Mi deseo son dos camas separadas 77
¿Qué es lo más aterrador de la Torre de Magia? (17)
Traducción Coreano-Español: Asure
Ella y Endymion habían dormido en habitaciones separadas durante toda esta semana. Era la primera vez en más de 12 años de matrimonio que habían pasado tanto tiempo separados. ¡Pero ahora, de repente, tenían que compartir la habitación de nuevo sin preparación mental alguna!
—Había pensado en querer volver a dormir juntos, pero eso sería después de regresar al palacio.
Julia tragó saliva seca. Después de todos los años que habían vivido juntos, ¿por qué se sentía tan cohibida después de solo unos días separados? Realmente, el corazón humano era traicionero.
—Oye, Endy. Creo que sería mejor que te fueras. ¿Qué pasará si Helen viene por la mañana y te ve?
Julia puso una excusa y caminó con calma hacia la mesa. Sentía que su boca se secaba constantemente, así que pensó que tal vez debería beber algo de agua.
—No hay problema. De todos modos, nos vamos pronto.
El agua limpia que Helen siempre preparaba fluyó de la tetera.
Julia llenó su vaso hasta el borde y habló rápidamente.
—Ah, no. No es eso, ¡Helen nos cree hermanos! ¿Qué pensará si te ve saliendo de mi habitación?
—Hmm. ¿Que somos hermanos muy unidos?
—¡No digas tonterías! Ni siquiera actúas así con tu verdadera hermana.
Julia recordó cómo él siempre había sido distante con Iris y se sintió exasperada. Pero Endymion, lejos de irse, se acomodó tranquilamente en el sofá.
—Entonces, a partir de ahora, nos llevaremos bien.
Endymion sonrió descaradamente. Su cuerpo grande y firme se extendió sin reservas sobre el sofá, Julia se sobresaltó y agarró su vaso de agua con prisas.
—¡Es realmente injusto! ¿Cómo puede sonreír así y presionarme?
Su garganta seca se humedeció. Julia bebió el agua de un trago y dejó el vaso con un golpe seco, respirando profundamente.
—Sí, qué bueno. A tu hermana también le gustará. Así que, Su Alteza, por hoy, será mejor que se vaya.
—¿Por qué la conversación va en esa dirección?
Endymion alargó las palabras como si estuviera haciendo un berrinche ante el tono firme de Julia. Ella evitó su mirada y tosió levemente.
—Es solo que, ya sabes. Es muy tarde.
—Es tarde, por eso me quedaré a dormir aquí. Afuera es peligroso.
Endymion respondió con calma y se acercó. Julia retrocedió instintivamente, balbuceando.
—¡Entonces saldré al balcón!
—¿Y si te caes y te lastimas?
El aroma de Endymion se acercó de repente. Julia desvió desesperadamente la mirada de los botones desabrochados de su camisa.
—Eso, eso no pasará. Has estado entrando y saliendo por el balcón todo este tiempo.
—Ahora quiero entrar y salir por la puerta, no por el balcón.
Me iré cuando amanezca.
Su voz, con un toque de travesura, era insistente. Al escucharla, sus oídos le picaron y el calor brotó desde su estómago.
Sus mejillas se enrojecieron al instante y su respiración se aceleró. De alguna manera, su boca se sentía aún más seca.
Julia bebió otro vaso de agua.
—Es que, ya sabes... Ah.
Parecía estar demasiado nerviosa. Julia se cubrió la cara con ambas manos, sintiendo que la vista le daba vueltas.
Sería embarazoso que él notara lo inquieta que estaba. Aun así, su cuerpo ingrato no sabía qué hacer cada vez que Endymion se acercaba.
—M..... Mion. Yo....
Incluso el aliento que escapaba entre sus labios estaba caliente. Julia no podía levantar la cara y comenzó a mover los pies inquieta.
—Es que, hoy.....
¿Eh, por qué estoy así?
Su voz se debilitaba misteriosamente. Como si estuviera susurrando.
