La Emperatriz Regresa 59
Un paso más cerca de la verdad (1)
El hecho de que la emperatriz hubiera ido hoy repentinamente al palacio separado era una señal segura de que alguien le había avisado. No quería dudar de Iván, pero si alguien podía haberse escabullido de la estricta vigilancia y decírselo a su madre, era él.
Iván... si fuéramos siquiera medio parientes, te trataría con cariño como a mi propio hermano...
Todo este tiempo, Iván siempre había tratado a Lustian como a un familiar de sangre. Y Lustian, a su vez, también le había tratado como a su propio hermano menor. La emperatriz sólo había dado a luz a un hijo, que era Lustian. También era el único miembro de la familia imperial con legitimidad. La mayoría de los demás miembros de la familia imperial eran hijos de concubinas. Pues el emperador no sólo tenía las concubinas de su harén, sino también muchas concubinas del Imperio de Arpen. De ellas nació gran parte de la familia imperial.
De ellos, sólo Iván fue reconocido como hijo de la emperatriz. De niño, fue Iván el que había sido traído por un pájaro que lo llevaba en una cesta y colocado en el lecho del emperador. Nadie más que la familia imperial inmediata sabía que no era hijo de la emperatriz por nacimiento. Era un secreto sobre su nacimiento que ni él mismo conocía.
...Quién podría ser su madre biológica... tsk...
Lustian había oído que la madre biológica había muerto después de dar a luz a Iván. Como el emperador no quería revelar su identidad, se preguntó si tal vez su madre también tenía un origen esclavo, como el de Viola.
"Tengo mucha curiosidad. ¿Por qué ocultó su identidad desde el principio?"
"No necesitas saberlo"
El tono de Lustian era frío.
"Quizá pueda ayudarte, ¿sabes?"
Iván insistió sin inmutarse.
"Así que no seas tan difícil y dímelo"
Lustian suspiró. Se pasó las manos por el pelo convirtiéndolo en un desastre. Incluso un aspecto tan desordenado tenía un encanto que embelesaba a cualquiera. Iván se encontró mirándolo con asombro sin siquiera darse cuenta. No era exagerado decir que cualquier ser vivo del mundo que pusiera sus ojos en él, se enamoraría de él. La gente joven y vieja, incluso las bestias, no mostraban hostilidad ante él... El aura de otro mundo que fluía de él tenía una sensación de prepotencia que iba más allá de las palabras.
Pero había una persona que no se sentía abrumada por él, y en cambio mantenía la cabeza alta frente a él.
Viola...
"Voy a disolver el Ejército de Sangre. Ya que no habrá más guerra"
Los ojos de Iván se abrieron de par en par con sorpresa. Lustian no tenía absolutamente ninguna razón para disolver el Ejército de Sangre, que estaba en primera línea de cualquier guerra, y sin embargo parecía agobiado por su existencia.
¿Qué? ¿Por qué? ¿El Ejército de Sangre está siendo un obstáculo para él de alguna manera?
Actualmente, el Ejército de Sangre era un ejército especial dirigido por el príncipe heredero. Se formó reuniendo a los caballeros más selectos del imperio, y el jefe, que había pasado de generación en generación, era técnicamente el emperador. Con un ejército así, aunque Lustian fuera el actual líder, no le habría sido fácil decidir su disolución. En ese momento, Iván pensó en Viola.
¿Podría ser...? Tal vez... ¿Se ha convertido en objeto de un rencor que Viola le guardaba? ¿Acaso el Ejército de la Sangre causó la muerte de alguien relacionado con ella?
Iván comprendió por fin por qué Lustian había utilizado una identidad falsa.
"Pero, Lustian... Esto es muy peligroso. Si resulta ser la Compañera de Dios, es una mujer que no puedes tener"
"La Compañera de Dios ya ha sido decidida"
"Hoh... ¡¿Ya la han encontrado?!"
"La Princesa Guinev"
Los ojos de Iván temblaron cuando la princesa Guinev vino a su mente: una hermosa princesa rubia de ojos inocentes... había sido la princesa más bella antes de la llegada de Viola al castillo. Sin embargo, había desaparecido antes de superar el último paso del entrenamiento. No, tal vez no había sido necesario confirmarlo... Porque ella había conocido al príncipe heredero delante de él...
Una pequeña risa se escapó de sus labios. Todo esto se estaba volviendo muy interesante. Era imposible saber por dónde empezar a desenredar los hilos que se habían enredado sin remedio. Mientras los engranajes de su mente se agitaban, Iván estalló en una carcajada.
"Entonces, ¿es cierto que el emperador la escondió en algún lugar? ¿Dónde la escondió, me pregunto? Debió de esconderla muy bien. Aunque es divertido ver a dos mujeres compitiendo por un hombre~"
Lustian lo fulminó con la mirada. Iván miró al otro y se encogió de hombros.
"¿O eres tú el que quiere mantenerla oculta? Ya que es la única princesa que ha llegado al último paso del príncipe heredero. Jajaja"
Eso era una exageración. Era el plan del emperador. No, ella había engañado tanto al emperador como a él para fingir que no era candidata.
Cuando la vio por primera vez, se la habían presentado como una princesa del Imperio de Arpen. Y ella había dicho que entraba como concubina oficial, no en el harén como alguien que sólo era concubina de nombre. Un día, la vio en el Lago de Dios. Sin saber que había atravesado el muro como Viola, había pensado que era su propia concubina.
Había sido una noche muy oscura. Después de beber el alcohol que el emperador le había dado, se despertó en su estado de embriaguez y se lanzó al lago. Al estar empapado en el agua, se quedó sin sentido. No fue hasta la mañana que se dio cuenta de que el licor había sido algo más. Había pasado su primera noche con una mujer que no quería. No por su propia voluntad, sino por la de otra...
Lustian apretó los puños con fuerza.
Que llegara tan lejos sólo para asegurarse...
A partir de entonces, su rebelión aumentó contra los intentos del emperador de imponerle los Deberes Divinos, y rechazó por completo el paso final del entrenamiento, incluso más que antes. También fue a partir de entonces cuando empezó a enviar a Iván a la alcoba en la primera noche.
Mierda... Todo esto es molesto.
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