ECYLD V1 4.1

ECYLD V1 4.1

Jueves, 28 de Julio del 2021



El Conde y la doncella  V1 4.1



Tan pronto como Shada abrió los ojos, la brillante luz del sol la hizo fruncir el ceño, y mientras bostezaba, se congeló cuando hizo contacto visual con Huey, quien la miraba en silencio justo en frente de ella. Al instante, tuvo hipo, dificultándole bostezar adecuadamente.

Huey sonrió, y beso delicadamente su frente. 


"Buenos días"


Dijo con una voz grave que se hundió en sus oídos adormilados, haciéndole cosquillas


”¿Dormiste bien?"


'¿Dormí bien?'

Después de hacerlo dos veces, el cansancio y la sensación fresca después del baño caliente, la hizo caer profundamente dormida. Además... Ayer...

De repente, la dulce y ronca voz del conde sonó en su cabeza: 



“Me gustas, señorita Shada"

“Me gustas..." 



'¡Por dios.!... Ayer... ¿Pasó tal cosa?'

Shada se sonrojó furiosamente, y miró estúpidamente al conde con los ojos como platos, sintiendo que el aire no llegaba a sus pulmones. Sin embargo, cuando se cruzó con los ojos entrecerrados del conde, cambió rápidamente a una expresión indiferente... o casi...


“¿Qué es tan asombroso? ¿Es extraño ver mi cara por la mañana?"

“¡No! Eso no..“


'Ah, ¿Qué hago? ¿Qué digo? ¿Qué diablos era todo esto? ¿Cómo pasó esto?'

Ayer, la realidad que se le había escapado salió a la superficie tan pronto como llegó la mañana. Shada era, en una frase: un crisol de confusión. 

'¿Le gusto a este gran conde? ¿A esa persona? No, ¿por qué diablos? ...No, ¿Qué se supone que debo hacer ahora?'

La emoción, y los latidos momentáneos; el miedo y la ansiedad... todo al mismo tiempo presionaron su pecho como una gran roca. La parte más grande de su inseguridad y su miedo era debido a la viciosa princesa Julia. 

Shada, con su ropa de sirvienta y sus manos feas que estaban gastadas y ásperas debido a tantos años lavando ropa y haciendo las tareas domésticas... No era nadie a comparación con el noble Conde Kirchner, que tenía renombre en el país; que caminaba orgullosamente por los pasillos del palacio real y que levantaba miradas de envidia, tanto nobles como sirvientes... 

Shada apretó entre sus manos el edredón perfumado, encogiéndose de hombros en su lugar. Estaba tan enterrada en su confusión, que ni siquiera se había percatado de que el conde había sido espectador de todos los cambios que su rostro había dado.


“Señorita Shada"


'Realmente no puedo gustarle a esa persona'

Fue una negación autodefensiva

'Incluso si él dice que fue sincero... Aun así, nada cambia'

Shada luchó por concentrarse solo en eso. Para ella, no era un lujo dudar y poner a prueba el corazón del conde si no quería salir lastimada con falsas esperanzas. 

Era una tontería correr hacia un acantilado cuando el final era obviamente una caída libre al vacío. Independientemente de la voluntad de ese hombre; las circunstancias y el estado que los rodeaba a ella y a él estaban muy determinados. Después de todo, él era un noble; un conde, y ella misma era una doncella; su sirvienta. Ya estaba acostumbrada a aceptar esas realidades.

Esa era la forma en la que se salía menos lastimada. Por eso Shada no preguntó después de la confesión del día anterior qué quería hacer con ella como la otra vez, porque ya conocía la trivialidad con la que ese hombre podía disponer fácilmente de una sirvienta. Ni siquiera quiso conocer la respuesta. 

De hecho, no quería que dijera nada. Cualquier cosa solo la heriría. Había aprendido desde muy temprano que cada herida del mundo eran una forma diferente de decepción; todas expectativas que fueron traicionadas. 

Ella sabía lo que tenía que hacer: Tenía que dejar atrás sus propias ilusiones, sueños de mierda y juegos de amor poco realistas. 