Julia sintió que su cuerpo se calentaba y que la sed aumentaba, y levantó la cabeza.
—Es que yo......
—Lo sé.
Una voz risueña llegó desde su cabecera. En cuanto Julia apartó las manos, las grandes manos de Endymion rodearon sus mejillas.
—Ah.
Un escalofrío.
Julia dejó escapar un gemido sin darse cuenta. La sensación en su piel era demasiado intensa.
—No he hecho nada, ¿por qué...?
Julia se sobresaltó y mordió su labio inferior. Pero la sensación en sus mejillas ya se había extendido por todo su cuerpo, convirtiéndose en un estímulo intenso.
Julia, completamente desconcertada, miró a Endymion.
—Me iré, así que deja de estar nerviosa.
💋.
Endymion susurró y le dio un beso breve en la frente. La sensación de sus labios suaves y húmedos, como plumas, era dulce como siempre.
—......
Pero algo estaba mal.
Era solo un contacto ligero, como siempre, pero su cuerpo ardió en un instante. Todos los nervios de su cuerpo se agitaron, estimulándola.
Julia parpadeó lentamente con los ojos brillantes y miró a Endymion con incredulidad.
—Pareces cansada. Tienes un poco de fiebre, será mejor que te acuestes temprano.....
Endymion se apartó para buscar medicina, pero Julia lo agarró.
—.....Julia?
Endymion inclinó la cabeza al verla agarrar su mano con desesperación.
—Espera. Tu cara está muy roja. Y tu respiración......
—Mion, mi cuerpo......
No quería soltar la mano de Endymion.
Sin saber por qué actuaba así, Julia, guiada por el instinto, lo agarró con fuerza. Al mismo tiempo, consciente de su extraño estado, confesó.
—Mi cuerpo se siente... un poco mal. ¿Podrías llevarme a la cama?
Suspiraba constantemente, agitada por la fiebre. Julia se sujetó la frente mareada y agarró el brazo de Endymion.
A pesar de la confusión por el calor, la frescura y el calor de su cuerpo se sentían bien.
Además, cada vez que tocaba su piel firme y flexible, sentía un estímulo eléctrico, y quería tocarlo más.
—¿Estoy loca? ¿Por qué quiero tocarlo si dije que no quería dormir con él?
Julia decidió que debía dormirse rápidamente. Parecía que su cuerpo estaba protestando por haber hecho demasiado.
—......Está bien
Afortunadamente, Endymion la levantó sin dudar. Julia, sintiéndose cada vez más sensible, respiró con dificultad y se abrazó a él con docilidad.
Su cuerpo ahora recibía incluso los estímulos más pequeños de manera extremadamente sensible, avivando sus impulsos.
—......Hmm
—Parece que tienes un problema.
Endymion la acostó en la amplia cama y frunció el ceño. Julia, mareada y embriagada, agitó la mano.
—No, no. Estoy bien......
Endymion extendió la mano con preocupación. De cerca, Julia no solo tenía un rubor temporal, sino que su temperatura corporal estaba elevada.
Además, sus labios, usualmente suaves y húmedos, parecían secos. Y lo más importante, su respiración era irregular y jadeante.
—......¿Quién hizo esto?
Finalmente, Endymion, después de examinarle la cara, la nuca y las extremidades, frunció el ceño.
¿Por qué no se había dado cuenta antes? Los síntomas eran evidentes, en cualquier otra situación los habría notado.
—Cierra los ojos y recuéstate. Volveré enseguida.
—¿Eh? ¿A dónde vas?
—Creo que bebiste una solución prohibida.
Endymion habló con seriedad y endureció su expresión.
—¿Qué es eso...?
Julia, aún confundida por el calor y los estímulos, se sorprendió. Había escuchado algo similar en fiestas sociales.
Aunque era ilegal, algunas damas de la alta sociedad lo consumían en cantidades muy pequeñas.
