LESVAC 109

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La Emperatriz se volvió a casar 109

Apuesto



Heinley ha estado un poco extraño desde que asistimos a la boda. Parecía no tener ánimos...

De camino a la boda, había disfrutado del tiempo que pasamos en el carruaje. Sin embargo, en el camino de vuelta, se veía absolutamente deprimido. Aunque estábamos en el mismo carruaje, intentaba no mirarme a los ojos.

Estaba preocupada, así que le pregunté qué ocurría, pero no hubo respuesta.

Sólo tomaba mi mano ocasionalmente, y en un momento dado me preguntó.

"Estarás a mi lado, ¿verdad?"

"¿Por qué dices algo tan obvio?"

Cuando le pregunté con una sonrisa, puso en silencio su mejilla sobre mi mano, cerrando los ojos.

Incluso algunas veces besaba suavemente mi mano.

"¿Heinley?"

Era adorable, pero hacía cosquillas. En ese momento, me hizo una pregunta similar a la anterior.

"Eres mi esposa, ¿verdad?"

¿Por qué dice cosas tan obvias?

Pensé que era porque estaba cansado en el camino de vuelta. Sin embargo, después de regresar al Reino Occidental, el estado de ánimo de Heinley seguía siendo similar.

Incluso cuando venía a visitarme a mi habitación, caminaba de un lado a otro ansiosamente y gruñía como si quisiera decir algo, pero no podía.

Además, seguía sin responder cuando le preguntaba qué ocurría.

Esto sucedió repetidamente durante varios días, hasta que decidí dar un paso al frente y animar a Heinley.

Evidentemente sus sentimientos habían sido heridos de muchas formas en el Imperio Oriental.

Él fue al Imperio Oriental por mí, así que quería hacerlo sentir mejor.

Pero qué debería hacer... ¿Cómo podría animar nuevamente al deprimido Heinley?

Estuve luchando con este problema durante un tiempo.

Mientras seguía pensando, inconscientemente me fijé en Rose que estaba tejiendo.

Una madeja de lana suave amarilla y agujas...

Cuando vi esas dos cosas, tuve una buena idea.

¡Ropa! Puedo hacer ropa para él.

***

Heinley estaba sentado peligrosamente en el alféizar de su ventana, mirando al cielo.

Había un montón de papeles apilados en su escritorio en los que debía trabajar, pero ahora incluso eso estaba fuera de su vista.

El día de la última recepción de boda se repetía angustiosamente en su cabeza hasta el punto que se sentía al borde de la locura.

— Vuelve.

— No quiero que seas la esposa de otro hombre.

— Somos marido y mujer, Navier.

¿Qué respondió Reina a semejantes disparates? Ojalá hubiera podido escucharlo todo a hurtadillas.

La voz de Reina era tan calmada y baja que no pude oír bien que le contestó. Sin embargo, creo que lo rechazó porque escuché al Emperador Sovieshu exclamar, '¡Navier!' incómodamente...

Aún así, su ansiedad no desapareció. Se había enterado que Reina y el Emperador Sovieshu habían crecido juntos desde la infancia.

Alguna vez fueron tan cercanos como hermanos.

¿Y si los sentimientos de Reina hacía Sovieshu eran de amor-odio?

¿Y si quería darle otra oportunidad?

Heinley inclinaba levemente la cabeza hacia un lado mientras pensaba en todas las cosas malas que podrían pasar.

Incluso pensó que Reina vendría a verlo en cualquier momento y sacaría a relucir el tema, diciéndole, 'Lo lamento, pero...'

Fue entonces.

"Su Majestad."

Un caballero entró y le informó que Rose, la dama de compañía de Navier, estaba aquí. Una vez que Rose entró y se inclinó cortésmente, Heinley preguntó.

"¿Qué ocurre?"

"Su Majestad la Reina tiene algo especial que darle, dijo que fuera a visitarla cuando tuviera tiempo."

Los ojos de Heinley se abrieron de par en par.

"¿Qué quiere darme?"

