JIN XIU WEI YANG 299




Jin Xiu Wei Yang  299

Gran Final (1)



Traducción: Asure


Cantidad caracteres: 19713

Wang Zijing fue a ver a Li Weiyang, Zhao Yue le dijo:


—La Señorita está en la sala de estudio, por favor, adelante, Señorita Wang.


Zijing entró al estudio. Li Weiyang estaba sentada tranquilamente detrás de un escritorio, con un libro en la mano, tan absorta que parecía no haber notado la llegada de Zijing. Cuando Zhao Yue se retiró, solo quedaron las dos en la habitación.

Zijing la observó, pero Li Weiyang seguía sin hablar, así que giró la cabeza para mirar alrededor. El estudio no era muy grande, pero sí muy elegante. Cada antiguedad en el estante era una pieza rara y preciada. La mayoría de los libros estaban con las páginas amarillentas y las esquinas dobladas, lo que mostraba la amplitud de la lectura de Li Weiyang. Solo se escuchó el suave sonido de una página al pasar. Zijing no pudo evitar pensar:

'Ella debe haber escuchado mis pasos, ¿por qué finge que no se da cuenta? ¿Hice algo mal para molestar a Guo Jia otra vez?'

Zijing se quedó pensando un rato y decidió seguir con paciencia. Ella misma tomó un banquito bordado y se sentó en el estudio, esperando tranquilamente a Li Weiyang. Pasó más de una hora. Durante ese tiempo, Zijing se dio cuenta de que Li Weiyang no la estaba ignorando a propósito. Su expresión era muy seria, miraba cada libro que abría con total atención, incluso escribía comentarios con cuidado.

El tiempo pasaba, poco a poco el sol comenzó a ponerse y la luz en el estudio se atenuó. Fue entonces que Li Weiyang cerró el libro y se puso de pie.


—¿Zijing?


dijo Li Weiyang con una sonrisa.


—¿Desde cuándo estás aquí? No te había visto, ¡qué descortesía de mi parte!


Zijing sonrió. El sol de la tarde caía sobre Li Weiyang, iluminando su rostro como un cristal transparente. Su cabello, peinado en un elaborado moño, su piel, más pura que la nieve, contrastaban con su rostro al natural, sin maquillaje.


—Zijing, ¿en qué piensas?


Zijing sonrió levemente y respondió:


—Pensaba qué libro lees que te tiene tan concentrada.


Li Weiyang le entregó el libro que estaba leyendo. Zijing le echó un vistazo y vio que se titulaba Las Siete Estrategias, un ejemplar único que había quedado de la dinastía anterior. Ella sonrió con disimulo:


—No pensé que a Jia'er también le interesara el arte de gobernar.


Mientras lo decía, la estaba poniendo a prueba de forma sutil.

Li Weiyang se rio, su expresión tan serena como el agua:


—Cada libro aquí es un regalo de mi padre y mi quinto hermano, todos tienen su propósito, así que me gusta leerlos todos.


Zijing señaló la caligrafía pequeña junto al libro y sonrió:


—No solo los lees, ¡también dejas anotaciones tan detalladas!


Li Weiyang simplemente le quitó el libro de la mano, lo puso sobre el escritorio y dijo con un tono tranquilo:


—Tengo este viejo hábito al leer y no puedo cambiarlo. Zijing, ¿hay alguna razón por la que viniste hoy?


Zijing dejó de lado su sospecha y sonrió:


—Nada importante, solo que no te había visto últimamente y quise venir a visitarte.


Li Weiyang la miró con una sonrisa enigmática:


—¿Ya se concretó el matrimonio entre la familia Wang y Príncipe Jing?


Zijing miró a Li Weiyang con asombro y dijo:


—¿Matrimonio? ¿Qué matrimonio?


Li Weiyang la miró fijamente sin decir nada por un momento. Quería saber si Zijing estaba fingiendo no saber o si realmente no lo sabía. La expresión de Li Weiyang hizo que Zijing frunciera el ceño profundamente:


—Jia'er, ¿qué estás tratando de decir?


Li Weiyang suspiró suavemente:


—Parece que Zijing no quiere ser sincera conmigo.


La sonrisa de Zijing desapareció gradualmente. Miró a Li Weiyang y dijo:


—Jia'er, tal vez te oculte cosas, pero sé lo que es importante. Un evento tan grande como el matrimonio entre la familia Wang y Príncipe Jing no se podría ocultar de ninguna manera, así que, ¿por qué me haría la tonta?


