LESVAC 269

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La Emperatriz se volvió a casar 269

SS2: Pasado de Duque Elgy (1)



El Emperador de Luipt, Imot, estaba fuera del palacio, así que sólo la Emperatriz Imona y yo quedamos para comer al día siguiente.

Varias personas hermosas estaban a nuestro alrededor, tocando música suave con instrumentos que nunca antes había visto.

"Siempre me he preguntado cómo es el Continente Wol. Gracias a que finalmente he conocido a Su Majestad Navier, puedo hacerme una idea de cómo es."

Ella sonrió y se sirvió una copa del licor verde oscuro especial de Luipt. Se la llevó a la boca.

Le devolví la sonrisa, pero no pude evitar darme cuenta de que no había dicho lo que pensaba del Continente Wol ni de mí. 

'Se nota su experiencia en el ámbito político.'

"Me das una impresión completamente distinta a la del hombre que me visitó anoche."

Luché por ocultar mi sorpresa. 

'¿Quién la visitó?'

Esta conversación tenía cierto matiz extraño, como si estuviera bromeando conmigo. La miré fijamente.

Cuando nuestras miradas se cruzaron, Imona se echó a reír. La curva de sus ojos bajo su corona de joyas me recordó a alguien. 

'Ángel.'

Desapareció ayer. ¿Fue aquí donde vino? Si se reunió con Imona en secreto, no creo que haya sido para hablar bien de mí. Resistí el impulso de chasquear la lengua y dejé la copa.

"¿A quién prefiere, Emperatriz Imona? ¿A mí o al hombre que vio ayer?"

Ella se sorprendió. Pero un momento después, esbozó una sonrisa,

"¿Tengo elección?"

***

"¿Imona nos elegirá?" 

Preguntó el subordinado, abanicándose por el calor.

"No lo sé."

Respondió Ángel. Se inclinó para examinar una flor.

"¿Cómo se llama esta flor?"

"¿A quién le importan las flores? ¡La Emperatriz Navier se encuentra reunida con la Emperatriz Imona ahora mismo!"

Gruñendo, el subordinado se masajeó la frente.

"Me pregunto cómo va la conversación... Navier probablemente le esté diciendo a Imona que todo lo dicho por ti fueron tonterías."

Ángel silbó, aparentemente despreocupado.

"¿Cómo reaccionaría Navier si le diera esta flor?"

"Probablemente te golpearía con ella."

Ángel lanzó a su subordinado una mirada aterradora. El hombre tragó fuertemente,

"Um, ¿gentilmente y con cariño?" 

Luego sacudió la cabeza,

"La Emperatriz Navier tiene poder más que suficiente para amenazar a Luipt."

"Sin duda."

"¿Y si intentar impedir el monopolio de Navier pone en peligro todo el comercio con el Continente Hwa?"

Ángel se encogió de hombros,

"Eso es posible."

"Pero eso no es bueno."

"¿Por qué no? Si el acuerdo comercial fracasa, nada cambiará para nosotros."

El subordinado ladeó la cabeza, confundido,

'Cierto.'

Arruinar el comercio con Luipt sólo perjudicaría a los países que ya se beneficiaban de dicho comercio. No afectaría a la Alianza del Continente Wol.

"No te preocupes. El monopolio puede ser bueno para el Imperio Occidental, pero no para Luipt."

Y si la Emperatriz Navier amenazara a Luipt con el monopolio, su relación empezaría con el pie izquierdo. Parecería desconsiderada con Luipt.

Ángel sonrió,

"Nuestra emperatriz debe estar pensando en todo esto también."

"Hablando de la emperatriz. ¿No dijiste que le darías esa flor?"

Su subordinado lo miró desconcertado.

***

Kapmen se llevó las manos a la espalda y observó al hombre que paseaba por el jardín. 

'Ángel.'

Desde que llegaron a Hwa, había estado pensando en cosas inútiles e incongruentes. Kapmen no tenía ni idea de cómo había aprendido a hacer tal cosa.

Pero ahora, Ángel finalmente había dejado escapar algunos de sus verdaderos pensamientos.

Kapmen se dio la vuelta y se dirigió a toda prisa al palacio donde estaban reunidas Navier e Imona. Tenía que informar a la Emperatriz Navier de los planes de Ángel. Sin embargo, en cuanto llegó al palacio, Navier salió, habiendo terminado la comida.

Aliviado, Kapmen caminó hacia ella. Pero de repente se quedó helado. 

