Jin Xiu Wei Yang 268
La muerte de Wang Yan
Traducción: Asure
Cantidad caracteres: 46530
Li Weiyang abrió los ojos suavemente. Yuan Lie, al verla despierta, irradiaba una alegría que casi desbordaba. Con voz suave, preguntó:
—Weiyang, ¿estás bien?
Li Weiyang parpadeó, sonriendo levemente.
—Al menos sigo viva.
Yuan Lie sintió un ligero ardor en sus ojos. Al verla despertar, su corazón inquieto finalmente se calmó de golpe.
—Si no fuera por esa medalla de Buda, me temo que hoy no te habría visto.
Mientras decía esto, una expresión sombría apareció en sus ojos.
Li Weiyang se sobresaltó, mirándolo fijamente. Al principio no lo notó, pero al calmarse, se dio cuenta de lo terriblemente delgado que estaba. La línea de su mandíbula, que solía ser tan hermosa y suave, ahora parecía haberse afilado, puntiaguda al grado de poder herir. Y su rostro estaba tan pálido como la nieve, cubierto por una escarcha helada.
Sabiendo que estaba de mal humor, ella le tomó suavemente la mano y dijo:
—En serio, no tengo nada grave, no tienes que estar tan nervioso.
Yuan Lie hizo una pausa. Su mirada se volvió profundamente concentrada en un instante.
—¡A ese Wang Yan, lo haré arrepentirse de sus acciones!
Al decir esto, una sutil intención asesina se asomaba entre sus cejas.
Li Weiyang suspiró y dijo:
—Él solo actuó de forma tan confusa porque fue incitado y estaba fuera de control. Si actúas precipitadamente, ¡caerás exactamente en la trampa del cerebro detrás de todo esto!
Yuan Lie, por supuesto, lo sabía. Pero saberlo no significaba que pudiera permitir que la otra parte dañara a su amada. Su respiración se aceleró ligeramente sin que pudiera evitarlo, pero con gran esfuerzo, mantuvo un tono de voz calmado.
—No te preocupes, sé que este no es el mejor momento para actuar. Cuando la tempestad pase, ¡naturalmente le haré pagar el precio!
Li Weiyang comprendía a qué se refería Yuan Lie con —el momento—. La familia Guo acababa de sufrir un incidente, si Wang Yan perdía la vida justo después, todos pensarían que la familia Guo se había vengado deliberadamente. Yuan Lie había planeado todo con gran cuidado: esperaba que pasara este período para encontrar otra excusa y deshacerse de Wang Yan. Esto demostraba que Yuan Lie ya no era el Li Minde de antaño; entendía cómo manejar la situación desde una perspectiva global para dejarla a ella lo más limpia posible, sin que nadie sospechara de Li Weiyang. Estaba a punto de decir algo, cuando escuchó a Yuan Lie decir:
—Tu cuerpo acaba de recuperarse, no te muevas, de lo contrario, tu herida empeorará.
Li Weiyang sonrió levemente:
—¿Qué herida? Es solo un pequeño rasguño superficial.
Justo en ese momento, Guo Dao empujó la puerta desde afuera y, al ver a Li Weiyang despierta, exclamó con alegría:
—¿Jia'er?
Li Weiyang miró a Guo Dao y preguntó suavemente:
—¿Cómo está madre?
Guo Dao asintió y se apresuró a decir:
—Madre ha estado aquí vigilándote durante tres días, hace un momento no pudo más. La obligué a regresar a descansar. Si supiera que estás despierta, estaría muy feliz.
Li Weiyang sonrió levemente:
—No hace falta que se lo digas a madre, necesita descansar bien.
Una cálida y tierna luz se encendió en los ojos de Guo Dao, pero de inmediato su rostro mostró una expresión de dificultad. Si la situación no fuera tan grave, realmente no querría hablar y arruinar el buen ambiente del momento. El ánimo de Li Weiyang decayó ligeramente; ella percibía muy claramente los cambios en la expresión facial de Guo Dao, habló con calma:
—¿Qué pasó?
Guo Dao lo sopesó y dijo con seriedad:
—Escuché que el cuarto hermano llevó algunas tropas a la familia Wang.
El semblante de Li Weiyang cambió, e inmediatamente preguntó:
—¿Para qué fue a la familia Wang? ¿Qué tipo de gente llevó?
Guo Dao puso una cara de dificultad y dijo:
—El cuarto hermano siempre ha sido impulsivo. Esta vez, parece que alguien lo provocó deliberadamente, ¡así que llevó a 500 guardias imperiales bajo su mando a la familia Wang! ¡Para colmo, padre fue al palacio y aún no lo sabe!
No dijo a qué fueron, pero Li Weiyang pudo imaginar la razón. Ella se sentó bruscamente y rápidamente le ordenó a Zhao Yue:
—Prepárame, debo ir inmediatamente a la residencia Wang.
—¡Jia'er!
Guo Dao la vio actuar con tanta determinación y se apresuró a detenerla:
—Ahora mismo no estás bien de salud, ¿por qué ir en persona?
De reojo, Yuan Lie notó que el rostro de Li Weiyang estaba ligeramente pálido. Sintió un dolor inmenso, deseando arrastrar a Wang Yan y descuartizarlo.
—Guo Dao y yo nos encargaremos de todo. Tú descansa bien en casa.
Li Weiyang negó con la cabeza, su expresión firme:
—¡Este asunto es demasiado extraño! Debo verlo con mis propios ojos para quedarme tranquila, además, la situación surgió por mi causa, ¿cómo podría quedarme aquí acostada?
Diciendo esto, ella ya se levantaba con terquedad.
Guo Dao se apresuró a decir:
—Entonces, por favor, ten mucho cuidado. Así, iré a pedirle a un médico que te acompañe. Si algo sucede, tu condición no empeorará.
Li Weiyang asintió levemente, pero una expresión de preocupación apareció en sus ojos.
En ese momento, el clamor de los guardias imperiales frente a la residencia Wang aumentaba, sus emociones se volvían cada vez más intensas. Guo Dun gritaba a viva voz:
—¡Wang Yan! ¡Sal de una vez! ¡Si no me dejas entrar, destrozaré tu mansión!
El guardia de la residencia Wang gritó:
—¡Cómo te atreves a faltarle el respeto a la familia Wang!
Antes de que terminara de hablar, recibió un bofetada en la cara.
