LESVAC 111

LESVAC 111







La Emperatriz se volvió a casar 111

Gran Duque Kapmen odia a la Reina



Aunque fue increíble ver a Kapmen nuevamente, en este momento estaba atrapada en el anexo preocupada por mi futuro.

Fui a visitar a Christa, como había planeado originalmente.

"Lady Navier."

Christa murmuró sorprendida tan pronto como me vio, no tenía ni idea de que vendría a visitarla.

Me saludó un tiempo después.

"No esperaba recibir su visita."

"Vine para saber cómo estaban las acacias que envié."

Christa pareció sorprenderse por un momento, pero enseguida sonrió y le pidió a una de sus damas de compañía que preparara la mesa.

Instantes después, la dama de compañía de Christa puso en la mesa té de jazmín y chocolate antes de retirarse.

Una vez que nos sentamos cara a cara, le pregunté,

"¿Le gustaron las Flores de Acacia?"

"Me gustaron... mucho, Lady Navier."

"Qué bueno."

Ella sonrió y bebió su té .

Esperé a que terminara y le hice otra pregunta,

"¿Es probable que florezcan de nuevo?"

Las acacias significaban amistad en el lenguaje de las flores.

Christa estaba lo suficientemente familiarizada con la alta sociedad como para entender lo que quería decir.

Como esperaba, ella entendió mis palabras de inmediato y miró hacia abajo a la taza de té en silencio. 

Lo pensó por un momento antes de responder.

"Es necesario cuidarlas bien para saber si florecerán en el futuro. Pero estoy segura de que están vivas."

Christa tampoco tenía intención de aparentar. Cuando escuché su respuesta, me sentí aliviada.

Así que con más valor, esta vez traté de expresarme con franqueza, en lugar de hacer otra pregunta indirecta.

"Ambas hemos hecho cosas similares, así que no hay necesidad de dar vueltas en lo mismo."

Christa, que estaba revolviendo el té con una cucharilla, se detuvo.

"No quiero entrar en una batalla psicológica inútil."

"¡!"

"Porque al final, no traerá nada bueno para Lady Christa ni para mí."

Christa seguía sin moverse, en la misma postura en la que se detuvo. 

Terminé mis palabras examinando su expresión.

Ella no respondió por un momento después de que terminé de hablar. En su lugar, movió su mano detenida de nuevo. Removiendo lentamente el té con la cucharilla.

Entonces, de repente habló con un sonrisa,

"Yo también lo sé."

Christa se veía realmente cansada, como si hubiera renunciado a todo.

"Yo tampoco quiero pelear. Pero... en este momento espero que ambas podamos estar a gusto con esta distancia entre nosotras."

Su respuesta también carecía de fuerza.

Reflexioné sobre sus palabras, luego sonreí ampliamente y dije, "Sí", levantándome de mi asiento. Como si estuviera satisfecha con su sugerencia.

Pero de camino al anexo, Rose me preguntó, "¿Cómo le fue?", y respondí negativamente,

"El resultado no fue bueno."

A simple vista, las palabras de Christa sonaban como si aceptara la reconciliación.

¿No dijo que no quería pelear?

Pero las palabras que siguieron.

'En este momento espero que ambas podamos estar a gusto con esta distancia entre nosotras,' eran el verdadero problema.

Porque es Christa quien se beneficiaría de mantener la situación actual, no yo.

Christa no mostró hostilidad hacia mí, incluso dejando espacio para el acercamiento. Al mismo tiempo, sugirió que mantuviéramos la distancia actual. De esta manera, mantenía la situación que le favorecía, previniendo futuros problemas, e incluso si surgieran, ahora tenía una forma de evitarlos.

Si en algún momento me inquietaba por el lento progreso de la situación y trataba de actuar de manera hostil, ella dirá que quería acercarse a mí.

"Tendré que elegir otro camino."

Quizá, a diferencia de lo que pensaba, Christa sólo estaba siendo sincera. Pero ya sea calculado o no, las consecuencias de postergar la situación actual eran las mismas para mí.

Así que no podía simplemente confiar en las palabras de Christa y esperar a que cambiara de opinión, mientras yo permanecía aislada de la alta sociedad.

Lo consideré por un momento y luego ordené a Rose,

"Envía a Lady Mullaney flores de Corydalis y Geldya de mi parte. Hazlo en secreto."

En el lenguaje de las flores Corydalis significaba secreto, y Geldya significaba cooperación.

