La Emperatriz se volvió a casar 140
Ojos y Oídos
Como estaba lloviendo, salí al jardín junto a Heinley con un paraguas.
Escuchar el sonido de la lluvia mientras daba un paseo me hizo recordar a mi hermano, así que pregunté,
"¿La Señorita Mastas se habrá encontrado ya con mi hermano?"
Heinley respondió, "Probablemente," y tiró de mi hombro hacia él.
"Acércate. Te mojarás, Reina."
"No habría sido mejor usar cada uno un paraguas..."
¿Es necesario estar pegado el uno al otro para poder compartir un paraguas?
"Por cierto, Reina. ¿El hermano Koshar no tiene intención de casarse? Como noble, parece que está tardando en casarse. Ni siquiera he escuchado hablar de una prometida."
"Mi hermano no está interesado en nada que no sean las peleas y las espadas."
Dicho esto, los rumores tampoco son tan buenos para un matrimonio político...
Por mucho que un matrimonio político fuera un matrimonio entre familias, ningún padre querría casar a su hija con un hombre despiadado.
"Siempre me sorprende lo diferente que son las personalidades de Reina y el hermano Koshar."
"¿Es así? Pero tú también—"
'Tienes una personalidad diferente a la de tu hermano,' me tragué rápidamente estas últimas palabras.
No había pasado mucho tiempo desde que terminó el caso de Christa. Prefería no decir eso.
Rápidamente cambié mis palabras.
"Ah, se acerca tu cumpleaños. ¿Hay alguna cosa que quieras, Heinley?"
"No, nada."
Lo imaginaba.
"Pero hay algo que quiero hacer."
Después de terminar de hablar, Heinley se detuvo de repente y me abrazó furtivamente desde atrás.
Cuando levanté la vista, vi que me observaba con una expresión extraña.
Definitivamente, se trataba de una petición subida de tono. Su mirada me dio una idea de lo que quería hacer. Debido a eso, no pude evitar tragar fuertemente.
Me sentí avergonzada por el fuerte sonido causado, pero hablé con calma como si no me hubiera dado cuenta,
"Lo consideraré si no es descabellado."
"¿Qué quieres decir con descabellado?"
"¡!"
¿No quería el 'tipo' de regalo que yo estaba imaginando?
Mis ojos se agrandaron, avergonzada.
"Me refiero a que no pidas un regalo difícil de conseguir."
Pero esa tampoco fue una buena excusa. En cuanto hablé, sentí una oleada de remordimiento.
¡Fue una estupidez! ¿Cómo pude poner una excusa tan fría, de entre todas las cosas?
Era su primer cumpleaños que celebraríamos juntos, ¡pero no quería que pidiera un regalo difícil de conseguir!
Me sentí profundamente arrepentida. Me acerqué un poco más a él y agarré su mano que no sostenía el paraguas.
Heinley se estremeció. No pasó mucho tiempo antes de sentir un profundo suspiro bajar por mi cuello.
"Reina, ¿qué piensas hacer al tenerme en la palma de tu mano?"
"¿En la palma de mi mano?"
"Me controlas sólo con agarrar mi mano."
Heinley sostuvo con más fuerza nuestras manos entrelazadas. Entonces levantó mi mano junto con la suya y besó ligeramente el dorso de la misma.
"Lo hice.. porque mis palabras fueron mucho más frías de lo que pensaba."
Confesé con sinceridad y retiré suavemente mi mano.
Sus labios en el dorso de mi mano se sentían suaves y agradables, pero no había necesidad de hacer esto afuera, ¿verdad?
Aunque era bueno que los emperadores fueran una pareja felizmente casada, eso no significaba que tuvieran que demostrar su amor en todas partes.
Heinley soltó mi mano gentilmente, me acercó aún más a su pecho y levantó el paraguas.
Mientras tanto, la lluvia casi había cesado, parecía que pronto se detendría.
Cuando extendí una mano fuera del paraguas para sentir la lluvia, Heinley observó la escena y susurró en voz baja.
"Um. En realidad, me gustaría que tomáramos un baño juntos."
Estaba disfrutando de las frías gotas de lluvia que caían en la palma de mi mano, pero rápidamente retiré mi mano sorprendida.
"Como regalo de cumpleaños, tomemos un baño juntos."
"... eres astuto."
Heinley no lo negó.
Dudé y dije para salir de la situación,
"Lo pensaré."
Todavía faltaban unos meses para su cumpleaños.
"Si no quieres que tomemos un baño juntos, disfrutemos de un día sólo para nosotros dos, Reina. Dejando a un lado a los ayudantes y a las damas de compañía, seamos sólo los dos."