Guo Dun miró al otro con una expresión fría y severa:
—¿Y qué si le falto el respeto a tu familia Wang? ¡Incluso mataré a Wang Yan! ¡Que salga ese perro cobarde y miedoso!
El guardia ya había enviado a alguien a informar adentro. Frente a 500 guardias imperiales, ¿cómo no iban a tener miedo? Además, todos estos hombres estaban llenos de indignación y de una intención asesina. Si realmente se atrevían a atacar la residencia Wang, probablemente todos sufrirían las consecuencias. Había solo una docena de guardias afuera. ¿Cómo podrían resistir? Solo podían esperar que el dueño de la mansión saliera pronto para tomar las riendas.
⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅
En el estudio, Wang Zijing frunció los labios. Sus labios brillantes se tensaron en un arco muy apretado:
—Tercer hermano, afuera hay un alboroto tan grande ahora, ¿qué vas a hacer?
Wang Yan se burló:
—Solo si salgo puedo calmar la ira de la multitud y darle una lección a Guo Dun, para que sepa que la familia Wang no es un lugar donde cualquiera puede irrumpir así sin más.
Wang Qiong resopló por la nariz:
—Sigues siendo tan ignorante. ¡Has causado un problema enorme y aún te atreves a dar órdenes aquí! ¿Salir a darle una lección a Guo Dun? Lo dices fácil, ¿pero quién sabe cuál es la situación afuera? Si sales y abres la puerta, dejarás entrar a los quinientos guardias imperiales. Si quieres morir, ¡no nos arrastres contigo!
—¿Acaso padre quiere que me quede de brazos cruzados viendo cómo esta gente grita en la puerta?
Wang Yan no dijo más y salió a paso rápido. Wang Qiong frunció el ceño, pero dijo fríamente:
—¡Sáquenlo de aquí!
—¡Padre! ¿Qué estás haciendo? Uno es responsable de sus propias acciones, ¡yo naturalmente resolveré este asunto!
Wang Yan aún no había terminado de hablar cuando Wang Guang y Wang Ji se miraron y lo sujetaron uno a cada lado. Él siguió gritando con renuencia:
—Padre, ¿acaso le tienes tanto miedo a la familia Guo?
Los ojos de Wang Qiong se entrecerraron. En un instante, la intención asesina lo invadió. ¡Si dejaba que este hijo siguiera comportándose tan imprudentemente, sería mejor matarlo directamente! Él venía del campo de batalla y no era de corazón blando. Wang Yan ya había cometido demasiados crímenes: primero, faltarle el respeto a la Princesa imperial, luego intentar asesinar a la señorita de la familia Guo, ahora que los demás venían a exigir explicaciones, ¡él, sin importarle nada, quería salir a enfrentarlos! Si lo dejaba seguir así, la entera familia Wang podría caer en la ruina.
Wang Zijing, al ver que la situación no era buena, dijo apresuradamente:
—Padre, aunque no deje salir a tercer hermano, la gente de afuera irrumpirá. Los guardias están alborotados, no aguantarán mucho.
Wang Qiong dijo con voz fría:
—El que come del emperador, sirve al emperador. Guo Dun es realmente audaz, ¡cómo se atreve a incitar a los guardias imperiales a provocar! ¡Creo que este comandante de la Guardia Imperial de cuarto rango no le teme a la muerte!
—¡Padre, no es momento de preocuparse por eso! Una vez que la situación afuera se descontrole y aprovechen para atacar a la familia Wang, aunque podamos escapar, hay tantas mujeres en la residencia Wang. Si algo les pasa, ¡realmente seremos el hazmerreír de toda la capital! Por favor, padre, salga de inmediato a tranquilizarlos.
Wang Qiong, por supuesto, también escuchó el creciente alboroto afuera. Su corazón se hundió. Se puso de pie y dijo:
—Bien, reúnan a los guardias de la familia Wang, saldré a ver.
Wang Qiong comenzó a caminar hacia afuera, con un andar majestuoso y vigoroso, como el de un dragón y un tigre. Los guardias fuera del estudio lo siguieron rápidamente. Todos ellos habían luchado junto al General Zhen Dong en incontables batallas. Al ver a su amo con tal porte, como antes de una batalla, cambiaron su expresión a una de solemnidad al unísono.
De repente, se escuchó un estruendo tremendo fuera de la puerta. Vieron al mayordomo de la residencia Wang entrar con el rostro lleno de ansiedad:
—¡General, los guardias imperiales de afuera ya han irrumpido!
Wang Qiong y Wang Zijing se miraron y salieron rápidamente del patio. Apenas llegaron a la entrada, vieron que la puerta principal había sido derribada por los guardias imperiales. El interior y el exterior de la puerta eran un caos total. Muchas sirvientas corrían despavoridas, mientras que los guardias de la residencia Wang se habían abalanzado para detener a Guo Dun. En un instante, se escucharon gritos humanos y relinchos de caballos. Por todas partes, el desorden era como una madeja enredada, levantando una nube de polvo que lo cubría todo, como si una olla de gachas hirviendo se hubiera volcado. La escena ya había perdido el control.
Wang Qiong exclamó con voz fría:
—Guo Dun, ¿qué significa que traigas gente a mi residencia Wang sin autorización?
En medio de la confusión, Guo Dun levantó una mano, sus guardias imperiales detuvieron de inmediato su ataque. Los guardias de la residencia Wang también rodearon a Wang Qiong y Wang Zijing con sus espadas desenvainadas. En ese momento, Wang Ji, Wang Guang y Wang Yan, habiéndose enterado de la noticia, llegaron apresuradamente. Al ver la intensa atmósfera de una batalla sangrienta en el campo de combate entre las dos partes enfrentadas, la expresión de Wang Yan se volvió extremadamente desagradable. Gritó enfurecido:
—Guo Dun, ¿qué demonios quieres hacer?
Guo Dun resopló fríamente por la nariz:
—¡Engañaste a mi madre y a mi hermana para que entraran en la mansión, luego quisiste matarlas! ¡Dado que es así, naturalmente he traído a gente para exigir justicia!
La expresión de Wang Qiong cambió y dijo:
—Guo Dun, ¿tu padre sabe de esto?
Guo Dun se echó a reír a carcajadas:
—Cada uno es responsable de sus propios actos, General Wang. Te admiro como un héroe y no te causaré problemas. ¡Mientras me entregues a ese hijo tuyo que es un sinvergüenza, yo, con estos quinientos guardias imperiales, me iré inmediatamente de la residencia Wang y no haré daño a nadie!
