La Villana es una Marioneta Cap. 133
Virtud del gobernante (7)
Nota Asure: Agradecería que el blog, scan o lo que sea, llamado Animerikosuper, cuya URL es: https://animerikosuper.blogspot.com/p/la-villana-es-una-marioneta-novela.html .... deje de hacer copy paste del contenido de esta novela de mi blog (lo ha hecho en los 3 últimos capítulos), el sustento lo pueden afirmar las lectoras de mi grupo de telegram, con pantallaso de las palabras claves que uso, si tienen dudas. Puedo tolerar que usen directamente google translation o lo que quieran de la version ingles, pero no copypaste del trabajo de uno, luego no lloren porque a las novelas PONGO CONTRASEÑA.
Si Bael estaba presente, ella podría averiguarlo en un minuto. Aunque ese mago dudoso nunca aparecía a menos que quisiera, Cayena comprobó el vagón del carruaje por si acaso.
"Ya casi llegamos" informó Jedaiah.
Cuando el carruaje llegó a su destino, Cayena se puso la capucha por completo.
* * *
Se llamaba la Ciudad del Este de la capital Elquim. Sin embargo, en cuanto a la gente, este distrito era más conocido por ser un barrio marginal. Los comedores sociales se instalaban hoy en toda la capital, y uno de ellos se encontraba también en la Ciudad del Este. Los habitantes de los barrios bajos observaban la instalación de las inusuales tiendas de campaña. Entre ellos se veía a un hombre de pelo y barba desgreñados. Se llamaba Valdemar, en su día fue miembro del consejo y ayudante de la emperatriz. Lo fue, hasta que ella murió de una alergia sin que le diera tiempo a tomar ninguna medida.
Valdemar miraba a los caballos y a los carros, a los caballeros y a los trabajadores. La forma en que esta gente veía a los pobres era obvia: ratas sucias que se comen la ciudad. ¿Y ahora un comedor para los pobres del Imperio?
"¿Es la princesa Cayena otra vez?"
Le costaba creer que la Princesa, famosa por su temperamento feroz innato desde pequeña, repartiera comida a los pobres. Pero pasar hambre era mucho más atroz. Por eso, aunque los habitantes de los barrios bajos desconfiaban de recibir la comida repartida, se reunieron cerca del lugar que les habían notificado el día anterior. Pero cuanto más se acercaban, más agradable era el olor.
"¡Pónganse en fila aquí!"
Los caballeros los controlaron para que no se precipitaran imprudentemente.
El primero en ponerse en fila fue Valdemar - quería inspeccionar la sopa de guiso y discernir inmediatamente si había algo extraño en ella. Una generosa cantidad de sopa de guiso fue vertida en su cuenco de madera. El caldo era espeso y los ingredientes estaban bien cocinados. Además, el cuenco estaba lleno de ingredientes sólidos hasta el borde. Valdemar sorbió el caldo y movió los labios con fuerza tratando de detectar algo.
"...Está claro"
Ante sus palabras, los que acababan de recibir la sopa empezaron a comer apresuradamente, metiendo la nariz en el cuenco, por lo que ni siquiera se veían los ojos. Sólo entonces se dieron cuenta de que la Princesa estaba realmente repartiendo la comida. Además, los caballeros protegían a los débiles, temiendo que hubiera quienes intentaran robar a los demás. Gracias a ello, las mujeres y los niños pudieron comer íntegramente su parte. Los que no tenían sus propios cuencos, recibían cuencos de madera preparados por el Palacio Imperial y, como pago, se les exigía que limpiaran la zona. Al observar todos y cada uno de los actos, Vlademar se dio cuenta de repente del valor, y entonces la piel de gallina le recorrió todo el cuerpo.
'No se trata sólo de distribuir alimentos: es el primer paso para transformar la Ciudad del Este'
Concienciar a los más desfavorecidos socialmente, mostrar la necesidad de pagar por conseguir lo que se necesita, mantener limpia la zona residencial... ¿Qué significa todo esto?
'Se trata de rehabilitar a los pobres para que puedan volver a la sociedad'
Valdemar apretó las manos con fuerza y miró a su alrededor con urgencia. Como era de esperar, otra carpa estaba preparada para otros propósitos además de las comidas gratuitas.