'Oh, cielos.'

Su mente estaba llena de preocupación por el encuentro de Ángel con Imona. El Gran Duque estaba seguro de que si se acercaba a ella, sólo empeoraría su ansiedad.

Él dio un paso atrás, a punto de marcharse, cuando nuevos pensamientos inundaron su mente. Pensamientos sobre algo que ocurrió en el Imperio Oriental.

'Duque Elgy.'

Kapmen sólo lo había visto una o dos veces de pasada, pero reconoció los pensamientos del duque a medida que inundaban su mente. Parecía que él también se había enfrentado a una situación difícil. Kapmen se adentró en los recuerdos del Duque Elgy.

***

Alessia volvió en sí demasiado tarde. El horror se apoderó de ella. En realidad, el almirante había hecho un trato con el capitán de los piratas. Para ocultar el hecho de que había ejecutado a un chico ordinario, no a un verdadero comandante, el almirante necesitaba ahora colgarla a ella también como pirata.

Incluso si el almirante no interviniera, no había forma de que un miembro de la realeza creyera en las palabras de esta mujer. De lo contrario, cada pirata capturado afirmaría ser un prisionero.

'Yo también seré colgada.'

El rostro de Alessia se puso completamente pálido. En un momento de confusión, había destruido su vida.

"Mis disculpas, Príncipe Claude."

Intervino el almirante,

"Esta mujer también es una pirata. Haré que la capturen ahora mismo."

Alessia se quedó helada, presa del pánico. Sin embargo, el miembro de la realeza entrecerró los ojos,

"He dicho alto."

Por un segundo, la expresión del almirante se retorció. Pero luego forzó una sonrisa.

El miembro de la realeza, al que ella había oído ser llamado Príncipe Claude, la examinó detenidamente. 

'¿Me reconocerá?'

Aunque había nacido en una familia noble, hace tiempo que Alessia había descartado a los nobles y a la realeza como dignos de confianza. Sin embargo, estaba convencida de que el príncipe se había interesado por ella. En el pasado, se habría sentido felizmente sorprendida. Ya no. La realeza no era capaz de amar.

Pero tal vez su interés podría salvarla. 

'Si mi rostro te agrada, sálvame.'

Alessia suplicó internamente.

Como si el Príncipe Claude hubiera escuchado, murmuró,

"Pobrecita. No parece una pirata."

La expresión del almirante se volvió rígida. Pero sabía lo que su príncipe quería oír,

"Es cierto. Ahora que lo menciona, no lo parece."

Asintiendo, el príncipe se puso de pie,

"Yo me encargaré de esa mujer."

Mientras Alessia se aseaba y cambiaba de ropa, una de las sirvientas que la ayudaba comenzó a reírse. Luego, susurró a su amiga,

"Ella es una pirata saqueadora, pero ahora será perdonada gracias a su cara bonita."

"A pesar de lo ingenua que parece, mintió para salvarse. ¡Nada menos que después de que vio morir a su camarada!"

"¿Por qué el Príncipe Claude invitaría a una criminal a su casa? Su Alteza no estará contenta."

Ante esas últimas palabras, la desesperación se apoderó de Alessia.

'Este hombre ya tiene esposa. Como me pasó la última vez.'

Ella se preguntó si tenía algo especial, o si la mayoría de los hombres de la realeza simplemente carecían de conciencia. Este pensamiento la inquietó durante todo el camino hasta la mansión del príncipe.

¿Cómo debería comportarse? ¿Debería revelar su verdadera identidad? Eso probaría que era una noble, realmente capturada por piratas...

'No.'

Si se supiera que estaba con vida, alguien eventualmente se lo diría a sus padres. No se sabía cómo reaccionarían ellos o el Ducado Krom. Todos temían las represalias del Imperio Oriental.

Ella no quería estar con otro hombre casado, pero ¿qué otra opción tenía? Sin documentos de identidad, no podría conseguir trabajo si huía.

Decidió hacer lo que fuera para sobrevivir. Tal vez, cuando el interés del príncipe por ella disminuyera, tendría dinero para comprarse una nueva identidad. 

'Me tragaré mi orgullo si eso significa salvar mi vida.'

***

Alessia siguió al príncipe hasta su mansión. Tan pronto como entraron, vio a un niño de la edad del Príncipe Heredero Sovieshu. Instintivamente, el terror invadió a Alessia.

Sovieshu fue la razón principal por la que había terminado así. Él la había incriminado. ¿Estaba la historia a punto de repetirse? ¿Su destino aquí sería aún peor?