Asentí y pregunté,
"¿Por qué estás tan obsesionado con que tomemos un baño juntos?"
En realidad, no insistía tanto con eso como para considerarlo una obsesión. Aún así, no podía creer que quisiera esto de entre tantos posibles regalos.
¿No dijo también que quería tomar un baño conmigo mientras aparentaba tener miedo durante el escándalo del fantasma? Estaba naturalmente desconcertada.
Heinley respondió con calma.
"Me gusta Reina así, pero también creo que me gustará ver a Reina cubierta de agua."
Cuando estaba a punto de decir, '¿Esa es la única razón?' Una escena vino a mi mente. La imagen de Heinley cambiando de pájaro a su forma humana en la fuente. Definitivamente, fue una vista hermosa verlo allí de pie cubierto de agua bajo la luz de la luna, echando su cabello hacia atrás.
"Es cierto. Te veías hermoso cubierto de agua, Heinley."
Cuando lo admití en voz baja, Heinley sonrió con los ojos como si estuviera diciendo, 'Finalmente lo reconoces.'
Pero enseguida levantó las cejas y me miró fijamente.
La lluvia acababa de parar, así que salí del paraguas y di pasos rápidos hacia delante.
***
Evely se dirigió nerviosa adonde Sovieshu.
Después de colocarla como asistente de un mago de la corte, Sovieshu le asignó una sirvienta.
Si necesitaba algo, podía decírselo a la sirvienta. Además, le daba dinero adicional cada dos semanas.
La sirvienta enviada por Rashta era una molestia, pero aparte de eso, se sentía a gusto.
Sin embargo, aunque Sovieshu había sido muy considerado en muchos aspectos, no la llamaba para hablar a solas, y Evely pasaba sus días sin tener en cuenta la existencia de Sovieshu.
Por eso Evely no podía creer que la hubiera llamado de la nada.
¿Sovieshu descubrió que mentí delante de Rashta, fingiendo ser favorecida por él?
Si es así, sería un poco vergonzoso. Evely estaba nerviosa, deseando que ese no fuera el caso.
"Navier se preocupa mucho por ti, ¿verdad? Si te parece bien, ¿puedes entregar a Navier un regalo de mi parte?"
Afortunadamente, no la llamó por el asunto que le preocupaba.
Los ojos de Evely se agrandaron y preguntó,
"¿Un regalo?"
"Sí. Pero no digas que es un regalo de mi parte. Hazlo como un regalo tuyo."
"Está bien, pero..."
"Haré que formes parte de la próxima delegación que envié al Imperio Occidental. ¿Te parece bien?"
"Sí. Está bien mientras pueda ver a Navier."
'¿Pero por qué en mi nombre? ¿No puede simplemente enviarlo? ¿Realmente es necesario tomarse tantas molestias para entregar un regalo?'
Evely se dio cuenta de la razón mientras miraba a Sovieshu a los ojos. Su relación se había vuelto incómoda después del divorcio.
"Resultaría demasiado evidente ir de repente, así que lo mejor es ir a la fiesta de cumpleaños del Emperador Heinley."
"Sí."
"Te llamaré de nuevo para entonces."
"Sí, Su Majestad."
Tan pronto como obtuvo respuestas a sus preguntas anteriores, surgieron otras nuevas.
Evely tenía mucha curiosidad.
'¿El Emperador Sovieshu no se divorció de Navier porque amaba a Rashta? Entonces, ¿por qué se preocupaba por Navier? ¿Sentía culpa?'
En un principio Evely pensaba que el Emperador Sovieshu estaba enamorado de Rashta hasta el punto de no apartarse de su lado. Sin embargo, al escuchar los diversos rumores desde que llego al palacio imperial, el Emperador Sovieshu no parecía preocuparse mucho por esta segunda emperatriz. Incluso, se rumoreaba que la segunda emperatriz tenía un romance con un miembro de la familia real de Bohean Azul...
'Entonces, ¿por qué se divorció?'
Evely, sumida en pensamientos complejos, salió aturdida al pasillo.
Saber las respuestas no haría que Navier, que se volvió a casar, regresara, ni que Sovieshu dejara a Rashta, que estaba embarazada...
En ese momento, cuando dio unos pasos más, escuchó un susurró,
"¿Qué hace un vulgar ser aquí?"
Evely frunció el ceño y miró en dirección a la voz.
Los Vizcondes Isqua estaban mirándola, de pie a un lado de las escaleras.
Quizá porque la habitación de Sovieshu estaba cerca, no la insultaron tan fuertemente como antes, pero mostraron completamente su disgusto con su expresión.
