LESVAC 120

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La Emperatriz se volvió a casar 120

Confesión



De vuelta en su habitación, Rashta cerró la puerta de golpe. Tan pronto como entró, se tiró en la cama, abrazando su almohada.

Sentía la cabeza caliente y su alrededor frió. Rashta resoplaba mientras golpeaba su almohada.

'Es una persona muy mala. ¡Realmente mala! ¿Cómo puede ser la actitud que el Gran Duque Kapmen mostró ayer tan diferente de la de hoy?'

Ayer estaba definitivamente enamorado de ella, pero hoy había sido tan frío como antes.

'¡Sólo ha pasado un día!'

Ni siquiera fue un día completo. Sólo habían pasado unas diez horas.

'La emperatriz depuesta debe haber hecho algo de nuevo.'

Rashta estaba segura de eso. Como el Gran Duque Kapmen mostró interés en ella, Navier se le acercó apresuradamente por la mañana para seducirlo. Lo hizo con Sovieshu, y ahora con el Gran Duque Kapmen.

"Aparenta ser una mujer muy digna."

Rashta refunfuño enfurecida al pensarlo.

"Pero en realidad es lo menos que es."

Pensaba que cuando estaba en el Imperio Oriental, Navier sedujo al Príncipe Heinley, y aquí volvió a seducir a Sovieshu. ¡Ahora incluso iba detrás del Gran Duque Kapmen! 

"Odiaba que el Gran Duque se enamorara de mí."

Rashta resopló.

Había personas así. Personas que querían ser el centro de atención en todas partes. A los ojos de Rashta, la emperatriz depuesta era una de esas personas.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que Rashta sacudiera la cabeza.

'En este momento no debo preocuparme por esas cosas.' 

Le parecía encantador que un hombre apuesto como el Gran Duque Kapmen estuviera detrás de ella, pero eso era todo.

'¿Ya no lo utilice para despertar los celos de Sovieshu?'

Rashta se levantó de la cama, dejando su almohada a un lado.

'Así es. Lo más importante ahora es lo que dijo el hermano de la emperatriz depuesta.'

Rashta se mordió las uñas, frunciendo el ceño.

'¿Cuál es el documento con mi nombre?'

Un documento que podría ser usado como una amenaza...

La respuesta no tardó en llegar a su mente.

'¡El documento de comercio de esclavos!'

***

Antes de que Rashta, que había terminado de reflexionar, visitara a Sovieshu. 

Sovieshu se adelantó, llamándola primero.

"Su Majestad, el Emperador quiere verla."

Rashta se levantó de su asiento con una sonrisa de que sabía que esto sucedería.

'Imagino que me está llamando porque está celoso.'

Trató de mostrarse calmada, pero al final no pudo soportarlo.

"Espera un momento."

Después de dirigirse al mensajero, Rashta se miró al espejo y se arregló la ropa.

"Vamos."

"Sí."

Cuando llegó a la habitación donde se hospedaba Sovieshu, el caballero le abrió la puerta. Mientras entraba, Rashta organizó sus ideas para hablar con Sovieshu.

'En primer lugar, necesitaré calmar a mi celoso marido...  Luego, le haré saber lo que dijo Koshar. Sovieshu se enojará tanto que se encargará de él.'

Sin embargo, lo primero que Rashta escuchó de Sovieshu fue una petición, no celos.

"Eres la emperatriz, cuida tus acciones."

Rashta se quedó momentáneamente desconcertada ante las palabras más severas de lo que esperaba.

Se devano los sesos, analizando las palabras de Sovieshu. Como resultado, llegó a la conclusión de que era otra forma de celos. La dignidad de la emperatriz era sólo una excusa, no quería que saliera con otros hombres.

Rashta se rió interiormente, y respondió dulcemente, 

"Por supuesto, Su Majestad."

Sin embargo, la expresión de Sovieshu se volvió más rígida ante su sonrisa radiante,

"No es una broma, Rashta."

"¿Eh?"

"Debido a la brecha de experiencia, no espero que estés a la altura de Navier. Pero al menos, ¿no deberías asegurarte de que las deficiencias no sean percibidas?"

"¿Qué deficiencias?"

Rashta preguntó, sintiendo que su orgullo fue herido.

