LESVAC 67

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La Emperatriz se volvió a casar 67

Lo Más Importante Es El Amor



'¡Alan no es bueno para mi vida!'

Sovieshu había visto el mechón de cabello antes de irse, y Rashta luchó para reprimir su creciente ira. Afortunadamente, el cabello del bebé era del mismo color que el suyo, de lo contrario Sovieshu habría preguntado por qué lo estaba guardando.

Rashta arrojó inmediatamente el cabello a una papelera. Ella había querido conservarlo como recuerdo de su bebé, pero una vez más, su primogénito casi se agarró de su tobillo. Ella y su hijo estaban en conflicto entre sí.

Tirar el cabello no la hizo sentir mejor, así que se encerró en su dormitorio todo el día. Varios problemas la estaban presionando por todos lados— algo le había sucedido al Vizconde Roteschu, Sovieshu había descubierto el cabello del bebé y varias personas estaban investigando su pasado. Todo era tan difícil y agotador.

Mientras tanto, su amor, Sovieshu, no había aparecido ante ella desde esa noche. Rashta tenía miedo de que se hubiera dado cuenta tardíamente de que el cabello no era el suyo, o de que el Vizconde Roteschu le estuviera jugando una mala pasada.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que todo a lo que se aferraba era una ilusión. Qué peligroso era encontrar consuelo en la bondad de una persona. En este punto, solo podía temblar de miedo. Si el amor y el afecto de Sovieshu se enfriaran, ella perdería todo lo que tenía sin poder oponer resistencia.

"Señorita Rashta, Su Majestad el Emperador está aquí."

Rashta parpadeó y se levantó del sillón. Estaba tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera se había dado cuenta de que la sirvienta estaba allí.

"¿Su Majestad está aquí?"

"Si."

"¿Por qué no entró al dormitorio?"

"Quería un trago. Por favor, venga al salón."

Rashta se arregló rápidamente el cabello y salió del dormitorio. Sovieshu se veía muy pintoresco mientras estaba sentado en una silla, y la nueva sirvienta, Delise, estaba preparando la mesa para las bebidas. Cuando Rashta vio a Delise, su corazón comenzó a temblar. Sus movimientos eran tan lentos como los de un caracol. La sirvienta dejó las copas y una botella de champán.

'¿Por qué ella se comporta así?'

Cuando uno veía que otra persona parecía ansiosa, uno no podía evitar sentirse ansioso también. Rashta se acercó a Sovieshu y habló con más afecto en su voz de lo habitual.

"Su Majestad."

Delise dejó la comida a un ritmo normal y luego se fue. Afortunadamente, Sovieshu parecía no tener interés en Delise. Por el contrario, no parecía interesado en nada en absoluto. Estaba recostado contra su silla pensando, pero recuperó el sentido cuando Rashta lo llamó repetidamente. Ella se paró frente a Sovieshu y le habló amorosamente.

"¡Rashta esperó todo el día a Su Majestad!"

Sovieshu le dio una sonrisa entrañable. A pesar de haber estado ansiosamente preocupada, Sovieshu no parecía enojado con ella. Rashta estaba genuinamente aliviada, y se sentó frente a Sovieshu con una pequeña risa.

"¿Le gustaría que Rashta le preparara un trago?"

Cuando Sovieshu asintió, vertió rápidamente un líquido dorado claro en una copa de champán. Él aceptó la copa, pero no bebió, solo hizo rodar el tallo de la copa entre sus dedos.

"¿Su Majestad?"

No parecía enojado, pero, ¿y si lo estaba? Una ola de miedo se apoderó de Rashta nuevamente, y ella lo llamó.

"Su Majestad."

"Rashta."

"Sí, Su Majestad. Rashta te está escuchando."

"..."

"¿?"

"Conviértete en la emperatriz por un año."

Rashta pensó que había escuchado mal. Las palabras que salieron de la boca de Sovieshu fueron un giro total de lo que esperaba. Quizá Sovieshu había estado escuchando lo que había dicho el Duque Elgy. En lugar de sentir alegría, el terror se apoderó del corazón de Rashta. Cuando se congeló, Sovieshu la miró y suspiró.