Evely también puso una expresión de disgusto. Todavía podía recordar las duras palabras que le dijeron. Odiaba encontrarse con ellos cara a cara.
'Los padres y su hija son iguales.'
Evely omitió el saludo, se dio la vuelta y caminó en dirección contraria.
Mientras tanto, el periodista de los plebeyos, Joanson, estaba perdiendo la paciencia cada día más.
Había solicitado una audiencia, reuniéndose con los emperadores e informándoles sobre su hermana menor. Incluso obtuvo la respuesta de que el caso de su hermana sería investigado.
'Pero, ¿por qué todavía no he recibido noticias del palacio imperial?'
Había pasado mucho tiempo desde que su hermana desapareció. Aunque a menudo discutían, estaba dentro de los límites de una pelea entre hermanos.
Joanson se sentía angustiado sólo de imaginar que algo malo le podría haber pasado a su hermana.
Finalmente, cambió de dirección y decidió interrogar a la sirvienta que trabajaba con su hermana, Arian.
Era una sirvienta experimentada y hábil en su trabajo, de la que su hermana hablaba a menudo porque siempre la ayudaba de una u otra manera.
Iba a esperar a que ella saliera del palacio imperial.
Sin embargo, era difícil saber el horario de los empleados del palacio, así que Joanson se instaló en una posada cercana al mismo y esperó allí a la sirvienta.
Eventualmente, el esfuerzo dio resultados.
Ese día, Joanson comía un sencillo plato de huevos, sentado junto a la ventana de su habitación en el segundo piso.
Utilizaba sus manos para tomar la comida, pero no apartaba su mirada de la puerta principal del palacio imperial.
De repente, se abrió una pequeña puerta junto a la gran puerta principal, y vio a una mujer salir de ella.
Joanson dejó de comer y corrió hacia allí.
Puede que no sea la sirvienta llamada Arian. De hecho, ese fue el caso en otras seis ocasiones.
Pero como siempre, Joanson se dirigió a la sirvienta y le preguntó,
"¿Es usted por casualidad Arian?"
"Así es."
Esta vez, estaba en lo cierto. Era ella.
En ese momento, Joanson vio a la sirvienta, que tenía delante, brillar como un rayo de esperanza.
Aun así, por si acaso, volvió a preguntar,
"¿Eres la sirvienta personal de Su Majestad la Emperatriz?"
Arian respondió con calma.
"Sí."
Joanson rompió a llorar repentinamente. No podía creer que finalmente tuviera una forma de encontrar rastros de su hermana.
Sólo de pensarlo se atragantó, Joanson gimió y se disculpó,
"Lamento haber venido aquí de la nada."
Arian entrecerró los ojos, como si lo encontrara extraño.
Antes de que se marchara, Joanson se apresuró a presentarse,
"Soy el hermano de Delise. Sabes quién es Delise, ¿verdad?"
Por primera vez hubo un verdadero cambio en la expresión de Arian.
"¿Eres el hermano de Delise? El periodista..."
Joanson asintió apresuradamente.
"Sí, soy yo. yo..."
Joanson estaba a punto de hablar pero se detuvo. Dio un paso atrás y miró a su alrededor con una creciente sensación de inquietud, que había surgido tardíamente.
'Ahora que lo pienso, aquí fue donde desapareció mi hermana.'
Si era cierto que su hermana había desaparecido aquí, tenía que tener cuidado con lo que decía.
Podría haber personas alrededor que no quisieran que encontrara a Delise.
"Si no le importa, ¿podemos hablar en otra parte?"
Pero Arian negó con la cabeza y se alejó apresuradamente. Ni siquiera intentó girar la cabeza, como si Joanson fuera una plaga. También parecía tener miedo de esto.
Esa actitud despertó aún más las sospechas de Joanson.
Joanson siguió a Arian y la llamó,
"Quiero saber de mi hermana menor. Mi hermana desapareció. Delise estaba agradecida por lo mucho que la ayudabas. Ya que trabajaban juntas, quizá puedas decirme por qué mi hermana desapareció de repente."
Joanson la persiguió entre lágrimas.
"Por favor, ayúdame a encontrar a mi hermana. No, no tienes que ayudarme. ¡Sólo dime lo que sepas!"
¿Cambió de opinión debido a su actitud desesperada? Arian, que avanzaba sin dudarlo, se detuvo.
Ella giró la cabeza y miró a Joanson.
Su mirada era realmente ambigua. Como si dudara en hablar o no.
"¡Por favor, te lo ruego!"
Cuando Joanson volvió a suplicar, Arian dijo con vacilación,
"Para mí también es difícil hablar de eso por temor a mi vida."
