La Emperatriz Regresa 23
Su verdadera identidad
Kyle ya no escuchaba, su cara se torcía de concentración mientras aplicaba el bálsamo hecho con las semillas molidas de la flor de Judith sobre el corte.
"Nunca deja de sorprenderme" dijo cuando la herida empezó a reducirse en cuanto retiró los dedos de la cara del Príncipe. En cuestión de segundos, había desaparecido. 'Era algo curioso', pensó. El bálsamo sólo funcionaba en quienes tenían sangre imperial. Podía curar casi cualquier cosa, pero dejaba cicatrices en lugar de las heridas más pequeñas.
Como si hubiera escuchado sus pensamientos, Lustian dijo: "Deja de preocuparte. Tenemos una piedra curativa a mano, ¿verdad?".
Las piedras curativas constituían una de las ventajas del Imperio de Arpen, su Ejército de Sangre en particular, sobre sus rivales y vecinos durante la guerra. En posesión de docenas de veces más que otros reinos, éstas estaban bien distribuidas entre las filas de los caballeros, asegurando la pérdida limitada de tales guerreros esenciales. Incluso la propia familia imperial tenía varios.
"Es cierto, pero ni la flor ni la piedra curativa pueden curar la mayoría de las cicatrices y prefiero no estropear ese hermoso rostro tuyo", respondió Kyle.
"Ser bello sólo puede llevarme hasta cierto punto" resopló Lustian con desprecio. Para cambiar el rumbo de la discusión, se apresuró a preguntar:
"¿Y el asunto que te pedí que investigaras? ¿Qué has averiguado?"
"Espero que el mensaje llegue por medio de un halcón muy pronto"
'Bien' se dijo el Príncipe. ¿Era la mujer enviada por el Rey de Koronis, esta Viola, una princesa-impostora en lugar de un miembro de su familia? Al fin y al cabo, lo más educado que se podía decir de ella era que se parecía más a una mujer caballero que a una princesa.
Sin embargo, sólo Lustian, entre todos sus compañeros, estaba bastante seguro de que sólo se trataba de un feo maquillaje. Además, y aquí era cuando le abucheaban con incredulidad, sospechaba que Viola lo hacía deliberadamente para ocultar su belleza real.
"¿Por qué intentas ocultar tu rostro?"
Murmuró a medias para sí mismo, medio para la imagen de Viola en su mente.
¿Estás haciendo que te abandone deliberadamente?
Se sonrojó, recordando lo que había pasado antes.
El beso ....
No contaba con que eso sucediera. Pero sucedió', y el recuerdo surgió en el centro de su conciencia desde algún rincón de la mente de Lustian donde intentaba reprimirlo. Junto con él había un deseo que casi hervía en su calor. Quería poseerla por completo, incluso antes de que terminaran los seis meses de aprendizaje. A medida que los pensamientos del Príncipe tomaban un giro lascivo, inconscientemente hizo una sonrisa de recelo.
Lustian se dio cuenta entonces de que Kyle lo estaba mirando como si hubiera visto un fantasma. Su sonrisa desapareció en un instante por la vergüenza. Contento por la excusa de fingir que no había visto nada, su compañero se volvió y miró hacia la ventana y entrecerró los ojos.
"Mira. Se acerca un halcón mensajero. ¿Podría ser nuestro espía de Koronis?"
Salió a la terraza contigua a su habitación y emitió un claro silbido. Kyle sonrió cuando el ave respondió, cambiando sutilmente de dirección en pleno vuelo y aterrizando perfectamente en su antebrazo. Con cuidado, retiró el pequeño rollo de pergamino atado a una de las patas del halcón y se lo ofreció inmediatamente al Príncipe.
El rostro de Lustian se torció de concentración mientras trataba de descifrar la diminuta escritura del papel.
"¿La hermana pequeña de Edward? ¿La princesa Viola es la hermana pequeña de ese caballero?" susurró conmocionado, recordando la batalla final con Koronis. Habían muerto muchos hombres. Más del otro bando, por supuesto, pero aun así fue un baño de sangre. Le dijeron que su líder, un tal Edward, era un mercenario. Información errónea, al parecer.
Lustian se maravilló de la información. Así que el hombre no sólo era un miembro mestizo de su familia real, sino que también era el único príncipe del reino, por lo tanto, el heredero aparente. Sin embargo, luchaba con una identidad falsa, como un caballero ordinario. Un caballero de alto rango, pero uno de tantos. El Príncipe se estremeció al pensarlo, agradeciendo que no se le hubiera dado el mando de la vanguardia del Ejército de Sangre. Por tradición, el Príncipe Heredero lideraba todo el Ejército, y la vanguardia junto con él. Sin embargo, había desafiado a su padre y dirigido la guerra desde la retaguardia.
No fue por cobardía, como le gustaba susurrar a los labios envidiosos, sino porque no podía alejarse demasiado del río Judith. Otra parte de la extraña conexión de la familia imperial con Judith era que permanecer en sus proximidades mantenía a raya el dolor ardiente. Por ello, se propuso acampar junto al río.
Hizo una mueca de disgusto, recordando lo que los soldados habían hecho al cadáver de Edward después de la batalla. Si Lustian lo hubiera sabido, lo habría evitado. Viola nunca le perdonaría, si la verdad llegaba a sus oídos.
"Sin embargo, ¿por qué ocultar quién era? ¿De qué se avergonzaba?"
"Quizás era su rey el que se avergonzaba. Después de todo, es conocido por tener muchas concubinas. por favor lee esto en mi blog Rincón de Asure. Pero si llegó a tales extremos, tal vez la madre debe tener un estatus bastante bajo" respondió Kyle, que ahora estaba leyendo el pergamino él mismo.
"Una esclava" dijo Lustian, mencionando la palabra que estaba en la mente de ambos, pero su compañero la evitó como si fuera sucia.
"Nadie puede saber esto, Kyle. Ni el Emperador, ni la Emperatriz. No sale de esta habitación"
"Pero su Alteza, mis órdenes son..."
"Tus órdenes son servirme a mí. Padre es el Emperador, pero yo soy tu comandante. Es una orden"
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