En el rostro de Wang Qiong se vislumbraba una sutil intención asesina, pero su semblante era de calma. De hecho, si Guo Dun no hubiera actuado así, él ya habría planeado llevar a Wang Yan a la casa de Guo para disculparse, dejando que la familia Guo lo castigara como quisiera. Pero Guo Dun se atrevió a presentarse en su puerta. Todas las familias nobles y poderosas siempre tienen muchas cosas que no desean que los extraños sepan. Desde el punto de vista de Wang Qiong, podía deshacerse de Wang Yan en secreto, pero bajo ninguna circunstancia permitiría que todos lo vieran entregar a Wang Yan bajo la presión del poder de la familia Guo.
Eran dos cosas completamente diferentes. Si hoy entregaba a Wang Yan allí, entonces todo el mundo diría que su familia Wang temía a la familia Guo, su reputación de cien años quedaría arruinada en sus manos. ¡Y cómo podría presentarse ante sus ancestros y parientes del clan Wang con tal deshonor! Pero tampoco le convenía a él, un superior, pelear con un joven como Guo Dun; de lo contrario, la gente diría que estaba abusando de su poder, aunque ganara, no tendría gloria alguna. ¡Este muchacho era tan irreflexivo como su propio hijo, los dos eran igual de descerebrados!
Pensando en esto, dijo con voz fría:
—Guo Dun, los guardias imperiales no son tu propiedad privada, ¡no tienes derecho a movilizarlos! Te aconsejo que regreses inmediatamente al campamento con tu gente y no agraves la situación. De lo contrario, si alguien con malas intenciones te denuncia ante Su Majestad, ¡tampoco escaparás del castigo!
El daño que Wang Yan causó a Guo Jia era una disputa personal; Su Majestad no se involucraría fácilmente. Pero Guo Dun, llevando a quinientos guardias imperiales, había irrumpido en la familia Wang. Esto ya no era una disputa privada. Movilizar tropas sin una orden militar era rebelión, ¡se castigaba con la decapitación! Si alguien con malas intenciones iba a denunciarlo ante el emperador, no solo Guo Dun tendría serios problemas, sino que incluso la familia Guo se vería afectada.
Guo Dun, naturalmente, comprendía esta verdad. Resopló fríamente y dijo:
—Si no hubiera llegado al límite, no habría recurrido a esta medida desesperada. Primero pregúntale a tu buen hijo, ¿qué hizo hoy?
Wang Qiong se quedó un instante aturdido al escuchar esto. Se volvió para mirar a Wang Yan y le espetó:
—¡Hijo desobediente, ¿qué más has hecho?!
Wang Yan lo miró conmocionado y exclamó con voz quebrada:
—Yo, ¿qué hice hoy? ¡¿Cómo es que no lo sé?!
Guo Dun gritó furioso:
—¡Si fuera por una rencilla personal, jamás habría usado a los guardias imperiales! ¡Pero tú hiciste que mataran a mi subcomandante más capaz, no solo eso, sino que colgaste su cabeza en la puerta de mi campamento, burlándote de mí, Guo Dun, por ser un cobarde que no podía vengar a sus subordinados! La familia Guo y la familia Wang tenían una enemistad privada, pero tú has abusado de tu poder matando a inocentes de esta manera. ¡Si no te mato para vengar a mi hermano, ¿cómo voy a liderar a mis soldados, cómo voy a ser su comandante?
Wang Qiong, al escuchar esto, de repente comprendió. Miró a su hijo y dijo con voz severa:
—¿De verdad mataste a ese subcomandante?
Wang Yan se quedó atónito, sin entender en absoluto lo que estaba pasando. No pudo evitar gritar:
—¡Guo Dun, no me calumnies! ¿Cuándo maté a tu subcomandante?
Guo Dun se burló, se bajó de su caballo y arrojó una espada larga manchada de sangre al suelo. Wang Qiong se sobresaltó y examinó la espada. Por supuesto que reconocía esa espada larga. Wang Yan usaba espadas dobles, ambas habían sido encargadas personalmente por Wang Qiong. Una de las espadas tenía grabadas las palabras —Escarcha Verde—, la otra —Nube Flotante—. La que ahora estaba tirada en el suelo tenía grabadas las palabras —Escarcha Verde—. Claramente, pertenecía a Wang Yan.
Wang Yan, por inercia, se tocó la cintura y exclamó con voz quebrada:
—¡¿Cómo es que mi espada ha caído en tus manos?!
La sonrisa de Guo Dun se volvió aún más fría:
—¡La evidencia es irrefutable y aún te niegas a admitirlo! Si yo no hubiera estado en el ejército, me temo que a quien realmente querías matar era a mí, ¿verdad? ¿Todavía dices que vengo a vengarme por una rencilla personal? ¡Tú fuiste el primero en herir a mi hermana y luego mataste a mi subordinado! ¡Tú mismo creaste esta enemistad, tú mismo debes cargar con las amargas consecuencias!
El rostro de Wang Qiong estaba extremadamente feo. Antes, podía acusar a Guo Dun de usar a los guardias imperiales por una venganza personal, pero ahora, si su propio hijo realmente había matado al subcomandante de la otra parte, Guo Dun permanecía impasible, ¿con qué derecho podría seguir al mando de sus soldados? ¡Nadie volvería a escuchar sus órdenes en el futuro! Pensando en esto, le dio a Wang Yan un fuerte golpe en la cara y gritó:
—¡Animal, arrodíllate!
Wang Yan se burló, pero se mantuvo de pie en su lugar con el rostro lleno de ira, sin moverse. Miró a su padre con ojos severos y dijo:
—Así es, sí planeé matar a Guo Jia, pero nunca maté a su subcomandante. En cuanto a esta espada, tampoco sé cómo fue a parar al campamento. ¡Tal vez alguien me tendió una trampa a propósito!
Diciendo esto, sus ojos ya estaban fijos en Guo Dun, gritó:
—¡Fuiste tú, debiste de haberme incriminado a propósito!
La sonrisa de Guo Dun se volvió aún más fría:
—¿Yo te incriminé? ¿Acaso puse un espía a tu lado? Siempre llevas esa espada contigo, ¿cómo iba a robarla? ¡Estás inventando mentiras! ¿Crees que aún puedes escapar del castigo? ¡Hoy, debo tomar tu vida!
