Martes, 16 de Febrero del 2021

Historia en la Biblioteca 24

"Oh, sí, entiendo lo que quieres decir. Por eso me esforcé en que me asignaran a la biblioteca cuando llegué al Palacio Real"

La biblioteca del Palacio Real era tan grande que resultaba fácilmente laborioso encontrar los libros que uno quería. Sin embargo, el encanto residía precisamente en su gran tamaño. La sensación de haber encontrado casualmente una joya después de que Vivian se pasease por allí. La sensación de lanzarse a la aventura hacía que su corazón revoloteara de emoción.

Para ella, los libros eran guías que la transportaban a un nuevo mundo que no habría podido experimentar en el actual.

"Efectivamente, sabes bastante"

Sabía que su afición a recorrer la biblioteca en busca de nuevos libros sería similar. Vivian se emocionó al pensar que había encontrado algo en común con Ray.

"Para ser sincera, mi sueño es viajar por todos los rincones del Imperio en busca de libros descatalogados. Bueno......, como entiendo muy bien que no puedo salir del Palacio Real, estoy cumpliendo mi satisfacción con lo que tengo"

No pudo evitar terminar la frase de esa manera y se deprimió. Vivian abrió la boca para refrescar el ambiente que había empezado a decaer.

"¿Es eso divertido? Es filosofía, ¿no?"

Era un comentario que demostraba descaradamente que la filosofía no era de su preferencia. Ante eso, Ray respondió con pericia mientras pasaba la página. "No tengo una preferencia clara por los libros. Soy el tipo de lector que desea un conjunto diverso de conocimientos y opiniones".

"Wow....... A este ritmo, acabarás leyendo todos los libros de la biblioteca"

"He leído la gran mayoría de ellos"

"......¿Perdón?"

Vivian respondió con una pregunta como si le costara creer sus palabras y miró alrededor de la biblioteca. La biblioteca estaba llena de cientos, miles, diez mil libros que hacían difícil mirarlos todos de un solo vistazo. Para leer todos los libros de la biblioteca, parecía que ni siquiera 200 años serían suficientes.

Vivian, que había completado más o menos los cálculos en su cabeza, miró a Ray como si mirara a un niño quisquilloso y respondió con una sonrisa: "Parece que tienes una preferencia".

Por primera vez desde que se había sentado, su mirada se dirigió directamente hacia ella.

"Entonces, ¿puedo presentarle un libro que podría aumentar los conocimientos y la perspicacia de Ray?"

Vivian se llenó de la determinación de una bibliotecaria para presentarle un libro interesante. Podría ser una oportunidad para ganar puntos ante el severo y desinteresado erudito.

'Entonces, reza'

Tal vez su reacción provenía de la curiosidad que le producían las palabras de un "libro nuevo". Ray dejó de buena gana el libro que estaba leyendo y dirigió su atención hacia ella.

"La última vez, habías pedido prestada una novela romántica. Si te gustó leerla, me gustaría recomendarte también este libro"

Vivian no sólo era experta en dar consejos sobre la vida amorosa de los demás, sino también en recomendar libros. Al presentarle a Ray una nueva novela romántica, trató de dar vida al deseo de romance en su vida que él mismo no sabía que tenía.

"Aunque se trata de la misma novela romántica, el género es un poco diferente. En otras palabras, esta novela presenta la combinación de dos almas, una de las cuales es la protagonista, que es pura como una flor que florece incluso en la desesperación, mientras que la otra es...... ¿Oh, oh?"

Vivian estaba en medio de su explicación de la trama del sufrimiento de una chica y de cómo maneja su primer amor. Sin embargo, sintió un repentino escalofrío de una desgracia que pronto llegaría.

La portada del libro y el libro que le habían explicado a Ray no coincidían.

La súbita ansiedad instintiva que le decía que algo iba definitivamente mal la abrumó. Su boca, que había explicado con entusiasmo, se cerró de inmediato.

Espera. La portada del libro que estoy sosteniendo ahora mismo me resulta bastante familiar.

¡Los colores que parecían arder apasionadamente! En el momento en que Vivian cayó en la cuenta, se estremeció de sorpresa y comprobó el título del libro.

Cuando empezó a leer el título con un tartamudeo, la suave voz de Ray se oyó claramente desde el otro lado de la mesa.

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