"Sólo puedo decir que es algo hecho por ella misma. Su Majestad, debería bajar del alféizar. Es peligroso."

¿Es un platillo...? No es una notificación de divorcio, ¿verdad?

La inquietud y la expectativa surgieron en su interior al mismo tiempo.

Heinley se apresuró a bajar del alféizar de la ventana.

***

Heinley vino en menos de cinco minutos después de que Rose regresara.

"Dije que vinieras cuando tuvieras tiempo."

Cuando lo regañé con una risa entre dientes, Heinley se excusó y sonrió como si estuviera avergonzado.

"Casualmente me había tomado un descanso."

En ese momento, mis damas de compañía salieron rápidamente de la habitación, entonces Heinley me preguntó con un brillo en sus ojos.

"Escuché que querías darme algo. ¿Qué es?"

¿Seguro que vino durante su descanso? Observando su expresión, parecía haber venido corriendo porque tenía curiosidad de saber cuál era el regalo.

Su actitud llena de expectativas me hizo reír.

Su anterior apariencia deprimida ciertamente había disminuido un poco.

Rápidamente fui al cajón, saqué una caja de regalo envuelta y se la entregué.

"Es pequeño."

Heinley murmuró sobre el regalo que le entregué, dando vueltas a la caja. Supongo que tenía curiosidad por lo que había dentro.

"Ábrela."

Le dije con una sonrisa, Heinley me miró y tiró del extremo de la cinta.

La caja se reveló por completo cuando la cinta que ataba cuidadosamente la envoltura cayó.

Heinley abrió rápidamente la tapa de la caja. Como si estuviera impaciente por ver qué era.

"... ¿qué te parece?"

Le pregunté mientras miraba el regalo asombrado. Estaba ligeramente boquiabierto.

Luego metió la mano en la caja, sacó el regalo que le di y lo levantó un poco.

"¿Qué te parece?"

Le pregunté nuevamente.

En la caja estaba la ropa que había tejido para 'Reina'.

Le había dicho anteriormente que si volvía a aparecer delante de mí en forma de 'Reina', lo vestiría.

De repente, cuando vi a Rose tejiendo, recordé esas palabras y se me ocurrió hacerle una ropa.

Aunque en su momento lo dije como un castigo, a Heinley parecía gustarle mucho...

"Es precioso. ¿Lo hiciste para que lo use cuando me convierta en pájaro?"

Heinley estalló en risas mientras miraba la ropa como si fuera de bebé.

Como esperaba. Se veía muy contento. La oscuridad de los últimos días se desvaneció, y su rostro se volvió brillante una vez más.

Es un alivio. Su estado de ánimo era mucho mejor.

Miré a Heinley y le hice una propuesta.

"Si te conviertes en Reina, te vestiré."

Heinley se sobresaltó y me miró con ojos de, '¿Lo dices en serio?'

Para mostrar que hablaba en serio, me senté en el sofá y me di unas suaves palmadas en las rodillas.

Tan pronto como lo hice, Heinley desapareció, y vi algo retorciéndose entre sus ropas.

Reina salió a través de sus ropas y se apresuró hacia mí.

Se acercó al frente del sofá y miró hacia arriba, lo levanté y lo puse en mi regazo. Como en los viejos tiempos.

Sus ojos se agrandaron y temblaban.

Fingiendo no darme cuenta, agarré la ropa tejida y se la puse a Reina.

"Adorable."

Remarried Empress - Chapter 216

Después de terminar de vestirlo, le canté una canción mientras acariciaba su cabeza.

Canté en voz baja, tarareando.

Parecía sentirse tan a gusto que sus ojos se fueron estrechando gradualmente mientras cantaba, hasta que finalmente se cerraron por completo.

Mirando hacia abajo luego de terminar la canción, vi a Reina completamente dormido.

Su pecho subía y bajaba de forma constante, sus párpados temblaban ocasionalmente como si estuviera soñando.

"Es verdaderamente adorable."

Lo miré y lo besé suavemente en la frente.

* * *

'¿Es bipolar?'

Heinley, quien había estado deprimido toda la mañana, sonrió durante toda la tarde.

