Grace miró sin comprender el plato de sopa astillado y soltó una risita.
Mi situación es realmente...
Uno de los soldados le entregó una sopa clara hervida con ingredientes sobrantes a modo de desayuno. Era el menú que siempre llevaba a los "invitados de la sala de tortura".
Los únicos ingredientes eran raÃces de cebolla y tallos de zanahoria. Sólo habÃa un cuenco de sopa en la bandeja porque ya no estaba 'Sally', que proporcionaba huevos cocidos o pan al ejército revolucionario capturado.
Nadie le puso morfina en la boca.
Le palpitaba el estómago. Al tirar de sus muslos, le dolÃa la rodilla magullada.
Grace fruncÃa el ceño cuando sus sensibles pezones rozaban su sujetador con cada respiración. Al final, se echó la sopa y se tumbó en la cama. Fue un alivio tener sábanas extra en el armario. Por mucho que le costara, no se acostarÃa sobre una sábana sucia.
Las costumbres humanas daban miedo... ¿O deberÃa decir que era resistente?
Después de que Winston se fuera anoche, habÃa estado trabajando con increÃble diligencia hasta el desayuno. Cerró los ojos un momento y limpió los restos de sexo de la cama y el suelo. La sirvienta de la cámara de tortura borraba los rastros de tortura sobre sà misma.
...¿DebÃa reÃr o llorar ante esa contradicción?
Luego, trató de borrar los rastros dejados en su cuerpo, pero no fue fácil. A medida que la lechita y la sangre coagulada se iban lavando, los moratones y las marcas de dientes dejados en el cuerpo se hacÃan más claros.
No era lo único que estaba más claro.
El olor de Winston todavÃa parecÃa persistir en la punta de su nariz.
Definitivamente era un olor que deberÃa haber sido borrado de esta cama y de su cuerpo. Mientras Grace se estremecÃa ante el olor corporal que flotaba a su alrededor como un fantasma, incluso el sonido de su respiración jadeante como la de un animal permanecÃa en sus oÃdos. Entonces, cuando cerró los ojos con fuerza, se desplegó vÃvidamente.
El rostro y la desnudez del hombre, que la aplastaba mientras la miraba con ojos ebrios de la alegrÃa del conquistador...
"Estás chorreando leche".
De repente, recordó uno de los momentos asquerosos de la noche anterior.
Ajustó el hueco de la punta de su polla a los picos de Grace, y luego dejó salir su lechita. El lÃquido blanco lechoso con textura de miel se acumuló en el pico plano y corrió por el puntiagudo pezón hasta la suave carne.
Winston lo contempló y se burló de ella, diciendo que Grace estaba lactando. No parecÃa que la gente actuara tan mal en el burdel.
"¡Ah!"
Grace se rodeó el pecho con los brazos en tardÃa defensa y sacudió el cuerpo.
Incluso el más leve contacto entre las dos capas de ropa hizo que sus pezones hormiguearan. Como Winston lo habÃa estado mordisqueando toda la noche, el trozo de carne no volvió a su forma lisa original, sino que se hinchó todo el tiempo, haciéndolo aún más doloroso.
Levantando el cuerpo, abrió el equipaje que habÃa junto a la cama. Se cubrió la blusa con un punto puntiagudo en forma de abalorios con una gruesa rebeca y miró en la maleta para ver si faltaba algo.
El soldado raso que le habÃa dado el desayuno hacÃa un rato habÃa traÃdo su equipaje. Probablemente lo abrieron y lo inspeccionaron. Fue una suerte que no hubiera ningún objeto que contuviera información importante.
"¿Por qué esto...?"
No faltaba nada, pero habÃa algo que deberÃa haber faltado.
HabÃa una caja de medias de alta calidad que habÃa sido apartada en la cómoda de la habitación de la criada y que ahora estaba en el equipaje. ParecÃa que el soldado que estaba revisando el equipaje pensó que pertenecÃa a Grace y lo metió por error.
'...Esto es de Winston.'
Sacó la caja de medias, la colocó sobre la mesa de hierro que habÃa en medio de la habitación y se tumbó en la cama.
"Ugh... haa..."
Todo su cuerpo gritaba, pero su mente estaba quieta.
"Ayer creà que iba a morir...
Hoy, estaba extrañamente tranquila. ¿Era resignación o disciplina? Después de que la tormenta pasó, vino el silencio, pero Grace sabÃa...
...que la tormenta no habÃa hecho más que empezar.
'No te agites.'
Hoy puede ser más doloroso que ayer.
Grace se reprendió a sà misma mientras reflexionaba sobre todos los pensamientos egoÃstas que tuvo anoche tras ser empujada al borde del abismo. A medida que pasa el tiempo, sus poderes mentales se desmoronan. Sólo habÃan pasado dos dÃas, asà que no deberÃa derrumbarse ya.
No te agites. No te agites".
Como si se estuviera lavando el cerebro, alguien llamó a la puerta de hierro.
Era extraño. Nadie llamarÃa a la puerta de la cámara de tortura. Tal vez, todos lo sabÃan, pensaban que no era necesario respetar la intimidad de la persona que estaba dentro, asà que se limitaban a abrir la puerta.
Ahora que lo pienso, el soldado que trajo el desayuno hace un rato también llamó a la puerta.
'...¿Qué? ¿Estaban siendo considerados porque soy una mujer?'
contestó Grace mientras se levantaba y se sentaba.