Las palabras de Sovieshu eran demasiado ofensivas para ser dichas por celos.

"¿Tenías que hablar de esa manera al asistir a la boda nacional de otro país como invitada distinguida?" 

"Qué dijo Rashta."

"Mencionaste que Navier es infértil delante de todos." 

"Lo que dije es verdad." 

"Eso no es algo que se le dice a una pareja de recién casados, sea verdad o no. Además, podría haber escalado a un conflicto diplomático."

Navier, que amaba al Imperio Oriental, no permitiría que este incidente llegara tan lejos. Sovieshu estaba convencido de eso por su naturaleza. 

Aunque este incidente seguiría siendo una deshonra para el Imperio Oriental.

Rashta abrió los ojos completamente. La imagen de Sovieshu, buscando a Navier, volvió a su mente.

Sintió un dolor vertiginoso, como si un cuchillo fino hubiera atravesado su corazón.

"Su Majestad... ¿no le importa ni un poco lo que dijo en mi contra?"

Finalmente, Rashta preguntó al borde de las lágrimas.

Si escuchó sobre la infertilidad, pensó que también había escuchado lo que sucedió antes y después. 

¿Cómo pudo decir esto? ¡Debe ser obra de la emperatriz depuesta y su hermano!

"La emperatriz depuesta dijo que debería llamar hermana a la próxima concubina de Su Majestad. ¡Y su hermano me amenazó!"

"¿Te amenazó?" 

Preguntó Sovieshu, frunciendo el ceño.

"¿Cómo te amenazó?"

"Él..."

Rashta estaba a punto de contarle todo tal cual, pero terminó cerrando la boca.

La amenaza de Koshar se podía dividir en dos. Una era que sabía sobre su hijo oculto. La otra era que el documento de comercio de esclavos estaba en el Palacio del Imperio Oriental.

Ambas eran difíciles de decir. ¡Especialmente la de su hijo! 

Rashta, desconocía que Sovieshu sabía sobre su primer hijo, así que optó por hablar solamente sobre el documento de comercio de esclavos.

"El hermano de la emperatriz depuesta habló sobre un documento del pasado de Rashta."

"¿Sobre su pasado?"

"..."

"¿Todavía lo tiene?"

Esta vez, Sovieshu preguntó sorprendido. Por el bien del bebé que nacería, el asunto del pasado de Rashta debía ser tratado apropiadamente.

La desaparición del documento de comercio de esclavos que estuvo en manos del Vizconde Roteschu, lo había hecho sentir incómodo todo este tiempo...

Se sorprendió cuando Rashta lo mencionó.

"No lo sé. No dijo exactamente de qué documento se trataba... sólo mencionó que estaba en el palacio imperial."

Dijo Rashta, mientras Sovieshu estaba desconcertado por sus palabras. 

"¿En el Palacio Imperial?"

"Sí."

"Lo busqué, pero no pude encontrarlo."

Sovieshu murmuró.

En este punto, Rashta se dio cuenta de que el documento de comercio de esclavos en el que aparecía su nombre había venido de las manos del propio Vizconde Roteschu.

La amenaza de Koshar no eran simplemente palabras vacías, sino que ese documento estaba realmente vagando por algún lugar.

"¿Es cierto que perdió el documento?"

Preguntó Rashta, su cara se tornó pálida.

"¿Perdió el documento de comercio de esclavos de Rashta?"

"..."

"Dígame, Su Majestad, es asunto de Rashta."

Cuando Rashta lo agarró por el brazo y le suplicó, Sovieshu no tuvo más remedio que decírselo.

"Es cierto que Koshar tomó el documento del propio Vizconde Roteschu. Pero después el documento desapareció."

"¿No está en la casa? ¡En la casa de la emperatriz depuesta!"

"Busqué en cada rincón, pero no encontré nada. He buscado por todas partes."

Rashta se cubrió la cara con las manos.

¿Cómo pudo suceder esto? ¿Es posible que algún transeúnte haya encontrado el documento?

El palacio imperial era grande, muchas personas vivían y pasaban por allí. Incluso algunas partes del palacio estaban abiertas a los visitantes.

Sin embargo, el documento desapareció allí...