Alessia se quedó paralizada de terror. A sus ojos, este simple niño era como el guardián de las puertas del mismísimo infierno.

"Elgy."

El Príncipe llamó a su hijo.

El niño, que sostenía un gato blanco esponjoso, se acercó obedientemente al lado de su padre.

"¿Quién es esta dama, padre?"

No había el menor rastro de hostilidad en su voz. De hecho, el acento noble del niño sonaba bastante dulce.

El Príncipe señaló a Alessia.

'¿Quiere que me presente?'

Alessia, que había aprendido a ser útil e invisible durante sus años con los piratas, había desarrollado un ingenio rápido. Con su voz más suave, dijo, 

"Mi nombre es Alessia, Señorito."

"Es un bonito nombre."

El niño se acercó y le extendió su pequeña mano. Alessia puso su mano sobre la suya sin pensarlo, como haría cualquier dama de la nobleza. El niño besó suavemente el dorso de su mano.

Después de dos años de duras tareas, tenía las manos ásperas como cepillos viejos. Pero el niño no le dio importancia.

El niño le recordaba a Alessia a un angelito, con sus rizos castaños y dorados, sus grandes ojos verdes y sus mejillas regordetas. Parecía un Príncipe Azul. Sin duda, todas las niñas del reino se enamorarían de él algún día.



El Príncipe miraba a su hijo con cariño y orgullo. A Alessia le recordó la mirada que el Emperador Osis había dirigido a la niña que estaba agarrada de la mano con su hijo. 

"Elgy."

"¿Sí, Padre?"

"La Señorita Alessia estuvo en manos de piratas. Su vida ha sido dura."

"Cielos..."

El rostro del niño decayó, la compasión inundó sus ojos.

Alessia se sintió aliviada. 

'Es un niño muy bueno. No mentirá como el Príncipe Heredero Sovieshu.'

Puede que no le agradara Alessia una vez que se convirtiera en la amante de su padre, pero al menos no la inculparía de crímenes horribles. 

'Lo siento.'

Pensó Alessia, mirándole fijamente. Un momento después, rompió a llorar.

Los ojos del niño se abrieron por completo. Le extendió un pañuelo,

"Por favor, llore todo lo que necesite, señorita. Llore hasta que ya no le duela. Yo secaré sus lágrimas."

Ella aceptó el pañuelo, y sonrió. El niño le devolvió la sonrisa. Recordando la ira de Sovieshu, ella se prometió a sí misma,

'Nunca. Nunca le haré daño de esa manera. Sólo estaré aquí el tiempo necesario para sobrevivir. Tan pronto como pueda irme, lo haré.'

Esperaba que algún día, cuando él descubriera la verdad, la lastimara un poco menos.

***

'¿El Príncipe realmente se enamoró de mí?'

Una semana después, Alessia dudaba de lo que había supuesto. Siguió a Elgy por la mansión, jugando con su gato blanco. Mientras tanto, la puerta del dormitorio del príncipe permanecía bien cerrada.

Ella aún no había cruzado el umbral. Ni siquiera había hablado con el príncipe en privado. Vivía como una auténtica invitada en su mansión.

Elgy debió notar su confusión, porque preguntó,

"¿Qué pasa, señorita?"

"Oh, nada."

"Si algo le preocupa, por favor dígamelo."

"No es preocupante. Simplemente me parece extraño."

"¿Qué es extraño?"

"Tu manera de hablar. ¿No estás muy por delante de otros niños de tu edad?"

Los ojos de Elgy se abrieron de par en par,

"¿Es extraña mi forma de hablar? Las hijas de las mujeres de la nobleza me dicen que sueno maduro y digno."

"A eso me refiero."

Alessia se rió. 

'Aun así se ve lindo.'

"Hablo así por mi madre."

El niño finalmente explicó,

"Mi madre me trata como a un bebé, pero no se da cuenta de que ya soy grande. Quiero ser fuerte por ella."

Eso la tomó por sorpresa. Ella no esperaba que tuviera un motivo real. 

'Independientemente de cómo hable, es sólo un niño.'

Alessia se detuvo, frunciendo el ceño.

'Hablando de la madre del niño, ¿dónde está?'

Las sirvientas que vistieron a Alessia mencionaron a la esposa del Príncipe Claude. El niño hablaba como si su madre estuviera a su lado. Sin embargo, Alessia no la había visto ni una sola vez.

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