"Si Lady quiere continuar sus estudios, puede hacerlo"
"...Por favor, llámame Rosalyn"
Jerome no pudo resistir el impulso de confesar sus sentimientos de inmediato al ver las mejillas sonrojadas de ella, que ni siquiera habÃa probado el alcohol.
"Rosalyn, qué nombre tan bonito"
"Gracias"
"Rosalyn, ¿has pensado alguna vez que podrÃa existir una gravitación universal entre las personas?"
Rosalyn ladeó la cabeza cuando el hombre, doctor en humanidades pero también versado en ciencias, le preguntó por las leyes más básicas de la fÃsica.
"SÃ, claro que sÃ. Porque la gravitación universal es la atracción fÃsica que existe entre todos los objetos con masa"
"Creo que la fuerza gravitatoria de Rosalyn es mayor que la de la Luna"
"...¿S�"
Rosalyn se quedó muda ante las extrañas palabras.
"¿Acaba de decir que estoy gorda?"
Sin embargo, como la gravedad era proporcional a la masa, Rosalyn no estaba gorda. Era delgada. Lanzó una mirada de desconcierto al doctor, que continuó curvando suavemente los labios.
"Rosalyn me sigue atrayendo"
Al momento siguiente, su rostro se calentó en cuanto se dio cuenta de que se trataba de un flirteo, no de un insulto. Dios mÃo. Era el primer hombre que coqueteaba con teorÃas cientÃficas.
Rosalyn, que reprimió el palpitar de su corazón, abrió sus palabras con un tono más firme.
"Dr. Winston, fingiré que no le he oÃdo..."
"Entonces, confesaré cada vez que la vea con teorÃas y leyes diferentes cada vez"
"Doctor, soy yo quien se casará con su hermano. Pensé que el doctor era bueno por hoy, pero esto es inmoral..."
El hombre se detuvo de repente junto a una pared oscura y se volvió hacia Rosalyn.
"¿Qué estás haciendo?"
"Rosalyn, no lo niegues. Sé que tú también te sientes atraÃda por mÃ"
Señaló el libro de geologÃa que Rosalyn tenÃa en el regazo. Era el libro que le habÃa prestado Winston en su última visita. De vez en cuando le hacÃa alguna pregunta, aunque todas eran excusas infantiles.
"Doctor, estas sensaciones pasan como un resfriado"
"Si es un resfriado que se llama Rosalyn, quiero sufrirlo el resto de mi vida"
Jerome decidió avanzar aún más agresivamente cuando Rosalyn admitió sus sentimientos, comparándolos con un resfriado.
"Ya que dices la verdad, te digo la verdad. Leon Winston nunca te verá como una mujer"
"...¿Cómo puedes estar segura de eso?"
"Este es un secreto que nadie conoce, pero sólo se lo diré a Rosalyn. Mi hermano mayor es un ser humano lamentable que sigue enamorado de su primer amor, que pasó fugazmente hace unos diez años"
"Es romántico"
Jerome no se dio por vencido a pesar de la inquebrantable respuesta.
"¿Quieres ser un personaje secundario en un melodrama de tercera protagonizado por Leon Winston y una mujer desconocida? Puedes tener tu propio amor cinematográfico, ¿para qué desperdiciar tu vida as�"
"...Es imposible que no me pillen"
Mientras el corazón de Rosalyn empezaba a temblar, Jerome susurró, inclinándose más hacia él.
"Conozco bien a mi hermano. Es la clase de persona que, conociendo nuestra relación, pensará que no pasa nada porque le haya pasado una pesada carga, en lugar de sentirse traicionado. ¿Quieres pasarte toda la vida mirando a un hombre que te considera un deber oneroso?"
Acercó lentamente la mano a la mejilla de Rosalyn.
"Un hombre que te ve como una piedra y un hombre que te aprecia como un diamante. La respuesta es obvia. La respuesta está en tu corazón, no en tu cabeza"
Rosalyn giró la cabeza justo cuando las yemas de los dedos estaban a punto de tocar sus mejillas sonrojadas.
"¿No sientes remordimientos por hacerle esto a la futura esposa de tu hermano?"
Jerome sonrió ampliamente ante la mención del remordimiento. Si su hermano mayor lo hubiera oÃdo, se habrÃa reÃdo igualmente.
"Winston nace con avaricia donde deberÃa estar la conciencia"
Luego bajó la cabeza, apretándose la cara de pena por tener una conciencia inútil.
"...Y yo te quiero a ti"
Rosalyn sabÃa que podÃa quitárselo de encima, pero no hizo nada. En el momento en que sus labios se separaron, lo único que hizo fue cerrar los ojos. Él no le dio la oportunidad de sentirse culpable por la primera cosa mala que habÃa hecho en su vida.
Cuando las gafas de Jerome chocaron contra la cara de Rosalyn, los dos estallaron en una tÃmida carcajada.
"¿Es tu primera vez?"
Ella le quitó las gafas y susurró mientras el hombre seguro de sà mismo se sonrojaba inapropiadamente y asentÃa con la cabeza.
"También es mi primera vez"
Los labios volvieron a separarse.
Los dos compartieron un beso durante largo rato como si exploraran un campo desconocido antes de separarse. Después de besarse, ¿qué tipo de palabras debÃan decir y qué tipo de expresión debÃan poner? Rosalyn no tenÃa ni idea. Torpemente apartó la mirada, pero Jerome habló primero.
"Es más dulce que 3,14"
Rosalyn, que volvió a parpadear ante las palabras desconocidas, se dio cuenta de repente del significado y aplaudió.
"¡Pastel!"