'Tengo que cortarlo. Oh, pero tengo que durar un mes... No, más importante, ¿Cómo reaccionaría ese hombre si lo rechazo? ¿Se enojaría? No, no lo haría; incluso si es un aristócrata, no es ese tipo de persona... ¿O sería capaz de moler mis mejillas a golpes y echarme de la casa porque no le correspondí?'

De repente, la imagen del rostro de Huey alejándose de ella con frialdad acusándola de haberlo insultado apareció en su mente. 


"¡Ah!“ 


Shada entró en pánico

'Habría sido muy difícil evitarlo la primera vez'

Quiso llorar. 

'¿Qué demonios estás haciendo? ¿Estás asustada, pero odias que te descuiden?'


“Señorita Shada" 

“¿Sí?“


Shada se sorprendió, y su corazón dio un vuelco cuando su mano agarró la de ella, quien se estaba mordiendo las uñas. No se había dado cuenta que tenía la punta de los dedos hinchadas, a punto de sangrar si se mordía un poco más.

Mientras los ojos verdes del conde se hundían en las heridas de las puntas de su dedo en silencio, Shada quiso esconderse en un agujero. En ese momento, se avergonzó de que la viera mordiéndose las manos como un niño, en lugar de preocuparse por su imagen como una adulta.

Manejada por las emociones simples y puras, se concentró en calmar su vaivén interior lo mejor que pudo, pero sentía que pronto se desbordarían de la peor manera. 


“Esa expresión de nuevo”


Sonrió brevemente Huey en sus ojos rosados que parpadearon rápidamente hacia él 


"Es como si fueras a llorar. Ayer te dije que era peligroso llorar frente a mí. ¿Me estás tentando?"

“¡No!“


Lo pensó y gritó rápidamente.

Entonces, Huey se rio frente a su rostro espantado y su mirada sensible. Probablemente, para aliviar su estado de ánimo un poco rencoroso. Su rechazo hizo que uno de los rincones más pesados de su ser se calentara como si se estuviera quemando con el sol. 


“Oh, tal parece que mi cariñoso afecto es como un agridulce veneno para la señorita Shada..."


Ante sus ojos helados, Shada habló sin subir la voz ni bajar la cabeza. Aunque eso parecía una tarea imposible.


“No. Solo... Yo... Tengo miedo“


Desde que dijo que le gusto, yo... tengo miedo... 


“.....“


Huey no dijo nada, y la miró como si estuviera esculcando en su corazón, pero Shada evitó su mirada en todo momento. No quería ver su reflejo en sus ojos oxidados. Le dolía el pecho. 

Cuando el conde derramó un profundo suspiro, sus hombros temblaron. Como si se tratara de un perro que decepcionó a su dueño, Shada percibió una extraña sensación de aburrimiento en él. Tuvo miedo.


“Señorita Shada“


La llamo, pero ella no quiso ver qué tipo de expresión estaba haciendo


”Shada“


La llamó de nuevo.

Al ver que Shada no volteaba a verlo, la gran mano del conde se estiró, sosteniendo con fuerza la pequeña barbilla, y la besó con coraje contenido.


“¡Mmm!"


Shada giró la cabeza para rechazarlo, y trató de empujarlo de los hombros, pero su muñeca fue agarrada firmemente y sostenida sobre su cabeza. Huey abrió sus labios, luchando con su presa, besándola salvajemente. 

Un sonido bochornoso y húmedo se escuchó en sus tímpanos mientras Shada seguía sacudiéndose, tratando de apartar la cabeza y no mezclar sus lenguas. Pero de nada sirvió. Poco después, su gemido se convirtió en un sollozo débil. Los movimientos suaves de su boca sobre la suya saboreando lentamente sus labios hormigueantes, fueron como si tocara su interior, y la desarmaran por completo mientras la acariciaba como un niño.

Sintió el olor de su cuerpo embriagándola en la punta de su nariz, y escuchó el sonido de su corazón a través de su firme pecho apretándose al suyo. A diferencia de su corazón que se detuvo por los besos suaves, el de Huey latía abrumadoramente. Parecía que su corazón estuviera a punto de salirsele; era como si tocara una y otra vez la puerta de su pecho, llamándola. 


