Martes, 30 de Marzo del 2021

La Emperatriz Regresa 34

Se para la toma (2)

Su corazón empezó a latir con fuerza cuando él la agarró por la cintura y la acercó.

"mhmmm"

Sus lenguas se enredaron en un beso apasionado. Los besos se volvieron frenéticos, eso excitó aún más los deseos de ambos. El corazón y la cabeza de Viola sonaban.

Sus labios sobre los de ella se volvieron desesperados, como si quisiera beber hasta la última gota. La sujetó y la atrajo hacia él, con su lengua áspera dentro de su boca. Ella sintió que se derretía de placer. Las rodillas le flaqueaban y se doblaba, pero las manos de él alrededor de su cintura la mantenían en alto.

En medio de ese momento vertiginoso, percibió una agradable fragancia. Era el aroma del baño. La calmó hasta que se rindió al dulce momento.

Ambos rompieron el beso, jadeando. 

"Sabes a gloria"

Ella murmuró algo incoherente en respuesta, sin poder pensar con claridad. Antes de que pudiera comprender nada, él volvió a besarla.

Viola dio un salto hacia atrás cuando sintió su erección. Su mano tembló y la acercó aún más, profundizando el beso. Su cabeza se había quedado en blanco, incapaz de pensar en nada más al sentirlo endurecerse y perder la capacidad de comprender nada más.

"Comparte tu amor con él esta noche... Viola"

Una voz desconocida llegó a su mente. Antes de que pudiera decidir si lo había imaginado, la voz ya no estaba allí. Se sintió extraña.

"Sería bueno que te concentraras un poco, sabes. Se supone que es nuestra primera noche"

Dijo él, percibiendo su momentánea distracción.

Le echó la cabeza hacia atrás y profundizó el beso. Ella se sintió sorprendida por el ritmo al que latía su corazón.

Él gimió. Estaba totalmente excitado, al igual que ella. Su cuerpo temblaba de calor. Apresuradamente, se quitó la ropa mientras seguía besándola. Estaba desnudo de cintura para arriba. Ella pudo ver su pecho bien esculpido.

Eso la devolvió a su mente. Edward tenía músculos así, pensó ella. 

'Perdóname, hermano, por casarme con un caballero enemigo. Te vengaré, todavía'

Viola cerró los ojos y abrió un poco los labios. No sabía si él la estaba mirando. Abrió lentamente los ojos y descubrió que él la miraba con una mirada llena de deseo, con su virilidad erecta como testimonio. Él soltó un suspiro y volvió a encontrarse con sus labios.

"Espera, dame un poco de tiempo para prepararme" dijo ella, acercando la palma de la mano a los labios de él.

Él le besó la palma y la lamió. Eso la mareó. No importaba cuántas veces se tranquilizara, su determinación se deshacía con cada beso que él depositaba en su palma, sus dedos, su muñeca .... Su boca exploró su mano, sus brazos, y mordió suavemente su hombro. Ella arqueó la espalda, sus caricias la dejaron sin aliento. Se aflojó el cinturón y sus pantalones se deslizaron hacia abajo, mostrando todo su cuerpo.

Ella no estaba preparada para esto. La visión la llenó de miedo. Nunca había hecho esto antes y la aterrorizó.

"¿Eso es... entrará en mí? ¿Me dolerá?"

Ella lo había visto desnudo dos veces antes, pero ambas veces fueron cuando estaba envuelto en los brazos del Río Judith nadando. Sin embargo, ésta era la primera vez que lo veía excitado. Se sintió abrumada por el miedo.

"Es un poco grande" Le susurró al oído, sonriendo.

Viola se tragó su nerviosismo.

"No tienes que tener miedo. No pasa nada. No te vas a morir. Hmm... Podrías morir en un sentido diferente. Lo llaman 'muerte pequeña' "

Sus labios cerca de sus orejas la estremecieron. Eso no hizo nada para calmar sus nervios.

'¿Qué quiere decir con "un sentido diferente"?'

"Sin embargo, hay un problema" dijo él, frunciendo las cejas "nunca lo he hecho con una virgen, así que no sé cómo"

Viola estaba segura de que esto no sería posible. Seguramente, las mujeres habrían querido con gusto que él fuera el primero. No sabía si le estaba tomando el pelo o estaba hablando en serio.

"Parece que no me crees. La gente del Imperio Arpen acepta muy bien el sexo. Celebramos nuestras ceremonias de mayoría de edad mucho antes. De hecho, las mujeres vírgenes son consideradas poco atractivas" dijo él, acercándose a ella y agarrando su corsé.

Ella le paró las manos "Por favor, espera"  Suplicó.

"¿Por qué? ¿Qué pasa?"

"Aquí no, así no"

"¿Te da vergüenza?"

"Sí", dijo ella, "no quiero que me vean los demás"

Él sonrió y la llevó al baño. Allí no se sentía tan expuesta.

Viola vio unos pétalos rojos flotando en el agua. 

"Esto... ¿Son flores de Judith?"

"Así es. Las flores se ponen en la bañera para el último obstáculo del príncipe heredero. Es uno de los pasos del ritual para recibir las bendiciones de los dioses"

Era alta traición sólo pisar estas preciosas flores. Si uno las cogía para cualquier cosa, el castigo era seguro. Estas flores en el baño para cualquier otra persona excepto los imperiales era una blasfemia. No entendía cómo estos pétalos podían estar aquí, aunque fuera por la autoridad imperial.

Viola apartó la mirada cuando Lune aplastó los pétalos con la mano y los dejó caer en la bañera. Le produjo un escalofrío en la espalda.

"Es hora de que te quite eso"

Sus manos trabajaron hábilmente mientras desataba el corsé en la bañera. Viola cerró los ojos y le dejó hacer. Pudo respirar mejor cuando él le aflojó la ropa y se la quitó del pecho. Sin embargo, el alivio fue rápidamente seguido por la vergüenza de estar tan expuesta. Sintió la mirada de Lune en su cuerpo y sus caricias en sus pechos. Su pulso se aceleró, el corazón latió con fuerza.

"Eres hermosa. Debe haber sido frustrante mantenerlos confinados todo el tiempo" dijo con un brillo en los ojos.

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