'Tengo miedo de ti'
Grace abrió los ojos.
'...Es tan brillante'
Volvió a cerrar los párpados. De lo que se dio cuenta en ese breve momento fue de que su visión estaba inclinada.
Ya no estaba colgada del techo. En lugar de la tensión de la cuerda, la suave textura del colchón y la manta se transmitÃa a su piel. ParecÃa que estaba tumbada de lado en la cama.
Cuando volvió a abrir lentamente los párpados, el hombre que la habÃa dejado allà estaba sentado frente a la cama.
Sin embargo, no la miraba.
Grace miró en silencio a Winston, que apoyaba la barbilla en la mano, sosteniendo una pluma estilográfica y contemplando los papeles extendidos sobre su mesa.
"Grace, para serte sincera, me das miedo"
Ella se rió al recordar el eco de su voz en su mente lejana.
Esa persona no podÃa haber dicho eso.
En un mundo donde el dinero se hacÃa omnipotente, el hombre rico que poseÃa todo un estado occidental era Dios... Aparte de las reglas de la sociedad, la clase era la ley, asà que incluso en el ejército, donde habÃa superiores, Winston era una excepción.
Era un hombre sin miedo en el mundo. ¿Cómo podÃa un hombre asà tener miedo de una mujer prisionera en su prisión...?
Además, esa persona nunca la habÃa llamado Grace, ya que sólo una vez la habÃa llamado sarcásticamente. Después de perder el conocimiento, debió soñar con él.
'...Un sueño tan loco'
Crujiendo los dientes todos los dÃas, se dijo que un dÃa harÃa que esa persona le rogara que incluso se convirtiera en un sueño. Casi muere sin realizar su sueño. Aunque no sabÃa por qué Winston se quedaba aquà cuando su negocio habÃa terminado, Grace no querÃa tratar más con él.
Cuando estaba a punto de cerrar sus ojos entrecerrados...
Draag.
Winston se levantó de su asiento y levantó la bandeja que tenÃa delante con una mano. Una lujosa bandeja plateada estaba cubierta con una tapa plateada.
Salió por la puerta con ella, y volvió enseguida. Con las manos vacÃas.
Grace fingió dormir y cerró los ojos. Aunque realmente querÃa dormirse, el sonido de la estilográfica raspando el papel no dejaba de distraerla.
Mientras intentaba distraerse contando ovejas mentalmente, alguien llamó a la puerta. Cuando cesó el sonido de la estilográfica y continuaron otros ruidos, Grace entrecerró los ojos, incapaz de contener su curiosidad.
Winston cogió una bandeja de plata idéntica a la que acababa de quitarle a alguien, a quien ella sólo podÃa ver la mano, y cerró la puerta.
Al verle colocarla de nuevo sobre la mesa, ella perdió el interés y estuvo a punto de volver a cerrar los ojos.
"Sé que te has despertado"
"...."
"CuÃdate si esto se enfrÃa"
Grace, que abrió los ojos involuntariamente, se sentó y miró al hombre que sostenÃa la estilográfica con ojos perplejos.
"¿Esperó a que me despertara para cenar?"
¿SentÃa pena por haber estado a punto de matarme?
Mentira.
DebÃa matarlo lenta y dolorosamente, pero debÃa de ser antes de lo previsto.
Grace, aunque hambrienta, se levantó. Miró sin comprender el cuerpo desnudo sin una sola cuerda colgando. Su cuerpo, que deberÃa estar pegajoso de sudor y lÃquido, estaba seco. ¿Se lo habÃa limpiado...?
¿Qué pasa?
Deteniendo sus delirios, finalmente se levantó de la cama. No tenÃa fuerzas para vestirse, asà que se sentó con un camisón sobre los calzoncillos. Mientras tanto, Winston ni siquiera la miró.
"¿De verdad te gusto?"
Cuanto más lo pensaba, más avergonzada se sentÃa. Por supuesto, la respuesta era "no", ¿no? Por lo tanto, era sólo una tonterÃa que no podÃa ser una provocación seria. De todas las provocaciones intercambiadas como boxeadores antes del combate, la burla más ligera habrÃa sido el golpe decisivo para Winston.
Los ojos que no podÃan ocultar la agitación seguÃan parpadeando.
Miró fijamente al hombre tranquilo, como una persona completamente distinta, y él dejó escapar un pequeño suspiro.
"Seguro que eres una princesa"
Quizás malinterpretando la mirada de Grace, Winston abrió la tapa de la bandeja. Sopa de consomé al vapor, puré de patatas, suaves panecillos de mantequilla y pudin de natillas con caramelo derretido de postre... todo ello era fácil de comer.
Un beso después de una bofetada en la mejilla.
Fue Leon Winston quien humanizó el dicho común. En cualquier caso, Grace no estaba en posición de rechazar su "beso". Levantó tranquilamente la cuchara.
Sólo continuó el sonido de la cuchara golpeando el cuenco. El sonido de la estilográfica habÃa cesado hacÃa tiempo. Winston, que habÃa estado fumando un puro mientras la observaba en silencio mientras comÃa, abrió la boca bruscamente.
"Me gustaba Daisy"
Ante la inesperada confesión, Grace levantó la cabeza y le miró fijamente.
"Sally Bristol... sÃ, aún me gusta"
Cuando los ojos azul verdoso con un halo sangriento temblaron, apretó los dientes.
"...Pero, odio a Grace Riddle"
¿Era verdad o mentira? Las pupilas de Winston quedaron oscurecidas por la neblina de humo que se levantó en un instante.