Wang Zijing, al escuchar esto desde un lado, ya tenía una expresión muy seria. Se miró con Wang Ji, Wang Ji dijo fríamente:
—Zijing, ¿no te parece que este asunto es muy extraño?
Wang Zijing, naturalmente, lo entendía. Susurró:
—Lo de herir a Señorita Guo, es cierto que fue obra de tercer hermano, pero después, padre lo mantuvo confinado en la mansión, esperando que la ira de Duque Qi disminuyera un poco para ir a disculparse. Sin embargo, jamás habríamos imaginado que algo así ocurriría. ¿De verdad el subcomandante fue asesinado por tercer hermano?
Wang Guang, que estaba al lado, negó con la cabeza:
—¡No, imposible! Estos últimos días he tenido a alguien vigilándolo, ¿de dónde habría sacado la oportunidad de salir?
Pero Wang Zijing dijo preocupada:
—¿Entonces por qué la espada de tercer hermano apareció en la tienda del subcomandante? Aunque Guo Dun es un poco imprudente, jamás mentiría, menos en este momento... Sin duda es echar más leña al fuego. ¡Siempre siento que algo no está bien!
El resto de la familia Wang, por supuesto, pensaba lo mismo, pero sin importar lo que pensaran, ¿cómo iban a resolver la situación actual?
Wang Qiong dio un paso adelante, su mirada fría y llena de autoridad. Solo barrió a la multitud con la mirada. Esos guardias imperiales, aún llenos de dudas, también apretaron sus armas y retrocedieron dos pasos inconscientemente:
—Guo Dun, naturalmente te daré una explicación sobre este asunto. Si confías en mí, dentro de tres días, te explicaré personalmente este asunto en la residencia Guo, ¡también se lo explicaré a Su Majestad! Ahora, por favor, ordena a tus soldados que se retiren de la residencia Wang de inmediato.
Guo Dun, sin embargo, negó con la cabeza con una expresión grave y dijo:
—General Wang, ahora mismo los padres, la esposa y los hijos de ese subcomandante están llorando y armando un escándalo en mi campamento, exigiéndome que haga justicia. ¡Ya no puedo soportarlo más! Si me haces esperar tres días más, me temo que no podré mirar a mis soldados a la cara. Le ruego al General Wang que entregue a su hijo ahora mismo, yo inmediatamente me llevaré a mi gente de la familia Wang. Además, ofreceré un generoso obsequio para tranquilizar a las mujeres de la residencia Wang.
Wang Qiong, por supuesto, no permitiría que se llevara a Wang Yan así como así. Su rostro se ensombreció y dijo:
—Guo Dun, ¿de verdad no vas a retirarte?
Guo Dun levantó una ceja, su voz cada vez más fría:
—¡Naturalmente que no me retiraré!
Wang Qiong miró fríamente a la otra parte. Este joven era demasiado impulsivo. Estaba claro que alguien había tendido una trampa, aunque todos lo sabían, se vieron obligados a llegar a este punto. ¡La estrategia del oponente era realmente brillante! Te dejaba sin salida, sin forma de retirarte, obligado a seguir paso a paso la trampa del otro hasta hoy. Al pensar en esto, cerró los ojos con dolor, cuando los volvió a abrir, su rostro estaba cubierto de escarcha:
—Guo Dun, de todos modos, esta es la residencia de mi familia Wang, ¡no puedo permitirte que te muevas a tus anchas por aquí! ¡Si no te retiras, entonces no me culpes por ser despiadado!
Dicho esto, de repente ordenó:
—¡Guardias de la familia Wang, escuchen mi orden! ¡Protejan bien la residencia Wang, no permitan que nadie entre!
Luego, se volvió hacia Wang Guang y le dijo:
—¡Llévate a tu tercer hermano de inmediato!
Wang Guang se quedó atónito y luego se acercó para sujetar a Wang Yan, pero este lo apartó de un empujón y gritó:
—¡Padre, no me voy!
Wang Qiong realmente deseaba haber abofeteado hasta la muerte a este tonto. Si no fuera por él, ¿cómo la familia Wang y la familia Guo habrían llegado a este punto, incluso comenzando una pelea?
Los guardias de la familia Wang eran veteranos que habían luchado junto a Wang Qiong en el campo de batalla, definitivamente no eran inferiores a estos guardias imperiales, pero si realmente se enfrentaban, solo agravarían la situación. En ese momento, los más de treinta guardias, siguiendo las instrucciones de Wang Qiong, se extendieron repentinamente hacia los lados, protegiendo firmemente a la familia Wang en el centro. Todos ellos tenían el rostro cubierto de escarcha y una abrumadora intención asesina, superando con creces la fiereza de los guardias imperiales. Incluso Guo Dun no pudo evitar sorprenderse en secreto.
Wang Zijing dio un paso adelante y susurró:
—Padre, por favor, no recurra a la violencia. Buscaré la manera de contenerlos para que no actúen. Así, usted, con tercer hermano, salgan por la puerta trasera inmediatamente, vayan al palacio a ver al emperador y explíquenle todo. Ni la familia Guo ni la familia Wang pueden soportar las consecuencias de un enfrentamiento armado. Es mejor que Su Majestad lo sepa pronto para evitar que alguien con malas intenciones le juegue una mala pasada. Y a la familia Guo, también hay que enviar a alguien a notificarles lo antes posible. Creo que la gente de la residencia Guo probablemente aún no sabe lo que Guo Dun está haciendo.
Al escuchar esto, Wang Qiong asintió rápidamente, ordenando de inmediato que se hiciera. Luego, retrocedió ligeramente y susurró a Wang Zijing:
—Dado que es así, entonces que vean tu formación. Pero, por favor, trata de no herir a nadie, ¡solo atrápelos!
Wang Zijing comprendió y dijo apresuradamente:
—¡Padre, no se preocupe!
Guo Dun, al ver que la otra parte intentaba escoltar a Wang Yan por la puerta lateral, se enfureció al instante. Gritó:
—¡Apresen al asesino!
Inmediatamente, varios guardias imperiales se lanzaron. Sin embargo, en ese momento, los árboles y rocas falsas, que antes estaban tranquilos, de repente comenzaron a moverse, atrapando a los soldados que intentaban actuar en el centro. Al ver esta escena, el rostro de Guo Dun se ensombreció. No esperaba que Wang Zijing hubiera usado la formación de la mansión. Al ver a Wang Yan siendo escoltado, pensó para sí mismo:
—¡Ah, bien! Vengo a atraparte y tú huyes. ¡No creas que me rendiré así nomás! ¡Aunque vayas al fin del mundo, te seguiré para consumar esta venganza!
