La Emperatriz Regresa 35

La Emperatriz Regresa 35

Martes, 30 de Marzo del 2021



La Emperatriz Regresa 35

Un placer diferente (1)



"Ah"


Colocó sus labios sobre sus montículos mientras le metía los dedos en los pezones. Sus suaves caricias la marearon y se estremeció. Besó su flexibilidad y los chupó suavemente mientras acariciaba el otro con sus manos. Sentía que iba a perderse. Intentó apartarse de sus brazos, pero él la mantuvo cerca, pegada a él. Sacudió la cabeza con violencia, pero su rostro se tornó carmesí, el calor llenó su cuerpo.


"Viola... Viola..." 


Él pronunció su nombre de forma desgarrada.

Oír su nombre de sus labios la volvía loca. Su voz profunda y ronca parecía absorber su alma junto con su capacidad de pensar. Sin embargo, calmó su mente y lo miró con frialdad. Él tenía una sonrisa amarga en los labios.


"Llegarás a amarme, Viola"

"No me hagas reír. El día que te ame será el día en que me muera, quizá ni siquiera entonces ..."


Aunque había entregado su cuerpo al caballero enemigo, nunca permitiría que su corazón se fuera con él. No había manera de que ella lo amara cuando su espada, la espada de su imperio, estaba manchada con la sangre de Edward.

El cuerpo de Viola se puso rígido, clavó las uñas en sus antebrazos. Estaba completamente desnuda, despojada por su hábil tacto. Todo su cuerpo parecía aceptar su tacto, incluso ceder a sus caricias. El sudor se derramó por su piel y el calor floreció en su interior. Su piel se estremece y sus ojos se enrojecen. No pudo formar un pensamiento coherente cuando él separó sus piernas y la tocó entre los muslos. Jadeó y su visión se oscureció. El lugar entre sus muslos parecía haber estado esperando este momento y en cuanto él abrió su almeja fuertemente cerradas con sus dedos, ella dejó escapar un fuerte suspiro.


"Ahhh"

"No pasa nada. Seré suave"


Mentiras, no puedes ser gentil aunque lo intentes.

Su voz sonaba como el grito de una bestia. Un grito tan crudo que surgió sin proponérselo desde el fondo de su garganta. Jadeaba y la miraba con ojos llenos de cruda lujuria. 


"Estás toda mojada para mí. Creo que ha llegado el momento" dijo con voz ronca.


Ella trató de estabilizarse respirando profundamente, pero seguía sintiendo que le faltaba el aire. Él la frotó en su parte más íntima y se preparó para entrar en ella. Ella sintió que su corazón iba a estallar de tanto golpear. Sintió algo grande en su abertura, buscando la entrada.


"Ahhhh"


Su cuerpo ya no era suyo. Se llenaba de calor y humedad cada vez que él la tocaba. Lune le levantó la barbilla y le dio un ligero beso en los labios. 


"Voy a entrar"


La levantó y la colocó entre sus muslos. Viola se sobresaltó. 


"Será más fácil para ti aquí en el baño ... además, podría volverme loco si te llevo a la cama"

"¿Loco? Qué haces... ahhhh-ahhhhh-"


Apenas había sacado las palabras cuando una varilla caliente la penetró. Un dolor punzante la acompañó, como si le desgarraran la piel. El dolor fue tan fuerte que se retorció y Lune se detuvo.


"Relájate. Respira. Te dolerá un poco. Déjamelo a mí"


Su hermoso rostro miraba el de ella, con el pelo empapado de sudor. La penetró de nuevo. Su cuerpo se convulsionó con espasmos, él empujó con más fuerza.


"¡Ahhh!" 


Ella gritó, el dolor la cegaba de todo. Jadeó para tomar aire. Sintió algo extraño que acompañaba al dolor. Él estaba tan lleno dentro de ella que pensó que iba a reventar. 


"Me... me duele"

"Huff... aprieta las piernas. Se sentirá bien, lo prometo"


Viola resopló. Sus muslos estaban tan rígidos. Sentía como si una barra al rojo vivo le hubiera partido el cuerpo en dos. 


"Me duele... ¿Podrías sacarlo?"

"Agárrate a mi hombro. Muérdelo si es necesario. No durará mucho" la tranquilizó.


Antes de que ella pudiera protestar, él la puso en su cintura y la penetró con fuerza. La espalda de ella se arqueó en respuesta, con los globos oculares volando hacia el techo. Él jadeaba ahora, mientras mantenía un ritmo constante dentro de ella. Con cada empuje dentro de ella, ella podía sentirlo temblar levemente, deteniéndose dentro de ella, antes de que la masa caliente se deslizara de nuevo hacia afuera. Dentro, fuera. Viola estaba tan abrumada por el dolor que pensó que se le saldrían los ojos de la cabeza. Aun así, Lune no se detuvo. La agarró por las caderas y la acercó a ella mientras seguía avanzando. Algo se desgarró por debajo y Viola sollozó de dolor.


"¡Ahhh! Duele...."


Viola no podía pensar en nada más allá del dolor. No sabía cómo la gente disfrutaba con esto. No tenía sentido.

Lune, confundiendo su silencio con la aceptación, comenzó a explicar: 


"La primera vez, siempre duele. Mejorará... hahh... huff"


Pero ella, al ser inexperta, sólo podía gritar. Así que lo único que escuchó fue su dolor, pero siguió avanzando. Con paciencia, lentamente. Siguió empujando hasta que, un rato después, dio en un punto y se ganó un jadeo de placer de la mujer que estaba debajo de ella.

Viola no podía creer que el sonido viniera de ella. Su rostro enrojeció y se sonrojó. Mientras tanto, la mirada de Lune se había vuelto brillante, una sonrisa lánguida estaba en su boca.


"¿Te gusta eso?" 


Su voz baja sonaba agradable en sus oídos. Ella no respondió a su pregunta. La verdad era cruda como el día: era un placer que Viola nunca antes había conocido. Trató de apartar la mirada, pero Lune le sujetó la barbilla con firmeza y la volvió hacia él.


"Mírame solo a mi. No pienses en nada más"

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