'¡Un centro médico...!'
Junto a la carpa se apilaban camillas, medicamentos, etc. Valdemar se acercó a toda prisa. Los asistentes médicos le bloquearon el paso cuando se acercó a los suministros médicos.
"Si necesita tratamiento, vaya allí"
Apenas apagó su excitación, dio un paso atrás.
"Ahora no os falta personal, pero pronto os quedaréis sin él"
Decidió aconsejarles en su lugar
Los asistentes miraron a Valdemar extrañados: el discurso y el comportamiento de aquel hombre eran algo inusuales.
"No será posible poner tiendas cerradas por todos los lados, por lo que es mejor cubrir sólo el techo para que sólo proteja la luz del sol", se limitó a decir y prosiguió.
"¡Ponlo así!"
"¿No es suficiente el espacio aquí?"
Pronto, el consejo de Valdemar se hizo realidad. Había tanta gente que era imposible manejar la multitud de inmediato.
"¡Oye, aquí! ¡Por favor, examinen primero a mi esposa! Le han golpeado el vientre!", gritó un hombre pálido que corría con una mujer a cuestas.
Valdemar saltó al arroyo cercano y se lavó con agua fría. Luego se echó en las manos el desinfectante amontonado junto a la tienda.
"¡Oye! ¿Qué estás haciendo?"
Gritaron los asistentes médicos que salían corriendo con caras demacradas.
"Soy médico. ¿Acaso no hay escasez de manos ahora? Nunca viene mal"
Mientras ellos dudaban, Valdemar se precipitó hacia la paciente y la examinó primero.
"¡Oye!"
"Su bazo está roto. Si la dejamos así, va a morir. Tenemos que operarla ahora mismo".
Los asistentes, abrumados por el grito de Valdemar, se pusieron rígidos. Tal y como había dicho, tenían que detener la hemorragia con prontitud.
"¡¿Qué estáis haciendo?! No tenemos los instrumentos quirúrgicos adecuados aquí!", gritó el médico más experimentado, que acababa de salir de la tienda interior"
"Si no bloqueo los vasos sanguíneos ahora mismo, seguramente morirá"
Cuando el médico se quedó perplejo, el marido de la paciente cayó al suelo y empezó a suplicar.
"¡Oh, por favor! Haré lo que sea, ¡sálvala!"
"¡Aquí hay muchos caballos y jinetes, así que cuál es el problema!", gritó Valdemar.
"¿Y qué necesitas?"
Miró hacia otro lado y vio a una mujer que se cubría la cara con una capucha. Incluso los asistentes parecían preguntarse. Mostró una placa que la acreditaba como cortesana. Junto a ella había un hombre vestido de caballero imperial. Era Cayena.
"Tú, ¿puedes salvar al paciente?"
"Todo lo que necesito son herramientas quirúrgicas y sangre para transfundir. Y también un asistente"
"Muy bien, lo arreglaré de inmediato"
Se recuperó un rayo de esperanza en la Ciudad del Este.
* * *
Habían pasado tres días desde que se instalaron los comedores sociales. Valdemar estaba ayudando a los médicos a atender a los pacientes. Se enteró de que los trabajadores de la salud fueron enviados por el Duque de Kidray.
'Si el neutral Duque de Kidray se unió a la princesa para una actividad caritativa, ¿significa que ella también se volvió neutral?'
¿Y su hermano, el príncipe Rezef? Además, ¿qué pasaba con el ejército? El Príncipe Heredero era quien dirigía el Ejército Imperial. Si es así, ¿la Princesa había obtenido la autoridad equivalente en sus manos?
'¿Qué tiene que ver eso conmigo?'
Él ya no era un miembro del Palacio Imperial. Se sacudió estos pensamientos de su mente. En ese momento, la mujer cubierta con una túnica que estaba entre los soldados captó la vista de Valdemar.
'Ella dijo que era una cortesana'
El rango de esa dama de la corte era obviamente alto, ya que tenía derecho a dar órdenes inmediatas en el lugar.