Gritó:
—¡Olvídate de esta estúpida formación! Debemos capturar vivo a este asesino para vengar a nuestro hermano!
Terminando de decir esto, él mismo se lanzó al ataque, los 500 guardias imperiales lo siguieron hacia adelante.
Pero la formación del jardín era como un laberinto, atrapándolos firmemente. Los quinientos hombres originales fueron dispersándose gradualmente: 400, 300, 200, 100. Finalmente, solo quedaron unos 50 hombres alrededor de Guo Dun. El resto se había dispersado, atrapados en la densa niebla. Detrás de Guo Dun, innumerables plantas y árboles seguían apareciendo, capa tras capa, atrapando a la multitud. Aunque se escuchaban gritos de batalla por todas partes, no se veía ni un solo guardia de la familia Wang. Inconscientemente, los guardias imperiales detrás de él habían sufrido muchas heridas, sus ropas estaban empapadas en sangre, pero seguían resistiendo con dificultad. Sin embargo, no eran heridos por el enemigo, sino porque la densa niebla les impedía ver el camino y se enfrascaban en luchas entre ellos mismos......
Los rostros de todos estaban cubiertos de gruesa sangre seca, irreconocibles. Incluso un guerrero tan valiente como Guo Dun no pudo evitar sentir un escalofrío. Había luchado en el campo de batalla, pero nunca había visto una formación como esta. Una vez que uno entraba, era imposible salir. Si te quedabas atrapado obedientemente, estaba bien, pero si intentabas resistir, te adentrarías inexplicablemente en una parte más profunda de la formación. Incluso si lograban abrirse paso, era inútil. Los guardias de la familia Wang aparecían de vez en cuando como un golpe repentino, matando sin dudar a los guardias imperiales atrapados.
Aunque Guo Dun estaba protegido en el centro y su vida no corría peligro por el momento, su rostro estaba pálido. Él, un héroe joven, se jactaba de ser tanto erudito como guerrero, había estado en el campo de batalla, pero no esperaba que una pequeña formación pudiera dejarlo tan avergonzado. ¡Quería atrapar al asesino, pero esta situación era inimaginable para él! El ayudante a su lado dijo:
—Comandante, ahora es difícil retirarse ileso. Es mejor dispersarse y retirarse de inmediato.
Guo Dun tenía la ropa y el rostro teñidos de rojo carmesí, con sangre goteando. Levantó la mano y se limpió las manchas de la cara con la manga. Miró al ayudante y dijo con voz fría:
—Ya que traje a quinientos hombres, jamás me retiraré, ¡de lo contrario, seré el hazmerreír de todo el mundo! Tú cuenta a los hombres restantes, protégelos y haz que se retiren. ¡Yo me quedo!
Su intención era clara: les permitía a los demás irse, pero él no se iría. Dicho esto, levantó la moral y se lanzó de nuevo hacia adelante con sus hombres.
Wang Zijing, utilizando las miles de variaciones de la formación, dispersó a los apenas treinta guardias de la familia Wang. Les ordenó que se colocaran en diferentes direcciones fuera de la formación. Luego, con sus flechas meticulosamente diseñadas, rodeó a los quinientos guardias imperiales como una marea, dividiéndolos por un lado y emboscándolos por el otro. Se veía cómo, una vez que los guardias imperiales intentaban salir, caían al suelo fila tras fila, como si se estuviera segando trigo.
Ella observaba claramente desde fuera de la formación y no pudo evitar sorprenderse. No esperaba que Guo Dun fuera tan valiente. Pensó que con solo atrapar al oponente sería suficiente, pero inesperadamente, el oponente parecía matar a dioses y budas. ¡Frente a cualquier obstáculo, incluso si resultaba herido, no dudaba en luchar hasta el final! Wang Zijing no quería que hubiera un conflicto entre la familia Wang y la familia Guo, mucho menos que estos guardias imperiales fueran personas inocentes. En su corazón, culpó a su tercer hermano hasta el extremo. Si no fuera por su estupidez, ¡¿cómo se habría llegado a esto?!
Pero Wang Yan aún no se había ido. Al ver que Wang Qiong se había adelantado y se había marchado, saltó de su caballo, apartó a los guardias y regresó corriendo. Wang Ji se acercó para detenerlo, pero Wang Yan, como si sus ojos estuvieran inyectados en sangre por la matanza, gritó furioso:
—¡Ya que quiere matarme, le dejaré la vida aquí mismo!
Diciendo esto, se burló y ya había empuñado su espada larga, caminando rápidamente hacia la formación.
Wang Zijing le gritó apresuradamente:
—¡Tercer hermano, ¿qué vas a hacer?!
Wang Yan, sin siquiera voltear la cabeza, ya había entrado rápidamente en la formación. Wang Zijing, después de aprender las formaciones, nunca había ocultado nada a sus hermanos. Cada formación en esta residencia Wang se las había enseñado a sus hermanos mayores con gran seriedad. Aunque Wang Yan no aprendió con maestría, sí sabía lo básico. Tan pronto como entró en la formación, se movió con la misma facilidad que un dragón que entra al mar, matando a más de diez guardias imperiales. Estaba cubierto de sangre de pies a cabeza, parecía una verdadera estrella de la calamidad. Sostenía la espada y ya se dirigía paso a paso directamente hacia Guo Dun.
Wang Yan se escondió detrás de una roca falsa. Moviéndose con la roca, se acercó gradualmente a Guo Dun. Guo Dun se dio la vuelta bruscamente, pero solo vio una densa niebla por todas partes, sin poder ver a su enemigo. Sostuvo la espada larga en su mano con cautela. De repente, escuchó un —¡Ah!— del ayudante a su lado. Se apresuró a sostenerlo, pero vio que el pecho del ayudante había sido atravesado por un agujero sangriento. Levantó la cabeza bruscamente y vio a Wang Yan justo enfrente. Resultó que el oponente lo había atacado por sorpresa, el ayudante se había interpuesto con su cuerpo. Guo Dun se enfureció. No esperaba que Wang Yan aún tuviera el valor de regresar, menos que usara tácticas tan insidiosas. Viendo que Wang Yan ya estaba frente a él, Guo Dun rugió y se abalanzó sobre Wang Yan.