Mullaney lo entendería.

Rose entendió lo que yo quería decir, entonces asintió y se rió.

"¿Qué? Rose, ¿por qué te estás riendo? Su Majestad, ¿usted también se está riendo?"

Aunque Mastas no lo entendió en absoluto.

"Eres demasiado ruidosa."

"Es porque ustedes se estaban riendo menos yo. ¿Por qué se reían?"

"No actúes tan impulsivamente delante de Su Majestad."

"Ah, pero yo también quiero saber."

Sin embargo, mientras caminábamos hacia el anexo, viendo a Mastas y Rose discutir.

Inesperadamente, vi a Kapmen no muy lejos. Caminaba solo alrededor de mi anexo con un atuendo diferente al de antes, suspirando y observando el anexo.

¿Qué hace aquí el Gran Duque Kapmen...?

Mientras lo pensaba, de repente levantó la cabeza y me miró. 

Nuestras miradas se cruzaron de nuevo. Fue vergonzoso, pero ya era la segunda vez. Si volvía a evitarlo, las damas de compañía lo encontrarían extraño.

Antes, me dirigía hacia donde Christa, y pude evitarlo porque había demasiadas personas allí. Ahora mismo, la única persona era el Gran Duque Kapmen, y encima de eso, estaba en el camino que debía seguir.

Eventualmente, me acerqué y lo saludé fingiendo estar calmada.

"¿Cómo está, Gran Duque?"

El Gran Duque Kapmen movió sus labios, como si tratara de saludar. Sin embargo, no se escuchó nada.

Al mirarlo, tenía una expresión sumamente avergonzada. Parecía que iba a morir de vergüenza.

Sólo sus labios seguían moviéndose, y luego se cubrió la boca con una mano.

Antes, me había dado cuenta que no había logrado neutralizar los efectos la poción. Pero ahora mirándolo de frente, parecía que la efectividad tampoco... había disminuido en absoluto.

Estaba perpleja.

Incluso mis damas de compañía se veían desconcertadas por cómo el Gran Duque de un país extranjero me miraba fijamente.

Pero cuando el Gran Duque Kapmen finalmente se dio la vuelta y se marchó sin decir una palabra, Rose y Mastas resoplaron enfadadas.

"¿Quién se cree que es para ignorar abiertamente a Su Majestad la Reina?"

"¿Lo traemos de vuelta ahora mismo?"

"... Es el Gran Duque Kapmen de Luipt."

Rose y Mastas se sorprendieron al decirles quién era el Gran Duque.

No sé si habían escuchado su nombre antes, pero inmediatamente exclamaron, "Ah", "¿Él?"

"Su Majestad, él es uno de los mejores graduados de la Academia Mágica, ¿no?"

"Aún así, fue demasiado grosero."

"Está bien. Es un hombre tímido."

Disuadí a Rose y a Mastas, luego regresé rápidamente al anexo.

Pero estaba realmente preocupada. Los efectos de la poción seguían siendo muy fuertes. ¿Podríamos proceder con las negociaciones?

***

Había una persona que observaba todo esto escondida detrás de un pilar. Era una dama de compañía de Christa. Ella miraba cuidadosamente la situación, y cuando vio la extraña atmósfera entre el Gran Duque Kapmen y la Reina Navier, regresó emocionada para contarle a Christa.

"Mi Reina, he descubierto algo realmente bueno."

"¿Algo bueno?"

"¿Conoce al Gran Duque Kapmen?"

"De Luipt.."

"Sí, debe haber venido por la boda."

Christa asintió.

¿Qué hay de bueno en que haya venido? La visita de un invitado extranjero era bienvenida, pero en este caso el propósito de la misma no tenía nada que ver con ella.

La dama de compañía sonrió y susurró.

"Sin embargo, cuando los vi juntos, me pareció que el Gran Duque Kapmen albergaba un gran odio hacia la Reina Navier."

"¿El Gran Duque Kapmen?"

Christa lo pensó por un momento y preguntó extrañada.

"¿No se quedó en el Imperio Oriental por un tiempo?"

"Algo debió haber pasado entonces."

"¿Eso crees...?"

"Era evidente que la odiaba. Cuando la Reina Navier lo saludó, el Gran Duque la ignoró. Rose y Mastas estaban refunfuñando enojadas."

La dama de compañía estalló en risas alegremente y sugirió con una cara brillante.

