Domé a un Tirano y Huà 196
SIDE STORY - 57
Una voz ligeramente frÃa.
—Aún a veces tengo miedo de perder a Charlize.
—…Eso no volverá a ocurrir, pero creo que entiendo cómo se siente, Su Majestad. Solo de imaginar perder a Dylan, me mareo.
El emperador sonrió al ver que Charlize no lo negaba. Era una sonrisa madura, como hacÃa tiempo que no veÃa en Dylan.
—…¿Por fin comprende lo que siento?
—…SÃ, Su Majestad.
—Me da la sensación de que deberÃa castigarla…
La voz de Dylan se desvaneció cerca de su nuca, pero esta vez, Charlize tampoco pudo responder. Solo pudo jadear.
Expulsó el aliento apresurado, preguntándose si, por ahora, esto estarÃa bien.
'No quiero mencionar a Keira'
Charlize se sintió aliviada de que solo hubiera silencio y suspiros entre ellos.
Por un momento, incluso el estruendoso vacÃo guardó silencio. El éxtasis puro devoró su razón.
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Hace 3 meses.
Kaleon se dirigÃa al despacho imperial para encontrarse con Dylan, quien acababa de regresar de su viaje con Charlize.
Fue pura casualidad que, al llegar, se cruzara con V, que justo en ese momento estaba saliendo tras una audiencia privada con el emperador.
—Saludos, PrÃncipe heredero.
Kaleon reconoció de inmediato el rostro de V. Lafaeyak Blanco. Un caballero maestro de la orden Shadow, famoso por su inquebrantable lealtad al emperador.
—Ah, tú eres… el de mi padre.
Por alguna razón, V mostró una expresión incómoda, como si acabara de cometer un descuido. Incluso sus músculos parecÃan haberse tensado, dándole el aspecto de alguien sorprendido en plena fechorÃa. Kaleon ladeó la cabeza con curiosidad.
—…Tu nombre es V, ¿cierto? ¿De qué hablaste con mi padre?
—Alteza, solo sigo a Su Majestad.
Una respuesta que marcaba claramente los lÃmites. Su rostro volvió a endurecerse, pero la expresión que habÃa mostrado antes no dejaba de inquietar a Kaleon.
'Todos los movimientos extraños en Lafaeyak relacionados con mi madre parecen estar conectados con V.'
Sin embargo, incluso el caballero apostado ante la puerta del despacho estaba observándolos. Y V era, sin lugar a dudas, un hombre de confianza del Emperador. No era prudente insistir más.
—Me retiraré entonces.
Kaleon no lo detuvo, pero la sensación de incomodidad permaneció. Sin apartar la vista de la espalda de V, le habló al guardia:
—…Informa a mi padre que he venido.
—SÃ, alteza.
Pronto se le concedió el permiso para entrar.
—Saludos, Su Majestad.
Dylan era su padre, pero también el emperador del imperio, por lo que estar ocupado era natural. Sin embargo, al verlo completamente concentrado en sus documentos sin siquiera mirarlo, Kaleon sintió cierta desilusión.
—Padre, me siento un poco herido. Hace tanto que no nos vemos, aun asà sigues absorto en tu trabajo.
'Hace un momento hablaste con V, pero no puedes dedicarme ni un momento'
Contuvo sus ganas de protestar. Sin apartar la vista de los documentos, Dylan respondió con frialdad.
—He estado ausente por un tiempo y el trabajo se ha acumulado. Si no es algo urgente, serÃa mejor que te retiraras.
—…Tengo un asunto. SÃ, lo tengo.
Refunfuñando, Kaleon se dejó caer en el sofá.
Dylan alzó la mirada por primera vez, observándolo con una expresión gélida. Sin embargo, no lo reprendió.
Kaleon dudó un momento antes de soltar la pregunta.
—…He oÃdo que la señorita Rhodia… no, Rhodion, ha muerto.
—…….
—¿Cómo está mi madre?
Cuando Kaleon escuchó la noticia, se sorprendió. Después de todo, su primer oponente en un duelo habÃa muerto al dÃa siguiente.
No tenÃa nada que ver con él, pero el asunto se quedó en su mente. A sus ocho años, la muerte aún le era algo extraño.
Claro, su sorpresa se desvaneció tras unos dÃas. Lo que realmente le preocupaba era su madre, Charlize.
"Aunque todo se resolvió como un malentendido y Ronan canceló la adopción en lugar de desheredarla, sigue sin gustarme."
No era por los rumores en la aristocracia.