Ambos lucharon encarnizadamente dentro de la formación. Wang Guang y Wang Ji, que observaban desde lejos, no pudieron evitar mostrar preocupación. Wang Guang dijo apresuradamente:
—¡Voy a sacarlo de allí!
Wang Zijing lo detuvo:
—No, si entras ahora, me temo que la situación empeorará aún más.
Wang Guang, al escuchar lo que ella dijo, se quedó atónito y preguntó:
—Hermana, ¿qué quieres decir?
Wang Zijing negó con la cabeza, sus hermosos ojos ligeramente contraídos:
—¿No ha causado ya el tercer hermano suficientes problemas? Primero humilló a Princesa Nankang, luego capturó y mató a Guo Jia, ahora también se sospecha que asesinó al subcomandante de los guardias imperiales. La gente viene a exigir justicia, para ser claros, ¡somos nosotros los que estamos equivocados! Incluso ante Su Majestad, Guo Dun tiene atenuantes, ¡el culpable es el tercer hermano! Si entras ahora, no lo estás ayudando, ¡sino perjudicándolo! Guo Dun irrumpió en la mansión, podemos contenerlo con la formación, pero si ustedes dos hermanos se unen, ¡la gente dirá que nuestra familia Wang tiene malas intenciones!
El rostro de Wang Guang se ensombreció:
—Hermana, ¿vas a dejar que se peleen así?
Wang Zijing no pudo tomar una decisión de inmediato. Guo Dun estaba solo, si Wang Guang se unía a la lucha, sería un dos contra uno, lo que también sería culpa de la familia Wang. Justo en ese momento, Wang Qiong ya había descubierto que Wang Yan había huido a mitad de camino y había regresado persiguiéndolo. Al ver la situación actual, no pudo evitar sentir un dolor desgarrador. Sacudió la cabeza y dijo:
—En toda mi vida nunca he cometido un error, pero no pensé que al final no lograría educar a un buen hijo, ¡dejando que causara un desastre tan grande! ¿Cómo voy a resolver esto? ¿Cómo podré rendir cuentas ante los ancestros de la familia Wang?
Wang Zijing miró a su padre, con las sienes plateadas por el tiempo, suspiró. La batalla en la formación ya era feroz, a vida o muerte. Los apenas treinta guardias imperiales restantes que estaban con Guo Dun habían rodeado a Wang Yan, los guardias de la familia Wang, al ver la situación, también se lanzaron a la formación sin importar el peligro. Ambos bandos se enfrentaron.
Wang Yan encontró un hueco y, con un golpe de espada con la mano izquierda, hizo que Guo Dun perdiera el equilibrio. La herida debajo del pecho derecho de Guo Dun tenía varias pulgadas de profundidad, la sangre seguía brotando, lo que demostraba la crueldad de Wang Yan al atacar. Guo Dun vio que los guardias de la familia Wang eran extremadamente hábiles, que sus propios guardias imperiales caían uno tras otro. Su desazón aumentaba, su rostro se volvía cada vez más aterrador, pero sus ojos brillaban con más intensidad. Aunque sus guardias imperiales eran numerosos, estaban atrapados por la formación de Wang Zijing y habían luchado en vano contra la niebla durante medio día. Habían sufrido muchas bajas y ya estaban exhaustos. Cuando los guardias de la residencia Wang los atacaron, su formación se desorganizó rápidamente y retrocedieron paso a paso. Y Wang Yan, con una sed de sangre aún mayor, dejaba cadáveres y ríos de sangre a su paso.
Wang Zijing vio esto y no pudo evitar morderse los labios:
—¡Tercer hermano está usando mi formación!
Su voz estaba llena de preocupación. Originalmente, ella solo quería usar la formación para atrapar a esas personas, no para matarlas. A lo sumo, les causaría algunas heridas. Pero tan pronto como Wang Yan entró en la formación, cambió deliberadamente la misma, intensificando la intención asesina dentro de ella.
La mano derecha de Guo Dun, que sostenía el sable, temblaba incontrolablemente con espasmos. Luchaba hasta el agotamiento, ¡pero jamás se sometería a Wang Yan! Finalmente, encontró el momento oportuno. Reveló intencionalmente un punto débil para que Wang Yan creyera que estaba sin fuerzas. Wang Yan, como era de esperar, cayó en la trampa y se lanzó sobre él blandiendo su espada larga. Guo Dun aprovechó ese instante, sujetando firmemente el hombro de Wang Yan. Wang Yan, en un sobresalto, le devolvió un golpe con la espada. La espada se clavó en el cuerpo de Guo Dun, pero fue como si hubiera golpeado una piedra.
Guo Dun, a pesar del dolor intenso, apretó los dientes con fuerza, rugió y levantó bruscamente a Wang Yan. Lo lanzó por los aires. Wang Yan no había reaccionado cuando su cuerpo caía rápidamente. Guo Dun lo recibió con la rodilla, como si fuera un muñeco, le dio un fuerte golpe a Wang Yan. El cuerpo entero de Wang Yan se dobló en una extraña forma de —V—. Antes de que pudiera gritar de dolor, todos solo escucharon el crujido claro de los huesos humanos, vieron a Wang Yan doblado por la mitad como un camarón. Cayó al suelo, aún sin morir, solo convulsionando y vomitando grandes bocanadas de sangre.
Los demás de la familia Wang, al ver la escena desde lejos, se sobresaltaron. Pensaban que con el poder de la formación, Wang Yan al menos obtendría la victoria, pero nunca imaginaron que Guo Dun, en una situación tan desventajosa, podría ser tan valiente. De hecho, Guo Dun sí que pecó de ingenuo en sus cálculos, pero su valentía y determinación eran inigualables. Los Wang se equivocaron; no todo estaba bajo su control.
Guo Dun no solo no era tonto, sino que en ese momento, en medio de la crisis, le llegó una iluminación. Cuando Wang Yan estaba luchando dentro de la formación, él ya había observado cómo se movía y cómo rompía los obstáculos de la formación. Ahora, habiendo comprendido, levantó a Wang Yan y gritó en voz alta:
—¡Síganme!
Diciendo esto, salió de la formación con un andar majestuoso y vigoroso.
