LVVDV 2

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La Villana Vive Dos Veces  2

Cuando La Caza Termina, El Perro Es Hervido (2)


Artizea era muy consciente de sus actos malvados.

Por lo tanto, ella no pensaba en ser reconocida como una buena persona o ser perdonada.

Pero solo una vez, le preguntó a la Santa Licia.

「¿No me odias? 」

Fue una pregunta que hizo pensando que ella naturalmente estaría resentida.

Sin embargo, Licia sonrió brillantemente con su cara demacrada.

「¿Te sentirías mejor si te odiara? ¿Eso haría que te sentirías menos culpable? 」

「...」

「¿Qué puedo hacer? Ya te he perdonado. 」

Licia dijo con sus labios blancos y pálidos.

Licia era una santa.

Artizea la había amenazado y forzado a casarse con Lawrence.

Porque la influencia y el simbolismo de la santa eran necesarios para compensar la falta de legitimidad.
Toda la nación se alegró al escuchar que la santa se convertiría en la princesa heredera.

Un tiempo después, durante la coronación de Lawrence, las flores ofrecidas  por los ciudadanos a la emperatriz se apilaron como montañas alrededor de las paredes del palacio.

El imperio cubrió su cuerpo con oro y pieles, y extendió seda bajo sus pies.

Una mujer nacida en una pobre baronía en las fronteras del norte se convirtió en una persona capaz de gozar de todos los lujos del mundo.

Sin embargo, se veía lamentable en comparación a cuando asistía a eventos en los círculos sociales sin una sola joya, o cuando recorría regiones endémicas con enfermedades infecciosas, utilizando ropa desgastada que no podía detener el viento frío.

Su hermoso cabello rubio había perdido su brillo y estaba seco, y su piel clara pero viva se atenuó. Sus gruesos labios rojos se volvieron pálidos y agrietados.

Lawrence siempre había sido una persona con tendencias abusivas. Además, actualmente era sensible con el tema de su legitimidad al trono.

La combinación de ambos originó un sentimiento de inferioridad y odio hacia la aclamada emperatriz. 
Artizea trató de proteger a Licia de Lawrence.

Ella fue quien la arrastró a este infierno, así que al menos quería protegerla.  Y se juró a si misma hacerlo.

Sin embargo, lo único que Artizea pudo hacer fue, en el mejor de los casos, evitar que él la agrediera delante de ella. Pero no podía impedir lo que pasaba en el dormitorio.

Licia se fue marchitando, aislada y abusada en una prisión decorada con piezas de oro del sur.

El poder sagrado de Licia era lo suficientemente poderoso como para salvar de la muerte a una persona moribunda. Pero era inútil en contra de su propia enfermedad.

Aun así, Licia le sonrió a Artizea mientras la miraba.

「Tia, soy una persona mucho, mucho más fuerte de lo que crees. 」

「Su Majestad ...」

「A pesar de todo lo que me has hecho o la razón por la cual lo hiciste, al final fui yo quien decidió casarse con Su Majestad Lawrence. Así que no es tu culpa que yo esté aquí, sino mía. 」

Licia dijo en voz baja.

「Y sé lo duro que ha sido para ti sobrevivir hasta ahora. Aunque eso no justifica el hecho de que hagas daño a otros... He decidido perdonarte. 」

「… 」

「Así que puedes quitarte mi peso de la gran carga que llevas sobre tus hombros, Tia. 」

Era Licia la que se estaba muriendo.

No obstante, parecía más bien que Licia estaba consolando a Artizea, ella levantó la mano y le tocó la mejilla.

「Gracias por venir a verme. Eres la única que realmente se preocupaba por mí en este palacio, excepto por las criadas y las damas de compañía. 」

「Eso no es cierto. Incluso ahora, muchos ciudadanos, fuera del palacio, están rezando de rodillas. 」

「Esas personas solo conocen a la Santa Emperatriz, no a mí. 」

Después de que Artizea dijo eso, Licia preguntó dudosamente.