"¿Por qué, por qué no le dijiste a Rashta sobre eso?"

Incapaz de soportar el estrés, Rashta se agarró el vestido y gritó.

***

Heinley apareció a la hora del almuerzo, su cara estaba pálida.

"Lo siento, Reina. Recibí un informe de emergencia de la frontera."

"Está bien. Es normal estar ocupado con el trabajo."

Sonreí mientras hablaba tan calmadamente como pude.

Pero era extraño.

Heinley, que normalmente decía 'Reina esto y Reina aquello' con una sonrisa en los ojos. Hoy, estaba apretando y abriendo los puños repetidamente. Además, tampoco podía mantener su mirada fija en un solo lugar. 

"¿Heinley? ¿Estás bien?"

¿Realmente tuvo un efecto adverso debido a la cama de piedra de maná?

Cuando le pregunté con preocupación, Heinley cerró los ojos con fuerza.

Luego, dudó un poco antes de finalmente hablar,

"Incluso si piensas que es una excusa, es inevitable... creo que el Gran Duque Kapmen me hizo ingerir algo ayer."

"¿El Gran Duque Kapmen? ¿Te refieres a cuando fueron a hablar a solas?"

"Así es."

¿Qué le hizo ingerir?

"Por casualidad, ¿está relacionado con que te encerraras en tu habitación?"

Su actitud fue particularmente extraña ayer. 

Heinley subió solo y se encerró en su habitación.

Heinley tampoco respondió al instante esta vez. Eventualmente, se las arregló para abrir la boca.

"Sí, era una poción extraña. No sentí ningún encantamiento, ni nada venenoso. Después de beber eso, sentí como si tuviera una parálisis del sueño."

Incapaz de hablar más, Heinley bajo la mirada.

Al escucharlo, pude imaginar cuál era la poción que el Gran Duque Kapmen le había dado.

La poción de amor. 

Recordé la expresión de sufrimiento que tenía al mirarme desde la terraza en el día de la noche de bodas.

Puede que no haya sido capaz de controlarse... un ataque de locura.

La primera vez, le dio un puñetazo a Sovieshu, y ahora se aprovechó de la poción.

En cualquier caso, viendo lo nervioso que Heinley estaba, debió haber reaccionado ante alguien. 

Y ahora...

"Los efectos de la poción, ¿todavía los tienes?"

Pregunté, intentando parecer lo más calmada posible a pesar de que mi corazón se estremecía. 

El Gran Duque Kapmen había dicho que los efectos de la poción no duraban mucho tiempo. Sin importar cuánto tiempo fuera, no duraba más de una semana. 

Sin embargo, el propio Gran Duque Kapmen estaba sufriendo efectos secundarios, así que estaba preocupada.

Heinley y yo teníamos un matrimonio de conveniencia, sabía que algún día podría traer a alguien que realmente amara como concubina.

Pero no quería que fuera así. El Gran Duque Kapmen ha sufrido mucho desde que se enamoró de mí debido a la poción, no quería que Heinley pasara por lo mismo.

No, aparte de eso, ¿si Heinley de la nada me dejara por alguien más...?

¿De la nada?

¿De la nada?

¿Huh?

"No. Los efectos de la poción desaparecieron al amanecer. Por sí solos."

"Entonces, ¿por qué estás tan nervioso?"

"Tan pronto como me casé, miré hacia otro lado."

Heinley habló con dificultad, luego miró hacia la mesa con los puños apretados. 

Sus pupilas parecían temblar rápidamente, no mucho antes de que las comisuras de sus ojos se enrojecieran. 

"¿Heinley?"

Me sorprendió, ¿por qué iba a llorar así?

Desconcertada, me le acerqué y lo miré fijamente.

Sabía mejor que nadie lo fuerte que eran los efectos de la poción. Fueron suficiente para que Kapmen se enamorara perdidamente de mí.

A Heinley también lo afectó, pero no quería verlo sufrir por esto.

"Heinley, mírame. ¿Heinley?"

Después de llamarlo un par de veces, Heinley murmuró con una voz triste,

"Reina, no quería hacerte daño."

"Heinley."

"No quería ser como tu ex-esposo."

"Heinley..."

"Reina, estoy demasiado avergonzado para mirarte a los ojos."