Incluso si el nombre de Ronan surgÃa en conversaciones, con el tiempo se apagarÃa. Ronan pertenecÃa a una familia antigua y prestigiosa, y el "castigo divino" que incluso los sacerdotes confirmaron hacÃa que nadie se atreviera a mencionarlo a la ligera.
Sin embargo...
'¿Y mi madre?'
La única persona que realmente le preocupaba era Charlize.
Dylan, al percibir sus sentimientos, respondió con calma.
—Tu madre está bien.
—Escuché que Rhodion murió por el 'castigo divino'. ¿Qué está ocurriendo exactamente?
—Eres demasiado joven para entenderlo.
Kaleon no se echó atrás ante la respuesta cortante de su padre.
—Soy el prÃncipe heredero y el único hijo de mi madre. Ronan es, en cierto modo, mi familia. Tengo derecho a conocer la verdad sobre mi linaje.
Dylan dejó los documentos sobre la mesa con lentitud.
Kaleon se estremeció levemente, pero no mostró miedo. SeguÃa creyendo que su padre lo apreciaba.
—Kaleon. Ronan es, literalmente, 'la sangre de los dioses'. Toda la historia de la fundación del imperio está equivocada. La verdad oculta es que la familia imperial Blade siempre ha gobernado como el escudo de Ronan, el favor divino siempre ha estado de su lado.
—…Si se refiere a la familia Blade, ¿habla del imperio antes de que tomara el nombre de Lariego? ¿Cómo puede ser eso posible?
Aunque el nombre del imperio habÃa cambiado, Dylan seguÃa siendo el heredero de la familia Blade. Kaleon, su hijo, también lo era.
Al mirar a su padre con confusión, Dylan se mostró implacable.
—Esto es todo lo que puedo decirte por ahora, Kaleon.
—Pero…
—No insistas. Aún tienes 8 años y necesitas protección. Por más que seas el prÃncipe heredero, hay información a la que un niño no puede acceder.
Por primera vez en su vida, Kaleon deseó ser adulto de inmediato.
Cuando su padre exigÃa habilidades, nunca parecÃa haber un lÃmite. Sin embargo, en un momento crucial, lo trataba como a un niño.
—Al menos respóndame esto. Ronan sigue intentando acercarse a mà y pregunta por mi madre. Me resulta difÃcil mantener la distancia con mi abuelo y mis tÃos. ¿Cómo deberÃa manejar esta situación?
—Tu madre dejó a Ronan a tu criterio. Haz lo que creas correcto. No es necesario que te involucres en asuntos de adultos.
—……He decidido mantener la distancia con Ronan.
Kaleon observó a Dylan en busca de una respuesta, pero el emperador permaneció en silencio.
—No quiero hacer nada que moleste a mi madre. Pero más allá de eso, en mis estudios aprendà que un prÃncipe heredero no debe estar demasiado cerca de sus parientes si desea gobernar con éxito.
—Como dije, lo que hagas con Ronan es tu decisión. Respetaré tu elección, Kaleon.
Kaleon bajó lentamente la mirada.
—Mientras mi madre esté bien… es suficiente. Solo querÃa asegurarme de que no estuviera perturbada por su próxima expedición contra los monstruos. Por eso insistà en venir, a pesar de que sabÃa que estabas ocupado.
—…….
—Me entristece que mi madre se ausente, pero soy el prÃncipe heredero. Me esforzaré en mis estudios y esperaré con paciencia.
—…Me recuerdas a mà cuando era niño.
—…¿Perdón?
De pequeño, Dylan era tan maduro que sus siete consortes solÃan quedar desconcertadas. Por un instante, ver a Kaleon le trajo recuerdos de aquella época.
—…No es nada.
—Padre… ¿eso significa que me quiere?
—Tal vez.
Dylan sonrió levemente, divertido por la necesidad de afecto de su hijo.
Solo entonces Kaleon se relajó, acomodándose mejor en el sofá.
Aunque compartÃan lazos de sangre, a veces se preguntaba por qué su madre era tan hermosa. Sin embargo, en ese momento, al ver la sonrisa de Dylan, también se sintió aturdido.
No era la apariencia de su padre lo que lo fascinaba. Dylan era fuerte. El hombre más poderoso del imperio.
A pesar de su corta edad, Kaleon anhelaba ser tan fuerte como sus padres. No, más fuerte aún.
Justo cuando su atención se habÃa desviado por completo en la conversación, Dylan se puso de pie. Al levantar la vista hacia él, Kaleon preguntó sin pensar.
—Padre, ¿de qué hablaste con V? Me lo encontré antes en la puerta…
Pero en cuanto vio la mirada afilada de Dylan, se quedó completamente inmóvil, incapaz de continuar.
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