La Villana es una Marioneta 182
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Louden sintió que un escalofrío le recorría la espina dorsal ante la forma en que Cayena le miraba con esa arrogante prepotencia. Tenía la sangre fría y era prepotente, más "real" que nadie, como si la sangre de sus venas no importara. De inmediato, Louden inclinó profundamente la cabeza.
"......Por favor, perdóneme por mi comportamiento"
"Si de verdad quieres perdón, será mejor que vayas al dormitorio del Emperador ahora mismo"
¿Desde cuándo la Princesa había sido como una aguja en un pajar?
Louden no podía acostumbrarse a la expresión severa de Cayena ni a la frialdad con que hablaba. Siguió el paso de una mera niña de nueve años hasta el dormitorio del Emperador.
La puerta se abrió poco después.
"Adelante"
La enfermedad de Emperador Esteban aún no se había agravado y su voz era fuerte. Esto no iba a ser fácil.
Pero Cayena entró en la alcoba del Emperador, imperturbable y sin miedo.
La visión de su padre, tan estoico, hizo poco por inspirarla.
Al entrar, Cayena se arrodilló en el suelo y se inclinó.
"Que tu luz brille allá donde te sientes y que seas bendecida. Cayena Hill, Primera Princesa, viene a verle, Alteza"
Luego juntó las manos y se inclinó hacia el suelo, un gesto impropio de una Princesa. Además, el saludo que pronunció Cayena fue poco ceremonioso.
Los caballeros y sirvientes que estaban al lado del Emperador, incluido Chambelán Louden, la miraron con asombro.
'Qué le pasa, se ha vuelto loca', pensaron.
Entre ellos, sólo Emperador Esteban miró a su hija con una mirada fría.
"¿Cómo te atreves a poner los ojos en blanco delante de él?"
Cayena permaneció postrada mientras hablaba.
"¿No es esto lo que mi padre deseaba?"
"......."
Esta vez el silencio fue más bien un grito. Todos se quedaron boquiabiertos o adormilados mientras miraban a Cayena, que parecía haber perdido la cabeza intentando salir del bote.
No dejaban de mirar a Emperador Esteban, por si éste, ofendido, reprendía a sus sirvientes por la indiscreción de Cayena.
En lugar de la reprimenda, el Emperador eligió otro tema.
"He oído que has encarcelado al tutor de Rezef en un calabozo"
"Ese insolente se atrevió a pervertir la voluntad del Emperador y engañarle"
Cayena dijo que el tutor no había perjudicado a Rezef, sino que había manchado la cara del Emperador.
"Es un criminal sin escrúpulos que se atrevió a utilizar la autoridad del Emperador para poner las manos sobre la familia imperial"
La implicación es que la razón por la que castigó al tutor fue para salvar la cara. Si reprendía a Cayena aquí, el Emperador quedaría en ridículo.
"......Ha. ¡Ja, ja!"
El Emperador se rió para sus adentros en la gélida atmósfera.
"Eres tan arrogante que te atreves a buscar pelea con este Emperador"
"No hay falsedad en la lealtad y piedad filial de una chica"
"Impúdica, impúdica de verdad"
La voz del Emperador era agradable mientras hablaba al unísono. Miró a su hija, sus ojos tan generosos como siempre.
"Levántate"
Cayena se puso en pie, enderezando su postura como si hubiera estado esperando.
El aire imperial que fluía tan naturalmente de sus acciones se reflejó claramente en los ojos del Emperador.
¿Desde cuándo tiene mi hija semejante aura?
Esta niña, que no había recibido ningún entrenamiento para convertirse en Emperador, tenía un aspecto tan perfecto como si fuera una Emperador celestial. Ésa era la mirada de una gobernante.
'......Estoy sorprendido, nunca pensé que existiera un lado tuyo, Cayena'
Entonces Cayena habló.
"Padre"
Ella le llamaba padre, no Emperador. Era una voz baja y áspera, no condescendiente, el Emperador hizo una pausa.
Cayena había pasado de regia a regia, de repente había vuelto a ser una niña pequeña. Ahora dijo lo que quería decir más que cualquier otra cosa.
"Yo y Rezef somos de la realeza, pero no somos más que niños indefensos, fácilmente golpeados y derribados de esta manera"
Una a una, las bocas abiertas de los que se habían quedado atónitos ante el repentino comportamiento de Cayena se cerraron como pinzas. Las miradas de desconcierto seguían ahí. Pero era un color de desconcierto diferente al del Emperador.
Cayena juntó ligeramente las manos. Habló en voz baja, pero con una voz aplastante, que la marcaría para siempre.