"Heinley, no es tu culpa."

"Te amo, Reina."



"¡!"

"Te amo, te amo, pero en este momento no puedo soportar que me dejara arrastrar por una poción como esa."

"Uh... ¿Uh?"

Mientras intentaba consolar a Heinley, retiré mis manos confundida.

No entendía lo que acababa de decir.

¿Me ama? ¿Heinley? ¿A mí?

"¿No soy el tipo de hombre que te gusta?"

Las lágrimas parecieron acumularse en sus ojos a punto de derramarse por sus mejillas.

"No, no es eso..."

Murmuré a medias. 

Todavía era difícil de entender lo que decía.

¿Le gusto a Heinley?

¿Fui la primera persona que Heinley vio después de tomar la poción?

Esa es la razón por la que le gusto a Heinley... No, realmente en otras ocasiones también percibí indicios de eso.

Pero aún así, esto es...

"Parece que la poción sigue surtiendo efecto, Heinley."

"No, los efectos de la poción realmente desaparecieron al amanecer."

"Pero no es posible que me ames."

Me levanté apresuradamente.

"Reina."

Heinley extendió su mano y agarró ligeramente el borde de mi vestido, mirando hacia arriba como un animal justo antes de ser abandonado.

Acaricié su cabello y suavemente retiré su mano.

"Pareces un poco emocionado ahora mismo, primero cálmate."

"No hago esto porque esté emocionado... No, por supuesto que estoy emocionado. Pero no es debido a la poción."

Heinley me miró patéticamente.

Si me fuera así, Heinley probablemente lo malinterpretaría y pensaría que me había enojado con él. 

Repetí, sosteniendo sus mejillas con mis manos.

"Por ahora, cálmate."

"Reina..."

"No estoy enojada."

Cubriendo sus mejillas con mis manos, le dije repetidamente que estaba bien.

Aún no aliviado, Heinley enterró su cabeza en mi vestido.

***

Le tomó casi dos horas apenas calmarse.

Sin embargo, no se acercaba tan atrevidamente como de costumbre, sino que me miraba tímidamente a los ojos.

Verlo fue desgarrador. Al mismo tiempo, estaba enojada con el Gran Duque Kapmen.

Después de todo lo que ha sufrido por su propia poción, ¿cómo se le ocurre dársela a Heinley?

"Pensaba que estabas sufriendo los efectos secundarios de la cama de piedra de maná."

"No, no hay ningún problema con eso."

"¿Estás seguro?"

"Por supuesto."

Más tarde almorzamos juntos, y sólo entonces pude conocer por qué Heinley había recibido informes de emergencia de las afueras dos días seguidos.

"Hemos recibido informes de que los bandidos 'Mil Eternos' están expandiendo su presencia."

"¿Vienen hacia aquí?"

"En lugar de apuntar sólo a nosotros, parece que están aumentando su escala general."

'Mil Eternos' era un nombre que había escuchado muchas veces desde que estaba en el Imperio Oriental.

Cuando mi hermano estaba en la frontera, a menudo luchaba con esos bandidos.

¿También venían hacia aquí?

"No es mala idea estar preparado para lidiar con ellos, así que estamos inspeccionando las líneas defensivas."

"Mi hermano puede ayudar contra los bandidos 'Mil Eternos'."

Aunque no fuera su responsabilidad, era un experto en las artes marciales que incluso luchaba como pasatiempo. 

Omití esto último porque no era necesario mencionarlo.

Ante mi recomendación, Heinley sonrió torpemente.

"De hecho, Sir April hizo la misma recomendación."

***


Después de que Heinley se estabilizó hasta cierto punto. Fui a visitar al Gran Duque Kapmen. 

La extraña forma en que actuó Rashta al verlo esta mañana seguramente tenía alguna relación con la poción.

De lo contrario, Rashta no habría mirado tan desconcertada al Gran Duque Kapmen. Si estaba allí porque quería acercarse a él, habría tratado de quedarse sonriendo lo más hermosamente posible.

Fui al lugar donde se alojaba el Gran Duque Kapmen y llamé a la puerta. Después de una breve espera, la puerta se abrió y el Gran Duque Kapmen apareció.

