parecía dudosa. Dartha asintió,

"Mi amiga no me mentiría. Ahora vuelvo."

Pero Vinsel la agarró por el brazo,

"Yo iré. Luego iré a buscar a los demás y nos iremos. Tu amiga podría volver; deberías quedarte aquí por si acaso."

Tras una larga pausa, Dartha asintió.

***

Evely hizo como que se iba a la aldea y luego dio la vuelta hacia el estanque. Cerca del estanque, subió a una colina que le ofrecía una vista clara y se escondió detrás de un árbol. 

'Por favor, no vengas, Dartha.'

Aunque Evely ahora estaba convencida de que Dartha era de los Bandidos Mil Eternos, seguía teniendo esperanzas. Haberle dicho lo del cadáver había sido una prueba.

A Evely no le habría importado que Dartha tuviera conexiones con los bandidos. La gente no podía cambiar a sus familias. Pero rezaba para que Dartha no se prestara a encubrir la muerte de Mastas. Eso, Evely no podría perdonarlo.

Sus uñas se clavaron en la corteza del árbol. Pasó bastante tiempo. Finalmente, alguien apareció. Tenía un hacha en la espalda. Evely cerró los ojos. 

'Ella avisó a los bandidos. Ella está de su lado.'

Dartha intentó matar a Mastas. Ahora, el bandido pagaría el precio.

Una Mastas manchada de sangre yacía en el suelo cerca del estanque. El bandido caminó directamente hacia ella. Pero Mastas había tendido trampas. En el momento en que el bandido se acercó, una trampa le enganchó el tobillo y le arrastró hacia un árbol.

Al mismo tiempo, Mastas se levantó de un salto y sacó una daga del bolsillo de su pecho. Se la clavó en el corazón al bandido.

Evely se cubrió los ojos, llorando. No porque tuviera miedo, sino porque no podía creer que Dartha les hubiera traicionado.

Justo entonces, se escuchó un grito al otro lado del estanque,

"¡Mamá!"

Sobresaltada, Evely volvió a echar un vistazo a la escena. Dartha corrió hacia el bandido en la trampa. Se movió demasiado deprisa— entonces, activó otra trampa y cayó en un pozo. Mastas se asomó al borde del pozo, como si fuera a atacar. Pero en el último segundo, Mastas se dio la vuelta.

"¡Mamá, mamá!"

Dartha gritó entre lágrimas. Intentó salir del pozo para alcanzar a la bandida que colgaba del árbol.

Por alguna extraña razón, la voz le rompió el corazón a Evely, a pesar de que estos bandidos habían intentado matar primero a Mastas. Conmocionada, Evely miró a la bandida que colgaba y luego volvió a mirar a Evely en el pozo.

Mientras se desangraba, la bandida extendió un brazo hacia la chica.

'¿Debería salvarlas?'

Evely podía salvar a la bandida, del mismo modo que había salvado a Mastas. Pero... 

'Intentó matar a Lady Mastas.'

Armada de valor, Evely se dio la vuelta. Se dirigió al pueblo cercano para escapar de los gritos de Dartha. Pero incluso después de llegar, los gritos de Dartha continuaron repitiéndose en su cabeza. Evely escribió una breve nota para Dartha, explicándole que los Isquas eran sus verdaderos padres.

Luego contrató a un mercenario. Le dio indicaciones para llegar al estanque con el extraño árbol,

"¿Has oído hablar del lugar?"

"Por supuesto. Hay rumores de que está embrujado."

"Una chica cayó en una trampa allí. Ve a rescatarla y dale esto. Y... no le menciones que te contraté."

Después de entregarle el dinero y el papel, Evely se alejó con frialdad.

'Ya hice lo que te prometí, Dartha. No quiero volver a ver tu cara nunca más.'

***

Estaba escribiendo una carta a mi padre, aconsejándole que expulsara a los Caballeros Transnacionales del puerto por la fuerza si fuera necesario. Entonces oí unas alas en la ventana. Me volteé, sorprendida.

Crow estaba posado en el alféizar, dando golpecitos en el cristal.

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