"SÃ, pase".
Ja. Se oyó una risa triste. ¿Qué broma cruel es esta? Responder como si la cámara de tortura fuera su habitación.
Cuando la puerta se abrió, apareció el teniente Campbell.
"Siéntese, por favor".
Señaló la mesa de hierro con la carpeta de expedientes en la mano. Grace se sentó en la silla y miró al teniente de enfrente.
Sabe lo que pasó ayer, ¿verdad?
Se humedeció los labios resecos y se subió aún más el collar de volantes que cubrÃa su cuello. De todos modos, él ya lo sabÃa. No habÃa necesidad de mostrarle al teniente ni siquiera las pruebas desnudas.
Era vergonzoso mirarle a los ojos. Tal vez el teniente pensara lo mismo, y no miró directamente a Grace, sino que comenzó el interrogatorio mientras miraba la carpeta con las palabras "Grace Riddle" escritas en la portada.
"Padre, Jonathan Riddle".
"SÃ."
"Madre, Angela Riddle".
"SÃ."
Tras comprobar su identidad, la acusó de cargos y le preguntó si lo admitÃa.
"¿Admites haberte infiltrado en la importante instalación militar ubicada en la residencia de Winston?".
"SÃ."
Este era el procedimiento habitual antes de un interrogatorio en toda regla. Grace se sintió aliviada al ver que Campbell seguÃa el procedimiento como de costumbre.
Entonces, al final del dÃa, Winston informarÃa de su detención al Mando Occidental. Debido a su apellido Riddle, Grace estaba clasificada como Persona Peligrosa de Nivel 1. Eso significaba que sus superiores le prestarÃan atención.
Ser "grande" era molesto, pero a veces beneficioso.
Se necesitarÃan muchos oficiales para interrogar a una sola Grace. Siempre habrÃa incontables ojos observándola.
Asà que Winston, que valoraba su dignidad como noble, no la tratarÃa como a un perro con cuernos. Posiblemente, ella se trasladarÃa al Mando Occidental. Era principio de Winston que las mujeres no fueran interrogadas en esta cámara de tortura.
"Por favor...
Ya fuera el Comando Occidental o el campo de concentración, por favor, déjala salir de aquà en unos dÃas. Si Winston liberaba a Fred como habÃa prometido, Jimmy serÃa contactado hoy mismo. Entonces, establecerÃan un equipo de rescate y tratarÃan de rescatarla del convoy.
Grace sólo tenÃa que salir de esta mansión.
"¿Qué pasó con Fred?"
El teniente asintió con la cabeza en señal de que habÃa sido liberado y murmuró.
"El capitán Winston es un caballero capaz de cumplir sus promesas a una dama".
Ante esas palabras, Grace se mordió los dientes, intentando contener el ridÃculo.
'...¿Caballero? Qué gracioso. ¿Estaba siendo sarcástico?
Sin embargo, no habÃa tal matiz. ¿Le habÃan lavado el cerebro? Debe haber escuchado todos los sonidos vulgares que se filtraron de esta habitación ayer.
"No sé. Ese señor me llamó puta".
Campbell curvó las cejas y miró con odio al astuto y sonriente espÃa. En realidad estaba conteniendo las palabras de que ella era una puta desde su interior. Sólo porque temÃa al capitán Winston la trataba con el respeto de una dama.
La rata, la invitada a la cámara de tortura, la novata, la tonta...
El Capitán siempre llamaba asà a los rebeldes Blanchard, pero seguÃa llamando Riddle a la mujer. No fue ninguna sorpresa que volviera a recordar la cara del Capitán en el momento en que Wilkins reveló la identidad de Sally.
Leon Winston tenÃa la cara de un hombre con el corazón roto.
'Ha... Él como el espÃa, ¿qué hacer?'
Leon era también la persona que parecÃa más alejada de una mujer hasta el momento. Aún asÃ, no era para Campbell aconsejar porque el capitán ya sabÃa mejor.
Los hombres, especialmente los soldados, olvidarÃan pronto a la mujer conquistada. Aun asÃ, si Campbell llamaba "puta" a una mujer sobre la que el Capitán aún no se habÃa decidido, sólo él saldrÃa volando de su vista. Asà que ordenó a los soldados a sus órdenes que trataran a Grace Riddle con respeto.
Pero, esta mujer...
"¿Por qué el Teniente Campbell me llama dama? Hablar con respeto y llamar a la puerta son comportamientos inusuales hacia una espÃa".
Ella seguÃa provocándolo para que la llamara puta.
Era inútil ya que su futuro era sombrÃo, y el Capitán pronto la enviarÃa al campamento y se olvidarÃa de ella.
"Mira, no intentes meter cizaña".
Ni amenazada ni asustada, la mujer ladeó la cabeza.
¿"Meter cizaña"? Si le digo al capitán que me insultaste por puta, ¿te odiarÃa el capitán? ¿Por qué?"
"Yo hago las preguntas".
Sin embargo, la mujer no le escuchó.
"Ah, con esa lógica, serÃa más efectivo decir que intentaste atacarme. Gracias por la útil información".
¿Qué era esta mujer? Campbell se quedó sin habla.
La criada, que siempre era amable, no aparecÃa por ninguna parte. Campbell vio a su superior en la espÃa. ¿Lo consiguió después de andar con el capitán? O, puede ser que aves de un mismo plumaje se hayan juntado por casualidad.
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