「Tia, ¿puedes tomarme la mano? 」

「Sí... 」

「Pensé que tendría miedo cuando llegara el momento de mi muerte. Pero estoy mejor de lo que pensaba. ¿Es porque voy a estar en los brazos de Dios? 」

「Pronto podrás levantarte. 」

Aunque ella sabía que eso no sucedería, Artizea no podía decírselo.

Licia dijo con una sonrisa.

「¿Puedo pedirte un favor? 」

「Incluso si me pides que te traiga el corazón de un dragón de hielo, te lo traeré .」

「No exactamente. Aunque... espero que esto tampoco suceda, si alguna vez llegaras a encontrarte con Cedric...」

「Sí… 」

「Dile que Licia vivió sin arrepentimientos. 」

「Lo haré, te lo prometo. 」

Artizea se lo prometió. Entonces Licia sostuvo su mano con fuerza.

「Lo siento. No pude salvarte… 」

「Yo… alguien como yo… 」

「Si existe otro mundo en el que se pueda vivir una vez más,me gustaría que me llamaras simplemente Licia. 」

Esas fueron sus últimas palabras.

Click, Clack

El sonido de alguien bajando los escalones de piedra hizo que Artizea recobrara el sentido. 

Ella no podía decir claramente si había estado soñando o si simplemente había estado pensando en Licia.

'¿Cuánto tiempo ha pasado desde que fui encerrada en este calabozo?'

No había ninguna ventana lateral con rejas.

Así que ni siquiera podía ver cuando el sol salía y se ponía.

Artizea casi había perdido la noción del tiempo. 

Una vez al día un carcelero le traía comida.

Pero tal y como ella estaba ahora, eso no era suficiente para que pudiera determinar cuántos días habían pasado. 

En los primeros días, estaba inconsciente debido a las heridas de la tortura.

Ahora, el sangrado se detuvo y las heridas se curaron un poco, pero las secuelas causaron un dolor severo.

Sentía que sus hombros estaban a punto de desgarrarse, y la parte inferior de su cuerpo ensangrentada estaba magullada.

Ella tenía frío, pero no sabía si era porque la prisión estaba fría o porque su sangre no circulaba correctamente en su cuerpo.

"Te lo mereces. Perra malvada."

"Uggh..."

En lugar de hacer un esfuerzo por hablar, Artizea se mantuvo en silencio.

Había más de una persona en el mundo que quería destruir a Artizea hasta matarla.

Entre ellas, Venia sería capaz de vender su alma al diablo si pudiera pararse en primera fila.

Venia era la criada de Licia.

Artizea fue quien devastó el pueblo en el que vivía la familia de Venia. Hubo una epidemia en la zona.

Fue Licia quien salvó a Venia de la muerte, después de que ella perdiera a toda su familia. Desde entonces, Venia dedicó su vida a servir a Licia.

Todos los seres queridos de Venia murieron por culpa de Artizea. Es natural que Venia la odie.

Al ver que Artizea la estaba mirando fijamente en silencio, Venia rechinó los dientes y estalló.

"Sí, sé que no tienes lengua. Ahora no podrás esparcir tu veneno con tus palabras."

"......"

"Tal como estas ahora, quien podría imaginar que alguna vez fuiste la gran conspiradora del emperador.”

*Bofetada*

Venia abofeteó a Artizea con todas sus fuerzas.

"Es una pena que te hayan cortado todas las extremidades y la lengua, ahora no tengo nada que cortar."

*Bofetada*

"Eres una basura. ¿Ahora me miras con ojos de lástima?"

Artizea cerró los ojos.

Venia tenía razón. Artizea no tenía derecho a sentir lástima por Venia. 

Venia estuvo a la altura de su lealtad.

Mientras Licia estaba viva, e incluso después de su muerte.

Tras la muerte de Licia, ella halagó a la nueva emperatriz y soporto todo tipo de cosas para poder permanecer en el palacio imperial, con el único objetivo de vengarse de Artizea y Lawrence algún día.