'Debe ser la dama de honor de la princesa'
Era inesperado que una persona así no sólo hubiera llegado aquí el primer día, sino que además hubiera estado viniendo a los barrios bajos continuamente hasta ahora. La mujer siguió llamando la atención de Valdemar y finalmente se acercó a ella. Cayena volvió a mirar al hombre.
"¿Qué pasa?"
"Me he enterado de que has mandado al hospital al paciente con el bazo roto. Me gustaría darle las gracias"
"Es un trabajo que tiene que ver con salvar vidas, así que por supuesto que tenía que hacerlo"
Veía a los pobres como seres humanos, no como ratas asquerosas que estropean la ciudad.
"Ahora todos los médicos del hospital están entusiasmados con ella. Aunque operaste en un quirófano cutre, la operación en sí fue pulcra y no se contrajo ninguna infección"
"Me siento halagado. En realidad hay muchos médicos como yo..."
"Una modestia clásica"
"Me llamo Valdemar" se presentó con una pequeña sonrisa avergonzada.
"Yo soy Medea" respondió Cayena.
"¿Por qué Medea?"
Se preguntó Jedaiah cuando Valdemar hizo una reverencia y volvió al personal médico.
"El nombre de una mujer de un mito extranjero"
Aunque esa tierra extranjera tenía sus diferencias, no importaba ya que el sentido se mantendría igual de todos modos.
"La hechicera, que traicionó a su padre, fue traicionada por su marido y finalmente se vengó asesinando a sus hijos"
Agradecería que el blog, scan o lo que sea, llamado Animerikosuper, deje de hacer copy paste del contenido de esta novela de mi blog Asure-Infinity(lo ha hecho en los 3 últimos capítulos), el sustento lo pueden afirmar las lectoras de mi grupo de telegram, con pantallaso de las palabras claves que uso, si tienen dudas.
Un ceño incómodo se dibujó en el rostro de Jedaiah, como si hubiera escuchado algo que más le valdría no haber escuchado.
"¿No piensas asistir hoy también al banquete?"
"De todas formas es el último día, ¿para qué ir?"
Finalmente, el baile real terminaría ese día.
"Y lo que es más importante, ¿qué pasa con él?", señaló a Valdemar.
Jedaiah se dio cuenta de que Cayena lo vigilaba porque podía ser utilizado como médico confidencial.
"Los médicos de los bajos fondos siempre escasean, así que apenas hay que preocuparse, pero ¿qué se trae entre manos?"
"Ha utilizado la etiqueta de la corte. En una situación como ésta, ocultar mi identidad es una necesidad. Entonces supongo que serás capaz de revelarlo por ti mismo si te doy las herramientas para investigar, ¿verdad?"
Jedaiah creía que este era el lado realmente temible de la Princesa.
'El cerebro que da más miedo que la magia negra'
Como aliada era muy fiable, pero ¿qué pasaría si se convirtiera en enemiga? Si fuera él, pediría a gritos la rendición inmediatamente.
Cayena estaba buscando sola por los barrios bajos cuando encontró un gran árbol con niños subidos en él.
"Ojalá se colgaran columpios aquí"
"Si ordenas a los caballeros, todos los árboles de este barrio tendrán columpios"
"Grandes palabras"
Fue cuando Cayena avanzó mientras hablaba.
¡BANG!
Cayó hacia atrás cuando un niño que corría chocó con ella. Su capucha se desprendió y un lado del velo de algodón que colgaba de la oreja de Cayena también se deslizó sin esfuerzo. La gente que estaba cerca contuvo la respiración al ver la belleza de la mujer que nunca antes habían visto. El niño que se cayó también miró a Cayena con cara de aturdimiento. Los caballeros del Ejército Central que no estaban tan lejos también se horrorizaron al ver la caída de Cayena y luego trataron de llamarla.
"¡Su Maj...!"
"Shh"
Rápidamente hizo callar a la gente que la rodeaba. Cayena no pretendía armar un escándalo, así que simplemente se levantó y se sacudió el polvo. Sin embargo, Valdemar reconoció enseguida quién era y gritó en su interior.
"¡Vaya, es la mismísima Princesa!"
"Vamos"
Ordenó Cayena y trató de alejarse pero se volvió.
"Por favor, pon un columpio en ese árbol"
"Seguiré las órdenes de Su Alteza" rió Jedaiah.
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