Viernes, 22 de Abril del 2021

La Emperatriz Abandonada 189

Cuando el duque Lars descendió por la plataforma, en lugar del Sumo Sacerdote se adelantó al altar, arrastrando su larga cabellera por el suelo. El símbolo de Vita, bordado en un manto verde, bailaba espléndidamente de acuerdo con su movimiento.

"¡Que el fin de la vida y la bendición del descanso te acompañen! Padre de la Vida, Dios Vitasi, que el consuelo y el descanso para Mircan Lu Shana Castina que cuidó de sus hijos ... "

Mientras el Sumo Sacerdote recitaba las oraciones de descanso para el difunto emperador y las bendiciones para el nuevo emperador, yo miraba al nuevo emperador con las manos apoyadas en el pecho. No podía apartar los ojos de él, que parecía muy triste.

"... ¡Que el difunto emperador descanse en paz, y que la bendición de Vita sea otorgada al nuevo emperador!"

Cuando el Sumo Sacerdote terminó de rezar, un réquiem volvió a sonar en el templo. Los caballeros reales que se acercaron al altar llevaron el ataúd a hombros. La procesión salió de la enorme sala siguiendo al Sumo Sacerdote que llevaba el símbolo de Vita en una mano, y a los principales sacerdotes. El nuevo emperador y los nobles le siguieron.

'¿Cuánto tiempo caminé? Todos llegaron al cementerio imperial en el sótano de Sanctus Vita'

Cuando el difunto emperador fue consagrado en el féretro de piedra ornamentalmente decorado, y el Sumo Sacerdote y los principales sacerdotes rociaron agua bendita y entonaron oraciones, el proceso del funeral de Estado había terminado.

Tras mostrar los debidos modales al nuevo emperador, que permaneció en silencio todo el tiempo, todos los nobles, incluido yo, salimos del cementerio, dejándolo solo.

Dudé solo entre los nobles que subían las escaleras, susurrando entre ellos. No me sentía bien porque me molestaba el nuevo emperador.

"Oh, estás aquí, Tia"

"...Papá"

Dudando en subir las escaleras durante mucho tiempo, volví en mí al oír la voz de mi padre.

Sus ojos azules y oscuros me miraron con ansiedad.

"Te he estado buscando porque no sabía dónde estabas. ¿Tienes algo que hacer aquí?"

"Oh, no"

"Entonces volvamos"

"Sí, papá"

Subí las escaleras, mirando hacia atrás. Al pisar la última escalera, recordé de repente al príncipe heredero cuando ordenó preparar un funeral el día de la muerte del emperador.

Aquel día, ninguna de las personas que vinieron a ver al emperador por última vez pudo notar su vacío. Cuando yo, que no estoy ligado directamente al difunto emperador por la sangre, estoy tan triste, ¡qué difícil es para él ahora! Debido a su condición de nuevo emperador, no podría expresar su tristeza abiertamente, así que estaría sentado solo y tragándose la tristeza. Se supone que el gobernante es así por naturaleza.

En el momento en que recordé sus ojos azul marino, me encontré bajando las escaleras.

Después de pedirle perdón a mi padre, que me llamó con voz sorprendida, bajé corriendo, agarrando el dobladillo de mi falda.

Algunos caballeros reales se encontraban en la entrada del Cementerio Imperial, pero me dieron un pase sin detenerme. Gracias a ello, pude entrar con relativa facilidad.

Cuando miré a mi alrededor, jadeando, vi a un joven sentado frente al sarcófago del difunto emperador y mirándolo.

"¡Su Majestad!"

"..."

"¡Su Majestad!"

"... ¿Aristia?"

No era un hombre que respondiera con lentitud, pero esta vez se giró lentamente después de que le llamara dos veces. En ese momento, mi corazón se hundió.

Sus ojos azul marino estaban vacíos como se esperaba.

"¿Por qué has venido aquí? ¿Por qué no vuelves y descansas?"

"Su Majestad"

"Oh, mira tu vestido. Tu sombrero está a punto de caerse"

Cuando dijo eso con ligereza, a diferencia del viejo él que siempre enterraba sus sentimientos, me sentí desconsolado. Obviamente, estaba tan afectado por el dolor de la pérdida de su padre que olvidó la etiqueta imperial profundamente arraigada en su mente. Era un hombre que sabía controlar sus palabras en todo momento. Como estaba en condiciones de asumir la responsabilidad de cada una de sus insignificantes palabras y acciones, siempre refinaba sus pensamientos y los expresaba con palabras bien refinadas cuando hablaba de algo. Era un hombre así.