La expresión de Li Weiyang cambió ligeramente:


—Entonces, General Wang Gong te lo ha estado ocultando.


La cara de Zijing palideció de inmediato. Ella dio un paso adelante, agarró la mano de Li Weiyang y preguntó:


—¿De dónde sacaste esta noticia? ¿Estás segura?


Li Weiyang respondió con calma:


—Creo que es verdad.


El color en el rostro de Zijing desapareció por completo. De repente se dio la vuelta, caminó rápidamente unos pasos por el estudio y se detuvo de golpe. Sus hermosos ojos se llenaron de incredulidad:


—¡No, no lo creo! Mi padre y mi tío nunca me usarían como moneda de cambio. Yo no sabía nada de esto.


Li Weiyang se rio:


—Yo también pensé que fingías no saberlo, pero ahora parece que incluso a ti te lo ocultaron. El General es alguien a quien no se puede subestimar, lo arregló todo sin hacer ruido.


Zijing se sentó lentamente en el banquito bordado, su expresión era de una soledad inmensa.

Li Weiyang no la interrumpió, sabía que Zijing estaba en una guerra interna. No sabía cómo se sentía ser traicionada por la familia, solo sabía que la otra persona debía estar muy triste en ese momento.

Li Weiyang giró la cabeza y le susurró a Zhao Yue:


—Ve a preparar una taza de té para Señorita Wang.


Cuando le sirvieron el té caliente, Zijing tomó un sorbo y sintió que su cuerpo, que se había quedado rígido por el frío, recuperaba un poco de calor. Sacudió la cabeza y dijo:


—Realmente no puedo creer que mis propios parientes me usen como moneda de cambio. Pensé que.......


No terminó la frase, pero Li Weiyang sonrió y dijo:


—Pensaste que si te esforzabas por ser una persona útil para la familia, no te sacrificarían tan rápido, ¿verdad?


Zijing quiso refutarla, pero no tenía palabras. Tuvo que apretar los dientes y decir:


—Mi tío y ellos me prometieron que no usarían mi matrimonio como una transacción.


Li Weiyang se burló:


—Por eso me gustaría saber qué promesa hizo Príncipe Jing esta vez para que incluso el general se conmoviera.......


Zijing se sentó en el banquillo bordado por un largo tiempo, hasta que la taza de té en sus manos se enfrió y el cielo afuera se oscureció por completo. Zhao Yue entró, encendió las velas y se retiró en silencio. A la luz de las velas, el rostro de Zijing se veía pálido y su cuerpo temblaba, evidentemente había recibido un golpe muy duro. Cuando finalmente se calmó, le dijo a Li Weiyang:


—Jia Er, debo irme.


Y se puso de pie para marcharse. De repente, Li Weiyang dijo:


—¿Qué piensas hacer?


Zijing se dio la vuelta y miró a Li Weiyang:


—Pase lo que pase, no me casaré con Príncipe Jing.


De repente, Li Weiyang sonrió.

Zijing la miró y dijo:


—¿No me crees?


Li Weiyang sacudió suavemente la cabeza:


—Simplemente me parece muy extraño.

—¿Qué es lo extraño?


Li Weiyang susurró:


—En mi opinión, Wang Zijing se tiene en alta estima y es arrogante, la persona que puede igualarla debe ser el hombre más destacado del mundo. Antes, te fijaste en Yuan Lie, no porque lo amaras, sino porque pensaste que podía igualarte. Ahora, si tuvieras que conformarte, Príncipe Jing también es una muy buena opción. Si Príncipe Jing puede ascender al trono sin problemas y cumplir sus promesas a la familia Wang, te convertirías en la madre del reino, ¡qué gran tentación! Zijing, ¿puedes rechazar una tentación así?


Zijing cambió de color:


—Jia'er, hemos pasado mucho tiempo juntas, ¿así es como me ves?


Una sonrisa se formó en la comisura de la boca de Li Weiyang:


—No te estoy poniendo a prueba a propósito, solo te estoy diciendo la verdad como amiga. Si no quieres escuchar, entonces no diré nada más.


Las palabras de Li Weiyang conmovieron un poco a Zijing. Ella cerró la puerta de golpe y dijo seriamente:


—Jia'er, solo lo diré una vez, escúchame bien.


Li Weiyang levantó la vista y la miró en silencio. A la luz de las velas, sus ojos brillaban, haciendo temblar el corazón de la gente. Zijing solo dijo con una mirada seria:


—Me gusta tu quinto hermano, Guo Dao, quiero casarme con él.


