La Emperatriz Regresa 18
Reuniones Clandestinas
Se sintió bastante atraído por el aire regio que desprendía. Lustian aún no podía excusar al rey de Koronis por enviar a una princesa fraudulenta, pero sí se sentía agradecido por la elección del rey. Esta mujer, sea quien sea, estaba dando vida a su existencia, que de otro modo sería aburrida.
"Supongo que es comprensible que no me creas cuando digo que soy un noble de alto rango" Lustian sonrió ligeramente
"Sobre todo porque estoy aquí empapado"
Viola no se retractó de su sospecha. Lustian observó cómo sus iris azules y radiantes brillaban con belleza a pesar de la intensidad con que le miraba. Creía que, en realidad, sería extremadamente encantadora si sonriera un poco más. Aunque quería seguir admirándola, las dudosas circunstancias de su encuentro hacían que la conversación no fuera la ideal.
"Entonces, volveré por la mañana" se inclinó Lustian para despedirse.
"... Antes de eso" Viola lo miró, con la cautela aún presente en su mirada
"por favor, dime tu nombre"
"¿Mi nombre?"
"Sí"
Se produjo un breve silencio entre ellos mientras Lustian reflexionaba sobre qué decir. Si le decía su verdadero nombre, ella sabría al instante que era el príncipe heredero.
Quería encontrar un nombre que nadie más conociera. Mientras buscaba ideas en su mente, recordó el apodo que le había puesto su madre cuando era niño. Sí, ese nombre sería perfecto para esto.
"Lune"
"..."
Viola hizo una pausa.
"¿Estás diciendo que te llamas... Lune?"
Inclinó la cabeza hacia un lado. Lustian notó que parecía hacer eso cada vez que pensaba en algo. Sintió el impulso de tocarla de nuevo.
Como si los elementos hubieran estado esperando ese momento, una ráfaga de aire pasó por allí e hizo que el cabello castaño de Viola ondeara con el viento. Lustian agarró suavemente un puñado de sus mechones castaños, que emanaban un curioso aroma, y la atrajo por la cintura. Enterró la nariz en su pelo.
Un agradable aroma se extendió por sus sentidos.
Lustian murmuró "Me lo creería si dijeras que te has lavado el pelo con las flores del Lago de Dios"
"... ¡Heuk!" Viola jadeó, con las mejillas profundamente enrojecidas,
"¿Qué... estás haciendo?"
"Shh, cállate. Si nos pillan, probablemente los dos nos meteremos en un buen lío"
Lustian sonrió.
Viola apenas logró zafarse de sus brazos, él sintió el impulso de alcanzarla y abrazarla de nuevo. Sin embargo, Lustian se resistió y comenzó a regresar por donde había venido. Cuando se marchó, la oyó gritar tras él en señal de protesta, pero no le importó. Había disfrutado de su encuentro fortuito, y sus pasos se hicieron aún más ligeros. Más adelante, vio un rostro familiar. Era la doncella principal.
Rápidamente corrió hacia él y se inclinó:
"¿Qué... qué le trae por aquí, señor...?"
"Creo que vendré de visita a menudo en el futuro" respondió Lustian juguetonamente,
"Así que oculta mi identidad a la princesa"
"¿Qué?" la doncella le miró sorprendida.
"Que nadie nos moleste los días que venga de visita"
"Sí, Su Alteza"
Lustian hizo un gesto con la mano para despedir a la doncella y se dirigió hacia la entrada de la Villa Real en lugar de hacia el río. Su rabia había desaparecido. El calor que había abrasado su ser hacía unos instantes se había disipado por completo, y lo único que quedaba en su lugar era el deseo.
♛♛♛
En cuanto volvió a su habitación, Viola se dejó caer en una silla. Seguía encontrándose con aquel caballero cuando menos lo esperaba. Si no era ella la que se topaba con él, era él el que se topaba con ella. Estos encuentros repetidos e incidentales la confundían. Necesitaba a alguien para reflexionar sobre estos acontecimientos, ya que eran demasiado extraños para ella sola.
Rosha era la única con la que podía hablar en este lugar, así que Viola no tuvo más remedio que confesarle los detalles de sus encuentros, incluyendo cómo había conseguido escabullirse la noche anterior.
La encargada jadeó:
"¿Realmente...?"
"Fue sólo una coincidencia" suspiró Viola.
"Nunca pensé que sería capaz de atravesar la pared"
"¿Podría... podría ser magia?"
"Bueno, en realidad no lo sé. Simplemente me colé por la pared y acabé fuera de la villa"
"¿Es un pasaje secreto?"
"Siempre hay un pasaje secreto. Pero la cuestión es, ¿Quién iba a pensar que nos llevaría a otro encuentro con él?"
Como estas coincidencias seguían ocurriendo, ella empezaba a pensar que estaban montadas a propósito. Y si seguían encontrándose, tarde o temprano los numerosos ojos que vigilaban la Villa Real confundirían sus interacciones. Para empeorar las cosas, ella era la candidata a princesa heredera. por favor lee esto en mi blog Rincón de Asure. Si la noticia de los encuentros clandestinos de la candidata con uno de los caballeros imperiales llegaba a oídos del príncipe heredero, inevitablemente les acarrearía considerables problemas. Por muy alto que fuera el estatus de Lune o el hecho de que fuera Comandante de los Caballeros Reales, seguía estando sujeto a la ley imperial.
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