"Al menos, estás guapa cuando lloras y me aceptas con calma, asà que si quieres salvar tu vida, cuÃdate"
Con esas palabras, los ojos azul verdoso dejaron de temblar y lo miraron como si quisieran matarlo.
"Dejaré ir a esos ojos rebeldes"
¿Estaba diciendo que querÃa irse ahora que lo habÃa dicho todo?
Grace miró fijamente al hombre que ordenaba los papeles extendidos y luego deslizó silenciosamente la lengua entre las muelas.
[Apretar]
En cuanto lo mordió, el sabor agudo se extendió junto con el dolor que le atravesó los ojos. Cuando cogió la cuchara con la mano ligeramente temblorosa por el dolor, en cuanto se llevó el hierro lleno de sopa a los labios, Grace dejó escapar una pequeña tos.
En el momento en que la sangre goteó del borde del plato de sopa, la mano que cerraba el capuchón de la estilográfica se detuvo.
Chak.
La mano le tembló y la cuchara que agarraba sin fuerza se hundió de cabeza en el plato de sopa.
"Ah, cof cof..."
Grace tosió violentamente, tapándose la boca con la mano. En un instante, sus palmas se ensangrentaron.
"¿Qué pasa?"
Winston giró la mesa e intentó acercarse a ella. Cuando sólo pudo dar un paso, Grace soltó sus manos ensangrentadas y se desprendió de su cuerpo.
En lugar de caer al frÃo suelo, cayó en un cálido abrazo.
Una persona que solÃa caminar tranquilamente estaba corriendo... era desagradable.
"Abre los ojos"
La mano que tocó su mejilla estaba frÃa, a diferencia de sus brazos. Tosió sangre por la boca de forma intermitente, fingiendo estar en apuros y abriendo los ojos en silencio. En el momento en que sus ojos se encontraron con los de Winston, Grace tuvo que usar todas sus fuerzas para contener una sonrisa.
Y esos ojos...
Al igual que cuando le preguntó si le gustaba, Winston se agitó.
¿Por qué? ¿No dijo que comprarÃa una nueva cuando ella muriera? ¿No dijo que se excita cuando ella sangra, verdad?
Aún asÃ, ¿por qué estaba poniendo esa cara?
Leon Winston, no puedes domarme.
Grace volvió a cerrar los ojos.
"Joder..."
Leon detuvo su mano mientras comprobaba el pulso de la mujer que se desmayó tosiendo sangre. Sus palmas, que eran tan blancas como su cabeza, estaban mojadas de sangre carmesÃ. Al mismo tiempo, su corazón latÃa desbocado. No era como cuando la mujer le mordió el labio y le sacó sangre.
El olor de la muerte no era agradable.
Era la primera vez desde aquel dÃa, hace mucho tiempo, en que encontró a su padre en un acantilado remoto. TenÃa miedo de la sangre.
... No, él tenÃa miedo sólo de la sangre de esta mujer.
º º º
Leon extendió su mano enguantada de negro hacia la pequeña cápsula. Cuando la levantó a la luz del sol, se reflejaron tenuemente cristales blancos en la pelÃcula de color blanco lechoso.
"Debe de ser cianuro"
Preguntó a Campbell, volviendo a guardar la cápsula de veneno en la cajita de madera y quitándose el guante.
"¿Dónde estaba?"
"Estaba en un colchón encargado para la cámara de tortura"
"DebÃan de saber a través de esa mujer que sólo se suministraba a la cámara de tortura"
"SÃ, eso parece"
"Lo he pensado desde que era criada, pero es una mujer realmente innecesariamente diligente"
Campbell se quedó en silencio, sin saber cómo reaccionar.
"Por cierto, la dirección es bastante estúpida. Si lo ponen en el colchón o algo asÃ, no sabrán qué posibilidades hay de que ella lo reciba a tiempo"
Sin embargo, al final no fue una estrategia muy equivocada, ya que agotaron las existencias en un mes y tuvieron que pedir más.
"Bastardos, sólo me han dado la pista de que la mujer conoce información muy importante... Información que pondrÃa en peligro a la cúpula si se revelara"
Ningún rebelde habÃa recibido nunca una orden que le obligara a suicidarse de esta manera. Los que han sido capturados hasta ahora han sido peces pequeños, o incluso si en raras ocasiones se ha capturado un pez gordo, como un fanático, mantienen la boca cerrada hasta el final.
Sin embargo, los dirigentes, que tenÃan una gran fe en sus camaradas, sólo querÃan deshacerse de esa mujer. Significaba que tenÃan una razón para volverse contra la mujer, que era una seguidora fanática más que nadie.
...¿PodrÃa tener algo que ver con la razón por la que sus dos padres murieron, y su hermano se apartó de los rebeldes?
'Pero, ella dice que aún no ha cambiado de opinión'
¿Qué deberÃa hacer para que se volviera contra los rebeldes?
Mientras la mujer estuviera en sus manos, pensó que funcionarÃa. Sin embargo, los humanos eran animales codiciosos. Él también era un ser humano indefenso.
¿DeberÃa dejar que conociera a Jonathan Riddle Jr. y averiguar por qué?
Si era asÃ, podrÃa acabar partiéndole la barriga a una gallina que un dÃa podrÃa poner huevos de oro. Puede que huya, sin saber que la vigilan, o puede que desconfÃe de su entorno y se niegue a contactar con sus antiguos camaradas...
Decidiendo utilizarlo como último recurso, Leon dirigió su atención a la carta del pequeño Jimmy que estaba en la caja de veneno.
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