Li Weiyang se quedó atónita. Zijing era una persona astuta y con mucho tacto, no era alguien tan sincera, pero hoy había dicho algo tan honesto, que dejó a Li Weiyang asombrada.

Al ver la expresión de asombro de Li Weiyang, Zijing sonrió y dijo:


—Desde que nací, estoy destinada a dedicar mi vida a la familia Wang.


Sus dedos apuntaron a su corazón.


—Las personas de la familia Wang tienen todo, pero siempre sentí que me faltaba algo, ahora entiendo que me faltaba un corazón para amar. Después de conocer a Guo Dao, siempre discutía con él, pero poco a poco me di cuenta de que mi mirada siempre lo seguía. Y hoy que me dijiste sobre el matrimonio con Príncipe Jing, me di cuenta de repente de que en mi corazón ya me gustaba tu quinto hermano, nunca me gustaría nadie más, mucho menos me casaría con Príncipe Jing por el bien de la familia.


Li Weiyang siempre pensó que cualquier persona en el mundo podría decir algo así, excepto Zijing, porque la otra persona era tan tranquila e insensible como ella. Nunca imaginó que Zijing realmente lo diría, y de una manera tan franca y sin reservas. ¿Por qué una mujer tan excelente se fijaría en su quinto hermano?

La sonrisa de Li Weiyang se desvaneció un poco. Ella miró a la otra persona y dijo en voz baja:


—Zijing, debes saber que si Príncipe Jing insiste en casarse contigo, me temo que ni siquiera General Wang podría negarse.


El miedo era que Príncipe Yuan Ying, por un lado, se mostrara desinteresado en Wang Zijing frente a Duque Qi, por el otro, hiciera un trato con la familia Wang, de lo contrario, ¿por qué los funcionarios neutrales de la familia Wang apoyarían tanto a Príncipe Jing frente al emperador?

Wang Zijing se burló:


—Jia Er, para ser sincera, la persona con la que Príncipe Jing realmente quiere casarse eres tú. El hecho de que de repente cambiara de opinión es solo para llegar al trono, y yo no soy más que un trampolín para él. Pero yo, Wang Zijing, nunca seré un trampolín para nadie, y mucho menos le daré la oportunidad de echarme y casarse con otra persona después de haber triunfado. Lo más importante es que no me gusta, y puedo ignorar su propuesta de matrimonio.


Li Weiyang sonrió y dijo:


—Quizás hoy sea el primer día en que realmente te conozco.


Ella se detuvo un momento y de repente pensó en cómo Zijing la había seguido últimamente y le había pedido su opinión para todo, ¿podría ser que...?

Al ver la expresión de Li Weiyang, la cara de Zijing se sonrojó un poco. Ella susurró:


—Al Quinto Joven Maestro siempre le has caído muy bien. Si yo pudiera ganarme tu cariño, ¿no podríamos llevarnos bien después de casarnos?


Li Weiyang se rio, no esperaba que Zijing tuviera ese pensamiento, que se esforzara por complacerla frente a Guo Dao, solo esperando que él también la apreciara por su amor hacia ella. Esto era muy inusual en ella. Zijing se acercó, con los ojos brillantes, y tomó suavemente la mano de Li Weiyang:


—Jia Er, sé dónde está el corazón de tu quinto hermano.


Li Weiyang frunció el ceño ligeramente, pero Zijing sonrió y le dio unas palmaditas en la mano:


—Pero estoy segura de que algún día se enamorará de mí, así que esperaré pacientemente. En cuanto al Príncipe Jing, que se case con quien quiera, incluso si mi tío aceptó el matrimonio, que se case él mismo. Princesa Ali tuvo el valor de dejarlo todo por amor y venir a la capital, yo también puedo hacer lo mismo por tu quinto hermano. Te basta con saber que él es la persona que amo, por eso tampoco te haré daño.


Dicho esto, se dio la vuelta para irse.

Li Weiyang de repente la detuvo:


—Zijing, ¿has pensado en las consecuencias de rechazar este matrimonio?


Zijing no se dio la vuelta, su voz sonó distante:


—Lo sé, estoy dispuesta a afrontarlas.


Li Weiyang vio cómo Zijing se iba y se sentó lentamente en la silla. Zhao Yue entró con el té y, al ver la expresión indiferente de Li Weiyang, no pudo evitar preguntar:


—Señorita, ¿qué le pasa?