Wang Zijing y los demás no tuvieron tiempo de reaccionar cuando vieron a Guo Dun arrojar a Wang Yan al suelo. Wang Zijing se apresuró a examinarlo. ¡Wang Yan no estaba muerto, pero su estado era más horrible que la muerte misma! Su cuerpo se retorcía sin parar, escupía espuma de sangre, con la garganta ronca, no podía emitir ni una palabra de dolor. Su rostro, desfigurado, era simplemente aterrador. Wang Zijing ya había visto una escena similar; fue cuando en la cocina vio a una cocinera desescamar un pescado fresco. Cuando le quitaron todas las escamas, el pescado aún no estaba muerto, se retorcía y convulsionaba sin cesar, queriendo escapar y liberarse, pero sin poder hacer nada. ¡Era una escena igual de horrible!
Wang Zijing supo que las articulaciones de Wang Yan se habían hecho añicos. ¡Ahora era un desecho, como un camarón doblado!
Al ver esta situación, Wang Qiong sintió un inmenso dolor. Aunque había considerado matarlo, Wang Yan, después de todo, era su hijo. No importaba qué errores hubiera cometido, con una sola estocada bastaría, pero nunca debería haber llegado a este punto. A pesar de tener un corazón de piedra, no pudo evitar que las lágrimas de anciano se derramaran. Contuvo su rabia y miró fijamente a Guo Dun, diciendo:
—Ahora que has herido a Wang Yan, ¿qué más quieres hacer?
Guo Dun se echó a reír a carcajadas:
—¡Naturalmente, le cortaré la cabeza y la colgaré en la entrada de mi campamento para exhibirla durante tres días!
Al escuchar esto, Wang Qiong se enfureció de repente:
—A mi hijo yo mismo lo educaré, no necesito la molestia de General Guo.
Diciendo esto, se colocó al lado de Wang Yan. La intención era clara: bajo ninguna circunstancia permitiría que Guo Dun se llevara a Wang Yan.
Guo Dun estaba a punto de avanzar para cortarle la cabeza a Wang Yan, cuando Wang Guang se adelantó rápidamente, detuvo a Guo Dun y dijo con voz fría:
—Lo que has hecho hoy es suficiente. Wang Yan ya ha pagado el precio, por favor, detente aquí.
Wang Guang era un fanático del ajedrez, siempre se había mantenido al margen de los asuntos mundanos, solo interesado en el ajedrez. Sin embargo, al ver a su tercer hermano terminar en tal estado, no pudo evitar sentir una profunda tristeza. Aunque sabía que había cometido errores, después de todo, era su hermano de sangre. Al ver a Wang Yan retorcerse de dolor, no pudo evitar sentir un estremecimiento en el corazón. Por supuesto, salió para detener a Guo Dun, pero este ya tenía los ojos inyectados en sangre. Sosteniendo su sable, señaló a Wang Guang y dijo:
—Dado que es así, ¡entonces tengamos una contienda! Si gano, ¡solo tendrás que entregar la cabeza de tu hermano!
Wang Guang no pudo evitar mostrar una expresión de ira. De repente, escuchó el confuso sonido de cascos de caballos desde afuera. Antes de que pudiera reaccionar, vio a un caballo blanco pura sangre irrumpir por la puerta principal de la residencia Wang. La persona que iba al frente no tuvo tiempo de sujetar las riendas y avanzó unos pasos más. El caballo se arrodilló abruptamente, Yuan Lie saltó rápidamente de su lomo, arrastrando a Li Weiyang y diciendo:
—Te dije que no te apuraras tanto, todavía estás herida.
Mientras algunos seguían luchando cerca, Yuan Lie dijo fríamente:
—¡No se detengan!
Con una sola mirada, uno de sus guardias cercanos se adelantó y mató a uno de los combatientes de un solo golpe. La mirada de Yuan Lie recorrió los rostros de todos, uno por uno. Aunque no llevaba armas, su sola mirada hacía que todos temblaran de miedo. Aunque algunos se negaron obstinadamente a bajar las armas, las espadas largas de los guardias de Yuan Lie hicieron que fueran rápidamente asesinados en el acto. Por un momento, la escena quedó en un silencio extremo.
Li Weiyang se mantuvo firme, sin preocuparse por la etiqueta, se acercó rápidamente. Gritó:
—¡Cuarto hermano!
Guo Dun se sobresaltó. Miró a Li Weiyang y le dijo:
—Tú misma estás herida, ¿por qué saliste?
Li Weiyang dijo fríamente:
—¡Si no hubiera salido, habrías causado un desastre inmenso!
Guo Dun, con el rostro cubierto de sangre, mostró un poco de timidez al ver a Li Weiyang y dijo:
—Fue la familia Wang la que inició la masacre, tampoco puedes culparme por mi crueldad.
Li Weiyang se burló, mirando furiosa a Guo Dun:
—Por supuesto que sé que tus acciones son por indignación, ¿pero de qué sirve eso? Hay reglas en la familia, leyes en el país. El ejército de Su Majestad solo puede movilizarse con su orden. Estos 500 guardias imperiales, aunque están bajo tu mando, ¡sin la orden de Su Majestad, los trajiste a sitiar la residencia Wang! ¡Qué crimen tan grande! ¿Acaso no lo entiendes todavía? ¡Alguien está esperando para encontrar un pretexto contra la familia Guo, tú acabas de entregarles ese pretexto en bandeja de plata!
Guo Dun se estremeció bruscamente. Lo que los miembros de la familia Wang habían dicho antes era, en esencia, lo mismo, pero la familia Wang era su enemigo, él jamás confiaría en ellos. Pero Li Weiyang era diferente; era su hermana. Ahora, al verla correr hasta allí sin importarle sus heridas, eso significaba que la situación era realmente grave. Estaba a punto de decir algo cuando vio a Li Weiyang acercarse rápidamente y tomar su mango de sable con una mano:
—¡Cuarto hermano, hoy has cometido un gran error! ¡Ordena rápidamente a los guardias imperiales que se retiren! No preguntes por qué, te lo explicaré más tarde.
Al escuchar esas palabras, la expresión de Guo Dun cambió. Apretó firmemente el mango de su sable y miró a Li Weiyang, sin poder decir nada por un buen rato. Guo Dao se apresuró a decir:
—Cuarto hermano, escucha a tu hermana, ella no se equivocará.
Guo Dun miró a su hermana, luego a Guo Dao, apretó los dientes y, de repente, con un fuerte grito, arrojó el sable al suelo. Luego, dijo con voz fría a los que estaban detrás:
—¿No han oído lo que hemos dicho? ¡¿Todavía no ordenan la retirada?!