“Me gustas"


Shada estuvo a punto de derramar lágrimas. Un extraño sentimiento que era dificil de expresar con palabras la paralizó, y eliminó lentamente la fuerza de su cuerpo, dejando solo unas insistentes ganas de llorar.

Huey la agarró por las mejillas, y lamió sus pequeños labios como si se estuvieran derritiendo. Y esa vez, Shada lo siguió. Sirvienta y amo se sumergieron el uno en el otro. Shada cerró los ojos y se colgó a su cuello para atraerlo a ella mientras Huey la rodeaba posesivamente de la cintura. Ambos se abrazaron, se besaron y se sintieron.

Cuando Shada lo abrazo con fuerza como un niño que por fin encuentra refugio, Huey se movió a su gusto. Ahora parecía que estaba más colgado a ella que nunca. La besó apasionadamente, conquistando cada centímetro de sus jugosos labios hasta que quedaron sin aliento, incluso así, mantuvo sus labios juntos.


“Hah... ha... “


Huey recobró el aliento, mirándola y respirando salvajemente.

Sus ojos verdes, oscurecidos, estaban de algún modo tranquilos, como un bosque sombrío en la noche. El conde acarició las mejillas de su sirvienta desorientada por la excitación del momento, tocó su cabello desordenado tiernamente, manteniéndose en silencio durante mucho tiempo. 

Entonces se rió. 


“Estaba equivocado... Él estaba en lo correcto"

“¿Amo?"


No lo entendió en absoluto.


“Lo lamento. Tal vez, incluso ahora, aunque te enojes conmigo... aunque me rechaces..., no lo aceptaré...“


Dijo tercamente.

Shada se distrajo con los ardientes ojos verdes de Huey que brillaban hermosa y peligrosamente como la misteriosa llama verde de un mago en una expresión fuertemente reprimida.

El conde apretaba la mandíbula y fruncía el ceño como si todo lo que había estado soportando a su manera explotara después de tanto tiempo. Pero, irónicamente, a pesar de que este aterrador dueño estaba enojado, no estaba asustada en absoluto. 


“Mis sentimientos... ¿Solo te asustan? ¿Por qué?"


Por primera vez, los ojos verdes, que siempre se habían mostrados fríos o con un brillo sensual, por un instante parecieron heridos; pero solo un instante porque inmediatamente, ese sentimiento desapareció de ellos, como si hubiera sido una ilusión. Huey, después de tocar ligeramente la pequeña barbilla de Shada con el pulgar, se levantó de su asiento.

Shada, que vio su desolada e imponente figura alejarse, casi lo agarró del brazo sin saberlo, pero luego se puso rígida. 

'¿Qué hago con agarrarlo?'

Sintió como si las lágrimas pugnaran por salir de su corazón oprimido y encogido. 

'Si incluso lloro y grito, ¿se resolverá todo lo acumulado en él?'

En ese momento, algo que había soportado todo el tiempo estalló impulsivamente de entre sus labios:


“¡Yo...! “


Fue el primer sonido fuerte que hizo. Cuando Huey se dio la vuelta, Shada se tomaba las manos con fuerza con los ojos cerrados de igual manera. Se sentía abrumada al verse reflejada en los hermosos ojos verdes de esa persona


”Yo... “


Sus hombros temblaron.

Ella sabía que él mismo se sentía frustrado y triste, pero para Shada... Simplemente, no tenía la pasión ni el coraje suficientes para enamorarme de él con todo lo que tenía; y eso era la vulgaridad de la gente de clase baja que vivía el día a día. Ella solo era una sirvienta que trabaja duro para sobrevivir. Conocía bien su lugar, y no era codiciosa al respecto. 

Sabía que había tenido suerte todo este tiempo, ya que ni siquiera tenía una familia con la que contar de su lado. Sin embargo, Shada susurró con todo su coraje y corazón. 


“Lo siento, Amo... Yo..."


Aun sintiendo su mirada silenciosa, Shada levantó la cabeza.


“Estoy asustada... Tengo tanto miedo de morir. Solo soy una sirvienta..."


Ésa era su sincera opinión. El amor puede desarrollarse plenamente sólo cuando la supervivencia y la tranquilidad básicas son las bases de él. Había chistes de que el peligro y la crisis son las chispas del amor, pero, al menos para Shada, eso no era cierto.