Li Weiyang levantó lentamente la cabeza, miró a Zhao Yue y sonrió:


—A veces, dudo si soy buena juzgando a las personas.


Zhao Yue, al escuchar a Li Weiyang decir algo tan extraño, preguntó:


—¿Señorita, está hablando de Señorita Wang?


Li Weiyang suspiró profundamente:


—Pensé que era una mujer muy orgullosa, que una mujer así nunca se quedaría voluntariamente al lado del Quinto Hermano, pero al verla tan valiente, me di cuenta de que la había juzgado mal.


Zhao Yue asintió con la cabeza:


—Yo también creo que Señorita Wang ha cambiado.


Los hermosos ojos de Li Weiyang se entrecerraron ligeramente:


—Ella siempre ha sido una persona fuerte y nunca se ha rebajado ante nadie, pero últimamente ha escuchado todo lo que le he dicho, lo que demuestra que realmente quiere ganarse el favor del Quinto Hermano. Sin embargo, mi Quinto Hermano, aunque lo sabe, no corresponde, eso me preocupa por él.


Antes de que Li Weiyang terminara de hablar, una voz vino de afuera de la ventana:


—¿Por qué te preocupas por mí? ¿Qué te hice?


Justo cuando terminó de hablar, Guo Dao ya había entrado. Llevaba una túnica plateada, se veía apuesto y radiante. Li Weiyang lo miró y sonrió:


—Siempre te gusta esconderte afuera de la ventana para escuchar a escondidas, nadie te descubre... pero tan pronto como esa persona se va, tú llegas, de verdad que tienen una conexión especial.


Guo Dao se quedó atónito, con una sonrisa congelada en su rostro:


—¿Hablas de Wang Zijing?


Li Weiyang lo miró, su sonrisa un poco traviesa:


—Lo sabes, ¿por qué finges no entender?


La expresión de Guo Dao se volvió seria:


—¿Por qué Señorita Wang se fijaría en alguien tan inútil como yo?


Li Weiyang frunció el ceño:


—Quinto Hermano, ¿por qué te dices eso?


Guo Dao se encogió de hombros con indiferencia:


—No es que me subestime, simplemente Señorita Wang no es la indicada para mí. Me temo que solo puedo defraudarla.


Li Weiyang puso una cara seria:


—No creo que realmente no entiendas los sentimientos de Zijing, has visto su cambio con tus propios ojos, ¿por qué ignoras todos sus intentos? Ella te molesta y se opone a ti porque le gustas, ¿de verdad no lo sabías?


Guo Dao se sentó lentamente en la silla, su voz llegó a la distancia, con un toque de frialdad:


—Claro que lo sé, ¿pero qué más da? Una mujer como ella, algún día se elevará muy alto, ¿verdad?


Li Weiyang permaneció en silencio por un largo tiempo antes de decir:


—En ese caso, Quinto Hermano, quiero hacer una apuesta contigo.


Guo Dao se sorprendió:


—¿Una apuesta? ¿Qué tipo de apuesta?


Li Weiyang levantó la vista y lo miró con sinceridad:


—Apuesto a que Wang Zijing renunciará a todo por ti y que al final, la persona que te acompañe será ella.


Porque Wang Zijing tiene determinación, perseverancia y... el valor de arriesgarse. En este punto, incluso Li Weiyang se sentía inferior.

Guo Dao miró a Li Weiyang con sorpresa, sin saber de dónde venía su confianza. A sus ojos, Wang Zijing no era más que una mujer demasiado delicada y altiva, a la que solo los hombres más destacados del mundo podían igualar, como Príncipe Xu o Príncipe Jing. ¿Y cómo podría Guo Dao, un inútil que nunca podría usar una espada, ser digno de la hija de la familia Wang? Sin embargo, no refutó a Li Weiyang, solo sonrió débilmente:


—En ese caso, vas a perder la apuesta.


Li Weiyang sonrió:


—Esperemos y veamos.












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Al día siguiente, Li Weiyang volvió a la residencia de la familia Wang y habló con Wang Zijing en el estudio durante dos horas. Al salir de la casa de la familia Wang, respiró hondo y sonrió de inmediato. Ahora estaba 100% segura de que Wang Zijing amaba sinceramente a Guo Dao y que no quería casarse con Príncipe Jing, lo que significaba que el plan de Príncipe Jing no funcionaría. Wang Zijing era el cerebro de la familia Wang, mientras ella se opusiera firmemente, General Wang tendría que considerar sus deseos.