—Debo traer a la Maestro de Torre de inmediato.
Endymion maldijo en voz baja, prometiendo no dejar escapar al culpable. Luego se levantó rápidamente.
Julia, con la mente nublada por la fiebre, abrió los ojos con dificultad.
—No, no
—¿Qué?
De nuevo. Julia, al tocar a Endymion, sintió una sensación vertiginosa y embriagadora, respirando con dificultad.
—Es, es vergonzoso. Esto pasará con el tiempo. El efecto desaparecerá......
Las damas decían que esa solución intensificaba temporalmente las sensaciones y los impulsos. Así que, si lo dejabas pasar, aunque fuera incómodo, volverías a la normalidad.
Además, afortunadamente, ella tenía magia. Según Fal, su poderosa magia la protegía de la mayoría de los venenos y enfermedades.
—Será difícil, pero no peligroso.
Julia, obstinada, miró a Endymion. Sus ojos fríos y enojados la miraban con preocupación.
Y, sobre todo.
—No. No puedo dejarte sufrir así.....
—Abrazame.
Julia susurró y tiró de la mano de Endymion. Jadeando por el calor.
—.........
La firmeza de su mano era satisfactoria. No quería soltarla ni por un segundo. Aunque siempre era agradable tocarlo, ahora incluso el más leve roce le provocaba escalofríos.
Julia, con un escalofrío en la espalda por la intensa sensación, se aferró a él instintivamente.
—¿Eh? No te vayas.
Sus labios se movieron solos. Julia, ya consumida por el calor, jadeó y suplicó.
—Acuéstate a mi lado.
—.....No sabes lo que estás diciendo.
Endymion suspiró con el rostro tenso. Luego, tratando de calmarla, la cubrió con la manta.
Pero Julia, con solo la idea de querer más de esa sensación, comenzó a ser insistente.
—No, abrázame.
—Te estás volviendo terca.
Endymion se inclinó y la abrazó con fuerza. Julia finalmente se sintió satisfecha y abrazó su nuca.
—Me gusta.
—......No hables en mi oído.
Endymion murmuró con voz ronca. Luego, con un poco de prisa, intentó acostarla de nuevo en la cama.
Entonces Julia rozó sus labios contra la nuca de Endymion.
—Te dije que no te fueras.
Julia metió su mano derecha dentro de la camisa desabrochada. Los músculos firmes y flexibles se tensaron bajo su palma.
—Ah......
Justo cuando Julia jadeaba satisfecha por la sensación, Endymion le quitó la mano de repente. Luego entrelazó sus dedos y la presionó contra la cama al lado de su cara.
—No es tu voluntad, pero si sigues así, no sé cuánto podré aguantar. Así que detente y recuéstate, iré a buscar a la Maestro de Torre.....
—No, ah.
Julia frunció los labios y movió repentinamente su mano izquierda. Endymion, que solo había agarrado su mano derecha, se descuidó por un momento.
Su mano blanca se metió sin miedo dentro de la camisa y comenzó a explorar.
—Me gusta que seas suave.
Julia jadeó con calor y murmuró sin pensar. Entonces los músculos firmes bajo su palma se tensaron.
Incluso en su estado de confusión, Julia abrió los ojos con sorpresa.
—Ah. Qué interesante......
Entonces, su cabeza se inclinó y sus labios se encontraron. Un beso apasionado que buscaba recuperar la razón, pero que daba espacio para la locura.
Julia parpadeó sorprendida y comenzó a dejarse llevar.
—.........
Era mucho más urgente e instintivo de lo habitual. Julia, con la respiración entrecortada, acarició el rostro de Endymion mientras su pecho subía y bajaba rápidamente.
Él inclinó la cabeza y respondió con intensidad. Los besos continuaron.
Justo cuando el calor estaba en su punto más alto.
—Mi cabeza......
Julia sintió que su mente mareada se aclaraba gradualmente. Su temperatura corporal y su respiración agitada también se calmaban.
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