De repente, Shada se encontró sollozando. Aunque se sentía estúpida, estaba infinitamente triste y resentida con su dura realidad, por lo que era difícil reprimir su dolor. 

'Oh, que mal, Shada. ¿Qué es lo que haces llorando frente a él después de lastimarlo?'


“¡Uhm! Lo siento Lo siento. ¡Urgh! Es injusto. Es injusto. Es injusto. ¡En la próxima vida, seguramente naceré noble!"


Shada lloró y lloró. 


“No es que usted no me guste, snif... El maestro es una buena persona. Lo sé, pero... pero ¿Qué pasa con las cosas aterradoras? ¡Le tengo miedo a la ira de la princesa Julia! ¡No quiero que me golpeen con un látigo! ¡Me aterra que el dinero no me permita ser tratado como mi hermano menor y muera después de sufrir la ansiedad de no encontrar ayuda! ¡Temo que después ni siquiera habrá nadie para grabar mi nombre en mi lápida! ¡También da miedo que la gente me señale como una sirvienta que solo es una perra aprovechada! ¡Al final, todo será culpa mía y al final solo yo seré desechada!"


El rostro de Huey, que hasta ese momento estaba escuchando los temores de Shada sin expresión, se distorsionó. Bajó los ojos, y luego volvió a levantar la cabeza lentamente, mirando a la pobre y encantadora mujer que lloraba desconsoladamente. Camino hasta ella, la contuvo en sus brazos, y suspiro. Huey la abrazó, y dejó que llorara en su pecho.


“¿Será por que muestro mi sinceridad y lloras?"


Shada hipó, divertida. 

Huey le acarició el largo cabello negro que se derramaba por la pequeña espalda, y murmuro disculpas mientras la sostenía como a un niño entre sus brazos. Naturalmente, Shada enterró su rostro en su ancho pecho, y se tragó su llanto. Había hecho algo feo e incómodo, pero aparte de esa vergüenza, su corazón estaba menos apretado.

Trabajó duro para soportar esa vergüenza. La mano del hombre que toca la punta de sus orejas rojizas se sentía caliente como el carbón. Huey la abrazó, y luego se puso de pie suavemente. Como si contemplara sus pensamientos, los ojos verdes se dirigieron mucho más allá de la ventana soleada. 


“Estoy tratando de entenderte... ¿Pensaste que iba a jugar contigo? ¿Te desecharía? O... Mierda. ¿Así que pensaste que era como los idiotas que están por todos lados?"

“Eso no es..."


Shada negó con una voz de mosquito. Pero Huey la ignoro.


“Bien. Desde el punto de vista de Shada, es razonable su decisión, ¿cierto? Pero no sé por qué me siento tan sucio"


Era una voz suave, pero parecía que el calor hirviente estaba aumentando. Shada miró la expresión ansiosa y seca de Huey, y se dio cuenta de cómo fruncía el ceño, evitando mirarla. Atrapó la punta de sus dedos entre sus dientes, mordiendo las uñas con ansiedad


“Lo pensé desde antes, pero tienes un mal hábito. Por favor, no lo hagas. ¿No duele?"

“Es...un hábito de la infancia“


Murmuró como gateando. 

'Además, no duele mucho porque tengo callos...'

Huey frunció el ceño como si el pensamiento hubiera aparecido en su rostro. Sacó su pañuelo, y lo colocó suavemente en su dedo que había comenzado a sangrar. 

Shada miró fijamente sin comprender el sentimiento desconocido en su pecho mientras observaba como Huey trataba cuidadosamente sus heridas. Besó su pulgar envuelto tiernamente como si dijera que su mano áspera era bonita. 


“Aunque dije que me gustaba la señorita Shada, ¿no lo creíste?"


'Me vas a abandonar'

Shada negó con la cabeza. Simplemente, no podía apartarse de la realidad; su identidad y su entorno. Agarró la camisa de Huey un poco nerviosa de tener que volver a ver sus ojos verdes heridos, y se resintió con su personalidad pasiva y tímida. Quería expresar su postura y corazón claramente, pero eso parecía algo imposible para ella. Su corazón palpitó, congestionado.