Justo cuando estaba a punto de subir al carruaje, de repente vio a una persona parada en la multitud, mirándola en silencio. Llevaba una túnica de fieltro negro que le cubría la cabeza y la cara. Li Weiyang la miró fríamente. La persona, al darse cuenta de la mirada de Li Weiyang, aceleró el paso y comenzó a correr.

Li Weiyang reconoció la silueta, que le resultaba extrañamente familiar, inmediatamente se giró hacia Zhao Yue y le dijo:


—¡Síganla!


El carruaje siguió de cerca a la persona, finalmente, después de pasar entre la gente, llegaron a la entrada de un callejón vacío.


—¡Detente!


dijo Li Weiyang con frialdad. La persona vio que era un callejón sin salida, se detuvo por un momento y luego se dio la vuelta lentamente, desabrochó la túnica negra y reveló un rostro hermoso y encantador.


—Señorita Li, no pensé que nos volveríamos a encontrar aquí.

—Yo tampoco.


Después de una breve sorpresa, Li Weiyang habló con frialdad:


—La Emperatriz de Da Li, se atreve a venir a la capital de Yue Xi, ¡qué audacia!


Ping Ting no se ofendió, sino que se rio:


—Por mi amado esposo, todo vale la pena.


Dijo en voz alta.

Li Weiyang frunció el ceño ligeramente:


—¿Viniste a la capital por Tuoba Yu?


Ping Ting asintió, con una expresión de tristeza:


—Li Weiyang, ¿sabes lo que mi esposo hizo por ti?


Li Weiyang dijo con indiferencia:


—¿Qué hizo? ¿Qué tiene que ver conmigo?


El rostro de Ping Ting se ensombreció. Miró a Li Weiyang, sin poder ocultar los celos en sus ojos:


—¡No pensé que fueras tan despiadada!


Li Weiyang sonrió. La Princesa Ping Ting de ahora ya no era la amiga que la había ayudado en el pasado. Los ojos de Ping Ting estaban llenos de celos y de una preocupación infinita.

Li Weiyang se burló:


—Emperatriz, este es el país enemigo, te aconsejo que te vayas lo antes posible.


Ping Ting de repente dio un paso atrás, pero dijo en voz alta:


—¡No, no me voy!


Li Weiyang la miró:


—Te vayas o no, no puedes cambiar nada. ¿Puede una sola persona cambiar toda la situación?


Ping Ting la miró, mordiéndose los labios, pareciendo que no quería retroceder:


—¿Sabes que él comenzó esta guerra por ti, que incluso me encarceló como Emperatriz y me ordenó regresar a la capital? Si no hubiera escapado a la mitad del camino, ahora estaría confinada en el palacio de la reclusión, ¿qué sentido tendría ser una Emperatriz así? Es mejor venir aquí, arriesgar mi vida para verte y preguntarte las cosas con claridad.


Li Weiyang, al ver la expresión de dolor de la otra persona, dijo:


—¿Qué quieres preguntar?


Ping Ting dijo seriamente:


—Quiero preguntarte qué tipo de hechizo le hiciste, ¿por qué no puede olvidarte?


Li Weiyang de repente se rio. Miró a Ping Ting y dijo:


—Las personas en este mundo tienen un problema, siempre anhelan las cosas que no pueden tener, una vez que las obtienen, no las valoran. Si tú y yo estuviéramos en posiciones diferentes, tal vez él habría comenzado esta guerra de la misma manera. No seas tan ingenua, él es un hombre y también un emperador, sabe lo que está haciendo. Emperatriz Pei debió haberle prometido las condiciones suficientes para que él se levantara en armas, y no solo por una mujer.


La perspectiva de hombres y mujeres es diferente. Para Ping Ting, esas diez ciudades no eran nada. Ella creía firmemente que Tuoba Yu hizo esto solo para conseguir a Li Weiyang. Por lo tanto, no creyó en el análisis y juicio tranquilos de Li Weiyang, solo dijo con frialdad:


—Li Weiyang, debes regresar conmigo para verlo.


Li Weiyang parecía incrédula, luego mostró una sonrisa burlona. Ping Ting preguntó:


—¿De qué te ríes?


Li Weiyang dijo lentamente:


—Me río de una persona ridícula.


Las palabras tajantes de la otra persona parecieron herir sus ojos. Ping Ting no pudo evitar preguntar:


—¿Qué tiene de ridículo lo que digo?


Li Weiyang dijo con calma:


—Ping Ting, si regreso a su lado, ¿aún tendrás un lugar?

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