"Su Majestad, me llamó, pero no lo hizo... ¡Por favor, entre en razón!"

Aunque sabía que era grosero, le hablé en voz alta por primera vez. Pero no había sentimientos como la sorpresa o la ira en sus ojos azul marino, que seguían vacíos y solitarios.

Parecía más serio de lo que pensaba, lo que me arrancó el corazón. Respiré profundamente y me arrodillé en el suelo. Luego dudé un momento antes de acercarme a él.

¿Era por los recuerdos que tenía de él en el pasado? Me encontré con que seguía siendo reacia a contactar con él de forma inconsciente. Me parecía bien cogerle de la mano para acompañarle o bailar en actos oficiales, pero me sentía incómoda al contactar con él físicamente en lugares privados.

Sin embargo, ahora quería consolarlo por alguna razón. No podía dejar que se derrumbara así.

Dudé en tocar sus dedos con la punta de los dedos. La mano que tomé por primera vez estaba muy fría, como siempre. ¿Será por eso? Pensé que podría sentirme espeluznante, pero no fue así. Más bien sentí simpatía, no sentí miedo ni temblor.

Ahora me animé un poco más y le envolví las manos con cuidado. Cuando le di unas palmaditas en el dorso de las manos, como para reconfortarle, dijo con voz sorprendida: 

"... ¿Aristia? "

"¡Su Majestad, por favor, endurezca su corazón!"

"..."

"¿No me dices que endurezca mi corazón todo el tiempo?"

Le hablé en voz baja. Siempre fue un hombre ecuánime, así que no quería verlo derrumbarse impotente.

"Sé lo difícil que es para ti ahora. Es natural que estés tan triste porque el emperador, que era tu única sangre, murió en los brazos de Vita"

"..."

"Por favor, supera tu pena. El difunto emperador no querría que te desmoronaras así"

"¿No querría que yo...?"

Mientras me escuchaba en silencio, habló con voz inestable y temblorosa.

"Puede ser. Sólo se preocupó por el imperio incluso hasta el último momento de su vida. "

"... Su Majestad"

"Estaría más preocupado por el imperio que por mí, su único hijo"

"No, eso no es cierto. El difunto emperador te amaba desde el fondo de su corazón"

"No lo creo. Sólo pensaba en mí como su sucesor, y se preocupó por el imperio hasta el último momento, sin confiar en mí"

Cuando vi sus sentimientos heridos en sus ojos, me emocioné mucho.

'Ah, Su Majestad. No debería pensar así'

Suspiré inconscientemente, pensando en el difunto emperador.

'¿Por qué entristeció a su hijo que tanto ansiaba su amor? ¿Por qué no le querías ni te preocupabas por él? Fuiste tan mezquino. ¿Por qué no le dijiste unas palabras amables hasta el último momento?'

Le miré a los ojos y le dije: "No, el difunto emperador era..."

Cuando abrí la boca para ayudarle a aclarar las cosas, de repente se oyó un fuerte ruido en el exterior del cementerio.

'¿Qué está pasando? El dueño de la voz parecía una mujer, dado su tono elevado'

Frunciendo las cejas, se puso en pie, levantándome con cuidado. Luego se ajustó el vestido tras sacudírselo y me tocó el sombrero con su suave mano.

Le di las gracias en voz baja y me dirigí a la entrada del cementerio, cogida de su mano.

Allí vi a una mujer discutiendo con el caballero real.

"Aquí no puede entrar nadie"

"Tengo algo que decirle al emperador"

"Por favor, habla con él más tarde"

"Soy una candidata oficial a esposa del emperador. ¿Por qué me detienes sin preguntarle al emperador?"

Fueron nada menos que Jiun y los caballeros reales los que hicieron ruido. Mientras discutía con ellos con rabia, se alegró de ver al emperador y luego frunció el ceño de mala manera. Evidentemente, vio que salía con él al lado.

Sin tener en cuenta su reacción, que respiraba con dificultad, les dijo: 

"Nos hemos retrasado mucho. Volvamos"

"Sí, Su Majestad"

Me sentí un poco aliviada al verle dar instrucciones, pero volvió a mirarme y dijo: 

"Vamos"

"¿Perdón?"

"He dicho que debemos volver. ¿Qué pasa?"

"Ah... no es nada, Su Majestad"

Entrecerrando los ojos a Jiun que me miraba fijamente, me acompañaron a las escaleras.

Mi padre, de pie en la entrada de la escalera, me miró salir con él y frunció un poco el ceño. Después de un rato, le dijo a mi padre, que se inclinó en silencio: 

"Marqués, ¿puedo hablar con ella un momento?"

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