“No, yo... soy una sirvienta"


Hizo lo mejor que pudo, creyendo que tal vez la razón fundamental era suficiente... Huey entrecerró los ojos mirando sus orbes rosados como si estuviera colgando de ella sin saber qué hacer.

Y de repente, su gran mano acarició tiernamente su mejilla seca. 


“Me rechazas, pero, de todos modos, lloras... ¿Significa que tenías miedo y por eso te alejabas de mí? No sé cómo tomar esto"


Una leve sonrisa se formó en la boca de Huey. Shada de alguna manera sintió que su ritmo cardíaco se había acelerado.


“Pero supongo que me gusta de esta manera“


Entonces, su voz se rompió peligrosamente baja.


"Es mejor que intentar dejarme sin decir nada...“


Inclinó la cabeza más cerca de Shada, quien estaba sorprendida.

Huey la miraba con esa expresión enojada de antes. De hecho, era como si nunca se hubiera apagado; como si el fuego que había estado ardiendo todo el tiempo por fin se hubiera exprimido hacia afuera. Shada reconoció vagamente la paciencia del conde. Ciertamente era una persona aterradora, a pesar de que era amable con ella.

Puede parecer peligroso, pero la diferencia lo hizo extrañamente más desgarrador. Huey serio encantadoramente. 


“Eres una gran mujer. Fingiendo no tener poder, me sacudes y me balanceas entero. Según las palabras de la Srta. Shada, eres solo una sirvienta"

“Amo. Yo..."

“¿Recuerdas lo que dije cuando te abracé por primera vez?"


'Tal vez, podría haber sido impulsivo, pero quería apreciar aún más a la Sra. Shada. Lo suficiente como para acercarme a ti. Supongo que pensé que no estaría mal esperar hasta entonces'


"Estaba hablando de manera concisa .... Sí, quizá cuando dije que me gustabas fue impulsivo. Y entiendo que estaba tratando de aguantar el miedo, pero mis emociones eran tan abrumadoras que salían de mi boca sin saberlo. Srta. Shada, ¿conoce la sensación de ser tan feliz que no puedes controlarlo? No lo sabe, señorita Shada, y por eso hace una linda y absurda suposición de que la voy a abandonar. Pero te enseñaré una cosa más“


Dijo cambiando a una espeluznante voz


”Incluso si el corazón de Shada no me pertenece, eso es trivial. No puedo, ni quiero, abandonarla”


Dijo con atrevimiento, haciendo que sus ojos rosados temblaran bajo el escrutinio de esos helados ojos verdes que parecían devorarla.


"No me conoce más de lo que yo no le he mostrado. Así que me tiente, señorita Shada“


Dijo con un leve y amarga sonrisa; como hirviendo a fuego lento. 

Shada no había terminado de entender qué significaba su amargura cuando recibió un beso que suavemente cayó sobre su frente, y fue como si una pluma cayera con su mente confusa y complicada. No tenía idea de lo mucho que sentía él por mí.


“No importa si no lo entiende. La Srta. Shada solo necesita saber una cosa”


Su amo, que volvió a calmarse, sonrió. 


"Nada de lo que tengo es más precioso que la señorita Shada"


Sería mejor no juzgar prematuramente solo por lo que ve por fuera. Si lo hace mal, alguien podría salir lastimado.

Al final, dio una advertencia traviesa, y besó su labio. Shada rápidamente se puso roja. Dijo algo sobre Shada sacudiéndolo y balanceándolo, pero era ese hombre quien la sacudía y la balanceaba a su antojo. De alguna manera se sintió injusto. Con esa tranquilidad y esa elegancia... hacía lo que quería, y tenía lo que quería. 

Shada, con una cara de repugnancia, murmuró mientras trataba de apartar la mirada.


”Umm, Yo... tengo que salir. Tengo que empezar el día de hoy, así que..."

“No hay necesidad de hacer eso. Hoy, la Srta. Shada tiene un trabajo externo"

“¿Trabajo externo?"


Huey se rio de ella inclinando la cabeza.


“Primero que nada, prepárese para salir. Lleve la ropa más bonita. La recogeré en unas horas"

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