Era difícil hablar de eso por temor a su vida. ¿Existía algo más aterrador?
El temor de Joanson creció aún más. Las palabras de Arian sonaban como si su hermana ya hubiera muerto. Mientras Joanson sollozaba con desesperación, la expresión de Arian se oscureció.
Miró a Joanson con calma, y luego dio unos pasos hacia delante. Entonces habló en voz muy baja para que nadie más pudiera escuchar.
"Las personas no son todo lo que parecen ser."
"¿Qué quieres decir?"
"Si piensas detenidamente en mis palabras, conseguirás la respuesta. Duda de la persona en la que más crees. Es todo lo que puedo decir."
Joanson se quedó aturdido por un momento. Arian lo miró complejamente, se dio la vuelta y desapareció con pasos apresurados.
Tres días después.
Cuando Arian regresó al palacio imperial tras sus breves vacaciones, se dirigió a la biblioteca para devolver el gran libro que había alquilado antes de las mismas.
Escribiendo su nombre en la planilla de devolución, se dirigió a las estanterías que estaban solas, diciendo que dejaría el libro en su lugar.
Para su sorpresa, Sovieshu estaba de pie entre las estanterías con las manos entrelazadas detrás de su espalda.
Arian lo saludó y, murmurando en voz baja, le entregó el libro que había traído,
"Hice lo que me ordenó."
"Buen trabajo."
Sovieshu dio una respuesta breve, tomó el libro y lo puso en la estantería frente a él.
Todo lo que Arian le había contado a Joanson con vacilación, había sido por orden de Sovieshu.
Todavía tenía miedo de Rashta y pensaba que no era de fiar.
Nadie seguiría de corazón a una persona que da un castigo severo por un solo error.
Arian, que era realista y consciente de la seguridad, sabía que era mejor ser leal al emperador, que tenía un poder estable, en lugar de a Rashta, que podía explotar en cualquier momento.
"Haz lo que te digo."
Sovieshu habló en voz baja.
"Si haces lo que te digo, no recibirás ningún castigo."
***
Cuando Koshar se despertó, lo primero que vio fue la misma cara que había visto justo antes de desmayarse.
Cabello grisáceo y ojos negros como los de una ardilla.
Koshar se levantó, colocando sus manos sobre su cabeza palpitante,
"¿Cómo llegué a este lugar?"
Mirando a su alrededor, se dio cuenta que se trataba de una habitación en mal estado. Había una cama, un tocador, dos sillas, y una mesa...
"Ah, se desmayó. Fue traído a una posada cercana."
Mastas murmuró decaída ante la pregunta de Koshar.
"¿Me trajeron? ¿Quién?"
"Yo."
Respondió Mastas, mirando de nuevo a Koshar a los ojos. Luego se levantó rápidamente de la silla, se inclinó y gritó con fuerza,
"¡Perdóneme, Lord Koshar! No sabía que Lord Koshar era más débil de lo que pensaba!"
"¿... Débil?"
"¡He aprendido a no intimidar a los débiles! Perdóneme. Tendría que haber sido más considerada."
Cuando Mastas se disculpó sinceramente, Koshar abrió la boca con desconcierto. Pero Koshar al final optó por no decir a Mastas, 'La culpa es mía por ser descuidado'.
'Pensándolo bien, la dama de compañía no diría nada escandaloso a Navier por haber herido a su hermano. Sí. Me alegro de que haya resultado así.'
Aunque no había planeado desmayarse, Koshar sonrió aliviado.
Mastas se encogió de hombros, temerosa por haber herido al hermano de la emperatriz, pero cuando vio la sonrisa de Koshar, se quedó aturdida por un momento.
Su sonrisa era como la luz del sol resplandeciendo sobre la superficie del agua.
Mastas sintió de repente mucha sed, y se apresuró a beber una botella de agua que tenía a su lado.
Era difícil creer que el caballero se desmayara por haber sido apenas alcanzado por el mango de su lanza.
Sin embargo, al ver florecer esa sutil sonrisa, se convenció de inmediato.
¡Debe ser débil porque es un hombre muy apuesto!
Exactamente en el mismo momento, Koshar pensó,
'¿Se está bebiendo toda el agua de esa enorme botella de una sola vez?'
Los ojos de Koshar se agrandaron por un momento, pero le pareció descortés, así que rápidamente giró la cabeza, fingiendo no darse cuenta.
Después de beber toda el agua, su sed disminuyó, sus ojos brillaron y su estado de ánimo mejoró. Entonces, Mastas preguntó,
"Por cierto, hay un ambiente completamente festivo en este lugar, ¿no? Puedo escuchar música por todas partes. ¿Sucedió algo?"
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