"Bueno, puede ser demasiado pesado para ti."

Rashta apenas podía abrir los labios.

"¿Qué.. Qué quieres decir? ¿Qué hay de la emperatriz?

"Tengo la intención de divorciarme de ella."

¡Divorcio!

Rashta estaba abrumada por una variedad de emociones— alivio, felicidad, inquietud. Su boca se abrió. Sovieshu pensó que Rashta estaba extremadamente incómoda, y pensó que no tenía un gran deseo por el puesto de Emperatriz. Rashta se cubrió las mejillas con ambas manos.

"Es solo por un año, así que no estarás muy agobiada."

"Por qué... un año... para una posición tan importante."

"En un año, tu bebé puede ser oficialmente un príncipe o una princesa."

"¡Ah!"

Sovieshu miró a Rashta suavemente y extendió la mano para cubrirla.

"Si puedes soportar la posición durante un año, nunca te dejaré por el resto de mi vida."

Los ojos de Rashta se abrieron de par en par. Ella no sabía el por qué un año, pero esta era una oportunidad extraordinaria. Si bien el Duque Elgy le había dicho a Rashta que se preparara para enfrentar a la Emperatriz, ella aún no estaba lista, y él lo sabía. Acababa de comenzar su educación, y aunque sentía mucha simpatía por parte de la gente común, conseguir apoyo para las leyes era un asunto diferente. Rashta sabía que incluso aquellos a quienes no les gustaba la Emperatriz serían despectivos con ella en el puesto.

Pero el dulce que le ofrecía olía muy tentador. Incluso con la educación que el Duque Elgy le aconsejó que tomara, no serviría de nada si Sovieshu no se divorciara de la emperatriz actual.

¿Volvería esta oportunidad? ¿Por qué prepararse para enfrentar a la Emperatriz, cuando ella misma podría convertirse en la emperatriz? Sovieshu había dicho que solo sería por un año, pero no tenía ni idea de las leyes y los asuntos estatales.

Pero si el bebé que nacería recibiría el amor de Sovieshu...

Si estudiaba mucho y desempeñaba bien el papel de Emperatriz...

"Pero, Su Majestad... ¿divorcio? ¿No se opondrá la familia de la Emperatriz a ello?"

"Por supuesto que lo harán."

"¿Qué piensa hacer?"

"Me ocuparé de eso, así que no tienes necesidad de preocuparte."

Rashta sostuvo firmemente la mano de Sovieshu y cerró los ojos. Estaba asustada, pero su entusiasmo era mayor. Apenas podía respirar cuando su corazón pareció detenerse.

Ascender de la esclavitud a la posición de emperatriz.

"Rashta."

"Sí, Su Majestad."

"Solo debes estudiar duro y mantener tu cuerpo sano."

"Si…"

Sovieshu apretó fuertemente las manos llenas de cicatrices de Rashta.

"Y no le digas esto a nadie. ¿Lo entiendes?"

"Rashta entiende."

Él le acarició la espalda de forma reconfortante.

"¿Hay algo que quieras comer?"

"Hmm... nada."

"Puedes ser codiciosa."

"Rashta solo necesita a Su Majestad."

Cuando Rashta susurró con voz suave, apoyó la cabeza suavemente sobre el hombro de Sovieshu, y él la rodeó con su brazo.

Después de una hora más o menos, Rashta se durmió junto a Sovieshu. Él le pidió a una sirvienta que trajera un cojín, y lo colocó contra su cabeza antes de salir silenciosamente de la habitación. Normalmente la habría llevado a la cama, pero no quería hacerlo hoy. Se compadeció de Rashta por haber sido separada de su bebé, pero se mostró reacio, sabiendo que ella le había mentido.

Abrió la puerta del pasillo, pero en lugar de volver a su habitación, miró a su alrededor.

"¿?"