"Mi reina, aproveche esta oportunidad. ¡Haga que el Gran Duque Kapmen se ponga de nuestro lado!"

"El Gran Duque Kapmen..."

"Sí. ¿No quiere la Reina Navier usar a Sir Koshar para ganar popularidad entre las jóvenes damas? Dicho esto, el Gran Duque Kapmen también es un hombre apuesto que no perdería ante Sir Koshar. Si usa al Gran Duque, podría retener a su lado a las jóvenes damas .

***

¿Cómo puedo hacer que cambien de opinión?

Después de mucho pensarlo, lo primero que hizo fue enviar invitaciones a todos los nobles que vivían en la capital.

"A menos que sea por una circunstancia especial, nadie puede rechazar la invitación de la Emperatriz."

Como dijo la Vizcondesa Verdi, todos los nobles se reunieron en el jardín, pero parecían desconcertados por la repentina invitación de ese día.

Rashta puso una gran mesa en el jardín y la cubrió con comida sumamente llamativa. La comida en sí misma era sorprendente a la vista, y el sabor le hacía justicia.

El chef del emperador cumplió fielmente sus órdenes. Incluso los nobles, que estaban desconcertados por la invitación, se sorprendieron al ver el castillo de dulces sobre la mesa.

Un río de helado fluía alrededor del castillo de dulces, y mermeladas hechas de todo tipo de frutas estaban en carruajes de galletas.

""¡Qué maravilloso!""

Mientras los nobles admiraban la comida preparada, Rashta sonrió elegantemente y dijo,

"Lo preparé especialmente para todos ustedes."

Los nobles se sorprendieron incluso más al ver a Rashta que cuando vieron la aldea de dulces hecha en la mesa. Esto, debido a que su forma de hablar era similar a la de la Emperatriz Navier. Rashta normalmente hablaba con un tono alto y adorable. Ahora, incluso su tono de voz era más bajo de lo habitual.

Remarried Empress - Chapter 221

Algunos con buen ojo también notaron que el elegante vestido rojo de Rashta era similar a la ropa que usaba a diario la Emperatriz Navier. No era exactamente el mismo diseño, pero era definitivamente parecido.

Los nobles intercambiaron miradas en silencio.

"Todos, por favor siéntense."

Rashta sonrió elegantemente y los invitó a sentarse, mientras ella misma se sentaba en la cabecera de la mesa. Luego continuó con una voz tranquila.

"Han pasado muchas cosas, pero ahora todo se ha estabilizado."

"..."

"Esta es una nueva era. Quiero construir amistades y mantener buenas relaciones con todos ustedes. Las luchas internas entre los nobles son también una molestia para Su Majestad el Emperador."

Sonriendo, Rashta levantó su copa de champán para hacer un brindis. Los nobles siguieron su ejemplo y levantaron sus copas de champán. Después de tomar medio sorbo de champán, Rashta bajó la copa y puso su mano sobre su vientre.

"Lamento no poder beber más con ustedes. Por el bien del bebé, me detendré aquí."

Cuando mencionó al bebé, los desconcertados nobles sonrieron inmediatamente y comenzaron a dar sus bendiciones a Rashta.

Fue gracioso verla imitar a la Emperatriz Navier tan abiertamente, pero tenía razón. Ahora una nueva era ha comenzado, y la Emperatriz Navier nunca regresará. Si estuviera en el retiro, existía la posibilidad de que regresara. Pero, ¿no se volvió a casar con el rey de otro país?

En este caso, lo mejor sería estar en buenos términos con la actual emperatriz. Incluso si la emperatriz cambiara de nuevo, la diferencia estaba en el bebé en el vientre de la Emperatriz Rashta.

"Tendrá un bebé sano, Su Majestad."

"Será un bebe maravilloso, ya sea que se parezca a la Emperatriz o al Emperador."

"No muy diferente de un ángel viviente."

"¿Ha pensando en el nombre de su bebé, Su Majestad?"

Era justo lo que pensaba.

Rashta acarició su vientre, sonriendo frente a los nobles que la estaban elogiando. Ella quería mostrarles quién era la dueña del palacio del oeste, quién estará por encima de ellos de ahora en adelante, y quién lleva en su vientre al próximo emperador, lo reconozcan o no.

"Su nombre es— no lo sé. Su Majestad el Emperador lo decidirá."

Rashta sonrió y se acarició el vientre una vez más, pero estaba perturbada. 