McKenna miró suspicazmente a su señor.

No sólo estaba sonriendo, sino que se reía mientras se tocaba la frente.

De camino a la sala de conferencias, miró fijamente un pilar, de repente su rostro se reflejó en el mismo y dijo, "Soy adorable."

McKenna miró ansiosamente a Heinley.

Es mejor soñar despierto que andar deprimido.

Heinley, siempre había mantenido una actitud de absoluta confianza en sí mismo, por eso le preocupaba que sus sentimientos fueran ahora tan inestables.

En ese momento.

Heinley, que caminaba entusiasmado, se detuvo abruptamente y se cubrió la boca con una mano. Luego miró a la nada con ojos serios y profundos, frunciendo el ceño.

Parecía sorprendido por haberse dado cuenta de algo tardíamente.

"¿Su Majestad? ¿Qué sucede?"

McKenna preguntó extrañado, Heinley miró a su alrededor y finalmente susurró,

"Si me caso pronto..."

Pero, incapaz de decirlo, Heinley cerró la boca.

"¿Su Majestad?"

¿Qué pasa si se casa pronto?

McKenna tenía curiosidad por el resto, así que preguntó.

"¿Qué ibas a decir?"

Sin embargo, Heinley se quedó en silencio, sin responder.

McKenna preguntó repetidamente, "¿Su Majestad? ¿Su Majestad?" Sólo entonces Heinley preguntó con preocupación,

"McKenna. ¿Cómo es mi imagen?"

"¿Su Majestad? Su Majestad puede no parecerlo, pero es inteligente, puede no parecerlo, pero es honorable, puede no parecerlo, pero es puro..."

"No la imagen que tú ves. La imagen pública."

"No eres inteligente, no eres honorable, ni tampoco eres puro."

Heinley suspiró, sacudió la cabeza y volvió a caminar por el pasillo. 

No parecía querer este tipo de esta respuesta. De hecho, no era la respuesta que quería.

En realidad, lo que quería preguntar era sobre la primera noche después de la boda.

Después de esa noche, los próximos encuentros tendrían lugar considerando los deseos de cada uno, pero la noche de bodas se llevaría a cabo independientemente de eso.

No dijo nada, pero de sólo pensar en ese día, su corazón latía cada vez más rápido.

Se sentía tan bien tocar a la persona que amas. ¿Qué sentiría cuando realmente la tuviera entre mis brazos?

Ni siquiera podía imaginárselo.

Pero de repente un pensamiento le vino a la mente.

Él… Él no tenía experiencia en ‘eso’.

El problema era su imagen de playboy.

Aunque no parecía pensar que era tan promiscuo como los demás, incluso Navier creía hasta cierto punto que Heinley era un playboy.

¿No creería que soy bueno en todo esto si era un playboy?

Por supuesto, estaba seguro de hacerlo bien una vez que aprendiera y se familiarizara.

Pero si no puedo hacerlo bien en la noche de bodas, ¿habrá una segunda noche?

Heinley quería ser el hombre perfecto para Navier.

"¿Su Majestad?"

McKenna preguntó de nuevo con una expresión firme, estaba realmente preocupado.

Heinley agitó sus manos para indicar que estaba bien, y luego cambió de tema.

"¿Cuándo llegarán todos de la Gira de los Caballeros?"

No creo que estuviera pensando en eso. McKenna pensó y respondió sin problemas,

"Es un largo camino, pero llegarán hoy."

"Mañana se debe celebrar la ceremonia de bienvenida."

"Sí. Ah, ¿debo decirle a la Reina que prepare un pañuelo?"

***

"¿Un pañuelo?"

McKenna vino a visitarme y me dijo que debía preparar un pañuelo.

"Sí, todos los caballeros que participaron en la 'Gira de los Caballeros' llegarán hoy."

"Habrá un evento."

"Así es. Para ser precisos, hoy se reunirán a las afueras de la capital, y mañana partirán desde allí hasta el palacio real con el traje ceremonial correspondiente. Muchas personas suelen venir a verlos."