Olvidó la incomodidad en un instante y rió a carcajadas. Jerome preguntó con ojos ansiosos a la única mujer que entendÃa y se reÃa de su broma.
"¿Puedo verte mañana, Rosalyn?"
Rosalyn asintió con la cabeza de buena gana.
"Llámame Rosie"
º º º
Las tres de la mañana. Cuando todo el mundo dormÃa, aunque el celador que tenÃa que vigilar a Grace no podÃa conciliar el sueño.
Por la mañana, se oÃa un murmullo en el pasillo. El soldado que custodiaba la puerta y el que montaba guardia al otro lado de la esquina no soportaban el aburrimiento y se quedaron charlando toda la noche.
Como era habitual hoy, empezaron a oÃrse voces indistintas al otro lado de la puerta, y Gracia se levantó de la cama. Cuando acercó los ojos al ojo de la cerradura de la puerta de hierro, la silla en la que debÃa estar sentado el soldado de guardia estaba vacÃa. DebÃa de estar detrás de un rincón que no se veÃa aquÃ.
'Es ahora'
Grace amortiguó sus pasos y se dirigió al cuarto de baño. Tres de los paneles verticales baratos de la pared interior se retiraron para revelar un muro de hormigón grisáceo.
HabÃa un gran agujero a sus pies.
La gente dice que cuando la gente está desesperada, demuestra una fuerza sobrehumana. Lo que ella pensaba que le llevarÃa otro mes, lo hizo en cuatro dÃas.
Grace apartó el panel y se agachó. Incluso las barras de refuerzo que se habÃan enredado como una red estaban pulcramente cortadas, y el agujero era lo bastante grande como para que ella pasara por él con el hombro correctamente alineado con facilidad.
Más allá de esta pared habÃa un almacén. Grace empujó lentamente con la mano la cesta que habÃa cubierto el otro lado y metió la mano y la cabeza en el agujero.
"Uht..."
Comparado con la humillación que habÃa sufrido en el pasado, arrastrarse por el suelo como un animal no era ni siquiera un eje de humillación. Arrugando los hombros y sacándola a duras penas del almacén, su cuerpo se quedó atascado en el agujero.
Grace retorció la parte superior de su cuerpo y refunfuñó en su cabeza.
'Esta carne inútil me está frenando'
Adelgazó deliberadamente para que le resultara más fácil escapar, pero su pecho seguÃa igual aunque todo lo demás habÃa adelgazado.
'Ni siquiera puedo cortármelo'
Grace crispó la comisura de los labios ante aquel repentino y extraño pensamiento.
'Seguro que le gustará que le deje un trozo de mi pecho'
Tras apoyar su peso en el pecho y girar el cuerpo docenas de veces, consiguió pasar. Antes de que pudiera recuperar el aliento, Grace giró las caderas y se puso de pie contra la pared.
Bien.
Más allá del ojo de la cerradura, el pasillo tenuemente iluminado seguÃa vacÃo. Sólo oÃa murmullos de alguna parte.
Agarró el pomo de la puerta y lo giró ligeramente. Grace, que se asomó por la rendija de la puerta que se abrÃa lentamente y luego sólo sacó la cabeza para mirar a su alrededor, volvió a comprobar que no habÃa nadie y salió rápidamente al pasillo.
En cuanto cerró la puerta sin hacer ruido, caminó cautelosamente sólo con los dedos de los pies, y el lugar al que Grace se dirigió era un callejón sin salida.
El conducto de la lavanderÃa. Era su única salida.
Abrió la puerta de entrada que parecÃa una puerta, se apretujó en el estrecho espacio junto al cesto y cerró la puerta. Grace empezó a prepararse para pasar por la siguiente puerta, confiando en la tenue luz que se filtraba por la grieta del suelo.
Mientras se quitaba los zapatos que llevaba descalzos, los ataba con cordones y se los colgaba del cuello, no olvidó meterlos dentro de la rebeca para que no hiciera ruido al chocar con ella.
No le bastó con atarse el pelo con los tirantes y remangarse hasta los hombros, y cuando estuvo lista, Grace se arremangó la falda y se la metió dentro de los bombachos antes de pasar por encima del cesto lleno de ropa sucia.
Al agacharse sobre el cesto, estiró la mano en la oscuridad, donde ni siquiera podÃa ver su propia mano, y la frÃa plancha de hierro tocó su mano. El conducto de la colada era bastante ancho.
Un hombre adulto no podrÃa pasar, pero una mujer delgada sÃ.
Palpando el lugar para determinar su tamaño, Grace se levantó lentamente.
"Ha..."
¿Cuánto tiempo habÃa pasado desde que empezó a subir por el conducto con el cuerpo apretado contra la frÃa pared invisible en una postura parecida a la de una silla?
"¿Cuándo saldrá el primer piso?"
Grace iba perdiendo fuerzas poco a poco. Tardó mucho en subir con cuidado para no anunciar que escapaba al edificio donde habÃa sonado la plancha de hierro que llegaba hasta el último piso. Además, le temblaban las piernas porque hoy también habÃa estado acosándola hasta altas horas de la noche.
'...Sólo un poco más, un poco más'
Además, la tuberÃa suavemente soldada, sin un solo clavo o protuberancia que impidiera que se enganchara la ropa sucia que caÃa, estaba resbaladiza.
'Esta es tu última oportunidad, Grace. Si fallas ahora, te encerrarán para siempre'.
Fue cuando apretó los dientes y buscó a tientas la placa de hierro liso.
"Gulp..."
Sus pies mojados resbalaron en un sudor frÃo.
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