La imagen del cuerpo de un bebé recién nacido vino a su mente en ese momento. El pequeño cuerpo que el Vizconde Roteschu le había mostrado, afirmando que el bebé había muerto justo después de nacer.

Ciertamente no era el bebé de Rashta, pero el cuerpo no era falso. Rashta había sostenido en sus brazos al bebé muerto, sollozando desde el fondo de su corazón.

En ese momento, no estaba asustada, aunque sabía que era un cadáver. Sólo se sentía afligida, desconsolada y desgarrada.

¿De quién era ese bebé? ¿De dónde sacó el Vizconde Roteschu a ese pobre bebé?

Entonces, sus pensamientos se dirigieron hacia su verdadero bebé... su primer hijo, Ahn.

"¿Su Majestad?"

La Vizcondesa Verdi la llamó cuidadosamente.

Sólo entonces Rashta se dio cuenta de que se había quedado en blanco y sonrió rápidamente.

Sí, nada de eso importa. Todo forma parte del pasado, de un pasado doloroso.

Ahora, tanto ella como el bebé en su vientre serían felices.

En ese momento, se escuchó una fuerte risa desde un costado de la mesa. Era una risa maliciosa.

El entorno se volvió inmediatamente silencioso.

Rashta miró al asiento de donde provenía la risa. Había un hombre alto de cabello rubio platinado sentado allí. Sus ojos eran amarillos, y desprendía un aire intelectual como si fuera un erudito. Además, tenía un rostro atractivo...

Rashta se dio cuenta de quién era.

El día que la Emperatriz Navier se divorció, este hombre había corrido hacia ella antes de ser detenido por los guardias del emperador, gritando sin entender por qué tenía que divorciarse.

Rashta se culpó a sí misma por haber invitado a este tipo de personas. Sabía que algunos de los nobles que vivían en la capital habían estado del lado de la Emperatriz Navier.

Sin embargo, envió invitaciones a todos, excepto al Duque y la Duquesa Troby.

Quería que comprobaran con sus propios ojos quién era la dueña del palacio de la emperatriz ahora.

Probablemente, por eso también él vino...

Ella se arrepintió de su decisión demasiado tarde.

Cuando la mirada de las personas reunidas aquí se centró en él, este hombre— el Marqués Farang— sonrió encantadoramente y se disculpó con palabras vacías ante Rashta.

"Oh, lo lamento. Su Majestad, es sólo que esta situación es un poco graciosa."

"¿Insinúas que soy graciosa?"

Rashta le preguntó de vuelta tan fríamente como la haría la Emperatriz Navier, sin retroceder ni un ápice.

"De ninguna manera."

El Marqués Farang levantó las cejas como si tuviera miedo, y dijo, con una sonrisa más profunda.

"Sólo digo que parece un poco irónico que la persona que declaró con orgullo ante los reporteros que sería la 'Emperatriz de los Plebeyos' ahora intenta acercarse a los nobles..."

Ante el evidente veneno en sus palabras, Rashta le ordenó con el ceño fruncido.

"Si no quieres tener una relación amistosa conmigo, vete ahora mismo."

El Marqués Farang murmuró, "Vaya, qué miedo", e inmediatamente se levantó.

"Ya que es una orden, no tengo otra opción que retirarme."

Entonces, rápidamente se despidió y se fue.

Algunos nobles se miraron entre sí y siguieron al Marqués Farang, diciendo que tenían dolor de estómago, iban al baño, o recordaron un asunto urgente.

Los números crecieron cada vez más hasta casi un tercio de los presentes.

Rashta apretó sus puños, mordiéndose los labios con fuerza.

***

"Hice exactamente lo que me dijiste, pero ¿por qué él hablo de esa manera?"

Después de una corta fiesta de té. Rashta llamó al Duque Elgy para informarle de la situación, y le preguntó enojada. 

Fue el Duque Elgy quien le aconsejó sobre qué decir en las entrevistas. 

En ese entonces, Rashta había seguido sus consejos porque pensó que era lo correcto. Sin embargo, se enfureció cuando el Marqués Farang hizo un comentario sarcástico abiertamente sobre las entrevistas, y muchos de los nobles parecieron estar de acuerdo con sus palabras.

"¿No le enseñaste a propósito a Rashta las respuestas equivocadas?"

Si te gusta mi trabajo, puedes apoyarme comprándome un café o una donación. Realmente me motiva. O puedes dejar una votación o un comentario 😃😁.

Publicar un comentario

0 Comentarios

Haz clic aquí