"Ah."

"Una vez que terminan el desfile, cada dama coloca un pañuelo en el bolsillo de su caballero. Creo que lo mejor sería que Su Majestad la Reina se nos uniera en ese momento."

Sin embargo, pensando en el silencio que recibí en el Imperio Oriental, me preocupaba un poco.

"No necesita preocuparse demasiado, Su Majestad."

Como si supiera lo que estaba pensando, McKenna sonrió gentilmente y me tranquilizó,

"Sir Koshar es uno de los caballeros más populares de esta gira."

***

A la mañana siguiente.

Me puse un vestido tan formal que se veía rígido, y me recogí el cabello en un elegante moño sin dejar ni un pelo suelto.

No era una fiesta, pero hoy me encontraría no sólo con los caballeros que participaron en la gira, sino también con las jóvenes damas y mujeres de la nobleza relacionadas con ellos.

No íbamos a cenar juntas, pero nos saludaríamos mientras esperamos a que llegaran los caballeros del desfile.

Todavía no estaba firmemente arraigada en la alta sociedad, así que definitivamente no iba a menospreciar la ocasión.

Después de mirarme en el espejo varias veces para asegurarme de que me veía bien, me subí al carruaje y salí a las puertas del palacio a la hora prevista.

Heinley había salido antes que yo, así que sólo Rose, Mastas y los Caballeros Transnacionales me siguieron.

Al bajar del carruaje, las nobles que habían llegado primero me saludaron cortésmente.

"Es un honor ver a Su Majestad la Reina."

"Saludos a Su Majestad la Reina."

Como no teníamos una relación cercana, cuando terminaron los saludos, no podían dirigirse a mí primero, así que simplemente me miraron en silencio.

Cuando uno está con alguien que no es cercano, se supone que la persona con el estatus más alto es quien inicia la conversación.

Pero en lugar de hablar con ellas, le pregunté a Rose.

"¿Cuándo comenzará?"

"Está a punto de comenzar, Su Majestad."

Tan pronto como terminó de hablar, se escuchó el sonido de un cuerno en la distancia. Sin embargo, como no podían verse las puertas de la capital desde aquí, una vez que el sonido se desvaneció, todo volvió a la calma.

Hubo un silencio incómodo por un momento. Pero no mucho después, fuertes vítores comenzaron a oírse a lo lejos.

Los caballeros parecían estar viniendo hacia aquí. Sentía como la ovación se acercaba cada vez más.

Podía escuchar nombres ocasionalmente, pero debido a los fuertes vítores, las voces estaban tan mezcladas que era difícil de entender.

Los vítores se hicieron cada vez más fuertes, como las olas del mar.

Finalmente los caballeros también podían verse desde aquí.

Venían a caballo en filas de tres.

La gente los ovacionaba y rociaba sobre ellos pétalos de flores de sus cestas.

Sorprendentemente, mi hermano era uno de los tres de la primera fila.

Y, contrariamente a las preocupaciones, nadie lo ignoró.

También pude escuchar a algunas personas gritar, "Koshar."

Mientras observaba con asombro, Mastas me dijo desde un costado.

"Los tres hombres más populares están en la primera fila, Su Majestad. Luego, los tres siguientes. Después de eso, es sólo por orden de llegada."

Mi hermano sonreía y saludaba a los presentes, como si se sintiera incómodo por esto.

Antes la vista, mi nariz se hinchó. Estaba orgullosa y conmovida a la vez.

Eventualmente, los caballeros se detuvieron disciplinadamente al acercarse a nosotros, y ante la señal de McKenna, desmontaron sus caballos.

Entre esos caballeros estaba mi hermano.

Mi hermano dio unos pasos hacia delante y sonrió mientras me miraba en silencio.

Pensé que iríamos juntas a colocar los pañuelos, o en fila. Sin embargo, mientras mi hermano seguía avanzado, nadie más se movía.

'¿Tengo que ser la primera en colocarlo?'

Mirando a Heinley, me guiñó un ojo y asintió. Entonces, saqué mi pañuelo y me acerqué a mi hermano.