¿Fue una ilusión? Una fragancia familiar parecía permanecer en el aire. Era el aroma del baño de rosas que la Emperatriz disfrutaba. Después de un momento de reflexión, Sovieshu llamó a la Vizcondesa Verdi y a las sirvientas.

"¿La Emperatriz vino a visitarme?"

"No la hemos visto, Su Majestad."

Sovieshu sacudió la cabeza y se fue pensando que la Emperatriz no había estado ahí. Mientras avanzaba por el oscuro pasillo, recordó lo que el Marqués Karl le había dicho más temprano en el día.

"¿Por qué no le cuenta a la Emperatriz su plan por adelantado? Incluso si piensa eventualmente reincorporarla a su posición, se sorprenderá y se sentirá herida por sus acciones."

"Si pudiera, lo haría."

Sovieshu chasqueó la lengua. Comprendía bien el fuerte orgullo de Navier, así como la falta de afecto por el bebé de Rashta. Navier no aceptaría que Sovieshu la dejara para proteger a un bebé que no le agradaba.

***

Mi visión nadaba delante de mí, y hubo un extraño zumbido en mis oídos. Me concentré en mover mis pies. Izquierda, derecha, izquierda, derecha en orden, aunque mis piernas apenas podían sostenerme. Tuve que parar varias veces y apoyarme contra una pared antes de finalmente llegar a mi habitación. Me senté junto a una ventana y recordé lo que había escuchado.

Sovieshu... Sovieshu había prometido hacer emperatriz a Rashta.

Después de divorciarse de mí, haría emperatriz a Rashta...

Su voz amigable.

La voz emocionada de Rashta.

¡Voz, voz, voz!

Me dolía el pecho hasta el punto de que respirar era doloroso. Me recosté, mi mano descansando sobre mi corazón.

Nunca había considerado una opción que Sovieshu intentara divorciarse de mí. Era cierto que no estábamos casados por amor, y habíamos peleado a causa de Rashta en los últimos tiempos, pero, ¿no teníamos nada que pudiera llamarse amistad?

¿Qué pasó con aquellos tiempos en los que solíamos juntar nuestras cabezas y planeábamos fortalecer el país? Éramos una pareja, entonces, ¿a qué lugar del mundo fue ese hombre? ¿La aversión de mi hermano a Rashta y su bebé era tan intimidante para Sovieshu? ¿Qué me pasaría si estuviéramos divorciados?

Las palabras del Gran Duque Kapmen vinieron a mi mente. Si me divorciara de Sovieshu, ya no sería emperatriz. Pensé que sus palabras eran ridículas en ese momento. Ahora Sovieshu realmente quería divorciarse de mí...

Apreté mis manos y metí mi frente en mis brazos. Después de un rato así, logré ponerme de pie y dirigirme al estudio. Saqué un libro sobre la breve historia del Imperio Oriental, y lo llevé a mi habitación para leerlo.

Una concubina plebeya... emperatriz...

"..."

Después de estudiar el libro de atrás hacia delante, lo dejé con consternación. No hubo ningún caso en el que un emperador tomara una concubina plebeya como su primer matrimonio. Sin embargo, hubo casos en que plebeyas se convirtieron en emperatrices luego de que la original muriera o fuera expulsada. Era raro, pero había precedentes.

'¿Qué será de mí ahora?'

Cerré el libro, lo puse sobre la mesa y respiré hondo. No sabía cuánto tiempo permanecí en ese estado, y cuando abrí los ojos nuevamente, el rojo amanecer brillaba pálido a través de las cortinas. Mis ojos contemplaban la vista, pero todo se sentía sin esperanza.

Por mucho que viviera, por mucho que lo intentara, lo más importante al final era el amor. Las palabras románticas de los juglares sonaban verdaderas, y la fuerza impulsora central del mundo era el amor. Debido a la pasión mutua de Sovieshu y Rashta, todo lo que tenía me fue arrebatado. Nuestras familias importantes, el tiempo que pasamos juntos, el largo trabajo y la educación, e incluso los votos que intercambiamos, fueron consumidos por otro amor mayor.