Los guardias imperiales se miraron entre sí. No esperaban que Señor Guo, con unas pocas palabras, les ordenara retirarse. ¡Se notaba que la influencia de Señorita Guo era realmente extraordinaria! Así que, sin decir más, rápidamente organizaron las filas y se dispusieron a retirarse. Apenas habían empezado a moverse, cuando de repente escucharon un resoplido frío desde afuera:
—¡Ahora es demasiado tarde para retirarse!
El corazón de Li Weiyang dio un brinco. Fijó su mirada y solo vio a una persona vestida con la túnica de príncipe heredero, resplandeciente en oro, llegar a la puerta de la familia Wang con un gran número de hombres en medio del polvo. En su mano llevaba un edicto imperial. Lo alzó y dijo:
—¡¿Aún no reciben el edicto?!
La familia Guo y la familia Wang se miraron, rápidamente se arrodillaron en el suelo. El Príncipe heredero se burló y desplegó el edicto imperial:
—¡Su Majestad ordena que Príncipe consorte Wang Yan ha faltado al respeto a Princesa Nankang y ha humillado a la familia imperial, cometiendo un crimen atroz! ¡Se le debe arrestar de inmediato y llevarlo al palacio para que reciba su castigo!
Al escuchar esto, el corazón de Wang Qiong se estremeció. Miró al Príncipe Heredero y dijo:
—Su Alteza, Wang Yan ya no puede entrar al palacio para ver a Su Majestad.
Diciendo esto, miró a Wang Yan, que yacía en el suelo. Wang Yan en ese momento no paraba de vomitar espuma de sangre, retorciéndose y temblando. Debido a que todas sus articulaciones estaban rotas, el dolor era insoportable, su rostro estaba extremadamente desfigurado. En un instante, ya no se movió. La familia Wang se sorprendió y se apresuró a examinarlo, descubriendo que ya no tenía aliento. Los ojos de Wang Zijing se enrojecieron y las lágrimas apenas cayeron, mientras que Wang Qiong soltó un largo suspiro. Él ya había anticipado este final. Con todas sus articulaciones rotas, ¿cómo podría haber sobrevivido...?
Li Weiyang, al ver esto, su mirada se volvió de repente fría. Yuan Lie, con una sonrisa inexpresiva, dijo en voz alta:
—¡Su Alteza, el Príncipe heredero, Wang Yan ya ha sido ejecutado, llega tarde!
El rostro del Príncipe heredero se contrajo. Exclamó en voz alta:
—¿Quién lo mató?
Todas las miradas se posaron en Guo Dun. Luego, el Príncipe heredero dijo con voz fría:
—¡Comandante Guo, qué audacia la suya! ¡¿Quién le permitió movilizar a los guardias imperiales para venir aquí?!
Su tono era extremadamente severo, claramente había venido a exigir explicaciones.
Yuan Lie dio un paso adelante, su hermoso rostro se mostraba como el más tranquilo entre la multitud, incluso hasta un punto de extrañeza:
—¡Su Alteza, si algo ha sucedido, naturalmente será Su Majestad quien lo resuelva!
El Príncipe heredero lo miró de reojo, con cinco partes de desprecio y dos de rencor:
—Así que también está aquí Príncipe Xu. Realmente tiene mucho tiempo libre, ¡está en todas partes!
Yuan Lie lo miró con sus ojos de fénix de color ámbar, con una mirada divertida:
—¿Acaso Su Alteza no es igual? ¡Cada vez que surge una situación como esta, siempre tiene que salir a entrometerse!
El rostro del Príncipe heredero cambió drásticamente. Enfurecido, dijo:
—¡Audaz! ¡¿Cómo te atreves a hablar así?!
—Mi forma de hablar siempre es desagradable. Si a Su Alteza, el Príncipe heredero, no le gusta, simplemente puede taparse los oídos.
El Príncipe heredero resopló fríamente y dijo:
—¡No voy a perder el tiempo contigo! Dado que es así, ¡entonces los invito a todos a acompañarme a ver a Su Majestad! Solo que tú, Guo Dun, al movilizar a los guardias imperiales sin autorización, has cometido un crimen capital. ¡Lamento molestarte!
Al decir esto, Li Weiyang ya había comprendido. Él quería llevar a Guo Dun atado ante el emperador. Li Weiyang sonrió fríamente:
—Su Alteza, si la movilización de los guardias imperiales fue sin autorización, todavía no se sabe con certeza. ¡Por favor, Su Alteza, no saque conclusiones precipitadas!
El Príncipe heredero no se inmutó:
—De todos modos, ¡por favor, todos!
Con —todos—, naturalmente se refería a toda la gente de la residencia Wang y de la familia Guo. Wang Zijing y Li Weiyang se miraron. Parecía que esta situación había sido planeada por la otra parte, esperando que ellos cayeran en la trampa.
Hay que decir que esta táctica era realmente... ¡muy malvada!
Wang Zijing dio un paso adelante, mirando a Li Weiyang, susurró:
—¿Qué hacemos ahora?
Li Weiyang suspiró largamente y miró a Wang Yan, que ya había exhalado su último aliento. Pensó: ¡qué clase de destino tan extraño tienen estas dos familias, la Guo y la Wang, para haber llegado a este punto! Parecía que Wang Yan la había herido primero, luego Guo Dun había venido a vengarse, las dos familias habían tenido un enfrentamiento, lo que resultó en innumerables bajas. Los quinientos guardias imperiales ahora apenas quedaban cien y tantos, sufriendo grandes pérdidas.
¡A decir verdad, la familia Wang tuvo la culpa, pero la familia Guo tampoco salió bien parada! Las dos familias iban a ser atadas y acusadas juntas. Esto era realmente tan humillante que no se podía expresar con palabras. ¡La otra parte era demasiado poderosa! Con solo unos pocos movimientos en secreto, lograron que se mataran entre sí a plena luz del día. Esto no era como otras cosas; sabían que la otra parte tenía un plan, pero no podían evitarlo. ¡¿Cómo no iba a enfurecer eso a la gente?!
Una ráfaga de viento frío sopló, Li Weiyang tosió suavemente. Yuan Lie, que estaba a su lado, rápidamente le entregó una capa y le dijo suavemente:
—Regresa primero, yo me encargo de esto.
Li Weiyang negó con la cabeza y dijo:
—No, ya que he venido, iré contigo a ver a Su Majestad.
Si te gusta mi trabajo, puedes apoyarme comprándome un café o una donación. Realmente me motiva. O puedes dejar una votación o un comentario 😁😉.

0 Comentarios