De repente me di cuenta que en la segunda fila estaba Sir April, el hermano de Mastas.

Después de asentir levemente hacia él en señal de saludo, coloque el pañuelo en el bolsillo delantero del traje ceremonial de mi hermano como si fuera un accesorio.

***

El tiempo que tuve para ver a mi hermano por primera vez en mucho tiempo fue corto. Después de regresar de la gira, los caballeros participantes debían informar de los detalles en la sala de conferencias.

Me alivió verlo incómodo y avergonzado, pero adaptándose bien.

Ojalá mi hermano pudiera deshacerse de la mala reputación que tenía en el Imperio Oriental, poco a poco...

Esa noche, visité el templo y oré brevemente.

Pero al día siguiente.

Me sorprendió saber que la imagen de mi hermano era mucho mejor de lo que pensaba.

"¿Qué es esto?"

Alrededor del mediodía, Rose había traído un montón de cartas. Estas cartas provenían de remitentes de diferentes familias.

Al abrir una para leerla, el contenido era simple pero amigable.

Fue lo mismo con otras cartas.

¿Por qué de repente enviaron estas cartas?

Cuando miré a Rose desconcertada, ella dijo mientras miraba a Mastas,

"Las jóvenes damas de la ceremonia de bienvenida de ayer deben haberse enamorado de Sir Koshar."

¿De mi hermano?

"¿En serio?"

Le pregunté para que me contara más sobre eso, Rose dijo, mirando de nuevo a Mastas.

"Sir Koshar es tan hermoso como un cuadro. Ha hecho una gran actuación esta vez, así que estoy segura que a los ojos de las jóvenes damas es maravilloso."

Mastas añadió emocionada, sin darse cuenta que Rose la estaba mirando.

"Además, es el sucesor de una familia influyente del Imperio Oriental y el único hermano de la Reina."

"Sí..."

Cuando asentí avergonzada, las dos me miraron de forma extraña.

"¿No es siempre así?"

"Sir Koshar debe ser popular en el Imperio Oriental también, ¿verdad?"

No, en absoluto.

Mi hermano tenía una mala reputación. Desde los siete años, la popularidad de mi hermano había caído en picada.

Sin embargo, era imposible que ellas y las jóvenes damas no supieran de los rumores de mi hermano.

Dado que en el Reino Occidental no se originaron los rumores sobre mi hermano, ¿eran considerados exagerados aquí?

Tal vez.

Y al día siguiente.

Recibí más cartas que ayer, lo cual confirmó mis sospechas.

Las personas del Reino Occidental pensaban que su mala reputación era exagerada.

Al principio, esta situación era incómoda.

Pero pensándolo bien, parecía algo bastante bueno.

Quizá Nian y mi hermano serían capaces de hacer un lugar para mí en la alta sociedad sin la ayuda de Mullaney...

Unir fuerzas con Mullaney sería una forma fácil de encajar en la alta sociedad del Reino Occidental. Sin embargo, si tomaba este camino perdería a la otra mitad que apoyaba a Christa, lo cual no era bueno a largo plazo.

No tengo que agradarle a todo el mundo, pero tampoco hay necesidad de convertir a la mitad de la alta sociedad en enemigos al mismo tiempo.

Aunque debía ser cuidadosa en la selección de mis ayudantes cercanos, si se trataba de una amistad moderada, no me importaría acercarme un poco a Christa.

Por ahora, iré a ver a Christa de nuevo.

¿Hay la más mínima posibilidad de que nos acerquemos? Habiendo tomado una decisión, me cambié de ropa y dejé el anexo.

Mientras caminaba por el pasillo, vi carruajes extranjeros y gente yendo al palacio principal.

Los patrones de los carruajes me resultaban familiar.

¿Parecen carruajes de Luipt?

Tan pronto como lo pensé, vi al Gran Duque Kapmen.

Aceptó la invitación.

El Gran Duque Kapmen, que caminaba tranquilamente con una expresión grave, giró la cabeza hacia este lado.

¿Sintió mi mirada?

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