"No quiero nada más, sólo quiero que se apiade de nosotros"
Podríamos haber sido sólo unos hermanos un poco malhumorados.
No, podríamos haber sido los niños más cariñosos que nadie podría haber conocido.
Por favor, no se proyecte en nosotros.
Por favor, sienta pena por nosotros.
"Entonces no necesitamos nada"
Hubo un silencio terrible. Todos respiraban tranquilos, pero no ignoraban que el comportamiento del Emperador era inusualmente insensible.
Estaba bien, pensaban, porque era el Emperador, Cayena y Rezef nunca se habían quejado de ello.
No lo estaba. Aún eran niños, demasiado débiles para hablar. Eran demasiado débiles para rebelarse contra la desgracia que les había tocado, para caer y ser pisoteados.
Los ojos de Cayena eran firmes. Su voz era inquebrantable mientras hablaba con franqueza, la pura sinceridad de la misma alterando los pensamientos a su alrededor, contagiando sus emociones.
"¿Lo cree también Rezef? El niño querrá el trono"
Cayena rió ante la pregunta del Emperador.
"Rezef no puede vencerme"
Así que el Emperador sería ella misma.
"Arrogante hasta el final"
Emperador Esteban se sentía todavía al mando, todavía joven, todavía fuerte, a pesar de su enfermedad. Pero ver a su hija dirigirse a él tan bruscamente, tan menuda, era abrumador.
El orgullo del Emperador no se doblegaba fácilmente. El orgullo y la arrogancia que le habían mantenido erguido toda su vida no se conmoverían con estas palabras.
Pero.
"Veré si es un truco o confianza"
No sería mala idea confiar el futuro a mi hija. Tenía la corazonada de que ella podría ser una buena imagen de la familia imperial.
"Primera Princesa Cayena Hill, queda usted declarada sucesora de este Emperador en el trono, con efecto a partir de hoy"
Todos en la cámara cayeron de rodillas y gritaron.
"¡Le saludamos, Su Majestad!"
¡Bing!
[Misión Secundaria - ¡Renuncia a la venganza de Emperador Esteban! Completada]
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Fue el nacimiento de la Princesa Imperial oficial.
* * *
La repentina condición de Emperatriz de Cayena provocó roces con Rezef.
"¡Intentaste ir así a mis espaldas, me engañaste!"
Ella no pestañeó ante su arrebato.
"Deja de brillar y cómete la comida. No vas a crecer más"
"¡......Ack!"
Rezef estaba insoportablemente enfadado con su hermana, que estaba amenazadoramente enfadado y que, incluso cuando tiraba las cosas al suelo, permanecía indiferente con una mirada de '¿Dónde está el perro ladrando?'
No, estoy enfadadísimo, pensó, ¿por qué Cayena está tan indiferente?
Finalmente, mi enfado se convirtió en frustración y dejé de despotricar. Por alguna razón, sentía que estaba perdiendo y que estaba quedando como un estúpido.
"¿Has terminado?"
Cayena le rascó el temperamento hasta donde pudo y luego le cogió la mano, absurdamente cálida.
"Entonces juguemos"
"......."
Rezef se sintió atraído por el tacto sin previo aviso. No se dio cuenta de que una sonrisa le tiraba de las comisuras de los labios.
[El 'espectador' se emociona hasta las lágrimas por el cambio en el personaje de Rezef]
[El 'espectador' se maravilla de nuevo ante las habilidades naturales de manejo de Cayena]
'¿De qué estás hablando?'
Cayena chasquea la lengua mientras mira la ventana del sistema.
[El 'espectador' la está tentando para que utilices el Salto adelante]
'Pero está analizando mi comportamiento y creando arbitrariamente el futuro, así que no se puede desperdiciar'
[El 'espectador' dice que no entiende por qué vive tan duro]
[El 'espectador' le insta a vivir una vida sencilla]
"Parece que tienes problemas"
Cayena ha desempeñado bien sus deberes como princesa, ya que, en palabras de quienes la rodean, 'nació para ser reina'.
[El 'espectador' se aburre viéndote trabajar y te insta a seguir adelante]
[El 'espectador' te ruega que, por favor, dejes atrás el trabajo, madures y pases al romance]
Cayena se encogió de hombros ante las tonterías del sistema.
Cuidó obedientemente de su único hermano bastardo, llevándolo a todas partes como un muñeco de apego.
"Tienes que ver a Rezef, es un buen chico cuando le saltan porque le han cuidado mucho"
['El espectador' te aconseja sinceramente que renuncies a tus vanos sueños]
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