Venia la abofeteó en las mejillas unas cuantas veces más.

Ahora, a Artizea solo le quedaban unas pocas muelas. Además, la sangre se derramaba de su boca debido a las muchas heridas que tenía.

Venia sacó un pañuelo y se limpió la sangre de la mano. Luego desató a Artizea de los grilletes que la ataban.

'¿Por qué...?'

Artizea pensó que era extraño.

Venia dijo con calma.

"Son órdenes de Cedric, aunque yo ni siquiera estaría conforme con hacerte pedazos mil veces aquí. Probablemente él quiere ejecutarte con sus propias manos como venganza por las personas que tú has matado."

'No puede ser'.

Artizea conocía mucho mejor al Gran Duque Cedric Evron que Venia.

Era un hombre honesto y justo, sin importar la razón, no iría tan lejos para acabar con una mujer que ya había caído y había sido torturada.

Además, si escapaba del calabozo, Venia no podría volver. El Palacio Imperial no es un lugar tan verde. 

Pronto se descubriría el hecho de que Venia fue quien bajó con la llave y la sacó.

Venia era un subordinado y espía de Cedric Evron que servía a la emperatriz.

No hay forma de que desperdiciara una pieza de ajedrez tan importante como esta. Al menos no en Artizea.

Y tal vez Cedric Evron dio esta orden por otra razón.

Probablemente, no es porque quisiera ejecutar públicamente a una conspiradora sin lengua, sino porque quería salvar a la criada de su amada Licia.

Venia no estaría dispuesta a dejar este lugar voluntariamente sin una razón.

Sin embargo, Venia no lo pensó tan a fondo.

Luego de liberar a Artizea, se quitó la capa y la cubrió.

Después de meses de tortura y la pérdida de sus extremidades, Venia podía fácilmente levantar y llevar el cuerpo por sí sola.

Artizea fue sacada del palacio imperial en un carro de lavandería.

La constante sacudida causó que la fiebre se elevara en su ya debilitado cuerpo.

A mitad de camino, su conciencia se volvió a nublar.

Artizea sabía que estaba siendo transportada, pero no sabía cómo. 

Cuando recuperó la conciencia, estaba en una tienda de campaña. Sus extremidades cortadas habían sido envueltas en un vendaje limpio. 

La cara del anciano que la estaba cuidando le resultaba familiar. Era el mayordomo del Gran Duque Evron.

"Has despertado."

A pesar de ser enemigo, el mayordomo le habló educadamente.

"Lo mejor será que comas algo, si es que puedes."

Artizea parpadeó y sacudió la cabeza.

"No te preocupes. El doctor también dijo que era probable que no quisieras comer, por el estado en que te encuentras. Te haré un té fuerte."

Luego, el mayordomo se levantó y salió de la tienda de campaña.

Artizea giró la cabeza y miró a su alrededor.

No había nada especial en la tienda.

Solo había un recipiente para hervir agua, la cama donde estaba acostada, y una lámpara de aceite.

El mayordomo no regresó solo. La tela de la entrada de la tienda de campaña se abrió y Cedric Evron entró.

Artizea lo miró en shock.

No lo había visto en años, pero no había cambiado.

Un hombre blanco de aspecto impecable.

Solo sus vívidos ojos negros parecían ser más profundos que nunca.

"Ha pasado mucho tiempo desde la última que nos vimos, Marquesa Rosan."

"…"

"Escuche que le cortaron la lengua."

"…"

"Aunque fue la más grande conspiradora de todo el imperio, al final fue incapaz de salvarse a sí misma, ¿cierto?"

Artizea cerró los ojos.

Se lamentó de la estupidez de haber cometido todos esos crímenes por Lawrence, sabiendo que sería traicionada.

Pero no se sentía culpable.

Todos los humanos del mundo son malvados. Más aún aquellos que se acercan al poder.

Esa era la firme creencia de Artizea.

Pero frente a solo dos personas en el mundo, Cedric Evron y la Santa Licia, ella no era capaz de decir eso.

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