<< Nota: Un 'juglar' es un persona en la Edad Media que iba de unos lugares a otros y recitaba, cantaba o bailaba o hacía juegos ante el pueblo o ante los nobles y los reyes. >>

"¡Oh, Dios mío, Su Majestad!"

La Condesa Eliza, que entró con otra sirvienta para prepararme el baño, gritó consternada al ver mi pálida tez. Le ordenó a la sirvienta que llenara la bañera, y luego se acercó apresuradamente a mí.

"¿Pasó algo, Su Majestad?"

La miré fijamente con los párpados pesados. Parecía una silueta blanca después de haber mirado el sol durante mucho tiempo.

"Oh, mi Dios."

Sabía que estaba en mal estado. La Condesa Eliza miró a su alrededor, y se confundió aún más cuando encontró el libro de historia en mi escritorio. Era extraño que alguien se deprimiera después de leer sobre la historia.

"Por casualidad... ¿tiene que ver con Lord Koshar?"

La Condesa Eliza me miró con preocupación y le respondí con la voz en blanco.

"Si."

Me levanté de mi asiento, tomando nota de la desconcertante expresión de la Condesa Eliza. Me di cuenta de que no era momento para que yo estuviera así, y no podía permitirme estar afligida si pronto iba a ser expulsada. Incluso si Sovieshu estuviera considerando divorciarse de mí, no sería hoy.

Y si él seguía adelante con el divorcio, yo no tenía otra opción de todos modos. No había una emperatriz que pudiera ir en contra de los deseos del emperador, sin importar si provenía de la familia más grande, o si era una emperatriz aterradora, o incluso si dio a luz a un gran sucesor. Lo máximo que podía hacer era retrasar el juicio. Pero lo más importante, tenía que encontrar una forma de sobrevivir después.

"Hoy... por favor, quiero un vestido rosa."

Me di un baño rápido y le pedí a la Condesa Eliza que me hiciera ver lo más brillante posible. Ella enmascaró mis ojos hundidos con maquillaje y me vistió con un hermoso vestido rosa para alejar la sombría atmósfera. Sovieshu no sabía que escuché su conversación, pero seguramente estaba pensando en mí. Probablemente susurró sus promesas a Rashta toda la noche. No quería mostrarle que estaba derrotada.

Mientras tanto, la Condesa Eliza me ayudó a seleccionar mis joyas, luego me informó que enviaría mi carta a Evely hoy a las once. Después de escucharla, decidí que sería mejor ver a Evely en persona. Además, mi corazón había estado en otro lugar cuando escribí esa carta, así que mis verdaderos sentimientos no fueron expresados. Pensé que sería mejor consolar a la niña yo misma.

"No envíes la carta. Iré a verla personalmente."

Luego, fui a la sala de audiencias con la mayor calma posible. Sin embargo, tan pronto como me acerqué, mi corazón comenzó a latir de nuevo. Las impactantes noticias que escuché ayer volvieron a mi cabeza una vez más— sobre la promesa de Sovieshu a su amor Rashta y de cómo me echaría.

Sovieshu estaba decidido a divorciarse de mí. Me preguntaba cómo me vería y trataría.

"Los colores brillantes te quedan bien."

Inesperadamente, no era diferente de lo habitual. Debido a eso, pude encontrar mi compostura usual. Estar en la misma habitación todavía me inquietaba, pero al menos podía proyectar calma frente a él.

Sonreí y le agradecí el cumplido, luego ignoré la mano que me tendió y me dirigí a mi asiento.

"¿No viste mi mano?"

"Fingí no verla. Por favor, ignórame."

"... ¿Esto es por tu hermano?"

"Quiero tomar un poco de aire."

"¿Vamos a dar un paseo?"

"Iré a Wirwol a ver a Evely."

"¿Wirwol? ¿Cuándo? Tenemos una agenda muy apretada para planificarlo ahora."

"No te preocupes. Planeo ir sola."

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