Estaba vestido tan elegantemente como de costumbre.

Su tez estaba pálida, pero aún así se veía relativamente bien.

"Su Majestad."

Cuando nuestros ojos se encontraron, el Gran Duque de Kapmen me llamó en voz baja.

No había fuerza en su mirada. ¿Se sentía mal?

En otro escenario, me habría ido y hablaría con él cuando se encontrara mejor. Pero...

Eso fue demasiado. Recordé cómo se había sentido Heinley por la breve aparición de los efectos de la poción.

Sólo se quedaría por un tiempo más, por el bien del acuerdo comercial. Lamentaba si ahora no se sentía bien, pero tenía que aprovechar este momento para dejárselo claro.

Sin embargo, antes de que pudiera hablar.

"Lo siento."

El Gran Duque Kapmen se disculpó primero, bajando la mirada.

"... ¿Sabes por qué estoy enojada?"

Cuando le pregunté fríamente, asintió impotente.

Me puse una mano en la cintura y lo miré con la expresión más severa que pude.

"Estoy muy, muy decepcionada."

Dije fríamente, y su cabeza se inclinó aún más.

Antes de continuar, pensé por un momento sobre qué decir,

¿Enfatizó que estoy decepcionada? ¿O digo que no sabía que era este tipo de persona? ¿También puedo decirle que es de lo peor? ¿O lo culpó por intentar lastimarme de la misma manera que cuando sufrí por Sovieshu?

A medida que las palabras aparecían y desaparecían de mi mente, el rostro del Gran Duque Kapmen se oscurecía. 

Era como si pudiera escuchar los insultos que pronunciaba en mi interior.

¿Tenía miedo de lo que fuera a decir?

Después de pensarlo un poco, encontré las palabras adecuadas.

"Haz como si no me conocieras de ahora en adelante, a menos que sea por trabajo."

"¡Su Majestad!"

Sé que aún no ha conseguido contrarrestar los efectos de la poción y que estaba sufriendo mucho por eso. Sin embargo, debido al asunto del acuerdo comercial con Luipt, Kapmen aún tenía que quedarse aquí.

Así que debía dejárselo claro, para que no volviera a suceder algo igual.

Como era de esperar, el Gran Duque Kapmen, sorprendido por mis palabras, agarró el marco de la puerta con tanta fuerza que se rompió.

Sus párpados temblaban, y sus ojos se veían más oscuros que de costumbre. Sin embargo, no me retracté de mis palabras.

Se mordió los labios con fuerza y cerró los ojos.

Luego, después de un tiempo, dijo algo inesperado,

"¿Por qué no piensas ni dices nada?"

En ese momento, me sorprendió tanto que mis ojos se tensaron.

¿Cómo lo supo? ¿Es una coincidencia?

"¿Cómo lo supo? ¿Es una coincidencia?"

Sus siguientes palabras fueron exactamente las mismas que... mis pensamientos. 

Cuando di un paso atrás, desconcertada, dijo apresuradamente.

"No soy un monstruo."

"¡!"

Mirándolo a los ojos, me di cuenta que su expresión estaba teñida de miedo y mi expresión reflejada en sus oscuras pupilas era similar.

El Gran Duque Kapmen me miró atónito por un momento.

¿Por qué está actuando así?

Mientras lo pensaba, sacudí la cabeza rápidamente, sintiéndome incómoda.

No puedo creer que sea capaz de leer la mente de otras personas. 

¡¿Cómo podría tener esa habilidad?!

Se me puso la piel de gallina.

En lugar de ser maravilloso, provocaría que las personas se sintieran incómodas y no quisieran acercarse a él.

Nadie en este mundo querría que sus verdaderos pensamientos se conocieran.

¿Me lo hizo saber intencionadamente?

Mientras nuestros ojos se cruzaban, el Gran Duque Kapmen lo reconoció con una voz apagada,

"Es mi habilidad, pero también es mi debilidad."

"..."

"Ahora lo sabes. Así que si vuelve a ocurrir algo igual, incluso si se lo haces saber a todo el mundo, lo aceptaré."

Después de decir eso, el Gran Duque dio un paso atrás, diciendo,

"Incluso si lo haces público ahora... lo aceptaré."

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